Michel Foucault de tripi en el Valle de la Muerte
El lunes 25 de junio de 1984 mor¨ªa Michel Foucault. Desde entonces hasta hoy, la obra del fil¨®sofo franc¨¦s ha seguido conquistando p¨²blico

En estos d¨ªas previos al turr¨®n y a las panderetas, coinciden en las librer¨ªas un par de t¨ªtulos que tienen a Michel Foucault como protagonista. Por un lado, tenemos el libro que recoge la primera experiencia lis¨¦rgica del fil¨®sofo; se titula Foucault en California (Blackie Books) y es un trabajo testimonial del profesor norteamericano Simeon Wade, quien recogi¨® el encuentro con Foucault en el Valle de la Muerte. Se trata de un libro curioso, una lectura que bien podr¨ªa servir como mapa del corpus de la obra de Foucault, ya que, bajo los efectos del ¨¢cido lis¨¦rgico, el fil¨®sofo franc¨¦s habl¨® de sus inquietudes y de las distintas entregas de su Historia de la sexualidad, un trabajo que completar¨ªa gracias a la experiencia con LSD.
La otra novedad relativa a Foucault son palabras mayores. Se trata de una recopilaci¨®n de sus Obras esenciales (Paidos), donde se re¨²nen entrevistas, art¨ªculos y conferencias como la que tuvo lugar en la Universidad Estatal de R¨ªo de Janeiro en octubre de 1974, en la que Foucault habl¨® del concepto moderno de hospital como instrumento terap¨¦utico. De manera instructiva, y con mucha sencillez, Foucault cont¨® c¨®mo, hasta mediados del siglo XVIII, los hospitales fueron lugar de recogida de pobres y moribundos; centros de asistencia donde la pr¨¢ctica m¨¦dica quedaba muy lejos; en todo caso, eran sitios donde se daban los ¨²ltimos auxilios as¨ª como el ¨²ltimo sacramento.
Este ¡°lugar de internamiento donde se mezclaban enfermos, locos y prostitutas¡± va a sufrir una transformaci¨®n hasta convertirse en lugar de cura y de intercambio del saber m¨¦dico. Y como toda transformaci¨®n que se precie, esta se va a dar gradualmente. Seg¨²n Foucault, la medicalizaci¨®n del hospital surgir¨¢ a partir del hospital mar¨ªtimo y del hospital militar. En el caso del hospital mar¨ªtimo, la picaresca jug¨® un papel importante, pues, cuando llegaba a puerto un barco ten¨ªa que pasar aduana y, para evitarla, algunos de sus tripulantes simulaban estar enfermos. De esta manera eran ingresados sin pasar registro, convirtiendo el hospital en lugar de contrabando. Porque raro era que los miembros de la tripulaci¨®n no se hubiesen hecho con mercanc¨ªa ex¨®tica para venderla a buen precio en Europa. Por lo visto, el nacimiento del hospital mar¨ªtimo tuvo su punto de partida en el inter¨¦s econ¨®mico. Las autoridades deciden entonces vigilar y examinar los hospitales mar¨ªtimos de Londres, Marsella o La Rochelle, dando as¨ª entrada a la instrumentalizaci¨®n terap¨¦utica del espacio.
El caso del hospital militar no va a ser menos; tambi¨¦n va a tener un punto de partida econ¨®mico, ya que, con la introducci¨®n del fusil en los ej¨¦rcitos y su consiguiente necesidad de munici¨®n, instrucci¨®n y maniobras, cada soldado se convertir¨¢ en la suma de una inversi¨®n de capital. A los soldados ya no se les puede dejar morir como antes; el soldado necesita una serie de atenciones si cae herido. Es entonces cuando surge la reorganizaci¨®n de estos recintos y, para ello, entra en juego la disciplina. Con ella, con la disciplina, ¡°los individuos ya no est¨¢n amontonados¡±. El orden se hace necesario para aumentar la eficacia del soldado y la disciplina se extiende a todos los ¨¢mbitos. Por ejemplo, en los talleres surge el capataz que vigilar¨¢ al trabajador para maximizar la producci¨®n, minimizando el tiempo de trabajo empleado en cada pieza. Tambi¨¦n la disciplina llegar¨¢ a las escuelas junto a la vigilancia permanente, cuyo instrumento principal es el examen.
El hospital dejar¨¢ de ser organizado como una comunidad religiosa y ser¨¢ el m¨¦dico quien releve a los frailes y monjes. Por eso, bien se puede afirmar que el m¨¦dico de hospital es un invento de mediados del siglo XVIII. Foucault lo explica muy sencillo, de una manera did¨¢ctica, en esta pieza que forma parte de sus Obras esenciales.
Pocos meses despu¨¦s de dar esta conferencia, viaj¨® a California donde, tras la ingesta de LSD, el fil¨®sofo franc¨¦s abri¨® su mente a la comprensi¨®n del mundo. Por eso hay un antes y un despu¨¦s de aquella experiencia en el Valle de la Muerte, donde Foucault vio bailar unos peque?os peces al comp¨¢s de una orquesta dirigida por su amigo Pierre Boulez.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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