As¨ª fue el asesinato de los dos j¨®venes artistas que conmociona a Bogot¨¢
Testigos y amigos de los l¨ªderes sociales Camilo S¨¢nchez y Camila Ospitia, acribillados el jueves 15 de agosto, reconstruyen el crimen. Ni la alcald¨ªa ni la polic¨ªa se han pronunciado; Petro pide encontrar a los responsables y ¡°sacar a la mafia del lugar¡±
Pocas horas antes de ser asesinados, Camilo S¨¢nchez y Camila Ospitia prendieron una fogata para resguardarse del fr¨ªo y hacer masmelos con sus amigos. Era la noche del jueves 15 de agosto de 2024. Estaban en el parque El Porvenir, de la localidad de Bosa, al suroccidente de Bogot¨¢. ¡°Camilo le dio vida al fuego, lo sopl¨® y lo cuid¨® un buen rato para que no se apagara¡±, recuerda una persona que estaba con ellos. Camila salud¨®, recogi¨® ramitas de los ¨¢rboles para insertar los dulces y se fue a la zona del parque donde los j¨®venes bailan breakdance. Gente del barrio se acerc¨® a compartir alrededor de las llamas. Todos estaban tranquilos y felices. La actividad se termin¨® a las 10 de la noche, cuando la polic¨ªa los sac¨® del lugar. ¡°Siempre han sido hostiles y groseros con nosotros. Ese d¨ªa nos hablaron de forma violenta y nos tuvimos que ir¡±, relata otro compa?ero. Un rato despu¨¦s, Camilo de 27 a?os y Camila de 25 se encontraron con cinco amigos y se sentaron en el borde de un and¨¦n cerca de all¨ª, al frente de la sede de la Universidad Distrital. Minutos m¨¢s tarde, dos hombres dispararon una r¨¢faga de metralla contra el grupo. ¡°Yo sent¨ª que nos estaban tirando p¨®lvora, como en Navidad. Son¨® ta ta ta ta ta. Muy duro, muy r¨¢pido, muy cerca. Un estallido despu¨¦s de otro¡±, cuenta uno de los sobrevivientes. Las balas tambi¨¦n alcanzaron la pierna de Jessica Rodr¨ªguez, que hoy est¨¢ herida, pero estable. Los delincuentes huyeron y el crimen est¨¢ impune. Todas las personas consultadas por EL PA?S para este reportaje aceptaron hablar por primera vez en medios con la condici¨®n de no aparecer con su nombre propio porque est¨¢n amenazados y temen por sus vidas.
Otro de los sobrevivientes recuerda que estaban hablando de pintarse las u?as de distintos colores cuando ocurri¨® la balacera. Tras los disparos, escuch¨® un pitido fuerte en el o¨ªdo. Se tir¨® al suelo y al intentar pararse sinti¨® la inestabilidad del cuerpo. ¡°Vi a Camilo y a Camila tirados en el piso sin poderse mover. La otra parcera empez¨® a gritar por su pierna. Dec¨ªa que se le iba a caer. Hab¨ªa sangre por todas partes¡±. Cerca del lugar estaban otros grupos de j¨®venes escuchando hip hop, bailando breakdance y haciendo freestyle. Todos entraron en p¨¢nico. Nadie sab¨ªa qu¨¦ hacer. Las ambulancias no llegaban. Unos habitantes de calle lograron parar un carro para subir a Jessica. ¡°Le sal¨ªa mucha sangre. Los muchachos me ayudaron a cargarla y fuimos al hospital de Ciudadela del Recreo¡±. El relato de uno de los mejores amigos de los j¨®venes asesinados se detiene. La voz se le entrecorta. Se le escurren las l¨¢grimas. ¡°Es redif¨ªcil recordarlo¡±, reconoce.
Mientras Jessica llegaba al hospital, en el parque hab¨ªa caos. Los cuerpos de Camila y de MC Cub, como le dec¨ªan a Camilo por su m¨²sica, permanecieron unos minutos tirados en el piso. Uno de los integrantes del colectivo de Hip hop Distreestyle, al que pertenec¨ªan, cuenta que poco antes de los asesinatos hab¨ªan hecho un video denunciando que ese d¨ªa la polic¨ªa y la banda de microtr¨¢fico que opera en el parque les hab¨ªan da?ado parte de una estructura de guadua que construyeron durante a?os para generar espacios de arte y convivencia llamada El bicho. ¡°Ten¨ªamos mucha rabia. Nos rompieron unas tablas. Est¨¢bamos grabando un video denunciando y pas¨® un motorizado por detr¨¢s de nosotros. La patrulla nos estaba vigilando todo el rato¡±. Narra que se fue a su casa, calent¨® la comida y cuando estaba en la mesa, lo llamaron para avisarle del crimen. ¡°Me dicen que les hab¨ªan disparado y que Cub y Camila estaban en el piso. Sal¨ª corriendo. Llegu¨¦ al parque y los vi botados, sangrando¡±. Llamaron a la red de apoyo que incluye a los colectivos Arquitectura expandida, Golpe de Barrio, Grito Hist¨®rico, Drum enigma. Entre todos buscaron ambulancias. Pocos minutos despu¨¦s lleg¨® la polic¨ªa. ¡°Pararon un taxi, bajaron a los pasajeros y subieron los cuerpos. Sin ning¨²n protocolo. Yo me monto al taxi y me doy cuenta de que ah¨ª ya hab¨ªa muerto Cub. En el trayecto la compa?era Camila convulsiona, vomita, se le sal¨ªan los sesos¡±.
Cuando llegaron al hospital, cuenta el testigo, la polic¨ªa descarg¨® el cuerpo de Camilo y lo dej¨® caer al piso. Explica que no dejaron entrar a ninguno de los amigos a acompa?arlos. Dos personas les pidieron sus declaraciones de lo sucedido y los amenazaron con arrestarlos si no hablaban. Un rato m¨¢s tarde, los m¨¦dicos anunciaron que Camilo hab¨ªa llegado sin vida y que hab¨ªa sido imposible salvar a Camila. Esa madrugada empezaron la gesti¨®n para denunciar lo ocurrido a nivel nacional e internacional. ¡°No queremos que esto quede como un simple acto de sicariato, no mataron a dos personas y ya. Tampoco vamos a permitir que se imponga la narrativa de que esto fue un enfrentamiento entre bandas criminales. Fue una masacre contra la juventud popular. Asesinaron a dos l¨ªderes sociales y comunitarios, a dos artistas, a dos j¨®venes buenos¡±.
Estigmatizaci¨®n, amenazas y el silencio de las autoridades locales
En lo que va corrido de 2024, en Bosa han sido asesinadas 63 personas, seg¨²n reportes de la alcald¨ªa. Camilo y Camila son los primeros l¨ªderes sociales que fallecen de forma violenta este a?o en la localidad. La ONG Indepaz, que lleva un registro de estos homicidios, explica que los dos j¨®venes pertenec¨ªan desde hace a?os a colectivos art¨ªsticos, culturales y ambientales. Tras conocer la noticia, la concejala de Bogot¨¢ Heidy S¨¢nchez pidi¨® a las autoridades investigar los hechos. ¡°Repudiamos el asesinato de los l¨ªderes juveniles, Camilo S¨¢nchez y Camila Ospitia, pertenecientes a Distreestyle y la Comunidad El Bicho, quienes fueron atacados con arma de fuego luego de una jornada de trabajo en el parque El Porvenir en la localidad de Bosa. Seg¨²n denuncian las organizaciones, ven¨ªan siendo hostigados por cuenta de bandas de microtr¨¢fico e incluso por la fuerza p¨²blica desde tiempo atr¨¢s¡±, escribi¨® en su cuenta de X. D¨ªas despu¨¦s, el presidente Gustavo Petro insisti¨® en la urgencia de encontrar a los responsables. ¡°Le solicito al General Salamanca [comandante de la polic¨ªa] la investigaci¨®n m¨¢s decidida para encontrar los autores del asesinato de estos dos j¨®venes en la sede de la Distrital del Porvenir en Bosa. El espacio del saber debe ser liberado de las mafias¡±.
Pese al llamado expl¨ªcito del presidente, los testigos, sobrevivientes, amigos y familiares de los j¨®venes asesinados denuncian que tras el doble homicidio se han agravado la estigmatizaci¨®n y la inseguridad. ¡°Nos persiguen y nos amenazan, pero los vendedores de droga siguen en el parque muy tranquilos sin que nadie les haga ni les pregunte nada¡±, dice uno de los l¨ªderes de los colectivos. Otro lo complementa: ¡°Las requisas de la polic¨ªa son contra nosotros, contra los j¨®venes que juegan microf¨²tbol, que cantan, que hacen rap, pero la l¨ªnea de microtr¨¢fico sigue en el negocio, apropi¨¢ndose del parque¡±. Menos de 24 horas despu¨¦s de los asesinatos, los j¨®venes volvieron al lugar para hacer un homenaje a Camilo y a Camila. ¡°El sitio estaba repleto de polic¨ªas y estaban las personas de la l¨ªnea de microtr¨¢fico. Se re¨ªan de nuestro dolor, en nuestra cara¡±, relata una de las mujeres que particip¨® en el evento. Pese a la intimidaci¨®n, prendieron antorchas y velitas, sembraron ¨¢rboles en memoria de sus muertos e hicieron un minuto de silencio y otro de arengas. Hubo rap y poes¨ªa. Mientras tanto, las patrullas motorizadas de la polic¨ªa pasaban vigilando.
Durante la velat¨®n los integrantes de la banda siguieron vendiendo droga frente a todos. ¡°Los funcionarios de la alcald¨ªa no hac¨ªan nada, fue muy frustrante¡±, relatan los jovenes. Esa noche, de nuevo, hubo amenazas. Tuvieron que acabar el homenaje abruptamente por ¡°protocolos de seguridad¡±. Al d¨ªa siguiente, cuentan que vieron m¨¢s presencia de polic¨ªas y miembros de la banda de microtr¨¢fico en el parque. ¡°Estaban en El bicho y en la huerta y nos dijeron: esto ya es de nosotros¡±.
El alcalde Carlos Fernando Gal¨¢n se pronunci¨® justo este domingo, una semana m¨¢s tarde de los asesinatos. ¡°Nos vamos a asegurar de que los responsables paguen ante la justicia¡±, prometi¨®.
Para este art¨ªculo, EL PA?S contact¨® insistentemente a la Secretar¨ªa de Seguridad de la ciudad, en cabeza de C¨¦sar Restrepo, pero la entidad solo afirm¨® que la Polic¨ªa Metropolitana es la entidad encargada. Por su parte, la ¨²nica respuesta de los uniformados a este medio fue que el hecho no califica como masacre sino como doble asesinato. El secretario Restrepo no se refiri¨® a los asesinatos, pero s¨ª conden¨® con vehemencia que los j¨®venes de Bosa hubieran da?ado un bus del SITP en un plant¨®n este viernes en memoria de los asesinatos. ¡°Los delincuentes que atacaron estos buses pusieron en peligro la vida de los pasajeros y destruyeron la infraestructura de la ciudad. Pedimos su identificaci¨®n y su captura¡±, dijo Restrepo en un video. No se refiri¨® a los responsables del asesinato de Camilo y Camila.
La huerta, la antena polinizadora y la resistencia ambiental
La tarde de los asesinatos, los amigos y amigas de Camilo y Camila se encontraron en el parque de Bosa para recoger la cosecha de una huerta comunitaria en la que han trabajado los ¨²ltimos meses. ¡°Los jueves son d¨ªas de camello, de trabajo¡±, dice una chica del colectivo ambiental Ashanti Makena. Se encontraron a las cinco de la tarde. Estaban muy emocionados porque era su primera cosecha de acelga roja y amarilla, de cilantro y de manzanilla. ¡°Camila no lleg¨® a la jornada y Cub lleg¨® tarde. ?l siempre llega tarde¡±, dice, olvidando por un instante que su amigo est¨¢ muerto. ¡°Llegaba, llegaba tarde¡±, corrige. Sacaron hortalizas y verduras hasta que se hizo de noche y ah¨ª mismo, en un peque?o espacio de cemento en el centro de la huerta, prendieron el fuego para asar masmelos. ¡°Fue un momento muy lindo. Hab¨ªa como 25 personas, todos comiendo, todos ri¨¦ndonos¡±, recuerda.
En el parque metropolitano de El Porvenir no hay ¨¢rboles, o no hab¨ªa antes de que los j¨®venes organizados decidieran comenzar a sembrarlos. ¡°En 2022 se forma una juntanza de chicas dispuestas a recuperar el espacio a trav¨¦s de la siembra colectiva de plantas¡±, dice una de las entrevistadas. Camila empez¨® a asistir a esas reuniones. ¡°Siempre ten¨ªa una buena idea para el colectivo¡±, recuerdan sonriendo sus amigas. Tras varios disgustos con las autoridades locales y con la administraci¨®n del parque, lograron una primera siembra.
En enero de 2024, un sicario de una de las bandas criminales que buscan controlar la zona asesin¨® a un muchacho que vend¨ªa droga para otro combo. Las integrantes del colectivo decidieron hacer la huerta en el sitio del homicidio. ¡°Nos pusimos de acuerdo para declarar ese espacio como un territorio de paz. Empezamos a hacer la huerta para que la comunidad sintiera que no queremos m¨¢s violencia, independientemente de que no fueran nuestros muertos¡±, explica la fuente. Tambi¨¦n construyeron una antena polinizadora, de guadua, similar a El bicho, para resignificar el lugar. El primer ¨¢rbol que sembraron fue una eugenia. Camilo y Camila participaron en todo el proceso. Consiguieron los materiales, abrieron las camas en la tierra, cultivaron las plantas. En el lugar hay espacio para las flores, para las plantas medicinales y para las verduras, las hortalizas y las legumbres. Todo esto lo hicieron en compa?¨ªa de la comunidad La pala, un proyecto que articula procesos de defensa ambiental en zonas perif¨¦ricas de la ciudad.
El bicho: hip hop, cine y arquitectura popular
A?os antes de la creaci¨®n de la huerta naci¨® Distreestyle, un colectivo de j¨®venes artistas de Bosa que busca desarrollar espacios de pensamiento cr¨ªtico en torno al rap y al hip hop. Mostraban su arte en los salones comunales de los conjuntos, en centros comerciales o en la calle, hasta que la alcald¨ªa local inaugur¨® el parque en 2019. Era un sitio peligroso, que permanec¨ªa vac¨ªo, acechado por los ladrones. Poco a poco, Camilo y sus amigos empezaron a ocuparlo con m¨²sica. ¡°Hac¨ªamos actividades de freestyle, llegaban muchos artistas, y despu¨¦s mucho p¨²blico¡±. Desde entonces comenzaron los problemas con la polic¨ªa. ¡°La polic¨ªa siempre nos buscaba para jodernos. Trataba de individualizarnos y de encontrar un responsable, un culpable de los eventos, pero nosotros respond¨ªamos en grupo, en bandola, ¨¦ramos todos juntos o ninguno. En varias ocasiones nos amenazaron con pistolas en mano¡±. Los amedrentamientos llegaron hasta tal punto que tuvieron que buscar ayuda de la Defensor¨ªa del Pueblo. De hecho, la entidad emiti¨® las alertas tempranas 023 de 2019 y 010 de 2022, en las que quedaba en evidencia que los j¨®venes del colectivo estaban en peligro.
En paralelo con la persecuci¨®n de la polic¨ªa, el microtrafico lleg¨® a disputar el espacio. El problema era cada vez m¨¢s dif¨ªcil de solucionar. Las bandas criminales quer¨ªan todo el parque para vender droga y Distreestyle lo necesitaba para rapear y bailar. La polic¨ªa siempre estaba presente. Cada vez m¨¢s gente del barrio asist¨ªa a los conciertos del colectivo. ¡°Nuestro eslogan era Aqu¨ª solo se consume arte¡±, dice uno de los miembros del colectivo. ¡°No quer¨ªamos que nuestro espacio fuera blanco de expendio¡±. Los j¨®venes hicieron eventos, grafitis, documentales para decir ¡°Aqu¨ª estamos y aqu¨ª nos vamos a quedar¡±. Entre m¨¢s adeptos ganaban en la comunidad, la persecuci¨®n de la polic¨ªa se hac¨ªa m¨¢s fuerte y crec¨ªan las amenazas de las bandas.
Con el tiempo, obtuvieron varias becas para fortalecer los procesos comunitarios. Hicieron un festival de m¨²sica que se llam¨® Aguante el barrio la lucha y la cucha. En el marco del proyecto, construyeron un prototipo m¨®vil arquitect¨®nico para el espacio p¨²blico, el famoso Bicho. Su instalaci¨®n fue otro motivo para el aumento de las tensiones con la polic¨ªa, la alcald¨ªa local y las bandas de microtr¨¢fico. ¡°Dos d¨ªas despu¨¦s de que construimos El bicho, la polic¨ªa intent¨® desbaratarlo con dos llaves inglesas, pero no lo logr¨® porque hab¨ªamos limado las puntas de los tornillos¡±, dice uno de los arquitectos. ¡°Como no pudieron por la fuerza, empezaron las violencias institucionales. Nos llamaban de la secretaria de Cultura, del IDRD, de Idartes, de la administraci¨®n del parque, a decirnos que ten¨ªamos que quitarlo¡±.
Hubo 14 mesas interinstitucionales para llegar a alguna soluci¨®n. En ellas, los j¨®venes denunciaron la persecuci¨®n de la polic¨ªa y la violencia de los grupos al margen de la ley. Pidieron ayuda y protecci¨®n. El encargado de seguridad de la alcald¨ªa local se comprometi¨® a garantizar su seguridad, pero nadie hizo nada. Todo est¨¢ registrado en las actas. ¡°Solo quer¨ªan quitar El bicho porque les incomoda. Por eso se llama bicho. En sus protocolos, en su burocracia, no hay permisos para las construcciones populares. Para ellos somos bichos raros porque pensamos¡±, dice una persona que asisti¨® a todas las mesas de concertaci¨®n con las autoridades. ¡°El bicho se convirti¨® en un s¨ªmbolo art¨ªstico y metaf¨®rico de esa estigmatizaci¨®n y segregaci¨®n profunda que sufren los j¨®venes de barrio¡±, complementa una integrante del colectivo Arquitectura expandida, que acompa?¨® todo el proceso.
La polic¨ªa dec¨ªa que el bicho atra¨ªa fumadores y era un foco de inseguridad en el barrio. Los j¨®venes demostraban lo contrario, que el consumo de drogas y la violencia estaban en el parque desde antes de que llegara El Bicho. ¡°Son 20 cuadras en las que no hay un solo lugar para resguardarse de la lluvia, entonces debe tener techo, pensamos; debe servir para que la gente se re¨²na, debe ser una tarima para el freestyle, debe ser un teatrino para proyectar pel¨ªculas. Es una cosa rara que sirve para muchas cosas¡±.
Camila particip¨® en muchas jornadas de Cine Al bicho. ¡°Queriamos proyectar pel¨ªculas que nos ayudaran a pensar el d¨ªa a d¨ªa, que nos cuestionaran nuestras din¨¢micas cotidianas. Camila propuso el tema de c¨®mo se criminaliza la cultura hip hop. Vimos varias pel¨ªculas sobre eso. Despu¨¦s asistimos a cortometrajes sobre trata de personas, embarazos a temprana edad, drogadicci¨®n. Eran los mi¨¦rcoles en la noche. A Cami se le ocurri¨® que vendi¨¦ramos palomitas para financiar el espacio, ella era el esp¨ªritu de las ideas¡±, concluye una de sus amigas.
Complicidad criminal entre las bandas de microtr¨¢fico y la polic¨ªa
En un comunicado de prensa emitido despu¨¦s del asesinato de Camilo y Camila, Distreestyle denuncia la persecuci¨®n que ha sufrido. ¡°Desde el surgimiento del Colectivo en el a?o 2019 y con mayor intensidad durante los a?os 2021, 2022, 2023 y 2024 las personas que lo componemos hemos sido objeto de todo tipo de vulneraciones a nuestra integridad, desde abusos de autoridad, criminalizaci¨®n y estigmatizaci¨®n de nuestras actividades artisticas y trabajo comunitario, amenazas por parte de uniformados pertenecientes al CAl Porvenir y de Grupos Armados Organizados que hacen presencia en el espacio y se disputan su control¡±.
La propia Camila sufri¨® hace pocos meses un ejemplo de esa violencia policial. Sus amigos relatan que una noche tuvo una discusi¨®n con un policia y un uniformado le tumb¨® el cigarrilo que se estaba fumando de un golpe en la cara. ¡°La cogieron entre varios, la sometieron y le pusieron la cabeza contra la tierra. La golpearon y la capturaron arbitrariamente. La llevaron al CAI [una peque?a edificaci¨®n de la polic¨ªa] del El Porvenir, que no responde a ninguna estaci¨®n, no tiene ni comandante ni numero de referencia. Es pr¨¢cticamente un quiosco donde los polic¨ªas pueden hacer sus cochinadas con total impunidad¡±. Hay muchas denuncias de maltrato llevado a cabo en ese CAI. All¨ª, denuncian los entrevistados, los policias cogieron por la fuerza a Camila, le intentaron meter la cabeza a un sanitario lleno de excremento y la hicieron vomitar.
Reunidos en un lugar lejos de Bosa, para poder hablar con algo de tranquilidad, los sobrevivientes al atentado y los amigos de Camila y Camilo dicen que para ellos es muy dif¨ªcil desvincular el crimen de una presunta alianza entre las bandas locales y la autoridades. ¡°El ¨²nico grupo que nos ha amenzado directamente ha sido la policia¡±, dice uno de ellos. ¡°En el ¨²ltimo mes y medio en el parque siempre hubo patrullas con muchos policias. Hacen operativos todos los d¨ªas, pero nunca capturan a nadie de la linea ni desarticulan a la banda criminal¡±. Seg¨²n sus testimonios, hay al menos seis c¨¢maras de seguridad que apuntan al lugar de los asesinatos y debieron registrar los hechos. ¡°Solo esperamos que no los hayan borrado¡±. En medio del miedo y la tristeza, dicen que har¨¢n todo los posible por recuperar el parque y para que la justicia condene a los asesinos.
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