La reaparici¨®n de ?lvaro Leyva en Miraflores resalta el dilema del Gobierno de Petro frente a la crisis de Venezuela
El presidente de Colombia ha insistido, junto a Lula, en la publicaci¨®n de las actas, evitar la represi¨®n y criticar las sanciones
?lvaro Leyva nunca se queda quieto, eso se lo reconocen propios y extra?os. El primer canciller del Gobierno de Gustavo Petro, ca¨ªdo en desgracia por la fallida licitaci¨®n para elaborar los pasaportes de los colombianos y ya sin cargo oficial alguno, reapareci¨® por sorpresa el mi¨¦rcoles junto a Nicol¨¢s Maduro en el palacio de Miraflores, en Caracas, justo la misma semana en que Colombia debati¨® al m¨¢s alto nivel posibles salidas para la crisis poselectoral en la vecina Venezuela. ¡°Analizamos la geopol¨ªtica mundial y los grandes desaf¨ªos de nuestra regi¨®n¡±, escribi¨® en sus redes sociales Maduro, atrincherado en proclamarse ganador de las presidenciales del 28 de julio sin mostrar ninguna prueba que respalde ese resultado, que no reconoce el grueso de la comunidad internacional. Acompa?¨® su mensaje de cuatro fotos, en dos de las cuales tambi¨¦n los acompa?aba el canciller de la Rep¨²blica Bolivariana, Yvan Gil.
La visita de Leyva fue ¡°a t¨ªtulo personal¡±, aclar¨® el actual jefe de la diplomacia colombiana, Luis Gilberto Murillo, aunque se?al¨® que el Gobierno ve con ¡°buenos ojos¡± el encuentro de dos horas que sostuvo con Maduro. ¡°Creo que todo el que pueda aportar ¨Cy m¨¢s ¨¦l¨C a la soluci¨®n de fondo, a los desaf¨ªos de paz pol¨ªtica que tiene Venezuela, debe hacerlo¡±, declar¨® este jueves Murillo, quien ha hecho insistentes llamados a la prudencia y la discreci¨®n en medio de sus intensas gestiones diplom¨¢ticas. El actual canciller reemplaz¨® a Leyva despu¨¦s de que la Procuradur¨ªa lo suspendi¨® por la enrevesada licitaci¨®n de pasaportes, una pol¨¦mica que acab¨® por costarle la destituci¨®n. Colombia ha evitado hasta ahora reconocer ganador alguno en las elecciones venezolanas sin quemar los puentes con el chavismo, al tiempo que intenta mediar junto con Brasil en busca de una salida negociada.
Leyva, un octogenario pol¨ªtico de origen conservador, ha sido una suerte de comisionado de paz en las sombras en distintos momentos del Gobierno de Petro, que ya cumple dos a?os. El primer presidente de izquierdas de la Colombia contempor¨¢nea puso la diplomacia al servicio de su proyecto de paz total, con el que se propone dialogar en simult¨¢neo con m¨²ltiples grupos armados. Leyva incluso sol¨ªa presentarse como ministro de Relaciones Exteriores y Paz, un t¨ªtulo que no es oficial, para hacer evidente ese ¨¦nfasis. En el pasado ya hab¨ªa mediado entre varios gobiernos y diferentes grupos, a veces como una suerte de agente libre que ha creado canales de comunicaci¨®n alternativos, paralelos a los oficiales.
Con Leyva, Colombia restableci¨® muy pronto las siempre dif¨ªciles relaciones con la Venezuela chavista, que se convirti¨® en uno de los pa¨ªses garantes de las negociaciones de paz con el ELN, la ¨²ltima guerrilla en armas, y las disidencias de las extintas FARC. Esos grupos no solo operan tambi¨¦n del otro lado de la frontera que une a los dos pa¨ªses, tambi¨¦n encuentran refugio en Venezuela, como han documentado muchas investigaciones. El papel constructivo de Caracas en las mesas de la paz total es clave. La gesti¨®n de Leyva en la Canciller¨ªa fue criticada, entre muchas otras razones, por privilegiar esa agenda de negociaciones por encima de los dem¨¢s intereses diplom¨¢ticos de Colombia.
En v¨ªsperas de aparecer junto a Maduro, Leyva hab¨ªa publicado en sus redes sociales ¨Cdespu¨¦s de un mes inactivo¨C otra foto junto al expresidente ?lvaro Uribe, al que calific¨® de ¡°figura significativa de la historia de Colombia¡±, y tambi¨¦n una diatriba contra el nuevo ministro del Interior de Petro, Juan Fernando Cristo. En ese mensaje insiste en su teor¨ªa de que el acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC abre las puertas a una Constituyente ¨Caunque en esta ocasi¨®n evita usar esa palabra¨C, ampliamente considerada un disparate. El alcance de sus gestiones ¡°a t¨ªtulo personal¡± es cuando menos incierto, pero se producen en simultaneo con el intenso debate desatado en Colombia en torno a la postura que debe tener el pa¨ªs frente a Venezuela.
Petro convoca a los expresidentes, pero Venezuela divide posturas
Un mes despu¨¦s de las elecciones venezolanas, el intento de mediaci¨®n en que persisten Colombia y Brasil se ha desgastado sin resultados palpables. La oposici¨®n defiende la rotunda victoria de Edmundo Gonz¨¢lez respaldada en la casi totalidad de las actas electorales que recolect¨®, pero Maduro hace o¨ªdos sordos a la presi¨®n internacional. El propio Maduro ha reconocido que tiene una llamada pendiente con Petro y Luiz In¨¢cio Lula da Silva, quienes insist¨ªan el fin de semana en una declaraci¨®n conjunta en que la credibilidad del proceso electoral ¡°solo podr¨¢ restablecerse mediante la publicaci¨®n transparente de datos desglosados y verificables¡±. El texto reitera que siguen a la espera de ¡°la difusi¨®n, por parte del Consejo Nacional Electoral, de las actas desglosadas por mesa de votaci¨®n¡±, hace un llamado a evitar la represi¨®n y, en un gui?o al chavismo, critica las sanciones unilaterales contra Venezuela.
Antes, Petro y Lula ya le hab¨ªan deslizado p¨²blicamente a Maduro, por separado, la posibilidad de un Gobierno de coalici¨®n transitorio y nuevas elecciones con garant¨ªas como salida a la crisis. Petro incluso enumer¨® entonces una serie de pasos que inclu¨ªan el levantamiento de las sanciones, una amnist¨ªa general nacional e internacional, garant¨ªas totales a la acci¨®n pol¨ªtica, un Gobierno de cohabitaci¨®n transitorio y ¡°nuevas elecciones libres¡±, una idea criticada desde diferentes orillas. Para Colombia es vital que la crisis se resuelva pac¨ªficamente, ya que adem¨¢s de la extensa frontera que comparte con Venezuela y de las negociaciones de la paz total, es por mucho el principal pa¨ªs de acogida de la di¨¢spora venezolana.
En medio de las cr¨ªticas internas por no condenar con contundencia a Maduro ¨Ccomo s¨ª lo ha hecho el chileno Gabriel Boric, otro presidente de izquierdas¨C, Petro encabez¨® esta semana al Comisi¨®n Asesora de Relaciones Exteriores, una instancia de alto nivel a la que pertenecen los seis expresidentes vivos, adem¨¢s de algunos diplom¨¢ticos y congresistas. El ¨²nico exmandatario que asisti¨® fue el liberal Ernesto Samper (1994-1998), mientras que los conservadores Andr¨¦s Pastrana (1998-2002) e Iv¨¢n Duque (2018-2022) han aprovechado la convocatoria para acusar a Petro de ser c¨®mplice de Maduro, una figura enormemente repudiada en la opini¨®n p¨²blica colombiana. Ni ?lvaro Uribe (2002-2010) ni C¨¦sar Gaviria (1990-1994) han expuesto en p¨²blico sus posiciones.
¡°Lo m¨¢s importante de la Comisi¨®n Asesora fue que hubo la oportunidad de discutir, lamentando la ausencia de expresidentes¡±, valora Samper en di¨¢logo con EL PA?S. ¡°La primera conclusi¨®n en la cual estuvimos de acuerdo es en que hay que insistir en que se deben mostrar las actas; hay un consenso en apoyar la solicitud que han hecho M¨¦xico, Colombia y Brasil¡±, relata, sin entrar en los detalles m¨¢s confidenciales. Tambi¨¦n hubo importantes coincidencias en pedir garant¨ªas para la oposici¨®n, apunta. ¡°Mi postura es que hay que buscar una salida pac¨ªfica, democr¨¢tica e institucional. Y que esa salida tiene que nacer de los venezolanos, y no impuesta desde afuera¡±, se?ala el tambi¨¦n ex secretario general de la Uni¨®n de Naciones Sudamericanas (Unasur).
Juan Manuel Santos (2010-2018), quien s¨ª hab¨ªa asistido a una sesi¨®n anterior pero no fue a la de esta semana, fij¨® su posici¨®n sobre Venezuela en un mensaje dirigido a Petro en el que se?ala que ¡°el r¨¦gimen venezolano perdi¨® toda legitimidad y Maduro debe salir¡± del poder. ¡°Es lo que m¨¢s conviene a la regi¨®n y en particular a Colombia. No queremos otra Nicaragua enquistada en un pa¨ªs de la importancia de Venezuela, con el que tenemos 2.200 kil¨®metros de frontera y mucha interdependencia¡±, apunt¨® el tambi¨¦n Nobel de Paz en el memo que hizo p¨²blico. ¡°Es entendible la prudencia de Colombia para mantenerse como posible mediador y para mantener canales de comunicaci¨®n, pero esa ventana se viene cerrando, lo que convierte la prudencia en debilidad o inclusive complicidad¡±, valor¨®. La diplomacia colombiana se ha topado con un laberinto.
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