?lvaro Leyva, de canciller ca¨ªdo en desgracia a agitador de la Constituyente
El veterano pol¨ªtico defiende contra viento y marea la teor¨ªa de que el acuerdo de paz desata un proceso constituyente, desmentida por Juan Manuel Santos, Rodrigo Londo?o y todos los dem¨¢s negociadores
?lvaro Leyva no se queda quieto. Reivindica que ha estado involucrado en diversos esfuerzos de paz desde 1984, gesticula con las manos, revuelve papeles y muestra documentos de todo tipo frente a las c¨¢maras. Relata que incluso guarda un radiotel¨¦fono ¨C¡±una especie de tel¨¦fono rojo¡±¨C con el que se comunicaba con Casa Verde, el campamento que albergaba a la c¨²pula de la guerrilla de las FARC hasta que fue bombardeado por los militares en noviembre de 1990. Su interlocutor es el periodista Hollman Morris, el gerente de la estatal RTVC, otro de los m¨¢s cercanos escuderos de Gustavo Petro, el primer presidente de izquierdas de la Colombia contempor¨¢nea. ¡°Qu¨¦ mejor que poner en marcha ese articulito¡±, afirma Leyva en esa inusual entrevista de m¨¢s de una hora en el sistema de medios p¨²blicos, emitida el pasado lunes, al defender su rebatida tesis de que un p¨¢rrafo del acuerdo de paz que habla de un ¡°acuerdo pol¨ªtico nacional¡± faculta a Petro para convocar una Asamblea Constituyente. ¡°No hay que pasar por el Congreso¡±, insiste en alg¨²n momento de esa distendida charla entre amigos.
Leyva (Bogot¨¢, 81 a?os), un veterano pol¨ªtico de origen conservador, ha sido a lo largo del periodo de Petro, que se acerca a la mitad de su cuatrienio, una suerte de comisionado de paz en las sombras. El presidente se ha hecho eco en m¨¢s de una ocasi¨®n de los planteamientos de su excanciller, ca¨ªdo en desgracia por cuenta de la enrevesada licitaci¨®n para elaborar pasaportes que le vali¨® una suspensi¨®n de la Procuradur¨ªa, y eventualmente su destituci¨®n. Pero la idea de que el acuerdo de paz sellado a finales de 2016 abre las puertas a una Constituyente por decreto ha sido ampliamente considerada un disparate, y desmentida por todos los dem¨¢s negociadores que participaron en los di¨¢logos de La Habana.
¡°Usar el Acuerdo de Paz con las FARC para convocar una Constituyente es un absurdo, esa fue precisamente una de las l¨ªneas rojas que mantuvimos en la negociaci¨®n¡±, le sali¨® al paso, lapidario, Juan Manuel Santos, el presidente que sell¨® ese hist¨®rico pacto. El tambi¨¦n Nobel de Paz fue un pas¨® m¨¢s all¨¢, y envi¨® una carta al secretario general de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, en la que advierte que esa interpretaci¨®n es contraria al esp¨ªritu, objeto, alcance y finalidad de los acuerdos.
Una Asamblea Constituyente solo se puede convocar usando los procedimientos que establece la carta pol¨ªtica de 1991, han se?alado en coro pr¨¢cticamente todos los juristas. La ¨²nica excepci¨®n es el exfiscal Eduardo Montealegre, quien ha coincidido con Leyva en defender que Petro puede convocarla por cuenta del acuerdo de paz, e incluso alargar su periodo o buscar la reelecci¨®n. Una idea que ya ha sido derrotada en varias sentencias de la Corte Constitucional, como recordaba un an¨¢lisis del portal pol¨ªtico La Silla Vac¨ªa.
En su momento, las FARC s¨ª quer¨ªan incluir la Constituyente en el acuerdo, pero los negociadores del Gobierno siempre rechazaron esa idea, han refrendado desde Rodrigo Londo?o, Timochenko, el m¨¢ximo jefe de la extinta guerrilla, hasta el senador Humberto de la Calle, que fue el negociador jefe de Santos en La Habana, y el excomisionado de Paz Sergio Jaramillo, el otro gran arquitecto de aquel proceso. ¡°Es una tesis absolutamente equivocada¡±, ha dicho De la Calle. ¡°Leyva se inventa 7 a?os despu¨¦s de la firma del acuerdo una Constituyente supuestamente incorporada a su texto, que extra?amente los f¨¦rreos opositores a la paz nunca vieron ni denunciaron en todo este tiempo¡±, lo ha secundado el exministro del Interior Juan Fernando Cristo, otro de los negociadores, en un intercambio con Leyva en el que lament¨® que ¡°la memoria le est¨¦ fallando y confunda fechas y episodios¡±. Ning¨²n otro negociador ha apoyado las versiones con las que el primer canciller de Petro ha defendido su postura, que se remontan hasta la propia redacci¨®n del hist¨®rico pacto.
El papel de ?lvaro Leyva en La Habana
La tesis del destituido canciller, que ha estado muy activo en sus redes sociales desde que fue definitivamente relevado como jefe de la diplomacia por Luis Gilberto Murillo el mes pasado, ha hecho desempolvar los libros sobre la dif¨ªcil negociaci¨®n de paz con las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que se extendi¨® por cuatro a?os. En un momento dado, los di¨¢logos de La Habana se estancaron en torno al espinoso punto de justicia. Las discusiones llegaron a un punto muerto. Las partes decidieron entonces crear un grupo de juristas para superar el impase, tres escogidos por el Gobierno y otros tres por las FARC.
Santos eligi¨® a Manuel Jos¨¦ Cepeda, Juan Carlos Henao ¨Cel rector del Externado de Colombia que falleci¨® en enero¨C y, por sugerencia del enviado especial del gobierno estadounidense, a Douglas Cassel, experto en derechos humanos y derecho internacional humanitario. La guerrilla seleccion¨® al defensor de derechos humanos Diego Mart¨ªnez, al abogado y pol¨ªtico espa?ol Enrique Santiago y al propio Leyva. ¡°Un camino riesgoso, porque qued¨® una brizna de ambig¨¹edad en su mandato¡±, rememora De la Calle en su libro Revelaciones al final de una guerra (Debate, 2019). ¡°De nuestro lado, entendimos que se trataba de un grupo encargado de brindar asesor¨ªa, sugerencias e iniciativas para que fueran consideradas en la Mesa de Negociaci¨®n. Las FARC creyeron que, por el contrario, se trataba de un escenario de negociaci¨®n pleno, aut¨®nomo¡±, relata en su detallado testimonio de las negociaciones. Sergio Jaramillo y ?lvaro Leyva acabaron por redactar un documento de 10 puntos que conten¨ªa la m¨¦dula central de la f¨®rmula de justicia, y que despu¨¦s acab¨® por alumbrar la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz, el sistema de justicia transicional.
El excomisionado Jaramillo recuerda el papel de Leyva como el de ¡°un asesor de las FARC, muy cercano a Iv¨¢n M¨¢rquez¡±, el jefe negociador de la guerrilla que acab¨® por incumplir los acuerdos, retomar las armas y ahora se prepara, como l¨ªder de la Segunda Marquetalia, para sentarse a dialogar con el Gobierno Petro en el marco de la pol¨ªtica de paz total. Define a Leyva como un negociador en representaci¨®n de las FARC en los temas de la JEP y tambi¨¦n de la introducci¨®n del acuerdo.
El abogado Diego Mart¨ªnez, que conform¨® junto a Leyva el grupo de juristas, observa que su posici¨®n sobre la Constituyente ha venido matiz¨¢ndose. ¡°Puedo decir de manera clara que el acuerdo no convoca una Asamblea Nacional Constituyente¡±, afirma en di¨¢logo con EL PA?S. ¡°Leyva ha jugado un papel muy importante, pero siento que este debate est¨¢ minando la legitimidad de un acuerdo de paz que recoge todo un consenso nacional, inclusive de los sectores del No. Ya no nos corresponde discutirlo, sino implementarlo¡±.
El canciller de la paz total ca¨ªdo en desgracia
¡°El sindicato del pasado no nos va a quitar el futuro¡±, ha repetido esta semana Leyva, que a sus 81 a?os lo ha sido casi todo en la pol¨ªtica colombiana. Desde que fue secretario privado del presidente Misael Pastrana en 1970, ha sido concejal de Bogot¨¢, representante a la C¨¢mara, senador, ministro de Minas de Belisario Betancur (1982-1986) y miembro de la Asamblea Nacional Constituyente que redact¨® la carta pol¨ªtica de 1991, como parte de las listas de la Alianza Democr¨¢tica M-19.
En su paso por la Canciller¨ªa, Leyva sol¨ªa presentarse como ministro de Relaciones Exteriores y Paz de Colombia, un t¨ªtulo que no es oficial. Desde que Petro lleg¨® al poder puso la diplomacia colombiana al servicio de su proyecto de paz total, con el que se propone dialogar en simult¨¢neo con m¨²ltiples grupos armados. ¡°Colombia aportar¨¢ al mundo todo su esfuerzo para superar la crisis clim¨¢tica y del mundo esperamos todo el esfuerzo para superar nuestra violencia end¨¦mica¡±, declar¨® cuando anunci¨® que Leyva ser¨ªa su canciller, antes de posesionarse.
Entre sus logros tempranos, Colombia restableci¨® muy pronto las relaciones con el Gobierno chavista de Venezuela ¨Crotas desde 2019¨C y las enderez¨® con Cuba ¨Cmaltrechas ante la hostilidad diplom¨¢tica del periodo de Iv¨¢n Duque¨C. Tanto Caracas como La Habana se convirtieron en pa¨ªses garantes de las mesas con la guerrilla del ELN y las agrupaciones de disidencias de las FARC. La gesti¨®n de Leyva, sin embargo, fue muy criticada por privilegiar esa agenda de negociaciones por encima de los dem¨¢s intereses diplom¨¢ticos de Colombia, y tambi¨¦n por los nombramientos de pol¨ªticos cuestionados en misiones diplom¨¢ticas.
Mucho antes de su teor¨ªa sobre la Constituyente, Leyva ya hab¨ªa causado desconcierto con sus ataques a la JEP, al tiempo que promov¨ªa que el tribunal aceptara a los antiguos jefes paramilitares que ya hab¨ªan tenido su propio sistema de justicia. ¡°Nos preocupa que la instituci¨®n modelo para el mundo entero, aquella dise?ada para hacer justicia tras d¨¦cadas de horrible conflicto interno, (¡) se est¨¦ descarrilando de lo plasmado con enorme esfuerzo¡±, le dijo al Consejo de Seguridad de la ONU en octubre del a?o pasado durante la presentaci¨®n del informe trimestral de la Misi¨®n de Verificaci¨®n en Colombia. Fue apenas uno de varios dardos lanzados contra la JEP. El presidente Petro ha retomado esos reparos en m¨¢s de una ocasi¨®n.
El tribunal de paz, que ha contado con un robusto y sostenido respaldo de la comunidad internacional, respondi¨® en su d¨ªa con un comunicado en el que reivindic¨® su independencia frente a los dem¨¢s poderes p¨²blicos. ¡°El hecho de que la JEP haya sido creada en virtud del Acuerdo Final de Paz no les confiere tutor¨ªa alguna sobre su gesti¨®n a las partes firmantes¡±, se?al¨®. ¡°Respetar el Acuerdo Final de Paz es tambi¨¦n respetar la autonom¨ªa de la JEP¡±, apuntill¨®.
Con Leyva, la Canciller¨ªa organiz¨® dos ¡°encuentros por la verdad y la no repetici¨®n¡± con el protagonismo de antiguos jefes paramilitares. Uno en mayo de 2023 en Juan Fr¨ªo, el lugar sobre la frontera con Venezuela donde las Autodefensas Unidas de Colombia instalaron por primera vez hornos crematorios para desaparecer los cuerpos de sus v¨ªctimas, en el que particip¨® Salvatore Mancuso con un video desde el centro de detenci¨®n en que se encontraba en Estados Unidos. Y otro en agosto de ese a?o con Carlos Mario Jim¨¦nez, Macaco, en Bogot¨¢. Tras un amplio debate, la JEP acept¨® a finales de 2023 a Mancuso, que lleg¨® al pa¨ªs en febrero despu¨¦s de casi 15 a?os en Estados Unidos.
Leyva tambi¨¦n pidi¨® a la ONU, en abril del 2023, investigar lo que tanto ¨¦l como Petro calificaron de ¡°entrampamiento¡± a la paz, que es en alguna medida el argumento con el que Iv¨¢n M¨¢rquez habla de los incumplimientos que lo llevaron a rearmarse. El pasado marzo, la experta de la ONU Antonia Urrejola concluy¨® que s¨ª hubo reiterados obst¨¢culos a los acuerdos, aunque no calific¨® esos episodios como un ¡°entrampamiento¡±.
Rodeado constantemente por la controversia, m¨¢s all¨¢ de algunas salidas diplom¨¢ticas en falso, fue la millonaria licitaci¨®n de pasaportes el episodio que lo puso contra las cuerdas, al punto de acabar enfrentado en los pasillos de la Casa de Nari?o con la entonces directora de la Agencia Nacional de Defensa Jur¨ªdica del Estado, Martha Luc¨ªa Zamora, que defend¨ªa la conveniencia de conciliar con la firma Thomas Greg & Sons. ¡°Usted no cuida al presidente¡±, la increp¨® Leyva, seg¨²n la reconstrucci¨®n que hizo el periodista Daniel Coronell en W Radio. ¡°A m¨ª qu¨¦ me importa que condenen al Estado. Con lo que se demora un proceso en Colombia. Notif¨ªqueme en la tumba, cuando salga el resultado de ese pleito ya voy a estar muerto¡±, dijo el canciller a los gritos. En su d¨ªa, Petro tom¨® partido por Leyva y dej¨® caer a Zamora. El l¨ªo de los pasaportes, en cualquier caso, provoc¨® la suspensi¨®n que acab¨® por sacarlo del Palacio de San Carlos. Eso no necesariamente quiere decir que el presidente Petro haya dejado de escucharlo.
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