El drama de los exmilitares colombianos detenidos en Rusia tras hacer escala en Caracas: ¡°Ellos no son mercenarios¡±
La historia de Jos¨¦ Ar¨®n Medina y Alexander Ante, que combatieron en la guerra de Ucrania antes de hacer una parada en Venezuela, sigue rodeada de misterio
¡°Amor, estamos aqu¨ª en Caracas¡±. Un mapa con la geolocalizaci¨®n del aeropuerto internacional de Maiquet¨ªa, donde hac¨ªa escala en su regreso a Colombia despu¨¦s de haber combatido varios meses en Ucrania, ese escueto mensaje de WhatsApp y una videollamada de tres minutos que termin¨® de forma abrupta el 18 de julio a las 5.30 de la tarde fue lo ¨²ltimo que supo Cielo Paz de su esposo, Jos¨¦ Ar¨®n Medina, durante las seis largas semanas en que estuvo desaparecido. Solo hasta el 30 de agosto volvi¨® a tener noticias de su marido, al identificarlo en un video divulgado por el Servicio Federal de Seguridad de Rusia, la antigua KGB. Junto a su compa?ero Alexander Ante, otro exmilitar colombiano del departamento del Cauca que luch¨® en el ej¨¦rcito ucranio, fueron detenidos y un tribunal de Mosc¨² los acusa de ser mercenarios, lo que puede acarrearles 15 a?os de prisi¨®n.
Qu¨¦ ocurri¨® exactamente en esas seis semanas, cu¨¢ndo y c¨®mo recorrieron los casi 10.000 kil¨®metros que separan a Caracas de Mosc¨², siguen siendo cabos sueltos ante el hermetismo de las autoridades venezolanas. Sus familiares no han obtenido respuestas, y su gesti¨®n ante la embajada venezolana en Bogot¨¢ fue desatendida. Diez d¨ªas despu¨¦s de su desaparici¨®n, el 28 de julio, Venezuela celebr¨® las elecciones presidenciales de las que Nicol¨¢s Maduro se ha proclamado ganador sin mostrar ninguna evidencia cre¨ªble de ese resultado. Rusia es uno de los pocos pa¨ªses que ha reconocido la reelecci¨®n de Maduro. Tambi¨¦n fue un salvavidas financiero cuando el cerco sancionatorio de Estados Unidos complic¨® la comercializaci¨®n del crudo venezolano, por lo que el heredero de Hugo Ch¨¢vez ha correspondido con un apoyo vocal a Mosc¨² con respecto a la invasi¨®n de Ucrania.
El aeropuerto de Maiquet¨ªa se ha convertido en un agujero negro en el que los servicios de inteligencia venezolanos operan con total libertad, un sitio de tr¨¢nsito riesgoso en el que ya han hecho varias detenciones en el ¨²ltimo a?o. La aparente extradici¨®n de los colombianos ha estado rodeada de misterio. Tanto el fiscal general de la Naci¨®n, Tarek William Saab, como el nuevo ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, se han referido al caso de un militar estadounidense detenido en Venezuela hace unos d¨ªas, pero no han dicho una sola palabra sobre los colombianos, un episodio que podr¨ªa afectar las relaciones entre Bogot¨¢ y Caracas en un momento particularmente delicado, cuando el presidente Gustavo Petro insiste en mediar para lograr una salida dialogada de la crisis poselectoral. Ante la solicitud formal de informaci¨®n que realiz¨® Colombia por canales diplom¨¢ticos, la Canciller¨ªa venezolana respondi¨® que hab¨ªa registrado su ingreso el 18 de julio, y no ten¨ªa conocimiento de que estuvieran detenidos en Venezuela.
Medina y Ante pertenecieron al Ej¨¦rcito colombiano. Despu¨¦s estuvieron varios a?os dedicados a labores de seguridad en Popay¨¢n, la capital del Cauca, uno de los departamentos m¨¢s golpeados por el conflicto armado. En una conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico, su esposa describe a Jos¨¦ Ar¨®n Medina, antes de cualquier otro rasgo, como un excelente pap¨¢. Tienen dos hijos, uno de 16 a?os y otra de nueve. ¡°A ¨¦l le gusta mucho el ej¨¦rcito¡±, dice al recordar que fue soldado profesional durante cuatro a?os. Desde entonces, hace ya 15 a?os, trabaj¨® como guardia de seguridad hasta que acept¨® una atractiva oferta econ¨®mica para ir a Ucrania, donde ganaba 12 millones de pesos mensuales (unos 3.000 d¨®lares). Parti¨® en noviembre y estuvo ocho meses en la guerra, hasta que decidi¨® retirarse. ¡°Dijo que ya hab¨ªa visto a muchos compa?eros morir y no iba a arriesgar m¨¢s su vida, as¨ª que decidi¨® regresarse para la casa, pero nunca llegaron¡±, se lamenta Cielo Paz.
La mujer recibi¨® el video gracias a los compa?eros de armas de Medina que siguen en Ucrania, y as¨ª fue como los familiares se enteraron de que hab¨ªa reaparecido en Mosc¨², junto con Ante. La Fiscal¨ªa incluso hab¨ªa publicado sus c¨¢rteles como desaparecidos. ¡°Desde Caracas no recibimos ni una llamada, no sab¨ªamos qu¨¦ hab¨ªa pasado, si estaban vivos o muertos; fueron d¨ªas angustiantes, y hasta ahora no hemos tenido comunicaci¨®n con ellos¡±, se?ala. El martes la llamaron del consulado colombiano en Mosc¨² para informarle que iban a tener un abogado de oficio. A la Canciller¨ªa le pide que los ayuden a regresar a Colombia.
Alexander Ante, de 47 a?os y padre de una ni?a de cinco, tambi¨¦n llevaba cerca de dos d¨¦cadas retirado del Ej¨¦rcito, despu¨¦s de 13 a?os en servicio, y era escolta en el Cauca, cuenta su hermano River Arbey. ¡°Se fueron a prestar un servicio directamente con el ej¨¦rcito ucranio¡±, por invitaci¨®n del presidente Volod¨ªmir Zelenski, subraya. Su hermano se fue de Ucrania despu¨¦s de ocho meses, con la frente en alto y con las puertas abiertas para cuando quisiera volver, defiende. ¡°Ellos no son mercenarios, como los catalogan; mercenarios son los contratados por empresas privadas¡±, subraya.
En el video que se difundi¨® en Rusia, ambos se identifican como miembros del Batall¨®n de Infanter¨ªa N¨²mero 49, denominado Carpathian Sich. Los soldados del batall¨®n 49, muchos de ellos extranjeros, han luchado en los frentes m¨¢s duros. Por momentos, la unidad ha quedado muy disminuida, en particular en el invierno europeo, a finales del a?o pasado. Algunos de sus combatientes han abandonado el frente ante la crudeza de la guerra. ¡°Fue por mucho tiempo ese batall¨®n insignia donde peleaban los colombianos, junto a la legi¨®n internacional¡±, corrobora por tel¨¦fono la periodista colombiana Catalina G¨®mez ?ngel, que ha estado desplegada por largas temporadas como corresponsal de guerra en Ucrania. Ella trabaja ahora mismo en un documental sobre los colombianos en el frente, en su mayor¨ªa exmilitares que se desempe?aban en labores de seguridad. ¡°Suelen ser gente relativamente joven; muchos de ellos, adem¨¢s del dinero, extra?an su vida militar¡±, apunta sobre sus motivaciones.
La presencia colombiana se ha hecho notoria desde hace tiempo. Con las filas ucranias diezmadas por los rigores de la guerra, reciben sin reparos a esos combatientes curtidos en uno de los conflictos armados m¨¢s prolongados del mundo. Con unos 250.000 efectivos, Colombia tiene el segundo ej¨¦rcito m¨¢s grande de Latinoam¨¦rica, despu¨¦s del de Brasil. M¨¢s de 10.000 pasan a retiro cada a?o. Despu¨¦s de la invitaci¨®n expl¨ªcita del presidente Zelenski, en febrero de este a?o, los han reclutado a trav¨¦s de grupos de WhatsApp de exmilitares, pero tambi¨¦n por medio de videos en redes sociales. Llegan al pa¨ªs en guerra por su cuenta, como los dem¨¢s latinoamericanos. Ingresan desde Polonia, cruzan por tierra a Ucrania, que mantiene cerrado su espacio a¨¦reo, pasan por un centro de reclutamiento y atraviesan el pa¨ªs hasta alg¨²n frente en el oriente. Eso explica el llamativo itinerario Varsovia-Madrid-Caracas-Bogot¨¢-Cali que compraron Medina y Ante para su regreso, sin reparar en que presentarse en Maiquet¨ªa con el uniforme militar ucranio los expon¨ªa.
Aunque la Canciller¨ªa colombiana no se ha pronunciado p¨²blicamente sobre los dos exsoldados presumiblemente extraditados a Rusia por Venezuela, s¨ª ha activado las alarmas frente a los combatientes nacionales en general. Ni Ucrania ni Colombia ofrecen cifras concretas sobre cu¨¢ntos colombianos libran esa guerra, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores ha reconocido que ha muerto al menos medio centenar en los ¨²ltimos dos a?os. Tambi¨¦n ha reiterado recientemente que ¡°el Gobierno de Colombia no promueve ni facilita la vinculaci¨®n de ciudadanos colombianos al ej¨¦rcito de Ucrania. Estas decisiones de tipo personal son completamente voluntarias e individuales¡±. El embajador ante el Reino Unido, el exsenador Roy Barreras, incluso advert¨ªa en junio que ¡°quienes se van con la esperanza de ganar un dinero para sus familias, est¨¢n cayendo muertos como moscas. Lo que les pagan no les alcanza ni siquiera para la repatriaci¨®n de sus cad¨¢veres. As¨ª que los est¨¢n usando como carne de ca?¨®n¡±.
El derecho internacional es ambiguo sobre la legalidad de una participaci¨®n extranjera como la de los colombianos en una guerra como la de Ucrania. La Canciller¨ªa y el Ministerio de Defensa colombianos acaban de radicar en el Congreso de la Rep¨²blica un proyecto de ley que busca que se apruebe la Convenci¨®n Internacional contra el Reclutamiento, la Utilizaci¨®n, la Financiaci¨®n y el Entrenamiento de Mercenarios. En otras palabras, buscan que en Colombia se proh¨ªba formalmente el mercenarismo, aunque no es del todo claro que los que van a Ucrania caigan en esa categor¨ªa, pues combaten en un ej¨¦rcito regular, con pagos y beneficios similares a los ciudadanos ucranios. Kiev los considera combatientes legales. La legislaci¨®n rusa, por su parte, considera ilegales a los mercenarios, pero al mismo tiempo es uno de los pa¨ªses que m¨¢s se respalda en empresas privadas y combatientes extranjeros.
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