Tarek William Saab, el poeta y budista amigable que acab¨® como el temido fiscal general de Venezuela
El brazo ejecutor de las decisiones judiciales m¨¢s pol¨¦micas contra activistas y opositores ha surcado un accidentado trayecto para imponer la validez del relato revolucionario en la crisis venezolana
Revolucionario desde su juventud, comprometido militante chavista, poeta, budista, fundador del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, gobernador, Defensor del Pueblo, promotor de conciertos de rock, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, es una de las figuras m¨¢s controvertidas de la plana dirigente chavista que ha ejercido la hegemon¨ªa pol¨ªtica en la Venezuela de los ¨²ltimos 25 a?os.
Abogado, con especializaciones en derecho penal y derechos humanos, Saab fue designado fiscal general en 2017 por la extinta Asamblea Nacional Constituyente, foro que se apropi¨® de las funciones del parlamento electo en 2015, dominado por la oposici¨®n venezolana, inoperante a partir de aquel a?o en medio de masivas protesta antichavistas en todo el pa¨ªs.
Desde entonces, a Saab le ha tocado hacer frente a la bater¨ªa de acusaciones hechas contra el Estado venezolano por los excesos cometidos contra activistas opositores y los presuntos cr¨ªmenes de lesa humanidad acaecidos durante el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro, formulados en varios foros internacionales, muy especialmente en la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos y en la Corte Penal Internacional.
Saab comenz¨® a darse a conocer, sobre todo, por su destacada participaci¨®n como activista en defensa de las v¨ªctimas del Caracazo, del 27 de febrero de 1989, tiempo en el cual se produjeron motines populares generalizados por algunos rezagos econ¨®micos, que el Gobierno democr¨¢tico de entonces enfrent¨® con torpeza y un n¨²mero muy alto de muertos.
Desde entonces, Saab se convirti¨® en un visitante frecuente de las salas de redacci¨®n de Caracas, afable y educado, una fuente habitual para muchos periodistas, trabajando en la intermediaci¨®n de historias no resueltas y fallas en el trabajo de la polic¨ªa.
Nacido en El Tigre, Estado Anzo¨¢tegui, al oriente del pa¨ªs, de 62 a?os, Saab es hijo de una pareja de inmigrantes libaneses. Es divorciado y con hijos. En los a?os ochenta fue seguidor de Douglas Bravo, c¨¦lebre exguerrillero, entonces retirado, y milit¨® en Ruptura, una organizaci¨®n de izquierda radical que descre¨ªa del relato electoral de la democracia.
El tr¨¢nsito al poder y la permanente sobreexposici¨®n p¨²blica con la llegada del chavismo, a partir de 1999, produjeron algunos cambios en este dirigente pol¨ªtico, otrora delgado y con el pelo lacio, cordial y campechano, comprensivo del ejercicio del periodismo.
Devoto militante chavista desde la g¨¦nesis del movimiento, en los a?os noventa, los continuos desencuentros con la prensa y las constantes pugnas con la oposici¨®n lo convirtieron en un personaje desconfiado, irritable, sensible con la cr¨ªtica. Particularmente, a partir de sus a?os como gobernador del estado Anzo¨¢tegui (2004-2012)
El aspecto de Saab comenz¨® a cambiar: frecuente visitante de gimnasios, ya divorciado usaba atuendos informales como gobernador y era un decidido promotor de conciertos de rock en la ciudad de Puerto la Cruz, tradicional destino tur¨ªstico del oriente del pa¨ªs. Con varios tatuajes nuevos, le gustaba ofrecer una imagen juvenil, cercana, orientada al relato revolucionario.
Tarek William Saab se fue convirtiendo en un personaje delicado, explosivo, dif¨ªcil de entrevistar. En ocasiones, altanero. El trabajo controlador de la prensa le sacaba de quicio. Jam¨¢s pudo volver a confiar en las intenciones de la oposici¨®n. Se tomaba como personales los cuestionamientos a su Gobierno. Reaccionaba indignado ante cualquier planteamiento que cuestionara su desempe?o como activista de derecho humanos.
Le ofend¨ªa especialmente que sus adversarios dijeran de ¨¦l aquello que tambi¨¦n dicen de otros chavistas c¨¦lebres, como Jos¨¦ Vicente Rangel o Jorge Rodr¨ªguez: que una vez trepados al poder, al inhibir por la v¨ªa los hechos el derecho a la alternabilidad pol¨ªtica, han terminado cometiendo excesos similares, o peores, a los denunciados en el marco democr¨¢tico del pasado.
Frecuentemente cuestionado por alineamiento con el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro, defendido a capa y espada en los escenarios internacionales, Saab no es, precisamente, el fiscal de un gobierno democr¨¢tico convencional, sino el de un estado revolucionario. Un estado que nadie ha decretado y no est¨¢ en la Constituci¨®n, pero la ¨²nica realidad a la cual el oficialismo, como cuerpo pol¨ªtico en el estado nacional, responde.
En plena crisis pol¨ªtica de 2017, uno de sus hijos, Yibram, se solidariz¨® con las protestas opositoras de aquel entonces y los estudiantes asesinados en enfrentamientos con la polic¨ªa bolivariana, cuestionando p¨²blicamente las posturas de padre. Este pronunciamiento dijo haberlo hecho inspirado ¡°en los principios y valores¡± que este le habr¨ªa inculcado. Saab, el fiscal, pidi¨® respeto para las opiniones de su hijo, que fueron usadas sin piedad en las redes sociales por sus adversarios.
¡°Recib¨ª una especie de cartel trasnacional del delito, del crimen organizado, totalmente estructurado para delinquir¡±, afirm¨® ¨¦l mismo del Ministerio P¨²blico, su despacho, al comentar sus frecuentes operativos anti corrupci¨®n y criticar con su dureza a su antecesora, Luisa Ortega D¨ªaz, en uno de sus informes al parlamento.
Sancionado en varios pa¨ªses por conspirar para socavar la democracia y su falta de independencia para investigar los excesos del ejecutivo en materia de derechos humanos, Tarek William Saab es autor de 13 libros de poes¨ªa, estrella de los fondos editoriales del Estado, y presencia frecuente en los encuentros culturales oficialistas.
Bajo su gesti¨®n se ha adelantado una pol¨ªtica particularmente agresiva e in¨¦dita para la protecci¨®n animal, con instrumentos legales en los cuales se contemplan severas penas para los infractores; y ha pescado con asertividad demandas populares o evidentes injusticias que se viralizan en las redes sociales para establecer alguna idea de justicia oportuna.
¡°Viene la Corte Penal Internacional -atendiendo en origen y esencia a presiones pol¨ªticas de los centros de poder mundial, a tutelar, sin raz¨®n jur¨ªdica alguna, el trabajo independiente de la justicia venezolana en reivindicaci¨®n de la dignidad humana¡±, dijo en uno de sus pronunciamientos recientes.
Siga toda la informaci¨®n de El PA?S Am¨¦rica en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.