Somos naturaleza
Cada ¨¢rbol plantado y cada r¨ªo limpiado son actos de amor hacia nuestra casa y hacia nosotros mismos. La naturaleza no es solo un recurso por explotar, sino un hogar que merece ser protegido
La palabra ¡°naturaleza¡± se deriva del griego ¡°physis¡±. En la antigua filosof¨ªa griega, ¡°physis¡± no solo se refer¨ªa a lo f¨ªsico, sino que englobaba la esencia de todas las cosas, el principio vital que anima el universo. La naturaleza era vista como manifestaci¨®n de la belleza, la armon¨ªa y el orden. En ese sentido, los griegos comprend¨ªan que este principio nos habla, nos ense?a y nos conecta con algo m¨¢s grande que nosotros mismos. De hecho, diferentes culturas han impregnado la naturaleza de un sentido de sacralidad y respeto. Pregunt¨¦monos, entonces: ?En qu¨¦ momento dejamos de sentirnos parte de ella? ?Hemos dejado de estremecernos ante la belleza de un bosque, la majestuosidad de un ¨¢rbol centenario, la vastedad de un oc¨¦ano o la delicadeza de una flor? ?Hemos olvidado lo peque?os que somos como parte de un todo que es el universo?
Estas preguntas son pertinentes para nuestra meditaci¨®n personal en el contexto de la COP16 que se celebra por estos d¨ªas en Colombia, y que tiene entre sus objetivos poner en marcha un marco global de biodiversidad, adem¨¢s de hacer seguimiento a las acciones que los l¨ªderes mundiales han propuesto para promover la vida en armon¨ªa con el planeta. Estos temas, que parecen alejados del ciudadano com¨²n, habitan en la cotidianidad de nuestras acciones como parte de la naturaleza que somos. Desconectarnos de ella no solo nos aleja del respeto y cuidado que merece, tambi¨¦n nos priva de su sabidur¨ªa.
Reencontrarnos con esa sabidur¨ªa es esencial; ser y sentirnos parte de la naturaleza adquiere un sentido de urgencia. Por ello, es conmovedor encontrar iniciativas como la de los ni?os, las ni?as y los j¨®venes del pa¨ªs, quienes han construido un manifiesto titulado Somos uno con la naturaleza: propuestas para reimaginar el futuro y cambiar el presente. En un momento cr¨ªtico para el futuro del planeta, hacen un poderoso llamado a la acci¨®n. El documento, adem¨¢s de proponer soluciones, nos inspira a todos para ser parte de un cambio necesario y urgente para la supervivencia de nuestro hogar.
Este manifiesto, liderado por cuatro universidades ¡ªEafit, Icesi, Uninorte, Cesa¡ª, resuena con la idea presentada en la enc¨ªclica Laudato Si, del papa Francisco, que nos invita a considerar la Tierra como nuestra ¡°casa com¨²n¡± y hace un llamado a la interconexi¨®n entre todos los seres vivos para actuar con responsabilidad y compasi¨®n. Cada ¨¢rbol plantado y cada r¨ªo limpiado son actos de amor hacia nuestra casa y hacia nosotros mismos. En este sentido, la naturaleza no es solo un recurso por explotar, sino un hogar que merece ser protegido. Se trata de una ecolog¨ªa de la vida cotidiana, basada en el amor como acci¨®n pol¨ªtica referida al cuidado del entorno.
La meditaci¨®n sobre la biodiversidad es una preocupaci¨®n por la sacralidad de la vida en todas sus formas. Karen Armstrong, en La naturaleza sagrada, nos propone ver el mundo no solo a trav¨¦s de un lente utilitario, sino como un espacio en el que cada ser tiene un prop¨®sito y un valor intr¨ªnseco. Esta perspectiva nos desaf¨ªa a replantear nuestras prioridades y a reconocer que proteger la naturaleza es una cuesti¨®n de ¨¦tica y justicia.
Precisamente, en el manifiesto los ni?os, las ni?as y los j¨®venes nos proponen soluciones concretas para mitigar el impacto del cambio clim¨¢tico y promover un consumo responsable. Desde la reforestaci¨®n masiva hasta el fomento de la pesca sostenible, al exigir una adecuada gesti¨®n de residuos y la limpieza de los recursos h¨ªdricos, nos instan a reconsiderar nuestras pr¨¢cticas diarias y a actuar en consecuencia. Iniciativas como ¡°Hoteles para insectos¡± son ejemplos creativos que buscan aumentar la poblaci¨®n de polinizadores y mejorar la biodiversidad urbana. Cada acci¨®n, por peque?a que sea, cuenta en el prop¨®sito de preservar nuestro entorno.
Ante el inmenso desaf¨ªo que enfrentamos, la educaci¨®n ambiental emerge como un pilar esencial para el cambio. La formaci¨®n de una conciencia ecol¨®gica desde la infancia es un acto de sabidur¨ªa que nos prepara para ser guardianes responsables de nuestro mundo. La educaci¨®n, en su esencia m¨¢s pura, implica la transmisi¨®n de valores que nos conectan con nuestra humanidad y con el entorno que habitamos. La naturaleza nos ofrece un refugio que enlaza la ciencia con la humanidad, y las preguntas sobre los fen¨®menos f¨ªsicos y biol¨®gicos tambi¨¦n forman parte de las cuestiones sobre el ser. Es un campo magn¨ªfico para aprender a vivir, activar la curiosidad y alertarnos sobre la salud del planeta como parte de nuestra vida en comunidad.
Es as¨ª como nos enfrentamos a la pregunta crucial: ?Qu¨¦ pasos estamos dispuestos a dar hoy para contribuir a un futuro m¨¢s sostenible? La voz de los ni?os, las ni?as y los j¨®venes es una invitaci¨®n a reflexionar sobre nuestro papel en este vasto tejido de vida. Escuchemos sus preocupaciones y trabajemos juntos para construir un futuro donde la naturaleza y la humanidad coexistan en armon¨ªa.
El momento de actuar es ahora. Cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia y contribuir a la creaci¨®n de un mundo que honre la belleza y la complejidad de la vida. Al hacerlo, transformamos nuestro entorno y cultivamos la esperanza de un futuro m¨¢s brillante para las generaciones venideras. Sentir que somos naturaleza es encontrarnos con el sentido del buen vivir, un vivir que convoca el cuidado del ser, de los que nos son cercanos y de aquello que se constituye en bien com¨²n.
Encuentra y comparte el manifiesto Somos uno con la naturaleza: propuestas para reimaginar el futuro y cambiar el presente en https://alianza4u.co/manifiesto-cop16-en-4u/
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