La violencia digital contra las periodistas colombianas crece tras llamarlas Petro ¡°mu?ecas de la mafia¡±
El presidente logr¨® que la expresi¨®n se volviera la m¨¢s popular para insultar a todo tipo de reporteras
Desde 2009 y hasta el 30 de agosto de este a?o, Las Mu?ecas de la Mafia fue una exitosa telenovela donde Amparo Grisales brillaba como protagonista. Pero ese viernes el show cambi¨® de tarima, el protagonismo se lo rob¨® el presidente, las se?aladas de ser t¨ªteres de los mafiosos fueron otras. ¡°Las periodistas del poder, las mu?ecas de la mafia, construyeron la tesis del terrorismo en la protesta¡±, dijo Gustavo Petro en un discurso desde Nuqu¨ª, Choc¨®, en referencia a manifestaciones de 2021. No dio nombres de periodistas, no dio pruebas de qu¨¦ mafias, no se?al¨® un art¨ªculo en particular. Sin detalles, cualquier ciudadano era libre de interpretar de qui¨¦n estaba hablando. Dos d¨ªas despu¨¦s, la Presidencia retransmiti¨® el discurso en televisi¨®n nacional.
¡°Aunque es ch¨¦vere que la gente use todav¨ªa el t¨ªtulo de la serie que se hizo hace tantos a?os, no puedo creer que lo usen para referirse a mujeres periodistas que hacen su trabajo con tanta valent¨ªa, ?Absurdo!¡±, dijo a El PA?S una persona central de la producci¨®n de la telenovela y quien prefiere no dar su nombre. Otra persona, el director de la serie Luis Alberto Restrepo, dice que esta fue sobre mujeres usadas como mercanc¨ªa por los narcos, como si fueran una moto o una finca m¨¢s. ¡°Me imagino que lo que quiere decir el presidente es que unas periodistas trabajan para intereses oscuros¡±, dice Restrepo. Pero la novela, en realidad, ¡°es sobre la tragedia que sufren esas mujeres en este pa¨ªs¡±.
Han pasado dos meses desde que el jefe de Estado us¨® el nombre de la narconovela para insultar a mujeres periodistas. Desde entonces, cada semana, alguna reportera es acusada de ser una mu?eca de la mafia. Como cuando Donald Trump populariz¨® el t¨¦rmino fake news, para desacreditar a los medios, en Colombia ¡°mu?ecas de la mafia¡¯' se peg¨® al mundo digital como un chicle para insultar a diferentes periodistas.
De acuerdo a un estudio de Linterna Verde, organizaci¨®n que hace seguimiento al discurso digital, en los siete d¨ªas posteriores al discurso hubo al menos 300.000 publicaciones en X ¨Dposts nuevos, retuits o tuits citados¨D en las que la palabra periodista estaba asociada a ¡°mu?eca de la mafia¡±. ¡°Hay una muestra considerable de contenido problem¨¢tico, ofensivo o de odio contra mujeres periodistas empleando esa expresi¨®n¡±, dice la investigaci¨®n.
Los ataques se dispararon en todas las direcciones. ¡°Usted si es una mu?eca de la mafia¡±, dijo un tuitero a Camila Zuluaga, directora de un programa de noticias en Blu Radio. ¡°Peona y sirvienta de La Oficina [organizaci¨®n de sicarios de Pablo Escobar]¡±, le dijeron a la directora del peri¨®dico El Colombiano, Luz Mar¨ªa Sierra. ¡°Aqu¨ª una mu?eca de la mafia, aceptando su condici¨®n de mafiosa¡±, recibi¨® Vanessa de la Torre, de Caracol Radio. ¡°M¨¢s falso que una mu?eca de la mafia, PREPAGOSA de la NARCOCRACIA de TRAQUETOLANDIA¡±, le dijeron a Paula Bol¨ªvar, de W Radio. ¡°Esta mu?eca de la mafia guerrillera¡±, le dijo otro a Maria Jimena Duz¨¢n, columnista y directora del podcast A Fondo.
El nuevo insulto incluso se usa para se?alar a todo un medio. ¡°La Silla Vac¨ªa, la otra mu?eca de la mafia¡±, le dijeron al portal pol¨ªtico. A Volc¨¢nicas, una p¨¢gina feminista dirigida por mujeres, la llamaron ¡°mu?ecas de la mafia¡± cuando public¨® una investigaci¨®n contra un aliado de Petro, Hollman Morris, se?alado de acoso laboral. ¡°Yo siempre he dicho que las mujeres periodistas en Colombia son putas del micr¨®fono, terroristas, fufurufas de sus jefes¡±, les dijo un tuitero comentando la publicaci¨®n.
Ante las cr¨ªticas por usar un lenguaje estigmatizante que se volvi¨® viral, algunos seguidores de Petro y el mismo presidente aclararon que el mandatario no se refer¨ªa a absolutamente todas las periodistas. ¡°Las periodistas no son mu?ecas de la mafia, pero la mafia ha tenido periodistas a sueldo, o se nos olvid¨®. Periodismo es investigar la verdad del poder¡±, escribi¨® el 31 de agosto.
Los ataques contra Mar¨ªa Jimena Duz¨¢n son particulares porque muestran c¨®mo el insulto se prendi¨® incluso contra periodistas reconocidas por investigar al poder. ¡°Yo no soy mu?eca de nadie. Al contrario, lo que he hecho toda mi carrera es denunciar a la mafia¡±, dice ella por tel¨¦fono a EL PA?S. ¡°Creo que el presidente no entiende que cuando lanza un mensaje de esta categor¨ªa, con ese nivel de estigmatizaci¨®n, eso tiene un efecto inmediato: los bots lo reproducen, el odio se reproduce.¡±. A?ade que, si se va a hablar del poder en el periodismo, es curioso que Petro se enfoque en las mujeres, cuando ¡°?los hombres siempre han dominado en los medios!¡±.
Detr¨¢s del factor Vicky D¨¢vila
En redes, varios petristas se?alaron que el presidente no se refer¨ªa a todas las periodistas, pero s¨ª a una, Vicky D¨¢vila, la directora de la revista Semana, quien tiene posturas de derecha y recientemente anunci¨® que ser¨¢ candidata a la presidencia en 2026. Varias reporteras abrieron un debate al respecto, unas en privado y otras en p¨²blico. Ellas critican la forma en la que D¨¢vila ha usado el periodismo para hacer campa?a, pero tambi¨¦n critican que se le ataque con calificativos mis¨®ginos, asumiendo que es como es porque es la mujer de alguien, y no porque se le da la gana.
¡°Me parece que lo que est¨¢ haciendo Vicky D¨¢vila en este momento, haciendo campa?a presidencial desde su plataforma Semana, es falta de ¨¦tica¡±, escribi¨® en un foro Ita Maria, editora de Volc¨¢nicas. ¡±Pero usar el calificativo mu?ecas ya tiene una carga mis¨®gina, ineludible, meti¨¦ndose en la vida ¨ªntima, directamente en la sexualidad de las mujeres¡±.
El estudio de Linterna Verde destaca que, en los siete d¨ªas posteriores al discurso de Petro, hubo al menos 1.405 mensajes expl¨ªcitos en X contra ella con la expresi¨®n ¡°mu?eca de la mafia¡±. Si ese insulto se ha reducido con el pasar de las semanas para otras, no as¨ª para con D¨¢vila. Un lunes a finales de octubre, este peri¨®dico cont¨® al menos un trino insultante por hora con esa expresi¨®n.
Vicky D¨¢vila opina que ¡°el odio del presidente¡± se debe a sus investigaciones en Semana, como sus entrevistas al hijo mayor del presidente (Nicol¨¢s Petro), su exesposa (Day V¨¢squez) y el pol¨ªtico Armando Benedetti, quienes se?alaron irregularidades en la financiaci¨®n de la campa?a presidencial. ¡°Yo tomo los ataques, las amenazas, como una venganza¡±, dice por mensaje de texto. ¡°Petro es mis¨®gino, machista. No respeta a las mujeres; si somos periodistas, menos¡±.
M¨¢s all¨¢ de la figura visible y pol¨¦mica de D¨¢vila, otras periodistas reciben el insulto en su vida diaria. M¨¢ryuri Trujillo, por ejemplo, es la corresponsal de Noticias Caracol en el Tolima. A finales de octubre, cuenta a EL PA?S, cubri¨® en Ibagu¨¦, la capital, una protesta del magisterio ¡ªun sector que conoce bien porque su madre es una maestra pensionada¨D. Fue una marcha menos tranquila de lo esperada. ¡°Unas se?oras con una pancarta que dec¨ªa ¡®medios mentirosos¡¯ se acercaron al carro donde iba, empezaron a gritarme. Luego otros que pasaban junto al carro me gritaban: ¡®miren a esta mu?eca de la mafia, miren a esta prostituta¡±, cuenta Trujillo. Ella no respondi¨®.
¡°Una mujer en esa situaci¨®n es m¨¢s vulnerable, me imagino que si yo fuera hombre quiz¨¢s esas dos mujeres no se hubieran parado frente al carro a gritarme¡±, a?ade. En algunos casos, toma los insultos con humor. ¡°Una vez le respond¨ª a otra persona que me grit¨® que yo era una mu?eca de la mafia: ¡®?pues ojal¨¢ yo tuviera un Toyota, si yo soy una mu?eca del Sisben¡°, cuenta.
En una inusual ocasi¨®n, pudo responder directamente al presidente por sus expresiones contra los medios. Durante la campa?a presidencial, cuenta Trujillo, Petro visit¨® su pueblo, L¨ªbano. En la plaza, el candidato empez¨® a alegar que los medios nacionales, como Noticias Caracol o RCN, no quer¨ªan mostrar la realidad del pa¨ªs y no lo quer¨ªan escuchar. ¡°??Y yo qu¨¦ hago entonces aqu¨ª?!¡±, le grit¨® ella desde abajo de la tarima, donde grababa el discurso para el noticiero.
¡°Si Petro tiene un problema con un periodista, que lo diga bien, que no nos estigmatice a todos¡±, pide Trujillo. ¡°A m¨ª el tipo no me cae mal, tiene unas ideas ch¨¦veres, pero con su guerra contra los medios desdibuja todo. Un hombre tan inteligente deber¨ªa ver que, por ejemplo, los periodistas de la regi¨®n somos obreros del periodismo¡±.
Un problema sin soluciones claras
Un mes despu¨¦s del discurso del presidente en Nuqu¨ª, 19 periodistas, entre las que est¨¢n Camila Zuluaga, Mar¨ªa Jimena Duz¨¢n y Luz Mar¨ªa Sierra, pidieron que los jueces intervinieran. Representadas por la Fundaci¨®n para la Libertad de Prensa (FLIP), y la organizaci¨®n El Veinte, de la abogada Ana Bejarano, interpusieron una tutela exigiendo al jefe de Estado su retractaci¨®n y el reconocimiento de su deber de proteger a la prensa con sus expresiones.
¡°La libertad de expresi¨®n no la regulan las leyes, menos mal, pero los jueces sirven mucho para garantizarla¡±, dice Bejarano a EL PA?S. ¡°Hace unos a?os defender la libertad de expresi¨®n era solo ver si la gente puede expresarse o no, pero ahora tambi¨¦n cobija las expresiones que usamos. Lo que dice el presidente coge mucha tracci¨®n en el debate, y ac¨¢ estaba haciendo un s¨ªmil doloroso, da?ino, estigmatizante, en un pa¨ªs donde decirle a alguien prostituta y de la mafia puede tener consecuencias importantes¡±.
De acuerdo al ¨ªndice de referencia de la ONG francesa Reporteros sin Fronteras, Colombia sigue siendo uno de los pa¨ªses m¨¢s peligrosos del mundo para ejercer el periodismo: ocupa el puesto 119 de 179 pa¨ªses. En 2023, de acuerdo a cifras de la FLIP, 158 periodistas fueron amenazados y uno de ellos asesinado. En lo que va del 2024, 172 han sido amenazados, y dos asesinados.
Si bien Colombia permite expresarse, hay sanciones penales contra discursos no permitidos. ¡°En el c¨®digo penal no est¨¢ permitido el discurso que promueva la violencia basada en g¨¦nero, la transfobia o la misoginia¡±, a?ade Bejarano. Las reglas indican que un presidente tiene derecho a compartir su opini¨®n, pero que tiene que ser muy diligente en contrastar los hechos, y muy cuidadoso con sus palabras para no vulnerar derechos. Porque, va en la l¨®gica, toda comunicaci¨®n que hace un presidente p¨²blicamente es considerada un acto oficial.
El Consejo de Estado ha considerado que la tutela es improcedente, pero las periodistas ya impugnaron para que la revise una segunda instancia. La Presidencia de la Rep¨²blica ha argumentado que a las periodistas no se les vulnera un derecho fundamental porque no se se?al¨® a nadie en particular, y considera que el presidente ya se retract¨® con aquel tuit que comparti¨® el 31 de agosto diciendo que bueno, no son mu?ecas, ¡°pero la mafia ha tenido periodistas a sueldo¡±. Para Bejarano es claro que ese trino no tiene el mismo alcance que un discurso presidencial que fue transmitido dos veces y que s¨ª vulner¨® derechos fundamentales, como los de igualdad y no discriminaci¨®n, o el de una vida libre de violencia. Adem¨¢s, se?ala que fue una reiteraci¨®n de la expresi¨®n estigmatizante, no una retractaci¨®n.
Camila Zuluaga, quien apoya la tutela, cuenta a EL PA?S que se ha cuestionado cu¨¢l es la mejor v¨ªa para cambiar la actitud del presidente frente a los medios de comunicaci¨®n, a los que ve como opositores. Al final, el presidente tiene una pelea con los medios que va m¨¢s all¨¢ de las ¡°mu?ecas de la mafia¡±.
¡°El Gobierno tiene una agenda clar¨ªsima: quiere manejar el discurso p¨²blico, ganar un debate ideol¨®gico¡±, cuenta Zuluaga por tel¨¦fono desde Washington, donde cubri¨® las elecciones norteamericanas. ¡°Como Trump, ha encontrado en los periodistas un enemigo muy rentable. Matonearlos les es muy muy rentable¡±, a?ade. Tanto que responderles se puede sentir caer en una trampa de los l¨ªderes pol¨ªticos.
Para entender la actitud de Petro hacia los medios, Zuluaga se?ala una entrevista que recientemente le hizo un canal p¨²blico, que depende del Ejecutivo, al pol¨ªtico espa?ol de izquierdas Pablo Iglesias. ¡±Si hay algo que me encanta de Gustavo Petro es que llama a los delincuentes con carnet de periodista, delincuentes, y eso es muy importante hacerlo¡±, dice all¨ª Iglesias.
En esa mirada, los medios siempre son instrumentos de poderosos sectores olig¨¢rquicos, m¨¢quinas de manipulaci¨®n de sus due?os. Por eso, dice, a los periodistas hay que decirles en la cara frases como ¡°usted es un agente de los poderes olig¨¢rquicos, usted es adem¨¢s alguien que gana much¨ªsimo dinero y es un profesional de mentir¡±. Bajo esa premisa no hay espacio para respetar el trabajo de una mujer que se declara obrera de los medios, como M¨¢ryuri Trujillo. Mientras sean de medios tradicionales, todas son sospechosas, todas instrumentos de manipulaci¨®n, todas solo t¨ªteres de un patr¨®n.
El golpe real en la salud mental
¡°Los ej¨¦rcitos de bodegas [en redes sociales] se han convertido en un elemento m¨¢s de la maquinaria pol¨ªtica: un pol¨ªtico hoy en d¨ªa tiene l¨ªderes, burocracia, pero tambi¨¦n blogs o matoneadores en redes¡±, dice Laura Ardila, periodista que public¨® un c¨¦lebre libro sobre una familia pol¨ªtica muy poderosa en la costa Caribe colombiana, los Char, y es experta en el an¨¢lisis de las maquinarias tradicionales. Ahora se ha enfrentado a la otra maquinaria, la de la violencia digital.
A mediados del a?o pasado, cuando cont¨® p¨²blicamente que la editorial Planeta hab¨ªa decidido en ¨²ltimo momento no publicar su libro, Ardila recibi¨® una avalancha de ataques digitales en X: en seis d¨ªas, cont¨® el portal ColombiaCheck, al menos 242 tuits, citas de tuits y respuestas a trinos atacaron su trabajo, sus intenciones, y su persona. Ven¨ªan de ¡°cuentas relacionadas entre s¨ª o vinculadas con grupos cercanos a los clanes Char y Daes, de Barranquilla¡±.
Amenazada y acosada en redes, Ardila sali¨® este a?o hacia Espa?a, para estudiar. Cuando se conoci¨® la noticia de su salida, el presidente Petro volvi¨® al tema de la mafia. ¡°Aqu¨ª tenemos como la mafia ataca a una periodista de verdad¡±, dijo en X. Ardila, poco halagada por el trino, opina que el comentario vuelve a estigmatizarlas a todas. ¡°Me ofende mucho lo que dice, me parece impresentable que un primer mandatario lance esa expresi¨®n contra todas las periodistas instrumentalizando mi situaci¨®n¡±, cuenta. D¨ªas despu¨¦s de ese trino, ella escribi¨® algo cr¨ªtico al mandatario. ¡°Inmediatamente me escribi¨® alguien: ¡®Ac¨¢ otra que aspira a ser mu?eca de la mafia¡°, cuenta Ardila.
Tras tomar distancia, ella ahora piensa m¨¢s en c¨®mo afecta el recibir cientos de mensajes ofensivos en X cada semana, cada d¨ªa, cada hora. ¡°El a?o pasado manej¨¦ mucha ansiedad, tuve problemas de insomnio y un sentimiento de culpa latente. La gente me dec¨ªa ¡®pues no mires las redes¡¯, pero me era inevitable, porque estaban tergiversando mis im¨¢genes. Esa experiencia fue un parteaguas en mi carrera, me oblig¨® a detenerme y a pensar en asuntos como la salud mental. Yo llevo 20 a?os haciendo periodismo, hab¨ªa recibido muchos insultos y violencia digital, pero nunca me hab¨ªa detenido a ver si eso me afectaba¡±.
Luisa Ortiz P¨¦rez es una periodista mexicana que cofund¨® hace unos a?os la organizaci¨®n Vita Activa para apoyar a las reporteras latinoamericanas que han sido objeto de violencia digital. ¡°Es importante destacar que lo digital es real: el discurso, las palabras, hacen da?o en muchos niveles¡±, dice por tel¨¦fono desde Europa, donde se encuentra para una conferencia sobre el tema. ¡°Los padecimientos son muchos: altos niveles de estr¨¦s, angustia, presi¨®n alta, ca¨ªda de pelo. El mundo se vuelve muy irregular ante esa situaci¨®n porque tienes una sobredosis constante de adrenalina y cortisol¡±, a?ade.
Ortiz fue una de las coordinadoras de The Chilling, un informe de la ONU publicado a finales del 2022 que estudia las dimensiones de la violencia digital contra las mujeres periodistas alrededor del mundo. El 73% de las 456 mujeres encuestadas asegur¨® haber sido v¨ªctima de violencia digital. Y el 26% de las 186 que dieron una entrevista en profundidad respondi¨® que lo que les afect¨® m¨¢s fue su salud mental. El informe menciona varias con un diagn¨®stico de estr¨¦s post-traum¨¢tico. La Nobel de Paz Maria Ressa, periodista filipina que fue blanco de ataques del expresidente Rodrigo Duterte, dice all¨ª que, a pesar de haber sido corresponsal de guerra durante dos d¨¦cadas, ¡°nada en el campo me prepar¨® para todos esos ataques orquestados y mis¨®ginos¡±.
Pensando en paralelos al estigma que gener¨® las mu?ecas de la mafia, Ortiz cuenta que en un momento Ressa recibi¨® m¨¢s de 100.000 menciones en twitter insult¨¢ndola con el hashtag #Presstitute, que combina las palabras ¡°prensa¡± y ¡°prostituta¡±. ¡°Son pol¨ªticos que logran que la violencia contra ti sea sexualizada: no te dicen mentirosa, te dicen puta¡±, a?ade. Otro ejemplo es el de la periodista brasilera Patricia Campos Mello, reportera de Folha de S?o Paulo y activista contra la violencia digital: la familia Bolsonaro dijo que ella se acostaba con hombres para obtener informaci¨®n, una mentira que le gener¨® miles de ataques en redes sociales.
¡°?C¨®mo le dices a una periodista ¡®no mires la realidad que tienes enfrente¡¯? Es muy dif¨ªcil decirle a alguien que no mire ya su tel¨¦fono, es su instrumento de trabajo esencial, y se te mete la violencia por ah¨ª, por el email, por el Instagram¡±, a?ade Ortiz. Dicho esto, en Vita Activa s¨ª promueven ¡®resetearse¡¯ un momento, alejarse del tel¨¦fono y de las redes. ¡°Para pensar en una estrategia, tienes primero que calmarte¡±, dice su directora.
Pero, ?cu¨¢l es esa estrategia? ?Una acci¨®n legal? ?Una pelea en plaza p¨²blica? ¡°Es importante lo jur¨ªdico o que la FLIP emita comunicados sobre esto, para que la comunidad est¨¦ enterada de lo que ocurre¡±, dice Ortiz. Luego, contin¨²a, es dif¨ªcil enfrentarse a l¨ªderes que buscan controlar el discurso, monopolizar la verdad, desacreditar periodistas con frases sexistas que se vuelven p¨®lvora. ¡°Yo no veo algo m¨¢s importante para responder a todo eso que tener narrativas aut¨¦nticas, que construyen, que generan esperanza, que generan un despu¨¦s¡±, recomienda.
Se le ocurre, por ejemplo, una campa?a en redes hecha por periodistas brasileras contra el acoso sexual al trabajar: #Deixaelatrabalhar¡± (¡°D¨¦jala trabajar¡±). Recibi¨® apoyo internacional, visibiliz¨® una violencia y no hubiera sido posible sin que las periodistas se unieran ante un enemigo com¨²n. ¡°Lo primero, siempre, es hablar entre nosotras sobre lo que nos pasa a todas¡±.
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