?A qui¨¦n le duelen nuestros muertos?
Algo particular ocurre con las v¨ªctimas de desastres naturales: con frecuencia, no se considera que sus vidas deban ser recordadas. Es posible que las nuevas generaciones no aprendan el valor de la protecci¨®n del medio ambiente si no tenemos monumentos para recordar las tragedias clim¨¢ticas
En diciembre de 2022 el luto embarg¨® a mi familia. Un primo emprendi¨® un viaje por la carretera de Quibd¨® a Cali para visitar a sus seres queridos y celebrar su cumplea?os. Un d¨ªa por la ma?ana escribieron por el grupo de WhatsApp de la familia que no hab¨ªa noticias de ¨¦l. Hab¨ªa salido por la noche, a la hora habitual, de la Terminal de Transportes de Cali, y siendo la hora de ya estar en Istmina no llegaba. Empez¨® a circular por las redes sociales locales la noticia que hubo deslizamiento en la carretera y que parec¨ªa que un bus se hab¨ªa quedado atrapado.
Recuerdo que, desde ese momento, todo tom¨® unas caracter¨ªsticas muy singulares. Nadie quer¨ªa creer o anticipar que algo fatal le pudo haber ocurrido, as¨ª que empez¨® la especulaci¨®n. Algunos dec¨ªan que todos los que se transportaban en el bus estaban bien. Que hab¨ªan logrado escaparse por una escotilla. Sospech¨¢bamos que solo si tuvieran c¨®mo comunicarse volver¨ªamos a escuchar su voz. Recuerdo enviarle una recarga de datos a su celular. En mi mente pod¨ªa imaginar el sonido de los mensajes acumulados llegando y la emoci¨®n de ¨¦l al poderse comunicar. ?l ten¨ªa una sonrisa eterna. La que le critiqu¨¦ tantas veces, solo para anhelar verla una vez m¨¢s. Pasaban las horas y no recib¨ªamos noticias. Cre¨ªamos que si tuviera dinero adicional podr¨ªa buscar ayuda para ¨¦l y los dem¨¢s viajeros, as¨ª que decid¨ª enviar dinero a su cuenta de banco y un mensaje para que por favor nos informara que estaba bien.
Mientras yo hac¨ªa esto desde la distancia mis t¨ªos viv¨ªan en carne propia una de las experiencias m¨¢s dolorosas de sus vidas, ser testigos de la remoci¨®n de tierra, lentamente, hasta que se revelara lo inevitable.
Como ¨¦l, 34 personas quedaron sepultadas tras ese alud de tierra del 4 de diciembre de 2022. Luego fueron otras 50, el 12 de enero de 2024. Como ellos, cientos de personas han perdido sus vidas en este tipo de tragedias en el Choc¨®, en Colombia y en el mundo.
Ocurre algo muy particular con las v¨ªctimas de desastres naturales. Con frecuencia, no se considera que sus vidas deban ser recordadas. Una vez pasa la indignaci¨®n frente a la naturaleza o a la negligente gesti¨®n p¨²blica, estas vidas dejan de ser p¨²blicamente mencionadas. Recomiendo considerar, como una apuesta de inclusi¨®n social, el desarrollo de estrategias en memoria de las v¨ªctimas de cat¨¢strofes ambientales.
El pa¨ªs contin¨²a en una temporada que necesita una respuesta institucional conmensurable con el nivel de la gravedad de la coyuntura. En tiempos de incertidumbre clim¨¢tica podemos encontrar nuestro equilibrio como naci¨®n y elevar el potencial de lo que podemos ser si encontramos una manera de exaltar, por ejemplo, las vidas de estas personas que perdemos en condiciones prevenibles.
En ocasiones, no podemos ser lo que no podemos ver. Y, es posible, que las nuevas generaciones no aprendan el valor de la protecci¨®n del medio ambiente y la importancia de contar con servidores p¨²blicos que hagan su trabajo de manera ejemplar si no tenemos monumentos que nos recuerden, frecuentemente, las tragedias que se han vivido en diversos territorios. Se ha hecho en Nueva Orleans para las v¨ªctimas del hurac¨¢n Katrina; en Tailandia para las v¨ªctimas del tsunami de 2004, o en Portugal para las v¨ªctimas del incendio forestal de 2017.
Cada vez que un joven es asesinado en las calles del Distrito de Aguablanca en Cali, las lideresas de la Casa Cultural El Chontaduro cantan y preguntan ¡°?A qui¨¦n le duelen nuestros muertos? ?A qui¨¦n le duele?¡±.
A medida que se acerca la conmemoraci¨®n de esta tragedia, extiendo una invitaci¨®n a la Unidad de Gesti¨®n del Riesgo de Desastres, al Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, las secretar¨ªas de Cultura de todo el pa¨ªs, las instituciones de educaci¨®n, las entidades filantr¨®picas y cooperaci¨®n internacional y a las diversas empresas, a considerar m¨²ltiples oportunidades de memorializaci¨®n. Por ejemplo, colaboraciones interdisciplinarias para crear proyectos de memoria y arte. Fortalecer iniciativas comunitarias que permitan escribir los nombres de las v¨ªctimas y crear entornos en los que se les pueda recordar con amor y dignidad. Potenciar la creaci¨®n de campa?as de conciencia ambiental y programas educativos sobre la importancia de la memorializaci¨®n y la justicia racial y clim¨¢tica. En estos entornos emergentes se pueden crear experiencias formativas para conmemorar a las v¨ªctimas de cat¨¢strofes ambientales.
Deseo a la maestra Leonor Gonz¨¢lez Mina, un eterno descanso.
Aurora Vergara- Figueroa fue ministra de Educaci¨®n de Colombia entre marzo de 2023 y julio de 2024. Doctora en Sociolog¨ªa por la Universidad de Massachusetts Amherst, actualmente es Investigadora Visitante en el Instituto de Investigaciones Afrolatinoamericanas del Centro Hutchins para la Investigaci¨®n sobre ?frica y la Di¨¢spora Africana de la Universidad de Harvard.
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