Un fin de a?o de mucho l¨ªo para el Gobierno
Los cuestionamientos a varios de los funcionarios m¨¢s cercanos a Petro son la parte m¨¢s visible de muchos asuntos por resolver, como la paz total, las dificultades en el Icetex o los problemas por el presupuesto que no se recaud¨®, as¨ª como por el que no se ha ejecutado
El Gobierno de Gustavo Petro enfrenta un cierre de a?o muy movido. Hay ruido en sus filas, cuestionamientos a varios funcionarios de primer nivel, dificultades de presupuesto y una agenda legislativa dif¨ªcil de sacar adelante en medio de varias tormentas. Adem¨¢s, ya se habla de las renuncias de ministros y funcionarios claves con aspiraciones pol¨ªticas que deben irse antes de quedar inhabilitados para las elecciones del 2026. Quedan unos meses, pero algunos podr¨ªan decidir su salida m¨¢s temprano que tarde.
Las crisis no son nuevas en Colombia y menos en un Gobierno que mantiene al pa¨ªs en una permanente monta?a rusa. La situaci¨®n m¨¢s cr¨ªtica la vive hoy el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla quien, a pesar de tener el respaldo del presidente, qued¨® muy golpeado despu¨¦s de que el Canal Caracol public¨® la declaraci¨®n de Mar¨ªa Alejandra Benavides, quien fue una de sus asesoras. Ella dice que por el ministro pas¨® toda la informaci¨®n sobre los contratos de la Unidad de Gesti¨®n de Riesgo que se canalizaron para socios de congresistas que as¨ª garantizaron su voto para destrabar los cupos de endeudamiento.
El ministro defiende su inocencia y dice que puede cometer errores, pero no delitos, mientras desde la oposici¨®n piden su renuncia. Los desaf¨ªos del manejo de las finanzas del pa¨ªs son muy grandes y enfrentarlos en medio de crisis pol¨ªtica y judicial mina la capacidad de un ministro que ha sabido capotear una econom¨ªa tormentosa, pero que podr¨ªa perder ox¨ªgeno para el tr¨¢mite de la reforma tributaria presentada como ley de financiamiento que el Gobierno califica como urgente y necesaria.
Dicen en la pol¨ªtica, desde que tengo memoria, que los ministros son fusibles que sirven para ser cambiados cuando el Gobierno lo requiera y tal vez al presidente le convendr¨ªa que el ministro Bonilla se defendiera de las acusaciones en su contra desde fuera del Gobierno. Esto no significa negar sus derechos ni declararlo culpable. Se debe garantizar el debido proceso y en ese marco debe tener la oportunidad de dar explicaciones a la justicia.
Corresponde a Fiscal¨ªa, jueces y Corte Suprema de Justicia establecer hasta d¨®nde llega la gesti¨®n de un congresista por contratos para su regi¨®n ante el Gobierno Nacional y cu¨¢ndo comienza la corrupci¨®n para comprar votos. Esa relaci¨®n de clientelismo, mermelada, auxilios parlamentarios, cupos indicativos, o como se quiera llamar, tiene unas l¨ªneas delgadas que hist¨®ricamente han facilitado la corrupci¨®n. No siempre se investiga ese ¡®toma y dame¡¯ de la pol¨ªtica, pero es sabido que en todos los Gobiernos se ha usado la contrataci¨®n como moneda de cambio para asegurarse votos en el Congreso. La justicia dir¨¢ hasta d¨®nde llegan las responsabilidades y qui¨¦nes deben pagar. En el mediano y largo plazo no sobrar¨ªa una conversaci¨®n seria y de fondo sobre la forma de tramitar los recursos del Estado. La transparencia total deber¨ªa ser una condici¨®n necesaria.
Los cuestionamientos al ministro Bonilla se suman a los que tiene el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa. Sus explicaciones no acaban de satisfacer los interrogantes en torno a sus negocios particulares y la posible intervenci¨®n de su pareja en asuntos de la empresa. El presidente Petro, como han hecho otros mandatarios, sostiene a sus funcionarios. Como Bonilla y Roa, tambi¨¦n tienen el respaldo Laura Sarabia y Armando Benedetti a pesar de los esc¨¢ndalos. El regreso de este ¨²ltimo al pa¨ªs gener¨® incluso rebeli¨®n de un grupo de ministros. Es sano que haya disenso en un Gobierno. Ojal¨¢ el presidente escuchara m¨¢s a quienes cuestionan.
Varios periodistas han publicado detalles de esa ¡°rebeli¨®n ministerial¡± y dicen que el presidente les habr¨ªa dado explicaciones en una reuni¨®n. Esas explicaciones sobre un dirigente pol¨ªtico que tiene tantas dudas encima no se deber¨ªan dar en privado sino en p¨²blico porque el pa¨ªs tiene derecho a conocer m¨¢s sobre las personas a las que se les paga con dineros p¨²blicos. No son gratuitos los cuestionamientos.
La lista de l¨ªos en el cierre de a?o es muy larga. Basta mencionar la crisis en la paz total, en particular en la mesa con el ELN, la llegada de ind¨ªgenas a Bogot¨¢, las protestas en el Cauca, las dificultades en el Icetex y los problemas de presupuesto por lo que no se recaud¨® y tambi¨¦n, tremenda paradoja, por lo que no se ha ejecutado. Todo esto mientras avanza el tercer a?o de Gobierno, el ¨²ltimo en el cual hay chance de concretar planes porque el cuarto es de campa?a y en esta ocasi¨®n se anticip¨® con todo lo que implica en p¨¦rdida de gobernabilidad. Las denuncias de corrupci¨®n, las peleas internas, la falta de gerencia, los funcionarios cuestionados, una dura oposici¨®n, un debate p¨²blico pobre y cargado de desinformaci¨®n, tienen al pa¨ªs en medio de una enrarecida Navidad.
El Gobierno podr¨ªa mover su agenda, mostrar sus resultados, que los tiene, abrir los debates necesarios y cerrar los que no sirven, pero en el fondo de todo el panorama tenemos el estilo confrontacional de un presidente que no acaba de entender su papel: le corresponde resolver problemas y no aumentarlos. En cualquier caso, los esc¨¢ndalos se inflan y desinflan, se reencauchan y a veces se silencian. Los villancicos y el cierre del Congreso seguramente calmar¨¢n las aguas¡ por unos d¨ªas.
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