Gustavo Petro: ¡°Fall¨¦ al creer que pod¨ªa hacer una revoluci¨®n gobernando¡±
El presidente de Colombia, en entrevista en exclusiva con EL PA?S, analiza la dif¨ªcil situaci¨®n de su Gobierno, el pulso con Trump y asegura que ser jefe de Estado es ¡°de una infelicidad absoluta¡±
El reloj marca las tres de la tarde y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, llega al Sal¨®n de los Gobelinos de la Casa de Nari?o, su residencia oficial, visiblemente cansado. Dice que tiene un ¡°virus con todo¡± y se deja caer sobre la silla dorada desde la que conversar¨¢ durante casi dos horas con EL PA?S. Apenas gesticula y, en un principio, responde trazando largos circunloquios hist¨®ricos. Desaparecen a medida que avanza la entrevista, para dar paso al Petro duro y guerrero de siempre, un presidente que, a sus 64 a?os, defiende palmo a palmo su gesti¨®n, pero en el que asoman tambi¨¦n las amarguras y decepciones del poder.
Pregunta. ?Qu¨¦ ha aprendido en estos dos a?os y medio como presidente?
Respuesta. Esto es de una infelicidad absoluta. Es un sacrificio. Lo primero que trataron de destruir fue a mi familia. Quisieron destruir los lazos sentimentales porque un hombre sin lazos sentimentales se vuelve duro, malo, y yerra. Me aisl¨¦. Este Palacio, una mala imitaci¨®n francesa, no me gusta ni cinco. Debe estar lleno de fantasmas. Tengo ganas de traer a un experto en estas materias. De todos modos, cuando la gente me abraza, me siento recargado.
P. ?Y en qu¨¦ cree que ha fallado durante este tiempo?
R. En creer mucho en la gente que me rodea. En creer que puedo hacer una revoluci¨®n gobernando, cuando eso lo hace el pueblo.
P. ?Es m¨¢s esc¨¦ptico que cuando entr¨®?
R. No, hay que hacer una revoluci¨®n en Colombia.
P. Lo deja para los que vengan¡
R. Los pueblos deciden cu¨¢ndo.
P. En campa?a, un contrabandista trat¨® de meter dinero en su campa?a pol¨ªtica. Ese dinero lo recibi¨® el pol¨ªtico catal¨¢n Xavier Vendrell, que participaba en su campa?a. Eso podr¨ªa haber destruido su presidencia.
R. Un extranjero reci¨¦n venido no sabe c¨®mo es esto. Hay que vivir Colombia para lo bueno y lo malo. Vendrell tuvo la honestidad de contarnos. Ese contrabandista lleva 38 a?os infiltrando campa?as. Ped¨ª devolver el dinero y se hizo. No s¨¦ si alguien se qued¨® con algo por el camino. Ped¨ª grabar un video devolviendo el dinero y ese video existe. Lo he visto. En su d¨ªa, advert¨ª en Twitter de que el narcotr¨¢fico trataba de infiltrar mi campa?a y de que nadie que no fuera el gerente de la campa?a pod¨ªa recibir un peso. Tratan de destruirme, como a mi hijo.
P. Su hijo est¨¢ encausado por lavado de activos y enriquecimiento il¨ªcito por quedarse dinero de la campa?a.
R. Es fruto de un problema familiar profundo. ?l cometi¨® un error, indudable. Pero lo han castigado m¨¢s all¨¢ de lo que ¨¦l cometi¨® para ver si se viene contra su padre. Dije que nunca en mi Gobierno hablar¨ªa de mi hijo, pero ya casi est¨¢ pasando el Gobierno, y s¨ª hablar¨¦.
P. Usted es jefe de Estado y es padre. Hay ah¨ª un conflicto.
R. Lula me dijo que, cuando fuese presidente, lo primero que ten¨ªa que hacer es reunir a la familia. Ese fue un buen consejo al que no prest¨¦ mucha atenci¨®n. Y es lo primero que intentan. Mi hijo fue d¨¦bil y por ah¨ª lo destruyeron. Yo no me puedo meter. Porque har¨ªa lo mismo que otros presidentes que s¨ª han delinquido, y con pruebas. Tiene que actuar el derecho y no hiperdimensionar el delito. Lo hacen para que se enfrente a su padre por puro instinto de conservaci¨®n. En eso es c¨®mplice Vicky (D¨¢vila, exdirectora de la revista Semana y ahora precandidata presidencial). Ella ten¨ªa un acuerdo con la Fiscal¨ªa para sacar todo esto, porque pensaban que me iba a destruir.
P. Ya que habla de Vicky D¨¢vila, ?cree que ella est¨¢ en disposici¨®n de ganar las elecciones en 2026?
R. Vicky quiere ser Milei [presidente de Argentina]. No me puedo meter en c¨®mo el peronismo manej¨® la pol¨ªtica econ¨®mica y social, pero la sociedad argentina se cans¨® de ellos y vot¨® lo peor que podr¨ªa existir. Cuando se repite la historia se construye una comedia. Vicky quiere ser Milei, pero para eso necesita que mi Gobierno sea un desastre. Y yo no lo veo. Lo que no quisiera es un Milei en Colombia. A diferencia de Argentina, un Milei colombiano traer¨ªa much¨ªsima sangre encima.
P. ?Y conf¨ªa en encontrar un candidato progresista para 2026?
R. No un candidato, sino un frente. No hay ninguna fuerza que tenga mayor¨ªa. Se necesita un frente amplio. Tengo nombres en mente, pero dejo correr el tiempo.
P. Hablemos del famoso Consejo de Ministros televisado¡
R. Sali¨® bueno.
P. Hay a quien le pareci¨® ca¨®tico. Usted dio una reprimenda a sus ministros; ellos discutieron entre s¨ª, uno le declar¨® su amor¡
R. La idea de retransmitirlo fue m¨ªa. La tom¨¦ una hora antes. Cre¨ªa que el pueblo colombiano merec¨ªa saber c¨®mo es eso. Lo hice para que se viera, pero no pens¨¦ que iba a tener tanta audiencia; barrimos a los canales y un partido de f¨²tbol. Se demostr¨® que hay un d¨¦ficit de informaci¨®n. Y lo que ocurri¨® all¨ª toca con lo psicol¨®gico. Entend¨ª que hay gente que se quiere ir a la campa?a [presidencial de 2026] y esa gente no va a trabajar a fondo en lo que yo quiero. No necesito gente con agendas dobles.
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P. Durante el Consejo dijo que usted era revolucionario, pero no su Gobierno. ?Se puede ser revolucionario siendo jefe de Estado? ?Fue elegido como candidato revolucionario?
R. No estoy seguro de que mi papel sea administrar el capitalismo de los capitalistas. Porque eso ya fracas¨®. Ese sistema est¨¢ moribundo y se lleva consigo la humanidad, que es el problema mayor. Desde el Gobierno hay que hacer transformaciones que democraticen las instituciones. Si un funcionario no lo tiene en la cabeza, no lo va a hacer. Ah¨ª es donde viene la diferencia. Son personas que no vivieron mi vida, ni tienen por qu¨¦ haberla vivido, pero el objetivo tiene que ser transformar Colombia. Venimos de un marasmo de sangre. Si no lo logramos, haremos de Colombia un territorio de cementerios.
P. Parece insatisfecho con muchos miembros de su Gabinete.
R. No hemos conquistado el poder, hemos conquistado un gobierno administrador acorralado por los otros poderes y por intereses econ¨®micos, entre ellos los de la prensa. La ¨²nica manera de liberarse es con un pueblo movilizado. Si llega a ganar la derecha, que en Colombia es extrema derecha, sabe qu¨¦ hacer: matar. Y no mata a uno, mata a decenas de miles de personas. No tienen barrera moral.
P. Sus ministros critican que tenga a su lado como jefe de Despacho a Armando Benedetti, que ha estado implicado en esc¨¢ndalos (entre ellos, su esposa present¨® una denuncia por violencia de g¨¦nero que luego retir¨®) y tiene investigaciones judiciales pendientes. ?Por qu¨¦ lo defiende? ?Qu¨¦ cualidades ve en ¨¦l?
R. Eso es lawfare. Benedetti viene de la pol¨ªtica tradicional y hay cuestionamientos en su pol¨ªtica tradicional, acusaciones desde el lado feminista. Su esposa lo defiende. Ya s¨¦ que puede haber subordinaci¨®n, pero un presidente no puede tomar decisiones por un ¡°puede¡±, sino por hechos. Su hijo estuvo a punto de suicidarse con aquella andanada de la prensa. Su propia esposa me pide que no lo destruya. Una mujer conoce a un hombre; ?puede una mujer destruirlo? Claro que puede. Tambi¨¦n un hombre puede destruir a una mujer. Pero no destruir a las personas es dar una segunda oportunidad. El ¨²nico proceso judicial en firme en su contra es por tr¨¢fico de influencias. Si me pongo a ver todo lo que me rodea, todos hacen tr¨¢fico de influencias. Todos intentan influenciarme.
P. En ese mismo consejo, la vicepresidenta, Francia M¨¢rquez, fue cr¨ªtica tambi¨¦n con Benedetti y con Laura Sarabia.
R. La verdadera pelea no es Benedetti, esa es la excusa para no hablar de otras cosas. Puse sobre la mesa el nivel de lo cumplido y todo termin¨® en Benedetti. ?Por qu¨¦?
P. ?Cu¨¢l es su relaci¨®n con Francia M¨¢rquez?
R. Hemos estado hablando y fue bien, digamos. Ya veremos c¨®mo marcha la relaci¨®n. Ella es vicepresidenta por voto popular. Y a m¨ª me parece que ella, fortaleci¨¦ndose en la vicepresidencia, puede volver a recobrar liderazgos que necesitamos.
P. Las reformas de salud y laboral tienen que pasar por el Congreso. ?Est¨¢ tratando de encontrar nuevas mayor¨ªas parlamentarias con Benedetti?
R. Lo intentaremos, pero esta vez no sobre el enga?o. Me he sentido enga?ado.
P. ?Por qui¨¦n?
R. Se hace un acuerdo con un partido pol¨ªtico, y despu¨¦s ese partido vota en contra. Eso me ha pasado con Claudia L¨®pez [exalcaldesa de Bogot¨¢, exdirectiva del Partido Verde y posible candidata presidencial]. Me ha enga?ado como siete veces. Soy un hombre enga?ado.
P. Ha tenido en este tiempo como n¨²mero dos a Laura Sarabia, y ahora la ha nombrado canciller, ?qu¨¦ nota le pone a su trabajo?
R. Es una buena organizadora y una mujer joven. Cuando se es joven hay que madurar y hay que saber por cu¨¢l mal camino no se madura. Ahora en la Canciller¨ªa tiene que saber cu¨¢l es la voz de Colombia en el mundo.
P. Hay quien en su entorno le insiste mucho en que se controle en la red X [antes Twitter].
R. Por eso soy presidente. ?Usted se cree que en tiempos de RCN o El Tiempo lo habr¨ªa sido? ?Pero qui¨¦n dice eso?
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P. Sus hijas, por ejemplo.
R. Se asustan porque a veces escribo algunas frases asustadoras, pero nunca he dicho nada que no sienta.
P. Por Twitter mantuvo un pulso con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. A finales de enero desautoriz¨® usted el aterrizaje de aviones con deportados colombianos porque consideraba que eran transportados en condiciones humillantes. Esa decisi¨®n abri¨® una grave crisis con Trump, que orden¨® imponer aranceles del 25% a Colombia. Usted hizo lo mismo, pero en menos de 24 horas su Gobierno dio marcha atr¨¢s y Estados Unidos difundi¨® un comunicado en el que se daba por ganador y que usted retuite¨®. ?Perdi¨® ese pulso?
R. Yo nunca me ech¨¦ para atr¨¢s. O sea, esa palabra que usted acaba de decir no existe.
P. Pero el Gobierno retir¨®...
R. El presidente del Gobierno soy yo. Y nunca admit¨ª ni admitir¨¦ que entren colombianos esposados. Ahora los traemos en aviones nuestros y ya casi llegamos a los mil colombianos migrantes que han sido devueltos. Estados Unidos no nos ha dado ni un peso para la gasolina. Son muy taca?os. Pero ahora llegan sin esposas, sin cadenas. Usted saque la conclusi¨®n. Aqu¨ª no me traen un solo colombiano esposado, si es una persona inocente.
P. En el avi¨®n van esposados, ?no?
R. No. Desde el d¨ªa en que se devolvieron los aviones, excepto uno que no supe, desde ese d¨ªa, todos los aviones llegan con hombres, mujeres y ni?os libres, a menos que tengan alg¨²n asunto judicial.
P. ?Entonces cree usted que gan¨® el pulso?
R. No me gustan ese tipo de batallas. Eso es de soberbios. No me importan. El migrante no es un criminal. Y este Gobierno trabaja para que todos los migrantes que est¨¢n sacando de Estados Unidos o de Europa, de Panam¨¢ o de Chile, si son colombianos y colombianas, lleguen aqu¨ª sin esposas. Si quieren que los recibamos, ser¨¢ sin esposas, sin cadenas y con dignidad.
P. Si regres¨¢semos a ese d¨ªa, ?volver¨ªa a hacer lo mismo? ?No piensa usted que la comunicaci¨®n por Twitter fue precipitada?
R. No necesito reflexionar mucho sobre mis principios. Y mi principio fundamental, y eso un espa?ol deber¨ªa saberlo, es la libertad.
P. Desde el punto de vista internacional, la impresi¨®n es que quien sali¨® fortalecido de ese pulso fue Trump.
R. Pero yo no s¨¦ si sali¨® o no, eso no me interesa. ?l dijo unas cosas...
P. Hizo p¨²blico un comunicado en el que dijo...
R. ... que iba a poner aranceles. Y no ha puesto ninguno. Si los pone, yo pongo aranceles aqu¨ª. Creo que nos ayudar¨ªa mucho econ¨®micamente a Colombia. ?l impuso visados; y yo le dije a mi pueblo, Estados Unidos es muy aburrido. Eso no nos asusta. Y si algunos se asustaron frente a los funcionarios gringos, pues lo primero que les dije es: olv¨ªdense, la orden del presidente es, antes que nada las personas, no las mercanc¨ªas.
P. ?Y sus ministros gestionaron bien la crisis?
R. Pues hoy no est¨¢ entrando ning¨²n colombiano con cadenas, ni cepos ni nada que se le parezca.
P. Usted ha tomado una actitud de enfrentamiento...
R. No, yo creo que ellos lo est¨¢n entendiendo. Y Am¨¦rica Latina deber¨ªa entenderlo. Veo una Am¨¦rica Latina m¨¢s preocupada por los tratados comerciales que por su propia gente. Y lo primero que hay que establecer en un acuerdo es c¨®mo se trata a la gente. Nosotros no podemos decirle a Estados Unidos que los dejen all¨¢, esa es su decisi¨®n. Pero si va a tratar con nosotros, conmigo, es de t¨² a t¨². No hay razas superiores por m¨¢s armas que tengan.
P. A diferencia de usted, la mayor¨ªa de los l¨ªderes latinoamericanos opta por el silencio, la espera. ?Est¨¢n haciendo bien otros dirigentes como el presidente de Brasil o la de M¨¦xico evitando el cara a cara?
R. Llegar¨¢ tarde o temprano, a menos que Trump entienda que Am¨¦rica empieza en Alaska y termina en la Patagonia.
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P. ?Qu¨¦ piensa de Trump?
R. No lo conozco. Nunca lo he visto. Hablan unas cosas, hablan otras. Creo que es impulsivo, m¨¢s que yo. Yo me gu¨ªo por principios. ?l es impulsivo y los latinoamericanos le importamos un bledo; no est¨¢n en su ¨®rbita mental. Mire, est¨¢ haciendo un gran esfuerzo por lograr la paz entre Ucrania y Rusia, pero no la busca entre Palestina e Israel. ?Por qu¨¦? Porque rusos y ucranianos son blancos, cauc¨¢sicos. Y los palestinos e israel¨ªes, no. Nosotros tampoco somos cauc¨¢sicos. Y Trump cree que somos razas inferiores. No existen las razas en el mundo.
P. ?Y qu¨¦ le parece lo que est¨¢ haciendo en Ucrania?
R. Europa ha sido traicionada. La Europa eslava que sali¨® de la subordinaci¨®n al poder sovi¨¦tico ha sido traicionada. Y Zelenski [presidente de Ucrania] ha sido traicionado y el pueblo ucraniano ha sido traicionado. Y me duele por la juventud ucraniana y la rusa. Son hermanos. Tienen la misma historia y se han matado por miles.
P. ?C¨®mo cree que est¨¢ yendo la negociaci¨®n entre Estados Unidos y Venezuela?
R. No puedo intervenir en los asuntos de Venezuela. Los venezolanos deber¨ªan sacar a colombianos, europeos y estadounidenses de la soluci¨®n que buscan, y convocar ellos mismos el di¨¢logo, uno que llevar¨¢ necesariamente a unas nuevas elecciones, que deben ser absolutamente libres. Eso implica que nadie bloquee, porque as¨ª no hay elecciones libres. Es un chantaje. Y las elecciones pasadas fueron un chantaje sobre el pueblo venezolano.
P. Hubo fraude en las elecciones.
R. Debe haber nuevas elecciones, porque las que hubo no fueron libres. T¨² puedes poner la palabra fraude, puedes poner la palabra bloqueo. Ambas tienen el mismo efecto. Ni el fraude ni el bloqueo permiten elecciones libres. Las diferentes fuerzas de Venezuela deben llegar a un acuerdo. Ojal¨¢ hubieran muchas fuerzas nuevas que miren su pa¨ªs con ojos de futuro. Porque estamos muy pegados a un pasado que ya se fue.
P. ?Eso supone quitar de la ecuaci¨®n a Nicol¨¢s Maduro y a la l¨ªder opositora Mar¨ªa Corina Machado?
R. Es por simple ciclo vital, pero no hablar¨ªa de personas o de nombres de fuerzas pol¨ªticas, sino en t¨¦rminos de proyecto. Por ejemplo, si el mundo va hacia un mundo sin petr¨®leo despu¨¦s de la era Trump.
P. ?Considera a Maduro presidente de igual a igual, un hom¨®logo?
R. Vamos a ser realistas: lo que tengo al otro lado de la frontera es a Maduro y su ej¨¦rcito. Y yo tengo que hablar con esa realidad. Que los venezolanos resuelvan su problema. Indudablemente. Y si somos importantes o valiosos para ayudar en ese esfuerzo, pues estamos disponibles.
P. Y volviendo a Colombia, ?da por terminada la paz total?
R. No, est¨¢ avanzando bien...
P. Pero el nombramiento del general Pedro S¨¢nchez, ?no supone un cambio en la estrategia militar?
R. La paz total no significa bajar los fusiles.
P. Pero tiene que ver con la seguridad.
R. Esa estrategia la anunci¨¦ desde el primer d¨ªa, y tiene que ver con mi vida personal. El Movimiento 19 de Abril [guerrilla a la que Petro perteneci¨®] fue una organizaci¨®n pol¨ªtico-militar. Nunca dej¨® la l¨ªnea pol¨ªtica, porque sino viene la degradaci¨®n.
P. Parece evidente que con el ELN no va a haber acuerdo.
R. La nuestra es una estrategia pol¨ªtico-militar que el Ej¨¦rcito me est¨¢ copiando lentamente, y el gobierno civil no tanto. ?Qu¨¦ significa esto en el Catatumbo [una regi¨®n fronteriza con Venezuela en la que la guerrilla lleva a cabo un exterminio contra sus rivales y l¨ªderes de la poblaci¨®n civil]? El ELN de hoy es una organizaci¨®n de traquetos [narcotraficantes]. Sus mandos viejos, que los hay, obedecen a mandos traquetos, personas que se criaron en violencia, herederos de venganzas, como bien dijera Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, y que las contin¨²an de generaci¨®n en generaci¨®n. La masacre ha sido un instrumento de terror en Colombia. Anta?o se mataba a quien se consideraba amigo de la insurgencia, ahora matan a los que consideran que apoyan al otro grupo narcotraficante. Y lo hacen para consolidar su control social sobre las rutas del narcotr¨¢fico. Pero sigue siendo el mismo m¨¦todo. Y eso es lo que ha ocurrido en el Catatumbo.
P. ?Y no teme una intervenci¨®n de Estados Unidos en Venezuela?
R. Espero que Trump no d¨¦ ese paso.
P. ?Qu¨¦ medidas tomar¨ªa?
R. Mientras yo sea presidente, mi ej¨¦rcito no se va a usar para acciones aventureras y criminales en otros pa¨ªses.
P. Pero ser¨ªa neutral.
R. No en la guerra. Ser¨ªa un error grav¨ªsimo en todo el Caribe. Hait¨ª, Cuba, Venezuela... deben respirar realmente democracia, y la democracia es la de sus pueblos, no la de los extranjeros. El ELN cree que contar¨¢ con el apoyo venezolano y considera que si viene una invasi¨®n, ellos ser¨¢n la vanguardia revolucionaria de Am¨¦rica Latina y que ese ser¨¢ su momento. Pero tienen una gran falla y es que su financiaci¨®n es pura coca¨ªna y nadie hace una revoluci¨®n con la coca¨ªna. Se convierten en paramilitares. Hace unos d¨ªas mataron a 63 campesinos, acus¨¢ndoles de ayudar a otro grupo...
P. Entonces, la paz total...
R. La base esencial de la paz total es un acuerdo con la poblaci¨®n. F¨¢cil de decir, pero dif¨ªcil de hacer. Que el campesinado cultivador de hoja de coca deje de hacerlo y nosotros paguemos por eso. Pero al mismo tiempo tiene que haber cultivos rentables. Y a la vez, hay que vender esos cultivos... Para lograrlo es necesario que ese territorio que durante 200 a?os ha sido excluido se vuelva el centro de la inversi¨®n p¨²blica. La soluci¨®n es un tema de voluntad pol¨ªtica, pero no existe porque la mitad de la poblaci¨®n a¨²n sigue creyendo en la vieja clase pol¨ªtica. Nuestras reformas se entrampan, no avanzan. Son reformas sociales como llevarle salud al Catatumbo, darle una pensi¨®n al viejo campesino... Si la coca¨ªna se legaliza en el mundo, no hay un muerto m¨¢s en Colombia por ese mercado.
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