Conchita Iguar¨¢n, la maestra artesana que internacionaliz¨® el tejido way¨²u

¡°Si volviera a nacer escoger¨ªa ser tejedora¡±, dice, orgullosa, Mar¨ªa Concepci¨®n Iguar¨¢n (Uribia, 67 a?os), conocida como la maestra Conchita, c¨¦lebre por su chinchorro doble cara. Ha dedicado su vida a desenredar los secretos de los tejidos del pueblo way¨²u para poder compartirlos, un oficio que le ha valido el apetito de compradores de todo el mundo por la maestr¨ªa y est¨¦tica de sus obras. Con su marca, Conchita Iguar¨¢n, en la que trabajan artesanas y artesanos de distintas comunidades way¨²u, sus piezas han brillado en pasarelas de moda internacionales y en mercados de Europa y Asia, tanto que durante la pandemia decenas de familias tejedoras pudieron seguir teniendo ingresos gracias a las ventas por internet de su tienda.

Desde su juventud, se ha dedicado a trabajar por su comunidad, formando a cientos de way¨²u en el oficio de la tejedur¨ªa y creando lazos entre su mundo y el de los arijuna (los no ind¨ªgenas). Ella misma ha sido muestra de lo potente de esos encuentros, tejiendo amistades y alianzas con personas como Alicia Mej¨ªa, fundadora de Colombiatex y Colombiamoda, y la dise?adora Francesca Miranda, con quienes comenz¨® a llevar sus tejidos fuera del pa¨ªs. ¡°He estado en proyectos que han permitido que el tejido way¨²u no solo se quede como un producto ancestral, sino que llegue a otros niveles, como la moda y la ambientaci¨®n de espacios¡±, dice.

En 2019, sus esfuerzos y logros le valieron la Medalla a la Maestr¨ªa Artesanal otorgada por Artesan¨ªas de Colombia. Aun as¨ª, Iguar¨¢n afirma que hoy est¨¢ haciendo el mayor tejido de su vida. Empez¨® a gestarse en su cabeza a ra¨ªz de que la tormenta tropical Julia golpe¨® la Alta Guajira, en 2022. A lo largo de los dos ¨²ltimos a?os, junto con Alicia Mej¨ªa, teji¨® alianzas que unieron al Ministerio de Vivienda, las fundaciones Grup Argos y Santo Domingo, y el Grupo Aval, para desarrollar el proyecto de vivienda Miiroku, que entregar¨¢ el pr¨®ximo a?o 30 casas, dise?adas en conjunto con el pueblo way¨²u, a los habitantes de dos comunidades.

Iguar¨¢n aprendi¨® a tejer jugando. Cuando era ni?a, en la comunidad Kayashirralu de Bah¨ªa Honda, su madre, Tulia Uriana, era su maestra. Poco a poco, mientras hac¨ªa chinchorros y mochilas para sus mu?ecas, fue aprendiendo los patrones, las t¨¦cnicas y la espiritualidad que guarda este oficio milenario.

Estudi¨® en la Escuela Normal Superior Ind¨ªgena de Uribia, pero un d¨ªa la instituci¨®n entr¨® en paro. Eso cambiar¨ªa el rumbo de su vida porque uno de sus hermanos, que viv¨ªa en Riohacha, le sugiri¨® inscribirse en la sede del Sena de esa ciudad. All¨ª, Iguar¨¢n entr¨® en contacto con las t¨¦cnicas y los dise?os occidentales y entendi¨® el enorme potencial que ten¨ªa la artesan¨ªa way¨²u. Los puentes que ha tendido entre ambos mundos no solo derivaron en productos novedosos, sino que la motivaron a profundizar en las ra¨ªces y el conocimiento de su pueblo.

A los 17 a?os se volvi¨® maestra del Sena y all¨ª estuvo siempre hasta que se jubil¨®. Para hacer un buen programa acad¨¦mico y poder devolver a la comunidad lo que le hab¨ªa dado, decidi¨® viajar por toda La Guajira para recopilar conocimientos. ¡°Esa es mi vida: unir fuerzas, unir manos y buscar que la gente sienta que es ¨²til, que tiene una gran capacidad como ser humano¡±, comenta.

Cuando se le pregunta por el mayor orgullo de su carrera, responde sin titubear que ha sido el poder transmitir conocimientos a decenas de mujeres que han encontrado en la artesan¨ªa un prop¨®sito de vida y una forma de sustento. Hoy muchas de ellas son maestras tejedoras. Conchita Iguar¨¢n no solo ha tejido las fibras de sus creaciones, tambi¨¦n las de cientos de almas conectadas por el amor a su tierra, la solidaridad y la tradici¨®n.

*Apoyan Ecopetrol, Movistar, Fundaci¨®n Corona, Indra, Bavaria y Colsubsidio.