La hora de los nadie y los contrapesos
Gustavo Petro y Francia M¨¢rquez hacen historia y marcan con su llegada al poder un punto de quiebre en una democracia que ha logrado sostenerse pese a m¨²ltiples dificultades e inequidades.
Un hombre que fue guerrillero y luego le apost¨® a la pol¨ªtica legal y una mujer negra de origen humilde se convierten en el presidente y la vicepresidenta de Colombia. Esa fotograf¨ªa es un giro inmenso en la pol¨ªtica de este pa¨ªs en donde han vivido el clasismo, el racismo, la aporofobia y la guerra. Gustavo Petro y Francia M¨¢rquez hacen historia y marcan con su llegada al poder un punto de quiebre en una democracia que ha logrado sostenerse pese a m¨²ltiples dificultades e inequidades. La confianza que le dan hoy los ciudadanos en las urnas a Gustavo Petro se puede leer en clave de reconciliaci¨®n aunque el odio que genera en algunos sectores evidencia el camino que falta para sanar las heridas del conflicto. Ser¨¢ en todo caso el primer presidente de izquierda en la historia del pa¨ªs. Logra un triunfo contundente con la bandera de cambio que le gener¨® esperanza a la mayor¨ªa de los electores y tambi¨¦n dudas y miedos en una parte del pa¨ªs.
Francia M¨¢rquez encarna a los discriminados y excluidos. Mujer, negra, de origen humilde, nacida en el Cauca¡ su historia es la reivindicaci¨®n de ¡°los nadie¡± como ella dice. De esos que han sido marginados del poder. Tambi¨¦n los ojos estar¨¢n sobre ella: la primera mujer afro que llega a la vicepresidencia con agenda feminista y con la vocer¨ªa de la inmensa poblaci¨®n afrocolombiana y de todos los excluidos.
La democracia colombiana que pas¨® una prueba al lograr una elecci¨®n tranquila y clara, enfrentar¨¢ tambi¨¦n un reto en los pr¨®ximos cuatro a?os porque el pa¨ªs sigue fracturado. El papel de las instituciones que ejercen los contrapesos frente al Ejecutivo ser¨¢ fundamental para garantizar que las reformas del nuevo Gobierno se mantengan en el marco de la Constituci¨®n y para evitar las tentaciones de un presidente que ha dado muestras de tener una personalidad caudillista.
Los desaf¨ªos son grandes. Para estos primeros d¨ªas se trata de controlar el miedo, porque el impacto del nuevo gobierno comenzar¨¢ a sentirse desde ya. La mayor preocupaci¨®n de muchos analistas radica en la respuesta que den los mercados a esta elecci¨®n. Por eso es importante la tranquilidad que pueda dar el presidente electo para que la econom¨ªa no se desestabilice antes de que tome la primera decisi¨®n y se afecte por sospecha. Los llamados a la unidad nacional de los ¨²ltimos d¨ªas de campa?a y que hizo el presidente electo en su primer pronunciamiento pueden apuntar en ese sentido. Tendr¨¢ que armar equipo y buscar alianzas porque no tiene mayor¨ªa en el Congreso a pesar de tener una bancada s¨®lida. Algunos congresistas oscilantes pueden darle las mayor¨ªas para pasar proyectos fundamentales, pero tambi¨¦n es grande la bancada que se va a declarar en oposici¨®n y ese contrapeso siempre es importante.
Los m¨¢s de 10 millones y medio de votos que sac¨® Rodolfo Hern¨¢ndez representan a un pa¨ªs que le dijo no a Petro y lo que diferencia a un estadista de un pol¨ªtico es entender cu¨¢ndo se acaba la campa?a y cu¨¢ndo comienza el mandatario a representar a toda la naci¨®n. En sus primeras declaraciones el presidente electo hizo llamado a esos votantes y les dio la bienvenida a su proyecto. Invoc¨® las banderas de la paz, el amor y el perd¨®n. Ya veremos si el llamado es real y si logra derribar la prevenci¨®n y el odio.
Sin duda, lo m¨¢s dif¨ªcil de lidiar para el nuevo Gobierno es lo que Alejandro Gaviria llam¨® el volc¨¢n: la inconformidad social, la inequidad, la exclusi¨®n estructural que se ha complicado por el impacto de la pandemia, por la inflaci¨®n creciente y por el hambre que padecen muchas personas. Gustavo Petro lleg¨® al poder porque una porci¨®n mayoritaria de esos excluidos creyeron que su proyecto puede hacer transformaciones. ?Podr¨¢ el presidente electo dar respuesta r¨¢pida a ese grito? Con los dos candidatos que llegaron a segunda vuelta fue claro que buena parte del pa¨ªs quiere algo distinto. Sin embargo, solucionar problemas que llevan d¨¦cadas o siglos sin resolver no es tarea de unos meses y la pregunta es qu¨¦ pasar¨¢ en las calles si las soluciones no llegan pronto. Los ciudadanos ser¨¢n contrapeso frente al futuro Gobierno.
Y lo ser¨¢ tambi¨¦n la Corte Constitucional que debe estar atenta para mantener el equilibrio de poderes y poner freno a las ideas desbocadas as¨ª lleguen con la intenci¨®n de frenar la pobreza o el hambre. Si los cambios se hacen por caminos institucionales son m¨¢s seguros. A la Corte se suman los organismos de control que durante la campa?a jugaron papeles controvertidos porque no lograron demostrar su imparcialidad, y ahora deben vigilar al nuevo Gobierno. Confiemos en que lo hagan en el marco de la ley porque esas dudas que generaron llevan a pensar que quedar¨¢n ahora en la orilla de la oposici¨®n. Eso es bueno para hacer veedur¨ªa, pero es malo si se exceden y no respetan el mandato de las urnas.
Los pol¨ªticos tradicionales que son grandes perdedores en esta contienda, sin duda estar¨¢n ah¨ª porque los animales pol¨ªticos saben siempre c¨®mo acomodarse al poder. Muchos de ellos se acercaron desde que comenz¨® la campa?a y llegar¨¢n m¨¢s. La tarea del presidente ser¨¢ la del equilibrista que debe sumar apoyos para tener gobernabilidad sin ceder las banderas sociales y de cambio que le dieron el triunfo. Sus electores y su grupo pol¨ªtico tambi¨¦n tendr¨¢n que estar atentos.
¡°No es el momento de los odios¡± dijo Gustavo Petro en su discurso de triunfo. Por el bien del pa¨ªs cabe esperar que sea as¨ª y que el nuevo gobierno pueda tender puentes para acercar a los sectores enfrentados, que se rodee bien, que cumpla la promesa de responder a los m¨¢s vulnerables, que encuentre el camino para cerrar heridas y que no frustre la esperanza de millones que le dieron el voto de confianza. Mientras tanto hay que esperar que funcionen los contrapesos. Las Cortes, el Congreso, el Banco de la Rep¨²blica, los ciudadanos, la prensa, que sale golpeada de esta contienda, tambi¨¦n tienen la palabra a partir del 7 de agosto. Se necesitan esos ojos vigilantes y no sobra pedir un comp¨¢s de espera para el nuevo Gobierno. En los hechos lo conoceremos.
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