Las deudas pendientes de Am¨¦rica Latina con los profesores tras la pandemia
Fue la regi¨®n del mundo que m¨¢s tiempo mantuvo cerradas sus escuelas. Tras la vuelta a la presencialidad, los maestros piden m¨¢s herramientas para la gesti¨®n socioemocional
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Recordar los d¨ªas de la pandemia cuando el encierro fue m¨¢s estricto, para muchos trae una imagen similar: turnarse entre trabajar sentado frente a una pantalla y dedicarle un tiempo a cocinar, lavar y hacer aseo. Pero para las profesoras y los profesores de colegios de Am¨¦rica Latina, la regi¨®n del mundo que m¨¢s tiempo permaneci¨® con las escuelas cerradas, a esta rutina se sum¨® una presi¨®n mayor: encargarse de la educaci¨®n y el bienestar de 20, 30 o m¨¢s ni?os o ni?as cuando muchas veces ni los pod¨ªan ver. Tener que inventarse herramientas para dar clases de manera virtual, por mensajes de texto o de Whatsapp, a pesar de que un gran porcentaje de los docentes nunca hab¨ªa recibido formaci¨®n para ello y no todos sus alumnos pod¨ªan conectarse a internet.
¡°Estas no fueron realmente clases a distancia, sino una pedagog¨ªa de emergencia¡±, es como resume el panorama Ilich Silva Pe?a, investigador de la Universidad de Los Lagos y coordinador del ¨¢rea de Justicia Social y Formaci¨®n Docente del IESED-CHILE, quien ha dedicado parte de su investigaci¨®n a la formaci¨®n docente. ¡°A los profesores les toc¨® intentar resolver lo que el Estado no pudo, inventar sus propias pol¨ªticas educativas y no nos hemos preocupado al d¨ªa de hoy por entenderlos como personas que tambi¨¦n sufrieron con el encierro¡±, asegura.
Tras realizar dos estudios junto a sus colegas, uno con 16 maestros de Chile y publicado en Education Science, y el otro con seis profesoras de educaci¨®n b¨¢sica en Honduras y divulgado en la Revista Internacional de Investigaci¨®n en Educaci¨®n, el equipo encontr¨® que, entre docentes, la pandemia agudiz¨® varias brechas, mientras que otras se hicieron visibles. A la adaptaci¨®n casi improvisada de las tecnolog¨ªas que les daban los colegios, se a?adi¨® tener que priorizar la flexibilidad acad¨¦mica y el apoyo a sus estudiantes por encima de las labores administrativas e, incluso, de su vida personal. Sin embargo, en general, no los hicieron part¨ªcipes de la toma de decisiones en los colegios, ni les dieron mayor apoyo desde las directivas. Adem¨¢s, como a un gran porcentaje de la poblaci¨®n, se les extendieron las jornadas de trabajo.
¡°Tenemos que proporcionar a los estudiantes apoyo emocional. Incluso los domingos tres o cuatro estudiantes me llaman llorando. Tienen problemas, est¨¢n angustiados¡±, fue uno de los testimonios que les dio una maestra chilena. ¡°Yo tengo dos padres de familia que apenas su hijo est¨¢ en segundo grado conmigo, y ellos no saben leer ni escribir¡±, tambi¨¦n les se?al¨® una de las profesoras de Honduras.
Para Daniela Trucco, oficial superior de Asuntos Sociales de la Divisi¨®n de Desarrollo Social de la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal), adem¨¢s de la crisis, la disrupci¨®n de los colegios por la pandemia dej¨® en evidencia una suerte de paradoja. ¡°Desde antes de la covid-19, las ¨¢reas en las que los docentes ped¨ªan m¨¢s formaci¨®n siempre fueron, precisamente, tecnolog¨ªa digital y el apoyo socioemocional¡±, asegura. Durante la pandemia ¡ªe incluso ahora, tras meses de regreso a clases presenciales¡ª hay unas se?ales claras de que es una demanda pendiente. Sobre todo, la ¨²ltima.
¡°En la regi¨®n hemos vivido la mayor crisis educativa de los ¨²ltimos 100 a?os. El impacto ha sido tan gran grave que la recuperaci¨®n postpandemia no puede significar volver a lo mismo¡±, dice por su parte Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educaci¨®n para Am¨¦rica Latina y el Caribe de la Unesco. En ese sentido, llama a los pa¨ªses a ¡°renovar sus esfuerzos para contar con un n¨²mero adecuado de docentes calificados, con acceso a una formaci¨®n inicial de calidad y a un desarrollo profesional continuo, con contratos y remuneraciones adecuadas, adem¨¢s de reconocer su autonom¨ªa, liderazgo y capacidad de innovaci¨®n ampliamente desplegada durante el cierre de escuelas¡±.
Seg¨²n una serie de encuestas realizadas por el Instituto Pen¨ªnsula de Brasil a alrededor de 2,2 millones de docentes en marzo de 2020, ¡ªtras dos semanas de la suspensi¨®n de clases presenciales¡ª y en mayo, agosto y noviembre del mismo a?o, su salud mental empez¨® a entrar en juego. Mientras que para mayo solo un 35% del grupo encuestado dijo sentirse cansado, para noviembre la cifra subi¨® a 57%. Una trayectoria similar se vivi¨® con la sensaci¨®n de sobrecarga, que pas¨® de 35% a 58% para los mismos meses. En cuanto a la pregunta de si se sent¨ªan felices, la cifra nunca despeg¨® mucho: solo un 8% respondi¨® que s¨ª en mayo y un 7% report¨® lo mismo para noviembre.
¡°Por todos lados se dice que los maestros son superh¨¦roes¡±, comenta Elisa Guerra, profesora y fundadora del Colegio Valle de Filadelfia, en M¨¦xico, y parte de la Comisi¨®n Internacional sobre los Futuros de la Educaci¨®n de la Unesco. ¡°Pero no nos confundamos. Somos humanos y cuando la gente nos cuelga este letrero de superhero¨ªnas y sabes que por dentro te est¨¢s desmoronando, ese letrero resulta m¨¢s pesado¡±, agrega. Para Guerra, adem¨¢s, la mayor carga la han tenido que vivir las profesoras, las docentes mujeres.
A las labores del cuidado del hogar y de los hijos - si tienen-, se agrega la de cuidar a los alumnos. Una idea que comparte el chileno Silva, asegurando que la brecha que m¨¢s se visibiliz¨® y agudiz¨® fue la de g¨¦nero. ¡°Por el mismo sistema patriarcal que asume que la mujer debe hacer la mayor¨ªa de labores del hogar y de cuidado, el tema para las profesoras fue m¨¢s complicado¡±, explica. Por esto propone que el paso m¨¢s importante que se debe dar ahora que abrieron los colegios es protegerlas, cuidarlas como personas.
Los retos de las profesoras y profesores con el regreso a clase en Am¨¦rica Latina
La maestra Guerra cree que ¡°as¨ª como los r¨ªos tienen memoria, parecer¨ªa que los colegios tambi¨¦n¡±. A pesar de que durante el encierro se dijo que era un momento para transformar la educaci¨®n, hay una sensaci¨®n de que la inercia est¨¢ llevando a las escuelas y docentes a repetir lo mismo. A ella, por ejemplo, le preocupa que con los ni?os y ni?as mayores, as¨ª como con adolescentes, se est¨¦ generando mucha presi¨®n para que recuperen los contenidos que no vieron apropiadamente durante esos casi dos a?os. ¡°?Realmente es tan grave que no vieran una o dos unidades de las cinco de ciencias sociales? ?No habr¨¢n adquirido otro tipo de aprendizaje durante la pandemia? Porque me inquieta que bajo este argumento de recuperar y llenar los huecos que quedaron se genere una tensi¨®n sobre los docentes llevando a la sobrecarga curricular¡±, comenta.
Lo clave, agrega, es que la educaci¨®n en los mayores se concentre en t¨¦cnicas de estudio, autoaprendizaje y en c¨®mo manejar el tiempo. En cuanto a los ni?os y ni?as que vivieron la pandemia durante edades clave, como la de aprender a leer, explica que, en cambio, s¨ª es urgente llenar ese vac¨ªo.
Lograrlo, claro, implica que profesoras y profesores est¨¦n bien. Por esto Silva dice que en el sector educativo, antes de lanzarse a volver a estudiar, hay que tener una conversaci¨®n pendiente. ¡°Del miedo y de la tristeza no hemos hablado. De c¨®mo volver a clase despu¨¦s de dos a?os en que la corporalidad no existi¨®, tampoco¡±, cuenta. Entre los varios pendientes que tiene la educaci¨®n en Am¨¦rica Latina parece haber uno clave, y es el mismo que los profesores pidieron incluso antes de la pandemia: la formaci¨®n socioemocional.
*Una versi¨®n inicial de esta nota ten¨ªa, por error, otras universidades a las que est¨¢ realmente vinculado el profesor Ilich Silva Pe?a.
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