La supervivencia de la sabana brasile?a se decide en los despachos de Bruselas
La legislaci¨®n que prepara la UE para frenar la deforestaci¨®n provocada por productos importados podr¨ªa dejar fuera a biomas muy amenazados que no entran en la categor¨ªa estricta de bosques, como El Cerrado, la sabana tropical de Brasil
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El abuelo del ind¨ªgena brasile?o Hiparidi Top¡¯tiro sol¨ªa contarle mil historias sobre un temido jaguar que merodeaba por su aldea, pero ese majestuoso felino est¨¢ cada vez m¨¢s cerca del terreno de la leyenda. ¡°Como esto siga as¨ª mis nietos tendr¨¢n que verlo en un librito o ir al zoo¡±, lamenta este l¨ªder ambientalista desde las aldeas de la tierra ind¨ªgena Sangradouro, un pedazo de tierra asediado por las inmensas plantaciones de soja del estado brasile?o de Mato Grosso. Hiparidi es un ind¨ªgena Xavante, una de las decenas de etnias que habitan El Cerrado, la gran (y desconocida) sabana brasile?a, cuyo futuro se juega estos d¨ªas a miles de kil¨®metros de distancia, en los grises despachos de Bruselas. La Uni¨®n Europea (UE) est¨¢ a punto de aprobar una legislaci¨®n para intentar frenar la deforestaci¨®n que provocan los productos que importa y que podr¨ªa dejar desprotegidos a los biomas que no entran dentro de la clasificaci¨®n estricta de lo que es un bosque. Para El Cerrado, eso ser¨ªa una sentencia de muerte.
Al pensar en deforestaci¨®n en Brasil, casi autom¨¢ticamente se piensa en la Amazon¨ªa, pero el grueso de la deforestaci¨®n provocada indirectamente por Europa en este pa¨ªs se da en El Cerrado. Es aqu¨ª donde se planta la mayor¨ªa de la soja que luego servir¨¢ de alimento a millones de cerdos, vacas o gallinas europeas. El contexto de aumento de la demanda internacional de granos hace que la presi¨®n de la deforestaci¨®n aumente m¨¢s si cabe. La p¨¦rdida de Cerrado nativo pas¨® de 6.319 kil¨®metros cuadrados en 2019 a 8.531 en 2021, lo que equivale a m¨¢s de 14 veces la ciudad de Madrid. China y la UE, en tanto que principales destinos de las exportaciones de commodities brasile?as, son los principales culpables de esa destrucci¨®n.
A primera vista, el Cerrado no es tan ¡®sexy¡¯ como su hermana mayor, la Amazon¨ªa; aqu¨ª no hay frondosos bosques de color verde brillante ni r¨ªos como mares, sino ¨¢rboles dispersos y arbustos, pero la vista enga?a: esta sabana alberga el 5% de la biodiversidad del mundo, 12.000 especies de plantas, muchas de ellas end¨¦micas. Adem¨¢s, aqu¨ª nacen ocho de los 12 principales r¨ªos de Brasil, por lo que preservar sus manantiales es clave para asegurar el agua para todo el pa¨ªs.
¡°Ser ind¨ªgena en El Cerrado es dif¨ªcil. La Amazon¨ªa siempre tiene m¨¢s fama, y claro que es importante, porque es el pulm¨®n del mundo, pero aqu¨ª hay pueblos amenazados, que est¨¢n perdiendo sus lenguas y su cultura¡±, lamenta Hiparidi, que trabaja como activista en la Rede Cerrado. Los conflictos por el uso tierra, principal vector de la violencia en el campo, son especialmente sangrientos en El Cerrado, donde el sector agr¨ªcola tiene un poder¨ªo descomunal y los latifundios a veces son m¨¢s grandes que algunos pa¨ªses europeos.
La creciente conciencia de los consumidores en el mundo por la deforestaci¨®n que provocan por comprar seg¨²n qu¨¦ cosas y de seg¨²n qu¨¦ pa¨ªses en el supermercado llev¨® a la Comisi¨®n Europea a preparar una ley que pusiera l¨ªmites a los seis productos que m¨¢s suelen ir manchados de deforestaci¨®n ilegal: madera, ganado, soja, aceite de palma, caf¨¦ y cacao. Los productores de estos bienes tendr¨¢n que demostrar que antes de 2020 en sus fincas no hab¨ªa bosques. Si no, no podr¨¢n exportar a Europa.
La legislaci¨®n se pens¨® al calor del desenfreno deforestador de los a?os de Jair Bolsonaro, pero se aplicar¨¢ a todo el mundo, tambi¨¦n dentro de las fronteras de la UE, lo que ha generado algunas reticencias internas, sobre todo en pa¨ªses como Francia y Espa?a. La primera propuesta realizada por la Comisi¨®n Europea tomaba la definici¨®n de bosque que hace la FAO, la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura. Esto dejaba fuera las enormes sabanas de El Cerrado, donde las zonas de bosque no son mayoritarias.
El pasado mes de septiembre, el Parlamento Europeo corrigi¨® el borrador de la Comisi¨®n e incluy¨® en el texto las other wooded lands (otras zonas arb¨®reas), que proteger¨ªan a El Cerrado y otros biomas sudamericanos m¨¢s all¨¢ de la selva. Se aprob¨® con una amplia mayor¨ªa, pero para los ambientalistas fue apenas una victoria moment¨¢nea. Ahora empieza la fase de ¡®tri¨¢logo¡¯ en que la Comisi¨®n, el Consejo (que representa a los pa¨ªses) y el Parlamento Europeo debaten para llegar a un texto de consenso. Es ah¨ª donde El Cerrado corre el riesgo de quedar fuera otra vez.
El embajador de la UE en Brasil, Ignacio Yb¨¢?ez, explica que la Comisi¨®n defiende que entren solo los bosques porque abrir demasiado el paraguas de protecci¨®n podr¨ªa ser contraproducente, por el riesgo de que los pa¨ªses exportadores como Brasil acusen a la UE de proteccionismo. ¡°La propuesta de la Comisi¨®n ya es suficientemente ambiciosa, alg¨²n l¨ªmite ten¨ªa que ponerse, por algo ten¨ªamos que empezar. Esta legislaci¨®n seguramente ser¨¢ cuestionada por muchos pa¨ªses en la OMC, as¨ª que cuanto m¨¢s base legal tengas mejor, y la definici¨®n de la FAO es aceptada internacionalmente¡±, apunta.
Lo que pasa es que El Cerrado es un mosaico donde los bosques son dispersos y se mezclan con zonas de sabana y campos naturales. Casi siempre es dif¨ªcil aclarar d¨®nde empieza uno y acaba el otro. Por eso, los ecologistas temen que si la ley solo habla de bosques y no protege expl¨ªcitamente las otras zonas arb¨®reas (concepto que tambi¨¦n se basa en lo que dice la FAO) muchos productores rurales brasile?os luchen en la justicia para intentar demostrar que sus haciendas est¨¢n situadas fuera del objeto de la ley, en zona de sabana y no de bosque. En la pr¨¢ctica, eso podr¨ªa hacer que implementar la ley fuera imposible, justo en las zonas donde es m¨¢s necesaria.
En la ardua batalla para que El Cerrado entre bajo el ¨¢mbito de protecci¨®n de la UE, adem¨¢s del esperado lobby contrario de los gigantes de la soja, hay un problema de desconocimiento que tiene incluso una ra¨ªz cultural, como explica el gerente de pol¨ªticas de WWF para cadenas de suministro libres de deforestaci¨®n, Jean-Fran?ois Timmers: ¡°Nosotros los europeos asociamos naturaleza a ¨¢rboles, pero la mayor¨ªa del impacto que provoca Europa no es sobre la Amazon¨ªa, es sobre El Cerrado¡±, remarca. Parad¨®jicamente, tambi¨¦n puede jugar en contra el alivio que ha propiciado en Europa el discurso de tolerancia cero con la deforestaci¨®n del presidente electo Lula da Silva. La aplicaci¨®n de la ley podr¨ªa quedar descafeinada porque se dar¨ªa a Brasil de nuevo un voto de confianza. De c¨®mo Brasil haga los deberes ¡°influir¨¢¡± c¨®mo se aplicar¨¢ la futura legislaci¨®n, explica el portavoz de la UE. ¡°Si Lula aprueba una moratoria de la soja en El Cerrado, por ejemplo, la legislaci¨®n europea no ser¨ªa necesaria¡±, dice.
Una opci¨®n bastante probable es que de momento Europa apruebe proteger las zonas boscosas y que se d¨¦ un plazo de dos a?os para revisar el texto e incluir otros ecosistemas. Los ecologistas estiman que en ese caso el grueso de El Cerrado pasar¨ªa a estar ¡°protegido¡± como muy pronto en 2027, y puede que para entonces sea demasiado tarde. ¡°Si dicen que de momento protegen la selva y que luego ¡®ya veremos¡¯ con el resto, habr¨¢ una especulaci¨®n que intensificar¨¢ la destrucci¨®n de El Cerrado¡±, lamenta Timmers. Seg¨²n los c¨¢lculos de WWF, al ritmo actual, y sin ning¨²n papel firmado en Bruselas que colabore, la amenazada sabana brasile?a podr¨ªa perder en cinco a?os ocho millones de hect¨¢reas, una superficie del tama?o de la Rep¨²blica Checa.
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