Brasil, l¨ªder en la prevenci¨®n de abusos a menores solo sobre el papel
Si bien el gigante latinoamericano tiene amplias pol¨ªticas p¨²blicas contra esta violencia sexual, las organizaciones denuncian que no se ponen en pr¨¢ctica. Cada hora, violan a cuatro ni?as
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Cuando se habla de abusos a menores en Brasil, se despliegan dos realidades antag¨®nicas. Por una parte est¨¢ el pa¨ªs de los grandes logros como la legislaci¨®n para la prevenci¨®n y la criminalizaci¨®n de estos delitos, que le colocan en el primer lugar a nivel regional en cuanto a normativas y como el ¨²nico de Am¨¦rica Latina con un presupuesto definido para sustentar este plan nacional. Pero luego est¨¢ el Brasil de las v¨ªctimas, en el que cada hora cuatro ni?as son violadas, generalmente por un familiar. Una tendencia que apenas ha variado en la ¨²ltima d¨¦cada. ¡°Entre la ley aprobada y la ley ejecutada hay un mundo¡±, explica por tel¨¦fono la directora del Instituto Liberta, Luciana Temer.
La experta comenta as¨ª el informe regional de Out of the Shadows (Fuera de las sombras), elaborado por la unidad de an¨¢lisis de The Economist para la fundaci¨®n Ignite Philanthropy y coordinado por Child Rights International Network (CRIN). El estudio, que analiz¨® las pol¨ªticas p¨²blicas en esta materia de 60 pa¨ªses (nueve de ellos latinoamericanos: Argentina, Venezuela, Colombia, El Salvador, Guatemala, Jamaica, M¨¦xico, Per¨² y Brasil) concluy¨® que este ¨²ltimo estaba en el onceavo puesto a nivel mundial, con 65,7 puntos sobre 100.
Esta investigaci¨®n destac¨® la criminalizaci¨®n de estos delitos sexuales, los procesos judiciales que ¡°evitan la revictimizaci¨®n¡± de los peque?os al contar lo sucedido y el programa de formaci¨®n a jueces y procuradores. Si bien Itamar Gon?alves, director de incidencia en Childhood Brasil, celebra algunas de las iniciativas, tiene la sensaci¨®n de que ¡°casi nada¡± de ello es palpable en el d¨ªa a d¨ªa, sobre todo en cuanto a la atenci¨®n de supervivientes de abusos. Desde que en 2017 Brasil aprob¨® la ley federal de escucha protegida para atender en un espacio seguro a j¨®venes que denuncien acoso o abuso sexual, la organizaci¨®n ha estado monitoreando cu¨¢ntos municipios del pa¨ªs han implementado el plan. ¡°A¨²n no hay casi ninguno que haya hecho efectivos estos servicios. Estamos trabajando en un plan nacional para implementar lo que recoge esa ley, que en s¨ª es muy positiva. Solo que a¨²n no es una realidad¡±.
En Brasil, m¨¢s de 66.000 personas sufrieron violencia sexual en 2021, de los cuales el 61,3% corresponde a menores de 14 a?os, seg¨²n datos del Anuario Brasile?o de Seguridad P¨²blica. Este porcentaje aument¨® un 4,2% respecto a 2020. La violencia sexual contra menores es una realidad extendida y silenciada en todo el mundo. Seg¨²n datos de la OMS, una de cada cinco mujeres y uno de cada 13 hombres adultos declararon haber sufrido abusos sexuales en la infancia. Adem¨¢s, como se?alan ambos expertos, estas cifras suelen dar cuenta apenas de la ¡°punta del iceberg¡±. Se registran solo los casos que fueron denunciados o atendidos en un hospital.
Pero denunciar en Brasil es, seg¨²n Gon?alves, un v¨ªa crucis. ¡°Un ni?o que tome el valor de denunciar va saltando de una administraci¨®n a otra, tiene que contar varias veces lo que le pas¨®¡ Es muy com¨²n que acabe desistiendo por eso o por la presi¨®n familiar o social¡±, dice. ¡°Tenemos un pu?ado de recomendaciones internacionales, normas p¨²blicas e incluso privadas¡ pero no hemos sabido sacarlas del papel¡±.
El informe, que constituye la primera evaluaci¨®n global de c¨®mo los pa¨ªses de todo el mundo abordan la violencia sexual contra menores, muestra tambi¨¦n los enormes contrastes entre pa¨ªses. Brasil, M¨¦xico, Guatemala y Colombia son las ¨²nicas naciones latinoamericanas entre los primeros puestos. Per¨², Venezuela y Argentina, son de los 15 peor puntuados. Las principales cr¨ªticas a la legislaci¨®n argentina son la falta de un organismo policial especializado en casos de explotaci¨®n y abuso sexuales, la carencia de unidades especializadas para responder a los casos perpetrados virtualmente y una tipificaci¨®n penal ambigua que da lugar a interpretaciones muy abiertas.
Argentina, al igual que Brasil, no ha abolido la prescripci¨®n del delito de explotaci¨®n y abuso a menores. As¨ª, en Argentina, una violaci¨®n a un menor prescribe 15 a?os despu¨¦s de que el joven cumpla 18. Y en Brasil, 20 a?os despu¨¦s. ¡°Esta medida es muy cuestionable¡±, explica Temer. ¡°Para una persona es muy dif¨ªcil denunciar. Muchos de los adultos con los que hablamos nos cuentan que hasta que no pasan d¨¦cadas no deciden hacerlo. La Justicia no les puede cerrar la puerta cuando ellos se animen¡±.
Educaci¨®n sexual, otra asignatura pendiente
Si hay un punto en el que coinciden organismos, Estados y v¨ªctimas es en que la educaci¨®n sexual es clave para la prevenci¨®n. Los abusos sexuales suelen ocurrir mediante la persuasi¨®n de los adultos y suelen confundir al menor que, en ocasiones duda de si es una pr¨¢ctica normal o le invade la verg¨¹enza para denunciar. La escuela puede ser un espacio seguro para detectar comportamientos extra?os, dar herramientas al peque?o y faciltar redes de apoyo. Sin embargo, los sectores m¨¢s conservadores critican la inclusi¨®n de estos conocimientos en el plan educativo. ¡°En Brasil siguen llam¨¢ndole ideolog¨ªa de g¨¦nero y los mitos que tienen est¨¢n basadas en distorsiones absurdas¡±, cuenta Temer.
Gon?alves tiene muchas expectativas con el Gobierno de Luiz In¨¢cio Lula da Silva, quien tom¨® la presidencia hace cuatro meses. ¡°Tuvimos much¨ªsimos proyectos interrumpidos por esa mentalidad ultraconservadora de Jair Bolsonaro [expresidente de Brasil]. Confiamos en que sea prioritario para Lula, porque es urgente. Las cifras de v¨ªctimas son espantosas y sabemos que son muchas, muchas m¨¢s¡±.
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