La frustraci¨®n y el enojo: la ruta para denunciar el abuso sexual en M¨¦xico
Cuatro mujeres relatan las dificultades para llevar ante la justicia sus casos de abuso sexual
Amyra, Elo¨ªsa, Itxaro y Priscila no se conocen. Algunas se han visto una vez en la vida. Pueden haber coincidido en alguna manifestaci¨®n. Sin embargo, est¨¢n unidas por el hilo invisible de la violencia de g¨¦nero en M¨¦xico, un pa¨ªs donde el 66% de las mayores de 15 a?os ha sido v¨ªctima de violencia, seg¨²n una encuesta de 2016 sobre relaciones en el hogar. La mayor¨ªa nunca denunci¨® lo que le sucedi¨®, algo similar a lo que sucede con el resto de delitos en un sistema de justicia que permite una alta impunidad. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa, el Inegi, afirma que el 64% de la poblaci¨®n no conf¨ªa en la polic¨ªa y considera que el proceso de denuncia es una p¨¦rdida de tiempo.
Ellas cuatro forman parte del 10% que decide llevar la violencia de g¨¦nero ante la justicia. Denunciar en el pa¨ªs de Am¨¦rica Latina con la mayor tasa de feminicidios, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, puede ser largo, costoso, desgastante y decepcionante. El 93% de todos los delitos quedan sin resolverse. Incluidos los sexuales, cuya denuncia ha aumentado un 20% en lo que va de 2019, seg¨²n el Sistema Nacional de Seguridad P¨²blica (SNSP).
Mientras la frustraci¨®n y el agotamiento se acumulan por un sistema de justicia colapsado, la rabia y el enojo se condensan en las calles y dan paso a los gritos desgarrados, los cristales rotos y las paredes pintadas. El 3 de agosto una adolescente de 17 a?os asegur¨® haber sido violada por polic¨ªas de la Ciudad de M¨¦xico cuando volv¨ªa a su casa de una fiesta. La fiscal¨ªa local afirm¨® que el ministerio p¨²blico examin¨® a la joven cuatro d¨ªas despu¨¦s de los hechos por lo que se perdieron las pruebas de la violaci¨®n. La forma err¨¢tica en que las autoridades han manejado el caso pone en duda la eficacia de la investigaci¨®n.
Hace dos a?os, Amyra Lira tuvo una sensaci¨®n similar cuando le dijeron que la carpeta de investigaci¨®n donde estaba su caso de violaci¨®n se hab¨ªa perdido por obras en el edificio. Ella hab¨ªa denunciado al que era su jefe, un importante director teatral, de haberla violado reiteradamente. Cuenta a EL PA?S que pese a tener todas las pruebas a su favor, incluido el peritaje psicol¨®gico que certificaba que era v¨ªctima de violaci¨®n, la justicia desestim¨® el caso. ¡°No me imagin¨¦ que iba a ser tan duro contar tu testimonio a cinco personas distintas. Primero te recibe un funcionario del Ministerio P¨²blico, despu¨¦s pasas al peritaje psicol¨®gico, luego con la polic¨ªa de investigaci¨®n, despu¨¦s tienes que contarlo en la parte m¨¦dica y luego otra vez con el Ministerio P¨²blico. Recuerdo que estuve m¨¢s de seis horas denunciando¡±, dice Lira.
La directora de la organizaci¨®n Equis Justicia, Ana Pecova, considera que incluso con una denuncia las posibilidades que el caso llegue a un tribunal son muy bajas. ¡°En violaciones, solo en el 11% de los casos se abre una carpeta de investigaci¨®n y de esto, solo el 2.4% resulta en alguna sentencia¡±, explica. La abogada experta en g¨¦nero, Estefan¨ªa Vela, considera que el problema de fiscal¨ªas y autoridades de justicia es multifactorial. ¡°No solo tenemos fiscal¨ªas machistas que revictimizan. Tenemos instituciones que se est¨¢n cayendo a pedazos. Falta capacidad t¨¦cnica y presupuestaria¡±, dice Vela, quien insiste en que, adem¨¢s de la v¨ªa penal, hay que buscar justicia en el derecho laboral, civil y administrativo para prevenir la discriminaci¨®n. ¡°La impunidad no solo tiene que ver con la incapacidad de las instituciones para responder, sino con la incapacidad de la ciudadan¨ªa para acercarse a las instituciones¡±, agrega Pecova.
Elo¨ªsa Farrera acudi¨® con el departamento de recursos humanos del peri¨®dico en el que trabajaba para denunciar el acoso y hostigamiento que hab¨ªa sufrido por parte de su jefe durante tres a?os. ¡°Cuando hice la primera queja avisaron a mi acosador y me regresaron a mi puesto sin protecci¨®n¡±, explica la periodista. ¡°Quise agotar la v¨ªa institucional para llegar a una soluci¨®n, pero su investigaci¨®n interna determin¨® que no hab¨ªa acoso¡±, agrega. Meses despu¨¦s y sin trabajar junto al hombre que la agredi¨®, la empresa despidi¨® a Elo¨ªsa, quien lleva dos a?os peleando su caso en la v¨ªa administrativa. ¡°En un pa¨ªs en el que asesinan a nueve mujeres cada d¨ªa, es clave que haya medios donde se haga periodismo incluyente, humano, sin sexismo, sin machismo y sin violencias¡±, dice Farrera.
Su se?alamiento fue uno de tantos que se hicieron p¨²blicos mediante el movimiento #MeToo en marzo de 2019. Miles de acusaciones por abuso y acoso sexual explotaron en redes sociales y agitaron el mundo de la m¨²sica, el cine, el periodismo, el arte y la literatura, exponiendo los diferentes tipos de violencia que viven las mujeres en el ¨¢mbito laboral y personal en M¨¦xico.
Itxaro Arteta tambi¨¦n expuso a su acosador a trav¨¦s de las redes. Su intento de denuncia por la v¨ªa penal se frustr¨® cuando en el ministerio p¨²blico le explicaron que pese a que su acosador enviaba fotos ¨ªntimas suyas a su trabajo con insultos y calumnias, no era constituyente de delito porque no era una amenaza. ¡°Cuando te dicen: ¡®?por qu¨¦ no denuncias?¡¯, pues porque no es cosa f¨¢cil denunciar. No ten¨ªa duda de que era ¨¦l, pero no pod¨ªa acusarle. Fue muy desgastante, mina tu estabilidad emocional y tu confianza¡±, responde Arteta.
Priscila Alvarado tambi¨¦n recurri¨® a las redes sociales para se?alar que el director acad¨¦mico de su universidad la hab¨ªa besado sin su consentimiento y la acosaba a trav¨¦s de redes sociales. Dos a?os antes hab¨ªa acudido a las autoridades de la instituci¨®n, sin ¨¦xito. ¡°No cre¨ª que dar la cara doliera tanto¡±, responde Alvarado a este peri¨®dico. ¡°Cuando un hombre te toca, te besa y abusa de ti, hay muchas cosas que cambian en tu interior. Han intentado descalificarme con que tengo un problema mental o que yo lo provoqu¨¦ y s¨ª tengo miedo, pero estoy decidida a que las cosas tienen que ser diferentes por todas las chicas que vienen detr¨¢s¡±, responde Priscila. La joven denunci¨® su caso a trav¨¦s de la v¨ªa de los derechos humanos y por la justicia civil.
Despu¨¦s de que archivaran el caso de Amyra el ¨²nico recurso que le qued¨® fue ¡°hacer denuncia social¡± como ella lo llama junto con otras 22 mujeres abusadas por el director teatral. ¡°Me di cuenta de que todo el proceso por el que pas¨¦ para pedir justicia no fue suficiente y tuve una crisis muy fuerte de desconfianza en las autoridades¡±, explica. ¡°Merecemos sanar y que la gente se entere de lo que me pas¨® me ha hecho sentir m¨¢s fuerte. No creo que sea una v¨ªctima, soy una sobreviviente¡±.
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