La muerte de Lolita, la orca solitaria de Miami, reaviva el debate sobre el cautiverio animal
El mam¨ªfero ten¨ªa 53 a?os y hab¨ªa un plan en marcha para facilitar su vuelta al oc¨¦ano en los pr¨®ximos a?os, pero falleci¨® d¨ªas antes
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Ya estaba en marcha el plan para intentar su liberaci¨®n en el oc¨¦ano. Pero Lolita, la orca que lleva desde los tres a?os cautiva en el Seaquarium de Miami, ha fallecido este viernes, despu¨¦s de dos d¨ªas en los que su salud entr¨® en una espiral descendente. ¡°Exhib¨ªa signos serios de malestar f¨ªsico¡±, explic¨® el acuario en un comunicado. ¡°Aunque recibi¨® la mejor atenci¨®n¡±, la orca falleci¨® de lo que se cree que fue un problema renal con el que lidiaba desde hace tiempo. Tres d¨ªas antes de su muerte, el acuario hab¨ªa publicado un comunicado en el sentido contrario: ¡°Nuestra querida Lolita se encuentra estable y en buen estado de salud¡±. Todav¨ªa se investigan las causas de su fallecimiento.
Ten¨ªa unos 53 a?os. Medio siglo de vida confinada en una piscina de 35 metros de profundidad y 10 metros de di¨¢metro, distrayendo a los espectadores con sus saludos de aleta y sus vueltas en el aire. As¨ª pas¨® la mayor parte del tiempo, cada d¨ªa, hasta que la presi¨®n de grupos animalistas consigui¨® que la empresa propietaria aceptase un plan para devolverla al oc¨¦ano en un plazo de dos a?os. Demasiado tarde. A¨²n as¨ª, su muerte ha abierto un debate sobre las dificultades de la liberaci¨®n y la capacidad de adaptaci¨®n de una orca tan mayor al medio marino despu¨¦s de tanto tiempo encerrada. Es dif¨ªcil saber qu¨¦ habr¨ªa pasado si la hubieran liberado antes, ya que era la orca en cautiverio m¨¢s vieja del mundo. Quiz¨¢s tambi¨¦n habr¨ªa aguantado las dificultades y el estr¨¦s de su merecida libertad.
Lolita, tambi¨¦n llamada Takitae, fue capturada en 1970 en Penn Cove, un lugar retirado del Oc¨¦ano Pac¨ªfico al norte de Seattle, en Estados Unidos. Solo ten¨ªa tres a?os. A esa edad, las orcas ya han aprendido el lenguaje de su comunidad, hab¨ªa empezado a cazar su propia comida y todav¨ªa pasaba la mayor parte del d¨ªa cerca de su madre. De all¨ª la trasladaron directamente hasta el Miami Seaquarium de Florida, cuenta la organizaci¨®n OrcaNetwork. Su misi¨®n era ser la compa?era de espect¨¢culo de Hugo, una orca joven que hab¨ªa sido capturada unos a?os antes en el mismo lugar. Vivieron juntos durante diez a?os hasta que, en 1980, Hugo muri¨® tras golpearse contra el cristal del tanque de agua en el que viv¨ªan los dos. Ya lo hab¨ªa hecho antes, pero nunca tan fuerte como aquella vez. Tras su muerte, Lolita sigui¨® con sus shows diarios.
La orca hab¨ªa dejado de dar espect¨¢culos, pero segu¨ªa atrapada en el acuario de Miami. Despu¨¦s de las protestas de grupos animalistas, The Dolphin Company, la compa?¨ªa encargada del Seaquarium, lleg¨® este marzo a un acuerdo para liberar al animal en un plazo de dos a?os. Eduardo Albor, el director de la empresa, se alegr¨® por el futuro de la orca: ¡°Este es un d¨ªa muy especial. Va m¨¢s all¨¢ de Lolita. Se va a convertir en un s¨ªmbolo¡±. El coste de liberarla puede llegar hasta las ocho cifras y requerir el uso de un avi¨®n militar para trasladarla, como pas¨® con Keiko, la orca de la pel¨ªcula Liberen a Willy. En su camino de adaptaci¨®n al medio marino, Lolita habr¨ªa necesitado que la construyesen un santuario en el mar, cerca de la costa, donde habr¨ªa aprendido a cazar su propia comida y a estar cerca de otros animales, vigilada de cerca por instructores y otros profesionales.
Pese a estos apoyos, puede que Takitae nunca hubiera llegado a adaptarse a un medio tan hostil como el oc¨¦ano. ¡°Es pr¨¢cticamente imposible que la orca se adapte al mar¡±, sentenciaba Ana Jim¨¦nez C¨¢ceres, bi¨®loga especialista en mam¨ªferos marinos, unos d¨ªas antes de su muerte. ¡°Lolita tiene problemas de audici¨®n, necesita medicaci¨®n constante y depende al 100% del ser humano. Quiz¨¢s pensemos que a los animales les encantar¨ªa estar en espacios grandes, pero ellos lo ven como una zona extra?a y hay que ense?arles poco a poco¡±. Adem¨¢s, la experta asegura que es muy poco probable que su familia original la reconociese. ¡°Mucha gente no lo sabe, pero estos animales tienen que prepararse mucho para pasar a piletas en las que nunca han estado¡±.
La bi¨®loga hace referencia al caso de Keiko, la primera orca con la que se llev¨® a cabo esta gran operaci¨®n de liberaci¨®n en mar abierto. A?os despu¨¦s de su liberaci¨®n, muri¨® por un resfriado. Keiko fue capturada en 1979 en aguas islandesas, fue trasladada provisionalmente a Canad¨¢ y termin¨® en un acuario de Ciudad de M¨¦xico. All¨ª se rod¨® la pel¨ªcula que la hizo famosa y que se convirti¨® con el tiempo en el revulsivo que impuls¨® su liberaci¨®n. A?os despu¨¦s, Hallur Hallson, el portavoz de la fundaci¨®n a cargo de la operaci¨®n, tuvo que admitir que el proceso hab¨ªa resultado un fracaso. Keiko era incapaz de capturar a los peces que entraban y sal¨ªan de la jaula marina que le construyeron en las costas de Islandia. Tampoco estableci¨® contacto con las orcas de su especie que se acercaron a la jaula y eso la pon¨ªa en peligro porque estos animales solo pueden vivir en grupo.
Karla Munguia, activista por los derechos de las orcas, defiende que la salud del animal mejor¨® mucho despu¨¦s de su liberaci¨®n, cuando la sacaron del tanque en el que salinizaban el agua con sal industrial. ¡°Ten¨ªa papiloma en los costados de las aletas y lo que se llama ¡®cabeza de cacahuete¡¯, un problema que proviene de la falta de alimentaci¨®n adecuada. Todo eso se la quit¨® cuando la liberaron¡±, en 1996, casi veinte a?os despu¨¦s de atraparla, explica Munguia. Tambi¨¦n dej¨® de presentar todas las actitudes patol¨®gicas propias del encierro prolongado, como los golpes constantes contra la pared del acuario. Incluso lleg¨® a interactuar con otras orcas. Pero nunca se quedaba con ellas, siempre volv¨ªa a la costa, donde estaban los cuidadores humanos a los que estaba acostumbrada casi desde que naci¨®.
Con Lolita, el plan de los animalistas era juntarla de nuevo con su familia, con la esperanza de que ¡°se acuerde de ellos¡±, dice Munguia. ¡°Esa era la esperanza¡±. Porque dejarla donde estaba no era una opci¨®n y podr¨ªa llevarla a la muerte, como ha sucedido al final. Entre 1996 y 2003 murieron prematuramente 28 orcas en cautiverio, adem¨¢s de 325 delfines y belugas en parques acu¨¢ticos de todo el mundo, seg¨²n la organizaci¨®n CetaBase. Los casos de orcas devueltas con ¨¦xito a su h¨¢bitat natural fueron capturadas cuando ya hab¨ªan aprendido a cazar y no estuvieron mucho tiempo en cautividad, por lo que todav¨ªa no hab¨ªan desaprendido sus costumbres, explica la bi¨®loga Jim¨¦nez.
Aunque los expertos discrepan en el m¨¦todo para sacar al animal del acuario, todos coinciden en que lo mejor ser¨ªa frenar la caza de estos animales. Pero, para eso, tiene que haber una reducci¨®n en la demanda. Las sociedades civilizadas tienen que dejar de pagar por ver a un animal lejos de su hogar y de su familia. Como dice Munguia: ¡°En el zoo ves a un fantasma del animal que fue, y no hace falta tener una orca encerrada para empatizar con ese animal, uno puede conocerlos y amarlos con documentales que muestren c¨®mo viven en libertad¡±. Algo parecido pas¨® con la pel¨ªcula de Willy. Fue precisamente una historia sobre su liberaci¨®n la que permiti¨® a miles de personas en todo el mundo empatizar con Keiko, la orca que interpretaba al personaje, y no sus actuaciones en el zool¨®gico de Ciudad de M¨¦xico en el que estaba encerrada.