Paraty, el para¨ªso tur¨ªstico de aguas contaminadas de Brasil
Pese a haber sido declarada patrimonio mundial por la Unesco por su cultura y biodiversidad, la ciudad no tiene resuelto el saneamiento b¨¢sico, lo que afecta a la salud de las personas y los ecosistemas
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Paraty es una ciudad costera entre R¨ªo de Janeiro y S?o Paulo, fundada en 1667, durante la colonia portuguesa. Est¨¢ frente a una bah¨ªa de aguas tranquilas y rodeada de monta?as de mata atl¨¢ntica, uno de los biomas m¨¢s diversos y amenazados. Al puerto llegaban barcos cargados de personas africanas esclavizadas y part¨ªan con oro, caf¨¦ o ca?a de az¨²car. A su calor se form¨® un conjunto de casas blancas con los marcos pintados de colores, al estilo portugu¨¦s. Se dice que las rocas que tra¨ªan los nav¨ªos como lastre y que a la vuelta se sustitu¨ªan por materias primas americanas, sirvieron para empedrar el centro hist¨®rico. Millones de turistas contempor¨¢neos las pisan despacio o caminan a trompicones, toman fotos y compran artesan¨ªa de pueblos originarios en los puestos callejeros. El municipio de 45.000 habitantes se ha convertido en uno de los lugares m¨¢s pintorescos y visitados del pa¨ªs, hay varios festivales culturales, de literatura, jazz y gastron¨®micos, hospedajes de lujo, marinas para embarcaciones de recreo y hasta un aeropuerto de vuelos privados. Desde 1945, Paraty est¨¢ protegido como Patrimonio Nacional y en 2019 obtuvo el t¨ªtulo de Patrimonio Mundial de la Unesco por partida doble, por Cultura y Biodiversidad. Pero a pesar de estar en un para¨ªso de agua dulce y salada, falta solucionar el saneamiento b¨¢sico.
Una mujer est¨¢ sentada en la orilla de la playa do Pontal, en el centro de Paraty. Admira el atardecer en la bah¨ªa donde se superponen monta?as de selva tropical. Al fondo, la conocida isla Ilha Grande y, a sus espaldas, el perfil abrupto del Parque Nacional da Serra da Bocaina, por donde descienden r¨ªos que forman cascadas y piscinas naturales. Aunque sea verano y haga calor, ni ella ni el pu?ado de personas que pasean por la playa en traje de ba?o meten un pie en el mar. S¨®lo entran quienes van a remar o alg¨²n turista que todav¨ªa no sabe que las aguas de esta playa paradis¨ªaca est¨¢n contaminadas. Como las de la playa Jabaquara, la otra en la ciudad. A ambas llegan r¨ªos canalizados. La balneabilidad se puede consultar en el INEA, Instituto de Medioambiente del Estado de R¨ªo de Janeiro, que adem¨¢s recomienda no ba?arse en el mar cerca de salidas de canales o de galer¨ªas de aguas pluviales ni las 24 horas posteriores a lluvias intensas.
En Brasil, hay una ley federal que defiende el acceso universal a saneamiento b¨¢sico: abastecimiento de agua potable, drenaje de aguas pluviales urbanas y una correcta gesti¨®n de las aguas residuales. Aunque el PIB de Paraty sea superior a la media del pa¨ªs, en 2021 s¨®lo un 6% de sus habitantes ten¨ªa acceso a una red p¨²blica de recogida de aguas residuales, seg¨²n datos del Instituto de Agua y Saneamiento tomados del SNIS (Sistema Nacional de Informaciones sobre Saneamiento). Una situaci¨®n mucho m¨¢s precaria que la media de la regi¨®n sureste, donde esa cifra alcanza el 82%, o la de Brasil, un 56%.
En Paraty falta mucho por hacer en gesti¨®n del agua, pero el panorama ha mejorado en la ¨²ltima d¨¦cada. ¡°Hasta 2014, la totalidad del municipio no ten¨ªa agua tratada, ni recogida ni disposici¨®n final de aguas sucias. Hoy, el 80% de la poblaci¨®n recibe agua potable y se est¨¢ trabajando para mejorar el manejo de las aguas residuales¡±, afirma Luis Paulo Silva Nascimento, coordinador del departamento de saneamiento urbano de Paraty. Naci¨® hace 45 a?os en la zona, est¨¢ formado en gesti¨®n ambiental y es especialista en saneamiento urbano.
Silva reconoce que el centro hist¨®rico es un desaf¨ªo por estar a nivel del mar, pero explica c¨®mo se puede resolver la dificultad geogr¨¢fica: ¡°Se ha pensado un ¨²nico sistema en toda la ciudad, con varias estaciones de bombeo que mandan el agua sucia a una central, pero estamos intentando cambiar el modelo en el centro hist¨®rico por uno de recolecta de aguas residuales al vac¨ªo, que ser¨ªa m¨¢s sencillo y se excavar¨ªa menos¡±. Cree que si en Paraty no se ha resuelto el saneamiento b¨¢sico, es por falta de inversi¨®n. ¡°No atrae votos porque no se ve¡±, afirma, y a?ade los problemas sanitarios del agua que sale de los grifos en Paraty: ¡°Como durante d¨¦cadas el suministro de agua ha sido intermitente, muchas viviendas tienen dep¨®sitos. Cuando hacemos mediciones de calidad del agua, algunos tienen masas de lodo de m¨¢s de tres a?os sin limpiar con muchas impurezas. Pueden generar problemas g¨¢stricos, deben ser higienizados cada tres meses o, como m¨¢ximo, cada seis. Desde el Ayuntamiento hacemos campa?as para concienciar a la poblaci¨®n¡±.
En 2021, se revis¨® el Plan Municipal de Saneamiento B¨¢sico de Paraty que tiene como objetivo mejorar la salubridad ambiental, proteger el medioambiente y promover la salud p¨²blica. Gilmar Marcelino de Souza asumi¨® el cargo de Secretario de Medioambiente del Ayuntamiento de Paraty este a?o. Antes, era ssecretario ejecutivo de Gobierno desde que empez¨® la gesti¨®n actual, en 2020. ¡°En Paraty hay una alianza p¨²blico-privada para resolver el saneamiento, en la que participan Ayuntamiento, Gobierno del Estado de R¨ªo de Janeiro y la central nuclear Almirante ?lvaro Alberto [situada a 50 kil¨®metros]. Vamos a hacer una estaci¨®n de tratamiento de aguas sucias que atender¨¢ la totalidad de la parte urbana. Tambi¨¦n hay muchos n¨²cleos rurales. En Tarituba y Praia Grande ya se trata el agua, y estamos mejorando la situaci¨®n en Trindade¡±, explica en el despacho municipal.
Praia Grande, uno de esos barrios rurales donde ya existe estaci¨®n de tratamiento de aguas residuales, est¨¢ a diez kil¨®metros del centro de la ciudad y se llega f¨¢cilmente en coche, bici o transporte colectivo. Es una playa recogida en la que hay viviendas, restaurantes y barcos de pesca o recreo. El paisaje es espectacular como en toda la zona, aunque el agua del mar no siempre es apetecible. Hoy flotan grumos marrones en la superficie y los que llegan a la orilla dibujan ondas en la arena. ¡°Mejor no meterse¡±, dice Aldo Daniel de Oliveira, que naci¨® aqu¨ª hace 63 a?os y se dedica al turismo. ¡°Es lodo, se desprende del fondo en esta ¨¦poca con la subida de la temperatura del mar. Puede estar sucio, porque aunque hay una estaci¨®n de tratamiento de aguas, depende de una bomba y, como a veces falta energ¨ªa, algunos desechos acaban en el mar¡±, explica. La red de suministro el¨¦ctrico de Paraty se estropea habitualmente, especialmente en verano cuando llueve mucho, hace calor y la ciudad est¨¢ m¨¢s poblada. Adem¨¢s de pasar noches a la luz de las velas, los cortes afectan a la salubridad porque paran las bombas que gestionan el agua y los frigor¨ªficos que conservan los alimentos. Seg¨²n el Ayuntamiento, el suministro el¨¦ctrico depende de Enel, empresa concesionaria contra la que han emprendido acciones judiciales.
Saneamiento ecol¨®gico en ¨¢reas rurales
En otras zonas rurales de Paraty, hay sistemas de recogida y tratamiento de aguas fecales, pero no construidos por el Ayuntamiento. Es el caso del quilombo do Campinho y de la aldea guaran¨ª Guyraitapu, conocida como aldea Araponga, que est¨¢ en la ladera de una monta?a que divide los estados R¨ªo de Janeiro y S?o Paulo. All¨ª viven medio centenar de personas. Se llega en 4x4 por una carretera escarpada m¨¢s una caminata de 15 minutos por un sendero sinuoso entre vegetaci¨®n, arroyos y vistas. ¡°Lo m¨¢s complicado fue traer materiales, intentamos usar locales, como tierra y madera¡±, explica Ana Luiza Ribeiro Carvalho al llegar a la aldea. Es arquitecta del equipo de saneamiento del Observatorio de Territorios Sustentables y Saludable de la Bocaina (OTSS), una alianza entre Fundaci¨®n Oswaldo Cruz, referente en investigaci¨®n en salud p¨²blica en Am¨¦rica Latina, y el Foro de Comunidades Tradicionales de Angra dos Reis, Paraty y Ubatuba. ¡°Siempre trabajamos con personas del territorio dentro del equipo¡±, explica Ribeiro.
Gabriel da Silva Martins naci¨® en la aldea Araponga hace 19 a?os y es uno de los constructores del sistema de saneamiento. Su nombre en guaran¨ª es Wera, que significa rel¨¢mpago. ¡°He aprendido a construir ventanas de bamb¨², ba?os y un n¨²cleo de fertilizaci¨®n, donde llegan las aguas sucias¡±, explica en la casa donde vive con su madre, su padre y tres hermanos. La construcci¨®n de tierra y madera de la familia ahora tiene un ba?o a?adido acabado con pintura de tierra rosada. Las instalaciones est¨¢n a la vista para facilitar posibles reparaciones futuras. El ba?o es c¨®modo y funcional. ¡°Tenerlo en casa es m¨¢s higi¨¦nico¡±, dicen sus padres Wera Tup? y Ara, artesanos que venden en el centro hist¨®rico de Paraty.
A unos 100 metros de la casa de Wera, est¨¢ el n¨²cleo de fertilizaci¨®n. ¡°Es m¨¢s barato y f¨¢cil de construir que un sumidero, la soluci¨®n m¨¢s com¨²n en Brasil y que no siempre est¨¢ bien ejecutada¡±, explica el ingeniero sanitario del equipo, Tito Cals Lopes de Almeida. ¡°Encuentras los materiales en el medio ambiente y el agua que llega sirve de alimento para las plantas porque contiene nutrientes como nitr¨®geno, f¨®sforo y potasio¡±, dice junto a las bananeras que crecen en el n¨²cleo de fertilizaci¨®n y que proveen pl¨¢tanos al vecindario. ¡°El objetivo del saneamiento ecol¨®gico es cerrar el ciclo del agua. Se suele ver como fuera de la norma por la ingenier¨ªa cl¨¢sica, pero est¨¢ contemplado en el Plan Nacional de Recursos H¨ªdricos¡±.
Cals forma parte del equipo directivo del Comit¨¦ de Bacias Hidrogr¨¢ficas de la Bah¨ªa de Ilha Grande. ¡°Es el grupo principal de lucha por el saneamiento en la regi¨®n¡±. Destaca que, en el centro de Paraty, el saneamiento se privatiz¨® hace diez a?os y no est¨¢ resuelto: ¡°La concesionaria Aguas do Brasil est¨¢ considerada una de las mayores del pa¨ªs, y todav¨ªa no lo ha hecho. Est¨¢ previsto que entreguen el 50% a mitad de este a?o¡±, dice. Pero, para Cals y el resto del equipo de especialistas de OTSS, la privatizaci¨®n no es el camino. El agua y el saneamiento b¨¢sico son derechos fundamentales y universales, que afectan directamente a la salud de los ecosistemas, incluidos los humanos.
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