Violentas protestas de los mineros del oro para entrar en las ¨¢reas protegidas de Bolivia
Los mineros quieren anular la resoluci¨®n que les impide trabajar en el Madidi, el parque con mayor biodiversidad mundial
Los sindicatos de mineros del oro de Bolivia protagonizan violentas jornadas de protesta en La Paz, la capital administrativa de Bolivia, para lograr varias demandas. La principal es la anulaci¨®n de la resoluci¨®n que les impide trabajar legalmente en las ¨¢reas protegidas del pa¨ªs, en particular en el Madidi, el parque con mayor biodiversidad de flora y fauna del mundo.
El 6 de noviembre, grupos de mineros atacaron con piedras y ocuparon temporalmente las oficinas del Servicio Nacional de ?reas Protegidas. Ped¨ªan que esta instituci¨®n cambie la norma que les impide operar en el parque Madidi, ubicado en el noroeste de Bolivia, en la cuenca amaz¨®nica, que es la zona en la que se concentran las explotaciones de oro del pa¨ªs. En esta parte del territorio, los yacimientos son aluvionales, es decir, el oro se encuentra en el fondo y las orillas de los r¨ªos. Para extraerlo, los mineros lo tratan con mercurio, una sustancia que envenena al entorno natural y a las personas. Varios estudios han mostrado la asociaci¨®n entre la ingesta de pescados contaminados y males neurol¨®gicos y de otros tipos, en particular entre los pueblos ind¨ªgenas que viven de los r¨ªos.
Los manifestantes tambi¨¦n atacaron las oficinas de la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera, a la que acusan de ¡°no darles seguridad jur¨ªdica¡±. Los contratos de derechos mineros tardan mucho y rara vez se concluyen de manera definitiva, porque deben ser aprobados en ¨²ltimo t¨¦rmino por el Parlamento. Adem¨¢s, se produce una constante disputa entre empresas y entre empresas y pueblos ind¨ªgenas por la titularidad de las ¨¢reas de explotaci¨®n.
La Federaci¨®n de Cooperativas Mineras Aur¨ªferas de Bolivia, FECMABOL, cree que estas dificultades favorecen a la miner¨ªa ilegal, la que la extrae oro sin permiso alguno del Estado, que ha crecido fuertemente en el ¨²ltimo tiempo. FECMABOL tambi¨¦n exige 5.000 ¡°cuadr¨ªculas¡± con potencial aur¨ªfero que est¨¢n en manos de la empresa estatal de minas. Para lograr sus peticiones recurrir¨¢, tras las manifestaciones urbanas, al ¡°bloqueo de caminos¡±, tradicional m¨¦todo de lucha de los sindicatos bolivianos.
El presidente Luis Arce, que estos d¨ªas cumple su tercer a?o en el poder, discurs¨®, en un acto militar coincidente con las protestas, que la Armada boliviana tiene el deber de impedir la miner¨ªa ilegal del oro. Para la explotaci¨®n de este metal se usa dragas que navegan los r¨ªos donde se presentan las mayores oportunidades mineras.
La polic¨ªa dispers¨® a los manifestantes mineros con agentes qu¨ªmicos y detuvo a varios temporalmente. La impresi¨®n de algunos sectores de la poblaci¨®n es que las autoridades no ponen suficientes l¨ªmites a las cooperativas mineras, que constituyen una importante fuerza pol¨ªtica ligada a los gobiernos del Movimiento al Socialismo. La FECMABOL articula a unas mil cooperativas y cuenta con m¨¢s de 80.000 afiliados, y solo equivale al 5% de todas las cooperativas, aur¨ªferas y dedicadas a otros minerales, que existen en el pa¨ªs. Aunque este tipo de empresas naci¨® para hacer miner¨ªa de supervivencia tras el cierre de las grandes mineras estatales en los a?os 90, en tiempos del neoliberalismo, se ha convertido, impulsado por dos d¨¦cadas de altos precios de los minerales, en una realidad muy compleja, en la que conviven mineros artesanales con millonarios que explotan mano de obra asalariada bajo el disfraz del cooperativismo, pues este les permite eludir el impuesto a las utilidades y otros grav¨¢menes. Los grandes inversionistas del oro suelen ser chinos y colombianos.
Una de las demandas de la movilizaci¨®n de mineros es la aprobaci¨®n de un c¨®digo tributario que establezca un aporte fijo anual de 4,5% de la producci¨®n. El Gobierno quiere que este impuesto sea de 7%, para beneficiarse un poco m¨¢s de la ¡°fiebre del oro¡± que mueve a Bolivia desde hace algunos a?os y que hasta ahora ha sido una fiesta exclusiva de las cooperativas. En 2022, estas exportaron 3.000 millones de d¨®lares. Con esta cifra, el oro se convirti¨® en la principal exportaci¨®n boliviana, un poco por delante del gas y el zinc, y mucho m¨¢s que la soya. Dos causas explican este auge: el precio internacional, que se ha duplicado en la ¨²ltima d¨¦cada. Un kilogramo costaba alrededor de 30.000 d¨®lares en 2013 y ahora se encuentra en torno a los 60.000 d¨®lares. Y la sencillez de explotar oro aluvional, que solo necesita dragas y fuerza f¨ªsica para mover la tierra y cernirla y, luego, mercurio, que se vende libremente en Bolivia, para separar el metal del material rocoso al que viene adherido.
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