El r¨¦gimen de Ortega consuma el retiro de Nicaragua de la OEA
El aparato sandinista, se?alado por m¨²ltiples violaciones a derechos humanos, arremete contra el organismo por considerarlo en la ¨®rbita de Estados Unidos
El r¨¦gimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a trav¨¦s de un extenso comunicado le¨ªdo por su canciller Dennis Moncada este lunes 20 de noviembre, consum¨® el retiro de Nicaragua de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA). Hace dos a?os ¡°denunciaron¡± la Carta Interamericana y se inici¨® el proceso de salida del foro pol¨ªtico por estar en desacuerdo con las repetidas cr¨ªticas contra Managua por las graves violaciones a los derechos humanos y la democracia.
¡°Nos retiramos definitivamente. Nicaragua ya no tiene ninguna relaci¨®n, ya no somos miembros de ese infame organismo llamado OEA. Nicaragua, su pueblo y su Gobierno de reconciliaci¨®n y unidad nacional quedan desligados, desvinculados de esa organizaci¨®n injerencista, instrumento de intervenci¨®n del Gobierno unipolar y hegem¨®nico decadente de los Estados Unidos de Norteam¨¦rica¡±, enfatiz¨® la Canciller¨ªa sandinista. Moncada enumer¨® los supuestos ¡°golpes de Estados¡± y la ¡°injerencia¡± de la OEA en Latinoam¨¦rica a partir de los a?os cincuenta, iniciando con el derrocamiento del presidente Jacobo ?rbenz en Guatemala hasta caer en la autorreferencia sobre lo sucedido en 2018 en Nicaragua: unas masivas protestas sociales que polic¨ªas y paramilitares reventaron con violencia letal, pero que los Ortega-Murillo califican como ¡°intento de golpe de Estado¡±.
¡°La OEA ha tenido de manera reiterada una actuaci¨®n injerencista en contra de Nicaragua, transgrediendo los principios de no intervenci¨®n en los asuntos internos, el respeto a la soberan¨ªa de los Estados y el derecho de los pueblos a elegir libremente su destino, principios reconocidos por el Derecho Internacional y contenidos en su Carta constitutiva. Esa acci¨®n intervencionista qued¨® demostrada con su involucramiento y actuaci¨®n parcializada en el fallido golpe de Estado del 2018 en Nicaragua¡±, alega el r¨¦gimen Ortega-Murillo en referencia a las protestas sociales que dejaron m¨¢s de 350 muertos y el repudio mundial, incluida las reiteradas resoluciones de la OEA condenando la represi¨®n, exhortos a cesarla y buscar una soluci¨®n negociada. Todos llamados que Managua desoy¨®.
En cambio, antes de renunciar a la OEA en noviembre de 2021 y activar el protocolo de salida, el r¨¦gimen sandinista no s¨®lo rechaz¨® los 18 documentos condenando la represi¨®n aprobados por el Consejo Permanente, sino que confisc¨® y ocup¨® policialmente la sede que el organismo alquilaba en Managua. Un zarpazo que dejaba clara la ruptura de los Ortega-Murillo con la OEA, en especial con el secretario general, Luis Almagro, a quien en su momento opositores criticaron por la cercan¨ªa que mostr¨® con la pareja presidencial mientras intentaba un di¨¢logo diplom¨¢tico.
¡°La OEA no tiene herramientas¡±
Luego, en enero de 2022, el r¨¦gimen prohibi¨® la entrada a Nicaragua a una alta delegaci¨®n de la OEA que pretend¨ªa ¡°establecer una agenda positiva que incluya otros temas importantes de desarrollo democr¨¢tico y derechos¡±. Fuentes diplom¨¢ticas consultadas por EL PA?S confirmaron que todos los esfuerzos de la OEA para establecer puentes de di¨¢logos fueron dinamitados por Ortega y Murillo. Francisco Mora, embajador de Estados Unidos ante la OEA, dijo que ¡°el gobierno no quiere nada con la comunidad internacional, ni con la OEA ni Estados Unidos¡±.
¡°La OEA no tiene herramientas para presionar econ¨®micamente a Nicaragua¡±, pero la organizaci¨®n ¡°seguir¨¢ ejerciendo presi¨®n pol¨ªtica y diplom¨¢tica¡± ante las constantes denuncias de abusos a derechos humanos y de ataques a la libertad de expresi¨®n.
Ante el vencimiento del plazo de la salida de Nicaragua del foro, la OEA emiti¨® una resoluci¨®n en la que hicieron ¡°¨¦nfasis¡± en que el abandono ¡°no deja sin efecto las dem¨¢s obligaciones legales¡± del pa¨ªs en materia de derechos humanos. ¡°Nicaragua sigue obligada a respetar todos los derechos humanos reflejados en las normas consuetudinarias; todos los derechos humanos contenidos en las convenciones multilaterales de derechos humanos de las que Nicaragua es parte¡±, plantea el organismo, a pesar de que los Ortega-Murillo nunca han acatado sus resoluciones.
El exasesor de la OEA Guillermo Belt se?al¨® que la OEA no cuenta con mecanismos para obligar a un Estado miembro a cumplir con las obligaciones establecidas por la Carta de la organizaci¨®n.
¡°Los ¨®rganos pol¨ªticos [la Asamblea General y el Consejo Permanente] pudieron y debieron hacer mucho m¨¢s, dentro de sus atribuciones estatutarias, para presionar a la dictadura y hacerla respetar los derechos del pueblo nicarag¨¹ense¡±, apunt¨® Belt, quien fue asesor del secretario general Joao Baena Soares a finales de la d¨¦cada de los ochenta.
El exembajador de Nicaragua ante la OEA Arturo McFields dijo a EL PA?S que la OEA fue ¡°eficiente¡± en el siglo pasado, en los a?os ochenta, pero que en la actualidad ha sido rebasada por un r¨¦gimen autoritario como el de Ortega-Murilo.
¡°La OEA fue eficaz en el pasado. Lo vimos con Somoza. La posici¨®n que tomaron ayud¨® mucho. Lo vimos con el proceso de paz en Nicaragua, lo vimos con la celebraci¨®n de las primeras elecciones libres, justas y transparentes en la historia de Nicaragua. Lo vimos cuando le quisieron dar un golpe de Estado a Enrique Bola?os¡ Pero ahora, en la actualidad, la OEA ha sido rebasada por las llamadas dictaduras del siglo XXI. Y Nicaragua es la primera dictadura en hacer quedar a la OEA con los pantalones abajo¡±, plantea McFields.
El exembajador, que renunci¨® a su cargo en marzo de 2022, advirti¨® tambi¨¦n de que Nicaragua se ha vuelto un patr¨®n para los autoritarios de Centroam¨¦rica, aumentando la ¡°intrascendencia pol¨ªtica¡± de la OEA.
¡°El patr¨®n que marc¨® Ortega lo est¨¢ repitiendo ya Alejandro Giammattei en Guatemala. ?Por qu¨¦ lo digo? Invita a la OEA, firma acuerdos y respalda resoluciones del organismo. Todo eso lo hizo Ortega, pero Giammattei nunca desmonta las acciones de la fiscal Consuelo Porras y de Rafael Curruchiche. De nuevo, es algo similar a lo que hizo Ortega: firm¨®, invit¨®, acompa?¨®, pero nunca desmont¨® la represi¨®n y los arrestos arbitrarios. Ortega es una escuela de abuso¡±, sostiene McFields, desnacionalizado por el r¨¦gimen. ¡°Una vez que Ortega retom¨® el control del pa¨ªs a sangre y fuego, hubo un cambio: el Gobierno ya no quer¨ªa nada, ni con la OEA, ni con Estados Unidos. Ya estaba montado y afianzado porque sab¨ªa a lo que iba: a una deriva autoritaria al siguiente nivel, que la fue desempacando poco a poco, porque todav¨ªa cuando yo estaba ah¨ª, en la OEA, en diciembre de 2021, hab¨ªan comunicaciones con Almagro. Convers¨¢bamos y est¨¢bamos trabajando en la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos. Sin embargo, la dictadura no dijo que no y tampoco dijo que s¨ª para liberarlos¡±.
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