¡®Selfies¡¯ de un viaje inacabado: as¨ª una pareja de cubanos emprendi¨® dos traves¨ªas y termin¨® deportada de M¨¦xico
Lino Antonio Rojas y Yudith P¨¦rez regresaron en noviembre a la isla tras un periplo de dos a?os que les llev¨® a Rusia, Serbia, Grecia, Turqu¨ªa y Nicaragua con la meta de la frontera con Estados Unidos cada d¨ªa m¨¢s lejana
El d¨ªa que un pa¨ªs les abra las puertas a Lino y a Yudith habr¨¢ terminado por fin su viaje en busca de un permiso de trabajo y una vida digna. ¡°A nuestra edad, estaremos felices donde tengamos un techo y un salario con el que no tengas que robar, o no te roben el salario¡±, dice Lino. No piden mucho m¨¢s. Lino Antonio Rojas Morell, de 53 a?os, y su esposa, Yudith P¨¦rez, de 52, parecen haber emprendido un viaje eterno. Han salido de la desesperaci¨®n y han llegado a la desesperaci¨®n. Luego de dos intentos de irse definitivamente de Cuba, ahora es en Cuba donde permanecen.
En 2021, Lino se deshizo de su carpinter¨ªa en La Habana Vieja y Yudith dej¨® su puesto de secretaria de Higiene y Epidemiolog¨ªa en el Policl¨ªnico Docente Dr. Tom¨¢s Romay. Pagaron pasajes de 1.250 d¨®lares y partieron el 9 de octubre a Mosc¨², uno de los 25 pa¨ªses que no exigen visado a ciudadanos cubanos. Lino conserva hasta hoy una foto suya, con pul¨®ver naranja, gorro negro y cubrebocas blanco, en las instalaciones del aeropuerto Sherem¨¦tievo Alexander S. Pushkin.
Dos d¨ªas despu¨¦s siguieron a Serbia. De los 10 d¨ªas que pasaron en ese pa¨ªs, Lino tiene una foto con semblante serio con las edificaciones de fondo de la plaza principal de Novi Sad y otra sentado junto a Yudith en un banco de la ciudad. Con la ayuda de un coyote, atravesar¨ªan el coraz¨®n de Europa por la ruta de los Balcanes. Seg¨²n la agencia de estad¨ªstica Eurostat, el a?o en que Lino y Yudith emprendieron su viaje entraron a la Uni¨®n Europea 2,3 millones de migrantes desde un tercer pa¨ªs como parte de ese flujo imparable. En 2022, la agencia europea de fronteras Frontex registr¨® 330.000 cruces irregulares, y el 45% de esas entradas fueron tras recorrer la ruta de los Balcanes, que desde 2014 se ha cobrado la vida de 29.000 personas, seg¨²n un registro del pasado a?o del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM).
En otra de las muchas fotos que Lino guarda se le ve en un autob¨²s junto a Yudith, con semblantes m¨¢s bien tranquilos, viajando a Bujanovac, al sur de Serbia. Una vez que fueron conducidos a la frontera con Macedonia, los llevaron en un auto hasta la linde con Grecia. Todo el viaje por el norte de Macedonia Lino lo hizo en el maletero del auto. Tambi¨¦n tiene en su galer¨ªa la selfie del instante donde levanta la cabeza y el dedo pulgar, en un momento en que todo parec¨ªa marchar bien. Hay, adem¨¢s, un video de Lino y Yudith caminando varios kil¨®metros por las l¨ªneas inacabables y desiertas de un tren, donde ambos aseguran que ya est¨¢n en Grecia. Se les nota agitados, y llevan abrigos que los han protegido del fr¨ªo europeo todo este tiempo. Tambi¨¦n se les ve felices.
En Grecia, Lino y Yudith vivieron en Sal¨®nica, donde tambi¨¦n resid¨ªa un familiar suyo. Hubo d¨ªas en que pensaron que el viaje hab¨ªa llegado a su fin. Rentaron un lugar para vivir y Lino comenz¨® a estudiar, d¨ªa y noche, las 25 lecciones del libro Aprenda griego sin profesor. Supo c¨®mo saludar en las ma?anas diciendo kalimera y supo c¨®mo saludar en las tardes diciendo kalispera. Aprendi¨® adem¨¢s que por favor era parakal¨®.
¡°Hab¨ªa que hacer un gran esfuerzo¡±, cuenta Lino. ¡°Pero aprend¨ª bastantes palabras, y ya iba al mercado solo¡±. Hay una foto de la pareja frente a la estatua de Alejandro Magno en su caballo Buc¨¦falo en el paseo mar¨ªtimo de Sal¨®nica, y otra de visita en el estadio de f¨²tbol de la ciudad. Pero pasaron dos meses y no vislumbraron ni la posibilidad de tener documentos, ni mucho menos trabajo. ¡°Me levantaba todos los d¨ªas a las dos o tres de la ma?ana y sal¨ªa a buscar, y era por gusto¡±, cuenta Lino.
Lino y Yudith tomaron la decisi¨®n de entregarse a las autoridades griegas para solicitar un proceso de asilo. La pareja confi¨® en la palabra de Dimitrios Savvidis, el jefe de polic¨ªa de la Unidad de Extranjer¨ªa de Sal¨®nica, quien les hizo una carta con su propia letra donde explicaba a los encargados del puesto de Orestiada que los cubanos eran solicitantes de asilo pol¨ªtico. Savvidis les asegur¨® que en un plazo de entre 15 y 20 d¨ªas recibir¨ªan una respuesta positiva a su caso. Eso nunca sucedi¨®.
Se trasladaron entonces al campamento de refugiados Fylakio en Evros, territorio fronterizo con Turqu¨ªa, donde tras entregar la carta de Savvidis les quitaron sus tel¨¦fonos, pasaportes y otras pertenencias. Luego los pusieron en un calabozo. ¡°Sin un colch¨®n, sin agua, no hab¨ªa nada¡±, recuerda Lino. A Yudith, que atravesaba su periodo menstrual, no le hicieron caso cuando pidi¨® una almohadilla sanitaria.
Cuando finalmente los sacaron de la prisi¨®n y los juntaron con un grupo de 30 migrantes m¨¢s, les pidieron a los hombres quitarse los zapatos y echarlos a un tanque de basura. En la zona cercana al r¨ªo Evros, les exigieron arrodillarse con las manos en la cabeza y les quitaron todo su dinero. ¡°El jefe del grupo se echaba el dinero en el bolsillo mientras se re¨ªa¡±, dice Lino. Luego le devolvieron su pasaporte, la foto de su nieto, y las estampas con la oraci¨®n del ?ngel de la Guarda y San Expedito.
Dice Yudith que pasado un tiempo no sab¨ªan d¨®nde estaban. ¡°No sab¨ªamos lo que hab¨ªa del lado de all¨¢¡±. Los hab¨ªan embarcado en botes inflables, les hicieron cruzar el r¨ªo Evros, y el pa¨ªs, el pedazo de tierra donde los dejaron, era Turqu¨ªa, seg¨²n supieron m¨¢s tarde.
¡°Hab¨ªa un fr¨ªo inmenso, est¨¢bamos mal abrigados¡±, dice Lino. En la zona fronteriza de Turqu¨ªa los alcanzaron unos coyotes a quienes pagaron 250 d¨®lares por conducirlos hasta Estambul. Lino recuerda los 17 grados bajo cero y la nieve espesa que conoci¨® en Turqu¨ªa. De hecho, conserva unas fotos de sus primeros d¨ªas haciendo un mu?eco en la nieve.
¡°Parece que esto es un negocio entre Turqu¨ªa y Grecia, porque esas personas ya saben que vas a llegar, est¨¢n esperando a migrantes para llevarlos a Estambul¡±, asegura Lino.
La pareja, en cuanto pudo, tramit¨® una denuncia ante el Comit¨¦ de Derechos Humanos de la ONU contra el gobierno griego. El documento, al que tuvo acceso EL PA?S, indica que los ciudadanos cubanos que entraron en territorio griego el 22 de octubre de 2021 ¡°fueron expulsados colectivamente a Turqu¨ªa el 29 de enero de 2022, a pesar de no haber estado nunca antes en Turqu¨ªa¡±, y expone el maltrato al que fueron sometidos por las autoridades griegas. ¡°Los demandantes fueron objeto de una expulsi¨®n colectiva ilegal siguiendo el patr¨®n de retrocesos llevados a cabo sistem¨¢ticamente por las autoridades griegas en la frontera terrestre con Turqu¨ªa¡±, agrega el documento.
En 2021 Human Rights Watch (HRW) asegur¨® que hab¨ªa ¡°una creciente evidencia de que el Gobierno griego ha expulsado en secreto en los ¨²ltimos meses a miles de migrantes que intentaban llegar a sus costas¡± y que obligaban a ¡°personas a subir a peque?as balsas inflables de rescate y enviarlas de regreso a aguas turcas¡±. Entre 2017 y 2022 se registraron 374 incidentes relacionados con robo de dinero en esta zona, seg¨²n una investigaci¨®n llevada a cabo por EL PA?S y el medio griego Solomon. Tambi¨¦n se ha documentado el trato violento y la expulsi¨®n de los migrantes de su territorio. Asimismo, un informe publicado por la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos, expone que en el 88% de los casos los deportados sufrieron violencia y en el 93% les robaron sus pertenencias o dinero. El pasado a?o, Al Jazeera denunci¨® que al menos 30 cubanos que esperaban solicitar asilo en Europa ¡°fueron expulsados a la fuerza de Grecia a Turqu¨ªa¡± y sometidos a ¡°desnudamiento forzoso, palizas, detenci¨®n sin comida ni agua, confiscaci¨®n de pasaportes, dinero y otros efectos personales¡±.
Hasta hoy, el Gobierno griego sigue negando este tipo de pr¨¢cticas. En una entrevista con CNN este a?o, el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, neg¨® que su pa¨ªs expulsara a migrantes de tal manera o les diera tratos tan vejatorios. Es una ¡°pr¨¢ctica completamente inaceptable¡±, insisti¨®.
A pesar de no saber nada de idioma turco, y a pesar del fr¨ªo, Lino y Yudith pudieron haberse quedado en Turqu¨ªa para siempre. En el pa¨ªs, que no estaba en los planes de su traves¨ªa, lograron encontrar trabajo en una f¨¢brica de calzado. El cumplea?os 53 de Lino se lo celebraron sus compa?eros de trabajo. Lino conserva fotos, junto a Yudith, soplando velas en una tarta de chocolate.
¡°Est¨¢bamos bien¡±, recuerda Lino, como si hubiese pasado un centenar de a?os, como si la tranquilidad quedara demasiado lejos. ¡°Pero el presidente de Turqu¨ªa comenz¨® a deportar, dijo que ten¨ªa que sacar cinco millones de migrantes antes de fin de a?o. La vida se estaba haciendo imposible, hab¨ªa que estar huyendo de la polic¨ªa¡±.
Las otras fotos que guarda Lino en su celular los muestran a ¨¦l y a Yudith en los asientos de un vuelo de Turkish Airlines. El 4 de octubre de 2023 salieron del aeropuerto de Estambul hacia La Habana, antes de ser detenidos y deportados por las autoridades turcas.
Tres d¨ªas despu¨¦s, Lino y Yudith se fotografiaron, esta vez en los asientos de un vuelo de Magnichartes, tras comprar pasajes de 1.800 d¨®lares con destino a Nicaragua, otro de los 25 pa¨ªses que no exige visado a cubanos y la v¨ªa m¨¢s usada para salir de la isla. Su prop¨®sito era atravesar Centroam¨¦rica y llegar a la frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos. Desde que el Gobierno de Daniel Ortega estableciera en noviembre de 2021 el ¡°libre visado¡± para ciudadanos cubanos ¡°con el fin de promover el intercambio comercial, el turismo y la relaci¨®n familiar humanitaria¡±, han llegado a Estados Unidos m¨¢s de 300.000.
Lino y Yudith, bajo las ¨®rdenes de un coyote, se fueron de Nicaragua a Honduras, luego a Guatemala, hasta que finalmente llegaron a M¨¦xico. Lino tiene fotos y videos junto a decenas de migrantes a las afueras de la Comisi¨®n Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), en Tapachula, donde solicit¨® un permiso de estancia en el pa¨ªs para comenzar un proceso de refugio. Los encargados le comunicaron que en diez d¨ªas tendr¨ªa respuesta. Hasta hoy, Lino y Yudith no han recibido notificaci¨®n de la Comar. Cuando trataron de llegar a Ciudad de M¨¦xico para solicitar una cita con las autoridades estadounidenses a trav¨¦s de la aplicaci¨®n CBPOne, fueron detenidos. ¡°En el ret¨¦n de Tuxpan nos pararon los oficiales de migraci¨®n¡±, cuenta Lino. ¡°Cogieron al azar a los primeros siete que ¨ªbamos en la guagua, nos bajaron y nos llevaron a la estaci¨®n Siglo XXI¡±.
Mientras el resto de los cubanos detenidos firmaban papeles, Lino se neg¨® a firmarlos sin antes acceder a leerlos. ¡°Ellos se pusieron furiosos y me dijeron que no ten¨ªa derecho¡±. Sobre la una de la madrugada, los condujeron a autobuses que los llevaron a una prisi¨®n en Villa Hermosa, capital de Tabasco. Despu¨¦s de abordar nuevamente los autobuses y tras 36 horas de viaje, Lino y Yudith se encontraban en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de M¨¦xico. Les estaban obligando a firmar ¨®rdenes de deportaci¨®n.
El vuelo hacia La Habana sali¨® el pasado 7 de noviembre con 320 cubanos. Los pasaportes de Lino y Yudith no tienen un sello que pruebe su regreso a Cuba, y ni siquiera les dieron documentos como deportados. ¡°Es un negocio para jugar con la vida de los seres humanos¡±, piensa Lino. ¡°Desgraciadamente nosotros emigramos por necesidad, necesidad de libertad, de no ser reprimidos, de dar una vida digna a nuestra familia¡±.
Lino conserva una foto del d¨ªa en que fueron deportados a Cuba. Est¨¢ ¨¦l, con el semblante encogido, en la terminal de ¨®mnibus de La Habana, a la espera de alg¨²n autob¨²s hacia el centro del pa¨ªs. A falta de un lugar donde vivir en la capital, tuvieron que irse a la casa de su hija en Ciego de ?vila, en el centro de la isla.
¡°Es duro ser deportado, ya a nosotros nos ha tocado dos veces comenzar de cero. Ya no somos j¨®venes¡±, dice Lino. ¡°No aspiro a riquezas, sino a vivir dignamente los a?os que me quedan¡±.
Ahora, en Cuba, si Yudith rememora las traves¨ªas que ha emprendido junto a Lino, podr¨ªa echarse a llorar. Han sido v¨ªctimas, ambos y por partida doble, de la corrupci¨®n y el maltrato que sufren los migrantes. En una de sus ¨²ltimas fotos, Lino y Yudith aparecen con el Capitolio habanero de fondo. Est¨¢n, seg¨²n dicen, en el negocio. No especifican qu¨¦ negocio pero est¨¢n juntando dinero para volver a irse de Cuba. ¡°Claro que lo voy a volver a intentar¡±, asegura Yudith. ¡°El primer pa¨ªs que nos abra las puertas, para ah¨ª nos vamos¡±.
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