El Salvador se rinde a Bukele en la jornada electoral: ¡°Nos ha librado de gobernantes corruptos y ladrones¡±

Mario Miguel C¨®rdoba, un mensajero de 37 a?os, caminaba hace dos d¨ªas por una calle de San Salvador con un saco de ma¨ªz al hombro cuando se dio cuenta de que a unos metros de distancia se apostaban unos militares. Intuy¨® que le iban a dar el alto, como hab¨ªa ocurrido en otras cinco ocasiones. No era nueva esa sensaci¨®n de v¨¦rtigo que le invad¨ªa cuando contemplaba de cerca las botas y los fusiles. Podr¨ªa haber dado media vuelta, pero resultar¨ªa sospechoso; lo perseguir¨ªan, lo derribar¨ªan, caer¨ªa al suelo y qui¨¦n sabe qu¨¦ m¨¢s podr¨ªa ocurrir. Le aterraba la idea de que el ca?¨®n de un arma le apuntara en la frente. As¨ª que apret¨® los dientes y continu¨® el camino. En efecto, unos segundos despu¨¦s, un soldado le agarr¨® del brazo. Le levantaron la camiseta en busca de tatuajes. Le preguntaron si pertenec¨ªa a alguna de las pandillas. Le obligaron a sentarse en la acera y esperar ah¨ª durante una hora hasta que averiguaron que era verdad que una se?ora le hab¨ªa encargado el ma¨ªz. Por unos momentos pens¨® que se lo iban a llevar y a meterlo en algunas de las c¨¢rceles en las que Nayib Bukele ha encerrado en los ¨²ltimos a?os a m¨¢s de 70.000 personas. Muchas se encuentran en un limbo judicial que no les permite salir, como si las autoridades hubieran tirado las llaves de las celdas al mar.

Sin embargo, C¨®rdoba considera que todo esto lo ha hecho el presidente por el bien de los salvadore?os. ¡°Antes ten¨ªas que caminar con un ojo en el lomo y otro en la frente. Las maras le estorbaban a las comunidades. El r¨¦gimen de excepci¨®n ha sido incre¨ªble. Se han solucionado las cosas¡±, dice el mensajero, que este domingo ha votado con los ojos cerrados a Bukele, que con toda seguridad ser¨¢ reelegido por otros cinco a?os y su partido, Nuevas Ideas, tendr¨¢ una mayor¨ªa holgada en la Asamblea Legislativa, lo que le dar¨¢ al presidente un gran margen de maniobra. Pese a que se ha documentado que hay muchos presos a los que no se les ha demostrado la comisi¨®n de un delito, el haber resuelto el problema de la inseguridad, que llevaba dos d¨¦cadas erosionando la vida de sus ciudadanos, ha hecho de Bukele un pol¨ªtico inmensamente popular. Nadie en la oposici¨®n le hace la m¨¢s m¨ªnima sombra.

La victoria de Bukele va a ser aplastante. Aun as¨ª, el partido de Gobierno ha hecho un gran despliegue en los centros de votaci¨®n. En los alrededores se han levantado carpas del partido, los voluntarios reparten paquetes de patatas a los votantes y funcionarios con el chaleco de Nuevas Ideas regulan el tr¨¢fico. No hay duda de que la formaci¨®n cian, el partido que fund¨® Bukele para presentarse a las elecciones al margen de las dos formaciones hist¨®ricas del pa¨ªs, se funde poco a poco con el Estado. ¡°Voto por ¨¦l. Es un buen presidente, nunca hab¨ªamos tenido uno igual. Me gusta todo lo que ha hecho¡±, lo apoya Mar¨ªa Eva Portilla, una se?ora de 81 a?os que ha ido a votar del brazo de su nuera.

Una sensaci¨®n de euforia electriza a los seguidores de Bukele. En un colegio electoral, sus simpatizantes han recibido con grandes banderas ondeando al viento al presidente de la Asamblea, Ernesto Castro. Mois¨¦s Anaya ha ejercido el voto en el colegio Viuda de Escal¨®n, en la colonia del mismo nombre. ¡°Ahora el pa¨ªs est¨¢ tranquilo. Nos ha librado de gobernantes ladrones y corruptos que han robado. ?l, no. Y ahora puedes ir a cualquier lugar, a cualquiera horario. Todo ha cambiado¡±, sostiene Anaya. Edgardo Palacios, de 23 a?os, ha acudido de la mano de su hijo: ¡°Voto por su futuro, por un pa¨ªs sin violencia, no como en el que vivimos nosotros¡±. La esposa de Palacios, Selina de los ?ngeles, de 24, se siente respaldada por el Gobierno por primera vez en su vida: ¡°Apoya a la gente de escasos recursos como nosotros y reparte paquetes de comida¡±.

Bukele ni siquiera ha hecho campa?a. Con su plan de seguridad, un r¨¦gimen de excepci¨®n con el que ha desarticulado a las pandillas, se ha ganado a la gran mayor¨ªa de los salvadore?os. Las denuncias de las organizaciones de derechos humanos, la advertencia de la comunidad internacional de que El Salvador se dirige a una autocracia y las malas cifras econ¨®micas no van a tener ninguna incidencia en los resultados. El conocido como el presidente milenial, por su uso de las redes sociales y la gorra del rev¨¦s, solo ha tenido que sentarse este domingo a esperar. La suerte est¨¢ echada.

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