Nayib Bukele: todo por un eslogan, todo por el poder

El Salvador celebra este domingo las elecciones m¨¢s aburridas del panorama regional. El margen de sorpresa es casi nulo. El presidente, Nayib Bukele, saldr¨¢ reelegido con porcentajes sonrojantes despu¨¦s de que la Corte Suprema, integrada por jueces afines, reinterpretara los art¨ªculos de la Constituci¨®n que proh¨ªben mandatos consecutivos. Al mismo tiempo, el momento pol¨ªtico del pa¨ªs centroamericano despierta inter¨¦s mundial por la preocupante deriva autoritaria iniciada durante la guerra contra las pandillas y tambi¨¦n por ser una materia de estudio atractiva para cualquier semi¨®logo o analista. Bukele, con 5,8 millones de seguidores, gobierna a trav¨¦s de las redes sociales desde su primer d¨ªa en el poder, en 2019. Desde X, antes Twitter, dispone y ataca. El mandatario dio sus primeras ¨®rdenes con un tel¨¦fono celular: h¨¢gase, ejec¨²tese, desp¨ªdase. Y esa sigue siendo hoy la tribuna de su mitin permanente.

Las biograf¨ªas virtuales suelen decir bastante, m¨¢s all¨¢ de su literalidad. Hasta el s¨¢bado, Bukele se presentaba nada menos que como ¡°rey fil¨®sofo¡±, en referencia a los gobernantes de La Rep¨²blica de Plat¨®n. Lo escribe en ingl¨¦s, Philosopher King, como buena parte de sus mensajes. Al presidente salvadore?o le gustan las alusiones a los paradigmas filos¨®ficos, aunque todo se reduzca al final a una mezcolanza de esl¨®ganes y supuestas f¨®rmulas para alcanzar el ¨¦xito. La fotograf¨ªa de su perfil, cambiada el pasado 24 de enero, le retrata hojeando El Incal, el viaje c¨®smico del historietista Moebius y Alejandro Jodorowsky. Y la imagen de fondo es un gran despliegue de tropas, un homenaje a su pol¨ªtica de seguridad, que logr¨® contener el avance de la Mara Salvatrucha y del Barrio 18 a costa de un profundo deterioro de los derechos humanos.

La militarizaci¨®n, las c¨¢rceles y el orden son las obsesiones de Bukele y, probablemente, la raz¨®n principal de su popularidad en un pa¨ªs hist¨®ricamente golpeado por la violencia. Las exhibiciones de presos hacinados en condiciones infrahumanas jalonan su mandato y su timeline desde que rompi¨® las negociaciones con las maras. Y hoy sigue recordando a los salvadore?os que ese es el eje de su proyecto: ¡°Con tan solo un diputado menos pondr¨ªamos en riesgo la guerra contra las pandillas, porque no se podr¨ªa aprobar el r¨¦gimen de excepci¨®n ni elegir magistrados de la Corte Suprema de Justicia ni al fiscal general (...). Eso quiere decir que con tan solo un diputado menos la oposici¨®n podr¨¢ lograr su verdadero y ¨²nico plan: liberar a los pandilleros y ocuparlos para regresar al poder¡±.

A esta suerte de populismo punitivo se suman los ataques contra el Frente Farabundo Mart¨ª (FMLN) y ARENA, los partidos tradicionales de izquierda y derecha que van camino de una probable desaparici¨®n; organismos humanitarios; mandatarios extranjeros como el colombiano Gustavo Petro; y la prensa, otra de las obsesiones del mandatario. El acoso a los periodistas y trabajadores de El Faro, que tuvo que trasladar a Costa Rica sus operaciones administrativas, es constante. ¡°Todos esos medios, financiados por Open Society (Soros), que est¨¢n sacando esos ¡®reportajes¡¯, coordinados para salir justo en la semana antes de las elecciones; solo demuestran que esos supuestos ¡®periodistas¡¯ no son m¨¢s que activistas pol¨ªticos¡±, lanz¨®.

El ¡°presidente m¨¢s cool¡± o ¡°el dictador m¨¢s cool del mundo mundial¡±, seg¨²n se ha presentado en ocasiones el propio Bukele, busca este domingo eternizar su huella. En un v¨ªdeo de propaganda de 2017 invitaba a sumarse a su partido, Nuevas Ideas, sentado en un sof¨¢ de tapizado claro y con un cuadro a sus espaldas. Esta semana volvi¨® a sentarse en el mismo lugar: ¡°En aquel momento algunos se rieron de nosotros (...) dijeron que ¨¦ramos una burbuja en redes sociales, que ¨¦ramos troles, que los troles no votaban. Pero luego salimos a las calles... Nuestro pa¨ªs cambi¨®, eso nadie lo puede negar, pero ahora nuestro trabajo este domingo es garantizar que esos cambios sean para siempre¡±. Todo por un eslogan, todo por el poder.