Una fuga in¨¦dita pone a prueba las c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad en Brasil
Dos peligrosos reclusos del Comando Vermelho logran huir en la primera evasi¨®n de la historia del sistema federal de prisiones, creado en 2006. El ministro propone amurallar los presidios
Dos peligrosos presos que cumpl¨ªan condena en uno de los cinco penales de seguridad m¨¢xima que hay repartidos por Brasil se fugaron el martes de madrugada. Los reos, encarcelados en una prisi¨®n ubicada en Mossor¨®, en el interior del Estado de R¨ªo Grande do Norte, eran miembros del Comando Vermelho, uno de los grupos criminales brasile?os m¨¢s poderosos. La fuga ¡ªla primera en el sistema penitenciario federal creado en 2006 por el Gobierno de Luiz In¨¢cio Lula da Silva ante la incapacidad de las autoridades estatales para gestionar las prisiones¡ª pone a prueba esta red de m¨¢xima seguridad y supone una crisis grave para el nuevo ministro de Justicia y Seguridad P¨²blica, Ricardo Lewandowski, que lleva 15 d¨ªas en el puesto. Ambos reos fueron trasladados hace cuatro meses a esta c¨¢rcel supervigilada tras liderar un mot¨ªn en un presidio de Acre que acab¨® con cinco reclusos muertos, tres de ellos decapitados. El ministro ha propuesto construir murallas en torno a las c¨¢rceles adem¨¢s de incrementar los guardas.
Los primeros indicios recabados por los investigadores se?alan, seg¨²n la prensa local, que los presos pudieron aprovechar que el patio est¨¢ en un proceso de reforma para hacerse con material de obra que les ayudara a evadirse. Supuestamente, hicieron un agujero en el techo de la celda y despu¨¦s cortaron la verja, seg¨²n el diario Folha de S.Paulo. Las autoridades no han dado detalles sobre c¨®mo se produjo la fuga de Rog¨¦rio da Silva Mendon?a, de 36 a?os, apodado Tatu, y de Deibson Cabral Nascimento, 34, Deisinho. Ambos estaban sometidos al r¨¦gimen m¨¢s duro. El ministro Lewandowski ha calificado el suceso de grave en conferencia de prensa, pero ha a?adido: ¡°Ocurri¨® en una serie de coincidencias negativas, circunstancias fortuitas que, lamentablemente, facilitaron la fuga¡±.
Por la ma?ana, el secretario nacional de pol¨ªtica penitenciaria, Andr¨¦ Garc¨ªa, ha destacado,en Mossor¨® que, ¡°si los protocolos de seguridad se hubieran respetado, no habr¨ªa posibilidad de que se produjera una fuga¡±. El alto cargo del ministerio ha evitado especular sobre las circunstancias. ¡°No descartamos ninguna de las posibilidades: relajaci¨®n [de los vigilantes], facilitaci¨®n [de la fuga por parte de los guardas] o lo que indique la investigaci¨®n. No puedo decir nada m¨¢s¡±.
El ministro Ricardo Lewandowski, de 75 a?os, reci¨¦n jubilado como juez del Tribunal Supremo y que asumi¨® la cartera de Justicia el pasado d¨ªa 1, orden¨® suspender inmediatamente de sus funciones a los miembros de la direcci¨®n del penal de Mossor¨®. Tambi¨¦n ha decretado que, por ahora, se acabaron las visitas y las salidas al patio, lo que aqu¨ª llaman ba?os de sol.
La gobernadora de R¨ªo Grande do Norte, F¨¢tima Bezerra, ha desplegado una operaci¨®n de rastreo que incluye patrullas de carretera, vuelos en helic¨®ptero sobre la zona y el aviso a los Estados vecinos de Para¨ªba y Cear¨¢. La gobernadora pertenece al Partido de los Trabajadores, el mismo del presidente Lula, que se encuentra de viaje oficial en Egipto.
Las c¨¢rceles federales son cinco y est¨¢n ubicadas en otros tantos Estados. Se crearon para aislar y vigilar mejor a los m¨¢ximos jefes de las principales bandas criminales de Brasil, el Primer Comando de la Capital (PCC), que es una especie de hermandad de delincuentes; el Comando Vermelho, y otros grupos locales. Las dos primeras se dedican al narcotr¨¢fico, entre otros negocios il¨ªcitos, y dominan prisiones en distintos rincones del pa¨ªs.
El sistema penitenciario federal es adem¨¢s el contrapunto a la red ordinaria de c¨¢rceles, que depende de los Estados, y que a menudo se traduce en presidios gestionados por los propios criminales en los que sobra violencia y falta incluso lo m¨¢s b¨¢sico, en ocasiones hasta comida. Y si el preso no tiene parientes que le lleven alimentos o productos de higiene personal, est¨¢ absolutamente abandonado sin ning¨²n amparo.
En las c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad como la de la fuga o donde est¨¢ encarcelado el jefe m¨¢ximo del PCC, Marco Wilians Herbas Camacho, Marcola, en Brasilia, el preso recibe un ch¨¢ndal, zapatillas, mudas y un cepillo de dientes. Eso s¨ª, no hay gimnasio ni cocinas. El patio est¨¢ cubierto por una malla para evitar fugas a¨¦reas. El agua de la ducha se corta a los cinco minutos, y reciben cuchillas de afeitar que deben devolver nada m¨¢s rasurarse. Pueden tener libros, pero no mecheros ni est¨¢ permitido fumar. Son prisiones extremadamente diferentes de las comunes. Pero en Brasil existe adem¨¢s una tercera modalidad, realmente llamativa, las prisiones en las que los guardas son los propios reclusos, una experiencia minoritaria pero consolidada.
Siga toda la informaci¨®n de El PA?S Am¨¦rica en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.