Muere Carlos T¨¹nnermann, exministro de Educaci¨®n de Nicaragua y voz inc¨®moda para Ortega
El intelectual nicarag¨¹ense, exembajador en Washington en tiempos de la revoluci¨®n sandinsta, critic¨® la deriva autoritaria de Ortega y su esposa, Rosario Murillo


Nicaragua ha perdido a uno de sus intelectuales m¨¢s destacados y luchador incansable por la democracia. El acad¨¦mico Carlos T¨¹nnermann ha fellecido este mi¨¦rcoles a los 90 a?os en un hospital de Managua, han confirmado sus familiares. T¨¹nnermann fue ministro de Educaci¨®n durante la revoluci¨®n sandinista y m¨¢s tarde fue nombrado por la Junta de Gobierno revolucionaria como embajador en Washington, en una maniobra para mejorar las ¨¢ridas relaciones entre los sandinistas y Estados Unidos. Tras el regreso al poder de Daniel Ortega en 2007, T¨¹nnermann se convirti¨® en una voz cr¨ªtica contra el r¨¦gimen, y acus¨® a Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, de no ¡°respetar ninguna ley¡± y de imponer un sistema autoritario en Nicaragua.
Carlos T¨¹nnermann Bernheim naci¨® en Managua el 10 de mayo de 1933. Fue un escritor, abogado y pedagogo, pero tambi¨¦n se destac¨® como diplom¨¢tico y vio en la pol¨ªtica una forma de servicio p¨²blico y herramienta pac¨ªfica para recuperar la democracia, aplastada por d¨¦cadas de despotismo somocista. T¨¹nnermann Bernheim integr¨® el llamado Grupo de los Doce, intelectuales, escritores y acad¨¦micos que apoyaron la revoluci¨®n sandinista. De ese grupo tambi¨¦n form¨® parte el escritor Sergio Ram¨ªrez, premio Cervanes, y quien se convertir¨ªa en vicepresidente del pa¨ªs centroamericano. ¡°Como miembro del Grupo de los Doce puse mi grano de arena para que terminara la oprobiosa dictadura din¨¢stica de los Somoza, que se hab¨ªa apoderado del pa¨ªs, transform¨¢ndolo en un feudo familiar. Compart¨ª de buena fe, con much¨ªsimos nicarag¨¹enses, el ideal de una Revoluci¨®n que nos permitiera edificar una sociedad m¨¢s justa y solidaria¡±, escribi¨® en Memorias de un ciudadano, su autobiograf¨ªa.
El acad¨¦mico fue nombrado ministro de Educaci¨®n por la Junta de Gobierno de la revoluci¨®n sandinista, ocupando un puesto que le permit¨ªa ejercer una transformaci¨®n en un tema que le apasionaba: la pedagog¨ªa. Uno de sus grandes logros de ese periodo fue impulsar la Cruzada Nacional de Alfabetizaci¨®n junto al sacerdote Fernando Cardenal, hermano del poeta Ernesto Cardenal, y quien lo sustituir¨ªa en el cargo. Aquella campa?a de alfabetizaci¨®n obtuvo el reconocimiento de la UNESCO y levant¨® simpat¨ªas en medio mundo para la revoluci¨®n, ya que logr¨® disminuir el analfabetismo del 50 % al 13 %, seg¨²n datos oficiales. ?l tambi¨¦n se hab¨ªa destacado como rector de la Universidad Nacional Aut¨®noma de Nicaragua (UNAN) y fue impulsor y defensor de la autonom¨ªa universitaria.
T¨¹nnermann Bernheim dej¨® el ministerio para ocupar un cargo crucial: la jefatura de la embajada de Nicaragua en Washington. Para el Gobierno sandinista era prioritario mejorar las relaciones con Estados Unidos, que ejerc¨ªa una fuerte presi¨®n contra los sandinistas, al punto de financiar y entrenar a la llamada contra, la guerrilla que pretend¨ªa sacar del poder al Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN). Corr¨ªa 1984 y la guerra civil en Nicaragua estaba en su punto ¨¢lgido, mientras el pa¨ªs sufr¨ªa la escasez, cortes de energ¨ªa y el temor constante a una invasi¨®n externa. Daniel Ortega, en ese entonces presidente, calific¨® el nombramiento de T¨¹nnermann como ¡°un nuevo esfuerzo¡± del Gobierno para normalizar sus relaciones con la Casa Blanca. Ortega dijo que pretend¨ªa demostrar al pueblo y al Congreso de Estados Unidos ¡°la voluntad¡± de conseguir la paz en Centroam¨¦rica, y agreg¨® que T¨¹nnermann era la personal ideal para esa empresa, porque ¡°ha cumplido con responsabilidad su labor, aplicando en el campo educativo las l¨ªneas de la revoluci¨®n¡±. Washington, que hab¨ªa negado el pl¨¢cet a Nora Astorga, viceministra de Asuntos Exteriores, no pudo rechazar a un acad¨¦mico con las credenciales de T¨¹nnermann.
A pesar de sus esfuerzos por salvar la revoluci¨®n, el acad¨¦mico sigui¨® el camino de otros intelectuales como Ernesto Cardenal, que terminaron lamentando la deriva que tuvo aquel proceso que tantas simpat¨ªas acarre¨®. ¡°Desafortunadamente, en determinado momento, el prop¨®sito para edificar una sociedad m¨¢s justa y solidaria se frustr¨®, desvirtu¨¢ndose la m¨¢s trascendental empresa emprendida, hasta ahora por el pueblo nicarag¨¹ense. Pienso que quiz¨¢s no estuvimos a la altura que demandaba una Revoluci¨®n que fuera realmente original, democr¨¢tica, participativa, equitativa y human¨ªstica, firmemente arraigada en lo mejor de nuestra propia identidad¡±, escribi¨® en sus memorias.
T¨¹nnermann se incorpor¨® a la vida acad¨¦mica y a la investigaci¨®n de la historia, otra de sus grandes pasiones, pero nunca estuvo totalmente alejado de la pol¨ªtica. Siempre fue una voz activa en an¨¢lisis y tertulias que realizaban los medios nicarag¨¹enses, y fue muy cr¨ªtico con la deriva autoritaria de Ortega tras su regreso al poder en 2007. Critic¨® con dureza la nueva estrategia del mandatario de nombrar a su esposa, Rosario Murillo, y a sus hijos en puestos clave del Gobierno y como asesores. ¡°El vicio del nepotismo forma parte de la cultura pol¨ªtica nicarag¨¹ense, una cultura atrasada. Los mandatarios ven al poder como cosa patrimonialista, y no ven mal que se aprovechen de eso sus mismos parientes¡±, dijo y acus¨® a Ortega de ¡°no respeta ninguna ley¡±.
Cuando en 2018 estallaron manifestaciones masivas contra Ortega, convertido ya en un autoritario, T¨¹nnermann form¨® parte de la llamada Alianza C¨ªvica, una organizaci¨®n formada por intelectuales, feministas, sacerdotes, estudiantes y campesinos que pretend¨ªa negociar con el Gobierno una salida pac¨ªfica a la crisis pol¨ªtica. Ortega hab¨ªa ordenado ahogar en sangre las manifestaciones con una represi¨®n que dej¨® m¨¢s de 365 muertos. Organizaciones de derechos humanos acusaron al r¨¦gimen de cometer cr¨ªmenes de lesa humanidad. Con el fracaso de las negociaciones y la imposibilidad de formar un frente com¨²n contra el Gobierno, el acad¨¦mico renunci¨® a la Alianza, pero se mantuvo como una voz activa contra el r¨¦gimen. Tal vez por su pasado de servicio, su compromiso pol¨ªtico y su peso intelectual Ortega no emprendi¨® represalias contra T¨¹nnermann, como hizo contra quienes le criticaban, entre ellos el escritor Ram¨ªrez, exiliado en Espa?a. ¡°Tuve la fortuna de ver realizados casi todos mis sue?os juveniles. Y si no se cumplieron plenamente al menos esos sue?os dieron sentido a mi vigilia¡±, afirm¨® el acad¨¦mico en sus memorias.
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