Animales tratados como personas en el drama ecol¨®gico de Brasil
En Rio Grande do Sul han sido ya salvados de la muerte m¨¢s de 12.000 animales y los heridos han sido atendidos por los veterinarios
En la cat¨¢strofe ecol¨®gica de la regi¨®n brasile?a de Rio Grande do Sul, con cientos de muertos y cerca de un mill¨®n de desalojados de sus casas, ha surgido un caso ¨²nico en la operaci¨®n de rescate de las v¨ªctimas arrastradas por las aguas. Por primera vez la misma atenci¨®n que se ha dado, tanto por parte de las autoridades que de los voluntarios, a salvar las vidas de las personas ha sido demostrada en el rescate a los animales dom¨¦sticos y salvajes.
Hasta el momento han sido ya salvados de la muerte m¨¢s de 12.000 animales. M¨¢s a¨²n, los heridos han sido atendidos por los veterinarios con el mismo inter¨¦s que las personas en los hospitales, mientras de todo el pa¨ªs han llegado para ellos camiones y aviones cargados de comida. Ello ha llevado al columnista Eduardo Affonso, del diario O Globo a afirmar: ¡°Poco a poco nos vamos dando cuenta de que todo lo que es vivo nos importa. La pr¨®xima revoluci¨®n, la de los animales, ha empezado¡±.
Un cambio en Brasil en el aprecio y dignidad que merecen los animales inici¨® de alguna forma ya en la pol¨¦mica toma de posesi¨®n del nuevo presidente Lula da Silva, a qui¨¦n su antecesor, Jair Bolsonaro, se hab¨ªa negado entregarle el tradicional faj¨ªn de mando. Janja, la esposa del mandatario, organiz¨® para la entrega del poder una comisi¨®n formada por personas an¨®nimas, representantes de categor¨ªas que suelen ser ignoradas por el poder, desde un recolector de basura, una ind¨ªgena y hasta a su perrita de familia, llamada Resistencia.
Esta vez, en la nueva tragedia ecol¨®gica, la familia presidencial tuvo una parte importante en el rescate de los animales, d¨¢ndoles la misma atenci¨®n e importancia que a las personas. Ello ha hecho evidente que cada vez empieza a ser m¨¢s real en las investigaciones sobre la inteligencia de lo que llamamos animales que quiz¨¢s no seamos el Homo Sapiens tan diferentes de ellos y en algunos aspectos hasta pueden ser muy superiores a nosotros.
Mientras escribo esta pieza me ha venido el recuerdo de hace muchos a?os de una de las columnas del genial Manuel Vicent. Era un a?o de Juegos Ol¨ªmpicos. Con la fina iron¨ªa que lo caracteriza, se re¨ªa de los esfuerzos ¡°infrahumanos¡± que durante un a?o entero los candidatos a disputar las Olimpiadas hac¨ªan para conseguir en una carrera de cien metros unas d¨¦cimas de segundo o para ganar unas brazadas en una piscina ol¨ªmpica. Vicent, socarr¨®n, escrib¨ªa que deber¨ªan estar ri¨¦ndose de esos esfuerzos desde una liebre a un simple pez, que ganar¨ªan las carreras sin necesitar de un a?o de esfuerzos f¨ªsicos para ganar el premio.
Y es que cada vez m¨¢s el orgulloso Homo Sapiens empieza a darse cuenta de que los animales, todos y no s¨®lo los mam¨ªferos, saben sentir y amar a veces tanto o m¨¢s que los llamados humanos. Es una conciencia que empiezan a tener tanto los cient¨ªficos como quienes conviven con alg¨²n animal. Hoy sabemos que la gran mayor¨ªa de lo que llamamos bichos, hasta las hormigas, poseen una serie de cualidades que a nosotros nos faltan. Piensen a lo que nosotros necesitamos para volar en el espacio y lo f¨¢cil que les es para un ¨¢guila o a un simple jilguero.
El hecho nuevo que est¨¢ apareciendo en Brasil durante esta tragedia natural por salvar a los animales en peligro y cuidar de ellos como de las personas, empez¨® con la imagen que ha dado la vuelta al mundo del caballo bautizado como Caramelo por el color de su piel que se qued¨® s¨®lo atrapado durante tres d¨ªas en el tejado de una casa medio destruida sin poder bajar.
El primero en reaccionar emocionalmente ante aquella imagen tierna y dolorosa a la vez fue el presidente Lula, que coment¨® que no consegu¨ªa dormir pensando en la soledad y desesperaci¨®n de Caramelo y junto con su esposa Janja pidi¨® ayuda al Ej¨¦rcito para que lo rescataran lo m¨¢s r¨¢pido posible. Y el caballo acab¨® siendo un s¨ªmbolo. Desde entonces se duplic¨® la atenci¨®n de los servicios de emergencia por los animales en peligro y llegaron a la regi¨®n aviones de pienso para esos miles de animales rescatados, muchos de ellos heridos.
Esa nueva toma de conciencia sobre la dignidad de los animales crece hoy en el mundo y los nuevos descubrimientos del cerebro van revelando que nosotros, las llamados personas, no somos tan diferentes en nuestros sentimientos y en las habilidades de la gran mayor¨ªa de los animales que consideramos inferiores y durante siglos fueron tratados como seres con los que nos pod¨ªamos hasta divertir en juegos sangrientos. Poco m¨¢s que objetos.
Quiz¨¢s junto a esa nueva toma de conciencia sobre las cualidades e importancia de los animales, de todos, a quienes Francisco de As¨ªs llamaba de ¡°nuestros hermanos¡±, deber¨ªamos empezar a cambiar el lenguaje sobre ellos. Solemos decir que los llamados humanos somos ¡°seres pensantes¡±. ?Es que los animales no piensan? Que se lo pregunten a mis gatos Babel y Luna, cuyas reacciones a veces nos dejan helados a mi y a mi esposa por lo sofisticadas que son. Por ello a veces decimos que ¡°parecen humanos¡±. ?Y si un d¨ªa se descubriera que, en tantos aspectos, dichos animales tendr¨ªan mucho que ense?arnos a nosotros los soberbios humanos?
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