?ngeles y demonios en la tragedia clim¨¢tica de Brasil
Como en todas las tragedias naturales, junto a los ¨¢ngeles humanos que sacrifican su propia vida para salvar las de desconocidos, siempre aparecen los chacales que se aprovechan del r¨ªo revuelto, el de la desgracia ajena para hacer su agosto
La tragedia de las lluvias que ha producido cientos de v¨ªctimas mortales y m¨¢s de un mill¨®n de desamparados en la rica regi¨®n de R¨ªo Grande do Sul y en la emblem¨¢tica capital de Porto Alegre, que se ha convertido en un triste escenario de horror, empieza a ser analizada bajo dos aspectos que podr¨ªamos clasificar de ¨¢ngeles y demonios.
Y es que en el cl¨¢sico caleidoscopio de estas tragedias naturales, se mezcla lo mejor y lo peor de la gente. Se hacen m¨¢s visibles que nunca los ¨¢ngeles humanos que arriesgan su vida para salvar las de los dem¨¢s. Son los que reparten lo poco que les ha quedado con quienes lo han perdido todo, hasta la casa. Las escenas descritas por los enviados especiales de los medios de comunicaci¨®n han apellidado a esos voluntarios de ¡°¨¢ngeles humanos¡± que exponen su vida para salvar a personas que se est¨¢n ahogando en las aguas o dividen el ¨²ltimo pedazo de pan que les queda con quien lleva d¨ªas sin comer.
Eso es lo que ha llevado a Lula, que alimenta una simpat¨ªa especial por los premios Nobel, a afirmar que hoy el pueblo de Brasil ¡°merece el Nobel de la solidaridad¡±.
Pero junto con ese r¨ªo de solidaridad llevado a cabo por esos ¡°¨¢ngeles de la solidaridad¡±, existe seg¨²n Lula una ¡°minor¨ªa perversa¡± a la que ha definido de ¡°cuadrillas de malhechores¡±. Se refer¨ªa a las cr¨ªticas y a las fake news diseminadas en las redes sociales para, seg¨²n ¨¦l, desacreditar la intensa labor del Gobierno en la ayuda extraordinaria que est¨¢ ofreciendo a la regi¨®n que menos le vota, la cuna del bolsonarismo, de las entidades m¨¢s de derechas y de extrema derecha y enemiga declarada de la izquierda. Es la religi¨®n donde domina la riqueza de la agricultura y revela su fuerza el movimiento evang¨¦lico al que Lula no consigue conquistar ni colm¨¢ndolos de prebendas.
Es verdad que como en todas las tragedias naturales y en las guerras, junto a los ¨¢ngeles humanos que sacrifican su propia vida para salvar las de desconocidos, siempre aparecen los chacales que se aprovechan del r¨ªo revuelto, de la desgracia ajena para hacer su agosto. Pero como en otros casos semejantes dentro y fuera de Brasil, existen tambi¨¦n y la gente no deja de constatarlo, los chacales pol¨ªticos. Los que se aprovechan de las tragedias naturales no solo para enriquecerse sino para promocionarse con miras al futuro.
En este caso sintom¨¢tico de Brasil es cierto que el Gobierno de Lula ha actuado con mayor celeridad y competencia, con abultadas ayudas econ¨®micas y con sus varias visitas al lugar de la tragedia, al rev¨¦s que en gobiernos pasados, donde las ciudades quedaban abandonadas a su suerte a los simples caciques locales muchos de los cuales acabaron condenados por haberse enriquecido con la desgracia ajena.
Esta vez es indudable que Lula ha actuado con rapidez en la ayuda del Gobierno y por primera vez ha creado un ministro extraordinario para encargarse del grave problema de la reconstrucci¨®n de la regi¨®n destruida. El ¨²nico problema es que en vez de escoger a alguien del lugar ha escogido a su ya ministro izquierdista, Paulo Pimenta, del PT, a quien Lula piensa lanzar como posible candidato a gobernador para el 2026 para este Estado de R¨ªo Grande do Sul, que como ha escrito el soci¨®logo catedr¨¢tico de la Universidad Federal de R¨ªo de Janeiro (UFRJ): ¡°Esa decisi¨®n levanta sospechas sobre los reales intereses tras la creaci¨®n del ministerio extraordinario colocando en duda la eficacia de acciones que ser¨¢n tomadas sobre su gesti¨®n en vistas a su posible candidatura a dicho gobierno¡±.
Hay quien ha ironizado recordando que si en la tragedia que vive Brasil son indiscutibles y merecen todos los premios Nobel las legiones de ¨¢ngeles que se est¨¢n hasta arriesgando su vida por salvar a los dem¨¢s sin preguntarles si son de derechas o de izquierdas, tambi¨¦n siguen, como en tragedias anteriores, vivos y coleando los demonios de la pol¨ªtica que resbala en la ponderaci¨®n de colocar sus intereses partidarios frente al dolor de los que lo pierden todo, hasta la vida. Triste m¨¢s documentado desde siempre.
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