Los ecuatorianos se pasan la vida pagando sobornos: en los hospitales, las carreteras, en el juzgado, en la comisar¨ªa de polic¨ªa...
La ciudadan¨ªa estar¨ªa de acuerdo con instaurar una dictadura militar para frenar la corrupci¨®n sist¨¦mica
La corrupci¨®n ha contaminado casi todos los espacios de la vida cotidiana de los ecuatorianos, que pagan coimas hasta por informaci¨®n de sus familiares enfermos en los hospitales p¨²blicos. Para que el cad¨¢ver de tu ser querido salga pronto de la morgue y no de madrugada hay que untar al se?or que est¨¢ en la puerta. En el caso de una unidad de maternidad de Guayaquil, se descubri¨® que un grupo de guardias de seguridad, contratados para resguardar las instalaciones, cobraban por fotografiar a los reci¨¦n nacidos, ya que el hospital no permit¨ªa las visitas. La gente debe sobornar por casi todo tr¨¢mite que debe hacer con las administraciones p¨²blicas. Para obtener una cita o examen m¨¦dico, para conseguir que le entreguen un pasaporte en horas y no en semanas. Por el turno de una licencia de conducir o para que un funcionario judicial avance una causa. La gente est¨¢ tan acostumbrada que lo considera natural, parte del precio de la vida.
Los polic¨ªas de tr¨¢nsito retiran las multas por un par de d¨®lares. ¡°Hay que corromperlos, pero con respeto. Mire, tome para la cola, se le dice¡±, dice Wilson, un conductor acostumbrado a abrir la billetera para que le perdonen sus faltas al volante. Incluso aunque no haga nada le toca pagar: revisan sus documentos en regla y aun as¨ª le tocan el bolsillo. En un viaje que hizo de 250 kil¨®metros desde Guayaquil a Santo Domingo se encontr¨® con nueve operativos de control de tr¨¢nsito. En la mayor¨ªa recurri¨® a las coimas y en total pag¨® 15 d¨®lares. Los polic¨ªas de tr¨¢nsito comienzan a escribir infracciones por el estado de las llantas, por las plumas del parabrisas que no secan lo suficiente, por un faro que parece que no alumbra demasiado. ?Ese tubo de escape? Hace demasiado ruido, emite demasiado humo. Teme su infracci¨®n, caballero, se?ora. Pero, ay. Entonces la mano escribe despacito hasta escuchar las palabras m¨¢gicas: ?C¨®mo arreglamos esto?
El sector petrolero le va a la zaga. El 46% de los consultados en el ¨²ltimo an¨¢lisis del Bar¨®metro de las Am¨¦ricas considera que es el ¨¢rea m¨¢s corrupta del pa¨ªs. En tercer lugar, el sistema de salud, despu¨¦s el sector el¨¦ctrico, le siguen las ayudas sociales, educaci¨®n, medio ambiente y agua. En ese escenario, el 68% de los ecuatorianos dice no tolerar las formas m¨¢s comunes de corrupci¨®n, como son la coima o el soborno. Aunque frente a los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, Ecuador registra mayor permisividad ante el pago de coimas o sobornos: un tercio de los ecuatorianos justifica pagarlos.
La percepci¨®n de la corrupci¨®n en el pa¨ªs es cada vez m¨¢s negativa, seg¨²n Transparencia Internacional. El pa¨ªs ocupa el puesto 20 entre 30 pa¨ªses de Latinoam¨¦rica. El estudio eval¨²a lo que la gente percibe sobre las diferentes manifestaciones de la corrupci¨®n como sobornos, desv¨ªo de fondos, la meritocracia, el nepotismo, cu¨¢nto se protege a los denunciantes, el acceso a la informaci¨®n, la carga burocr¨¢tica excesiva, la impunidad de funcionarios p¨²blicos y la poca capacidad del Estado para contener la corrupci¨®n. Por ejemplo, desde mediados de 2023, la Fiscal¨ªa ha liderado operativos por delitos contra la administraci¨®n p¨²blica en la justicia y el Ejecutivo. Los casos han sido bautizados con nombres simb¨®licos: Met¨¢stasis, Purga, Plaga, Encuentro, Independencia Judicial, Abuso de Garant¨ªas. Adem¨¢s, hay cerca de 50 funcionarios procesados por diferentes delitos de corrupci¨®n. El Ministerio P¨²blico mediatiza los casos en un intento de demostrar que existe una lucha contra ese plaga, pero no act¨²a igual en todos los casos. Como el de la esposa del presidente, Lavina Valbonesi, en el que varios funcionarios del Gobierno intervinieron para que obtuviera los permisos para construir un resort de lujo en una zona donde est¨¢ un bosque protegido. La Fiscal¨ªa ha guardado silencio, ni una investigaci¨®n, ni una indagatoria. Tampoco se ha hecho algo para evitar que casos similares se repitan.
El panorama es preocupante, se?ala el documento del Bar¨®metro de las Am¨¦ricas, porque adem¨¢s se evidencia que el pa¨ªs sufre de baj¨ªsimos niveles de confianza -tanto interpersonal como en instituciones-. ¡°Est¨¢n por debajo de la media regional de Latinoam¨¦rica en todos los indicadores examinados, con algunas cifras realmente alarmantes, como las de confianza en los partidos pol¨ªticos¡±. Los pol¨ªticos son los peor evaluados, solo el 6% cree que menos de la mitad son corruptos. Mientras que un tercio de los ecuatorianos opinan que los asamble¨ªstas son muy corruptos. ¡°Estos son s¨ªntomas de un pa¨ªs con un tejido social descompuesto y un sistema pol¨ªtico debilitado, que no goza de legitimidad ciudadana¡±, revela el estudio.
En un intento de expresar la verg¨¹enza -o solo un acto pol¨ªtico m¨¢s-, esta semana la Contralor¨ªa General del Estado (CGE) cubri¨® con un letrero con las frases ¡°persona no grata para la CGE. Verg¨¹enza nacional¡±, los retratos de los excontralores Carlos P¨®lit y Pablo Celi, que reposan en un pasillo de honor en el edificio del organismo de control p¨²blico del Estado. ¡°Son personas que le han hecho mucho da?o al pa¨ªs¡±, dijo el actual contralor, Mauricio Torres. Durante 10 a?os, en todo el periodo de Gobierno de Rafael Correa, P¨®lit fue contralor, y no cualquiera. Fue condecorado por los asamble¨ªstas del Gobierno y aplaudido por el entonces mandatario. El excontralor fue encontrado culpable de seis cargos por lavado de activos por un jurado de la Corte Federal de Estados Unidos, con sede en Miami, a finales de abril. En el juicio se demostr¨® que P¨®lit recibi¨® 10 millones de d¨®lares de la constructora Odebrecht. Despu¨¦s de dejar el cargo en el 2017, lo reemplaz¨® Pablo Celi, sentenciado a 13 a?os de c¨¢rcel por delincuencia organizada. Seg¨²n la tesis de la Fiscal¨ªa, Celi fue parte de una estructura delictiva para cometer delitos de corrupci¨®n y lavado de activos.
Hasta en las investigaciones policiales te extorsionan con descaro. A Esteban le dejaron claro que era mejor no denunciar el veh¨ªculo que le hab¨ªan robado la noche previa al A?o Nuevo de 2020. ¡°Si denuncia, los criminales pueden tomar represalias¡±, le dijo el polic¨ªa que conoci¨® su caso. Los delincuentes lo llamaron, le pidieron 3.000 d¨®lares por devolverlo. As¨ª opera esa organizaci¨®n, le explic¨® el polic¨ªa al tanto de todo. Esteban no pag¨® por no contribuir a este sistema podrido, perdi¨® el veh¨ªculo y tampoco denunci¨® como le sugiri¨® el uniformado. El mismo camino toma el 95% de los ecuatorianos que ha declarado que no denuncia la corrupci¨®n ni da seguimiento a sus casos por temor. Impera el miedo.
Con la amenaza del avance del crimen organizado, la corrupci¨®n ha quedado relegada de las preocupaciones de los ecuatorianos, que desean que primero se resuelva la seguridad, la econom¨ªa y el desempleo. El Estado tampoco demuestra en acciones concretas su voluntad por derrotar a ese monstruo con el que conviven los ecuatorianos y devora la democracia que tan poco valor se le da, tal es as¨ª que una mayor¨ªa en Ecuador estar¨ªa de acuerdo con una dictadura militar con tal de acabar con la corrupci¨®n.
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