El Congreso de Brasil analiza equiparar el aborto legal despu¨¦s de la semana 22 al homicidio
El proyecto de ley, impulsado por un parlamentario evang¨¦lico, abre la puerta a que una mujer violada sea castigada con el doble de pena que su agresor
La C¨¢mara de Diputados de Brasil aprob¨® el mi¨¦rcoles por la noche tramitar con urgencia un pol¨¦mico proyecto de ley que equipara el aborto legal al homicidio si la interrupci¨®n se realiza a partir de la semana 22 de gestaci¨®n. Tres son los motivos amparados ahora por ley: violaci¨®n, riesgo para la vida de la embarazada y anencefalia (el feto carece de cerebro). La propuesta es parte de una ofensiva ultraconservadora en el Congreso, donde el presidente, el izquierdista Luiz In¨¢cio Lula da Silva y sus aliados est¨¢n en minor¨ªa, y cuenta con el apoyo de las tres bancadas parlamentarias m¨¢s poderosas: las de la Biblia, la Bala y el Buey, es decir, la evang¨¦lica, la del sector agropecuario y los defensores de las armas.
El proyecto de ley, que puede ser votado en pleno tan pronto como la semana que viene, contempla penas de entre 6 y 20 a?os de c¨¢rcel para las mujeres que se sometan a un aborto legal despu¨¦s de la semana 22. La pena actual por una interrupci¨®n del embarazo ilegal va de 1 a 3 a?os. Las activistas en defensa del derecho a decidir de las mujeres alertan de que, si el endurecimiento es aprobado, significar¨ªa que una mujer violada podr¨ªa ser castigada con el doble de c¨¢rcel que su agresor porque en Brasil la pena por violaci¨®n es de 10 a?os. Tambi¨¦n superar¨ªa a las penas por homicidio no intencionado, robo, hurto, tr¨¢fico de drogas y de armas.
Al caer la noche, cientos de mujeres -y muchos hombres- se han concentrado en la avenida Paulista, la principal de S?o Paulo, para protestar. Entre los lemas m¨¢s coreados, ¡°la ni?a no es madre, el violador no es padre¡±. Para la jubilada Maria, de 80 a?os, la propuesta ¡°castiga las ni?as y a las mujeres, y apoya a los violadores¡±, dice, antes de apuntar un factor crucial: ¡°Elegimos un Gobierno progresista, pero estamos en absoluta minor¨ªa en el Congreso¡±. La estudiante de matrona Mariana Borges, de 27 a?os, ha venido con varias compa?eras. ¡°Luchamos por la justicia social y reproductiva¡±, explica, considera que el proyecto en cuesti¨®n equivale ¡°negar el derecho a la salud y a una vida plena¡±.
Los abortos legales (unos 2.000 anuales) son una ¨ªnfima parte de los que se realizan, estimados en torno al mill¨®n. M¨¢s de 150.000 brasile?as fueron hospitalizadas en 2021 por abortos espont¨¢neos o por complicaciones derivadas de interrupciones clandestinas.
La ministra de las Mujeres, Cida Gon?alves, ha criticado el proyecto en una nota oficial. Dice que ¡°revictimiza a las ni?as y mujeres v¨ªctimas de violaci¨®n e impone a¨²n m¨¢s barreras para el acceso al aborto legal¡±. Tambi¨¦n ha recordado un dato estremecedor: 38 ni?as menores de 14 a?os son cada d¨ªa madres en Brasil, es decir, a ojos de la ley tendr¨ªan derecho a abortar como v¨ªctimas de violaci¨®n.
Brasil fue pionero en Am¨¦rica Latina en legislar sobre el aborto en 1940, pero hace tiempo que sus vecinos le tomaron la delantera. En los ¨²ltimos a?os, los derechos reproductivos de las mujeres han tenido importantes avances en los pa¨ªses m¨¢s importantes de la regi¨®n, como Argentina, M¨¦xico, Colombia o Chile. Los tres primeros han despenalizado la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, sea por v¨ªa parlamentaria o judicial.
El presidente chileno, Gabriel Boric, acaba de anunciar una propuesta para legalizar el aborto en su pa¨ªs, solo siete a?os despu¨¦s de que levantara el veto absoluto para permitir tres causales. A contramano de la regi¨®n en este asunto, en Brasil la batalla no es por ampliar el derecho sino por garantizar que la ley se cumpla. En eso est¨¢ m¨¢s alineado con Estados Unidos.
Los parlamentarios evang¨¦licos brasile?os impulsan simult¨¢neamente una propuesta para endurecer la ley de drogas. Intentan en este caso y en el del aborto revertir decisiones adoptadas por el Tribunal Supremo, menos conservador que el Parlamento. Es un pulso institucional en torno a dos de las principales banderas de los ultraconservadores, que apuestan por el endurecimiento legal en ambos asuntos impulsados por el creciente poder y feligres¨ªa de las Iglesias evang¨¦licas.
Para el presidente Lula y el Partido de los Trabajadores, este es un asunto pol¨ªticamente t¨®xico. Aunque en la ¨²ltima campa?a electoral defendi¨® que el aborto debe ser tratado como un asunto de salud p¨²blica, ahora que es presidente Lula prefiere esquivar el tema.
El tr¨¢mite de aprobar la urgencia del proyecto de ley sobre el aborto fue de lo m¨¢s at¨ªpico, pese al calado de lo que est¨¢ en juego. Sus se?or¨ªas ventilaron el asunto en 23 segundos por asentimiento, sin debate ni votaci¨®n pese a las protestas de las parlamentarias del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), de extrema izquierda. Una de sus diputadas, Erika Hilton, logr¨® movilizar en redes sociales a los principales clubs de fans de artistas como Anitta o Madonna para alzar la voz contra la equiparaci¨®n del aborto legal al homicidio.
El Congreso brasile?o es el m¨¢s masculino de la regi¨®n. Las mujeres solo ocupan el 17% de los esca?os, una situaci¨®n que lo coloca a a?os luz, por ejemplo, del segundo pa¨ªs latinoamericano m¨¢s poblado, M¨¦xico. Los vecinos del norte acaban de elegir a su pr¨®xima presidenta entre dos mujeres y, gracias a las cuotas implantadas y respetadas hace a?os, las parlamentarias rondan el 50%.
El empuj¨®n parlamentario para endurecer las leyes del aborto y de drogas coincide con un momento de debilidad del presidente Lula. El Gobierno y sus aliados sufren para sacar adelante su agenda legislativa. Este mi¨¦rcoles se supo que el ministro de Comunicaciones es investigado por corrupci¨®n y el Ejecutivo ha tenido que anular por irregularidades la subasta para importar arroz y suplir el suministro perdido en las devastadoras inundaciones de R¨ªo Grande do Sul.
Ana Luzia, una secretaria de 45 a?os, acude a la protesta de S?o Paulo indignada. ¡°Mi preocupaci¨®n es que se vote y se apruebe o que lo guarden para votarlo en un momento en que las luces no est¨¦n encendidas o no estemos movilizados¡±. Todas las entrevistadas esperan que, si el Congreso aprueba la iniciativa, el presidente Lula la vete.
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