Los venezolanos encaran con expectaci¨®n las elecciones presidenciales: ¡°Hasta los chavistas quieren cambio¡±
Un recorrido por Caracas para tomarle el pulso a una ciudadan¨ªa que ve en el 28 de julio la posibilidad de un cambio en el pa¨ªs, aunque con cierto escepticismo
Los venezolanos nuevamente se sumergen a unas elecciones aguantando la respiraci¨®n. El nuevo D¨ªa D est¨¢ a la vuelta de la esquina, dentro de un mes. El pr¨®ximo 28 de julio est¨¢n pautadas las presidenciales, marcadas por el deseo de cambio pol¨ªtico, tras 25 a?os de chavismo, que la mayor¨ªa de las encuestas dan por descontado. En la calle, cada quien, se hace en su cabeza un escenario a la medida de sus incertidumbres. En las redes sociales replican los v¨ªdeos multitudinarios de las giras de la opositora Mar¨ªa Corina Machado, inhabilitada para competir y convertida en un fen¨®meno pol¨ªtico, que mueve los votos para su sustituto en el tarjet¨®n, Edmundo Gonz¨¢lez Urrutia, que tambi¨¦n recorre pueblos y ciudades.
A la dupla, el candidato del chavismo Nicol¨¢s Maduro, que aspira a un tercer periodo luego de m¨¢s de una d¨¦cada en el poder, trata de seguirles el paso. Aunque Venezuela puede parecer para algunos un constante d¨¦j¨¤ vu, en este momento ha entrado en otras aguas, luego de una profunda y prolongada crisis pol¨ªtica en las que el chavismo termin¨® de cincelar su lado m¨¢s autoritario. No hay dudas que esta se ha configurado como una contienda in¨¦dita para el pa¨ªs.
Delia Palacios, de 70 a?os, con un fajo de volantes del candidato Gonz¨¢lez Urrutia en el bolso, asegura que, seg¨²n sus c¨¢lculos y sus deseos, el cambio por fin viene. ¡°Te acordar¨¢s de m¨ª cuando ganemos¡±, dice la maestra jubilada mientras descansa en una plaza del centro de Caracas. ¡°Vamos a cambiar esta vida arrinconada. Ya nos han hecho demasiado da?o¡±, comenta con una sonrisa ansiosa. Adem¨¢s de los volantes, lleva cartones con la imagen del tarjet¨®n electoral con el que ha ense?ado a unos cuantos donde marcar el voto por Gonz¨¢lez Urrutia. En la memoria del celular guarda los videos de los recorridos de la semana de Machado. Los muestra emocionada, intercalados con uno que otro meme de burla sobre el candidato-presidente. Con los 70 a?os que lleva encima, dice que ha perdido el miedo y asegura que ¡°hasta los chavistas van a votar por ella¡±, es decir, por ¨¦l, Gonz¨¢lez Urrutia, el candidato de Machado.
Frente a Delia, Gabriela Mart¨ªnez y Marian Miralles, en sus 30, confirman con cautela que van a votar. El actual momento pol¨ªtico en Venezuela arrastra como una cola una herida generacional abierta. Ellas respiraron gases lacrim¨®genos y vivieron la violencia de las protestas antigubernamentales de 2014 y 2017, encabezadas por j¨®venes y estudiantes reprimidos con fiereza por las fuerzas de seguridad. Desde entonces, dicen, cada d¨ªa se despiertan con la idea de irse del pa¨ªs, pero el mi¨¦rcoles de esta semana siguen conversando despu¨¦s del trabajo en la plaza Candelaria del centro de la capital. ¡°Vamos a votar con un sentimiento conocido de que puede volver a pasar lo de siempre. Hemos vivido en un loop, esto es lo ¨²nico que hemos conocido. Pero quiz¨¢s ahora haya una masa m¨¢s grande dispuesta al cambio¡±, dice Gabriela, que dej¨® la universidad despu¨¦s de las protestas porque no ten¨ªa como pagarla. ¡°Solo contamos con nosotros mismos¡±, agrega. Y Marian le contesta que est¨¢ cansada y decepcionada.
Aunque la l¨ªder opositora aglutina seguidores en sus recorridos en el interior de Venezuela, la campa?a transcurre en Caracas con perfil relativamente bajo, como si no fueran unas elecciones presidenciales ¡ªy precisamente estas, con ese car¨¢cter definitorio para el futuro de Venezuela¡ª las que va a ocurrir en apenas un mes. No hay carteles, esl¨®ganes ni camisetas con caras de candidatos repetidos hasta el infinito, como suele ocurrir en cualquier pre¨¢mbulo electoral. Entre la poca propaganda electoral opositora, el chavismo ha intentado colonizar el espacio. Han instalado vallas en contra de Machado. Aunque la gasolina escasea, las m¨¢quinas expendedoras derrochan publicidad a favor de Maduro en sus pantallas. Se han pagado insistentes anuncios en las principales plataformas digitales. A las bolsas de los CLAP han sumado sal y latas de at¨²n y eso se comenta en las comunidades populares como una novedad electoral. Han llenado paredes de Caracas con pintas que dicen Futuro ¡ªla narrativa con la que se busca posicionar a Maduro¡ª acompa?ados de un coraz¨®n hecho con una huella dactilar como la que los venezolanos deber¨¢n registrar el d¨ªa de las votaciones. Tambi¨¦n han comenzado a invocar al fantasma del fraude y el boicot opositor, la jugada adelantada con la que el chavismo otras veces ha abonado el terreno.
Mientras Gabriela y Marian conversan, Mar¨ªa Gracia de Freitas, a unos metros de ellas, ha instalado su puesto informal para vender caramelos y completar ¡°el trabajo pol¨ªtico¡±. Con otras mujeres revisa las listas de los testigos que han logrado completar para los centros de su parroquia. Hace unos d¨ªas, el Consejo Nacional Electoral desbarat¨® el tetris de defensores de los votos que tienen semanas armando los partidos de la Plataforma Unitaria. Con una resoluci¨®n violatoria de la ley electoral, estableci¨® que los testigos solo pueden ejercer su rol en el centro donde votan. ¡°Antes nos sobraban testigos. Luego de la decisi¨®n del CNE nos quedamos con la mitad, pero en tres d¨ªas ya los tenemos todos otra vez¡±, dice la mujer de 64 a?os. Han encontrado incluso algunos para nuevos centros creados para esta elecci¨®n que funcionan en instalaciones controladas por la maquinaria chavista. Son centros con una sola mesa de votaci¨®n sobre los que los t¨¦cnicos electorales de la oposici¨®n han advertido un desaf¨ªo para la defensa de los sufragios el 28 de julio.
Mientras vende caramelos, Mar¨ªa Gracia ense?a c¨®mo votar a sus clientes en plena plaza a las 6 de la tarde, llena de ni?os correteando, abuelos jugando domin¨® y hombres haciendo ejercicio. Tendr¨¢ a su cargo como militante de Voluntad Popular uno de los colegios m¨¢s grandes de ese sector, pero en estos d¨ªas le comenz¨® a rondar un nuevo temor. ¡°Ellos son capaces de darse por ganadores, pero Mar¨ªa Corina Machado no se va a quedar callada¡±, advierte. ¡°Tengo miedo, pero hay que arriesgarse, porque ya est¨¢ bueno que dejemos que ganen sin que hayan ganado¡±.
Lo que vendr¨¢ despu¨¦s del 28 de julio es lo que le preocupa a Mar¨ªa Auxiliadora Fern¨¢ndez, de 55 a?os, otra vecina de la zona que desde que vota se ha sumado al trabajo pol¨ªtico a favor de la oposici¨®n. ¡°Esta ha sido una campa?a casi encubierta¡±, comenta con una veintena de comicios de experiencia y una tradici¨®n familiar de pol¨ªticos locales como referencias. Es dise?adora, pero sobrevive como taxista y esta elecci¨®n es especialmente crucial para ella. Si no se logra el cambio de Gobierno, dice que recalar¨¢ como ya lo hizo parte de su familia en Espa?a, pa¨ªs de donde son ciudadanos. ¡°Ya estamos muy desgastados¡±, reconoce. ¡°Pero hay cosas que no podemos olvidar ese d¨ªa de lo que hemos vivido estos a?os, como que nos han tratado de humillar por una bolsa de comida o que hemos tenido miedo de expresarnos hasta por un grupo de Whatsapp¡±.
Con el apoyo popular confirmado por la mayor¨ªa de las encuestas y en la calle, la oposici¨®n se aproxima a las presidenciales con un entusiasmo cauteloso. El chavismo mantiene una clara disposici¨®n a mantenerse en el poder. La recta final estar¨¢ llena de encrucijadas como lo ha estado el trayecto previo. Desde que se negociaron en Barbados las garant¨ªas para este proceso, gran parte varadas en el camino de las buenas intenciones ¡ªcomo la observaci¨®n de la Uni¨®n Europea¡ª, y que se han ido recomponiendo con la presi¨®n de la comunidad internacional, especialmente de Colombia y Brasil, y las negociaciones directas que hace Estados Unidos con el Gobierno de Maduro, con la mano puesta en palanca de las sanciones petroleras. Cuando apenas queda un mes para las elecciones en Venezuela, la incertidumbre es el ¨²nico escenario.
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