Juan Brenner, fot¨®grafo guatemalteco: ¡°Lo m¨¢s complejo para m¨ª es la carga colonialista que tiene un cabr¨®n con c¨¢mara¡±
El artista recopila 259 fotograf¨ªas anal¨®gicas en ¡®Genesis¡¯, un fotolibro en el que refleja el sigiloso poder¨ªo ind¨ªgena que brota en las zona del Altiplano Central de Guatemala
Durante varios a?os, Juan Brenner viaj¨® por algunos pa¨ªses de Sudam¨¦rica para contemplar lo que nunca hab¨ªa visto ni sab¨ªa que exist¨ªa: el poder¨ªo ind¨ªgena. ¡°Me topo con pueblos donde la gente que est¨¢ en el poder, la gente que tiene las posibilidades, es ind¨ªgena. Eso nunca lo hab¨ªa presenciado, porque en Guatemala, desde el principio de nuestro proceso colonial, estuvo destinada a ser pobre¡±, relata. Aquel contraste fue clave para enfocar su atenci¨®n en las zonas del Altiplano Central guatemalteco, el territorio ubicado al noroeste del pa¨ªs, colindante con M¨¦xico, donde not¨® c¨®mo que aquel poder¨ªo comenzaba a dar sus primeros brotes. Fruto de ello se gest¨® Genesis, un fotolibro que ver¨¢ la luz a mitad de Octubre y donde Brenner recopila 259 im¨¢genes realizadas durante cuatro a?os (2018-2022), que reflejan el sigiloso paso al frente de los j¨®venes ind¨ªgenas de Guatemala en el complejo contexto sociocultural del pa¨ªs. El fot¨®grafo habla con EL PA?S acerca de c¨®mo fragu¨® su obra y el cambio que ha notado en el pa¨ªs en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
La vida de Brenner (Ciudad de Guatemala, 46 a?os) cambi¨® a finales de los noventa, cuando comenz¨® a tomar sus primeras fotograf¨ªas. ¡°Me dio valor y me gust¨® darme cuenta de que yo pod¨ªa crear. No entend¨ªa lo que era ser artista en ese momento, pero lo que sent¨ªa fue algo que me hizo clic¡±, dice. Esa pasi¨®n encontrada, sumada a la violencia que permeaba al pa¨ªs, fueron caldo de cultivo para que decidiese viajar a Nueva York, donde durante una d¨¦cada trabaj¨® como fot¨®grafo de moda. Todav¨ªa utiliza la jerga angl¨®fona en algunas de las intervenciones que hace a trav¨¦s de la videollamada. A su regreso a la capital ¨Dy tras pasar unos a?os desencantado con el oficio¨D emprendi¨® Tonatiuh (2019), un proyecto fotogr¨¢fico previo en el que realiz¨® un estudio de la sociedad guatemalteca del momento.
¨DCon Genesis, habla del poder ind¨ªgena. ?A qu¨¦ se refiere?
¨DUso la palabra poder¨ªo, porque es algo que va mucho m¨¢s all¨¢ de lo evidente. Es algo que tiene muchos matices sincr¨¦ticos, hasta m¨¢gicos¨D, comenta.
El fot¨®grafo habla de c¨®mo la huella colonialista afect¨® de diferente forma a los pa¨ªses afectados, y c¨®mo el paso del tiempo han llevado a que ese poder¨ªo del que habla sea m¨¢s n¨ªtido en algunos territorios. ¡°En El Alto, Bolivia, no piensan ¡®?Uh!, estamos llenos de poder¡¯. Para ellos es una normalidad [¡] En Guatemala la situaci¨®n no es as¨ª, la linea del tiempo est¨¢ desalineada¡±, afirma; y menciona sucesos como la guerra civil (1960-1996) o el terremoto de 1976 que destruy¨® gran parte de la capital del pa¨ªs como elementos clave que explican parte de esa ¡°desalineaci¨®n¡± de la que habla.
Sus conversaciones con un antrop¨®logo ind¨ªgena ¨Ddel que prefiere no dar detalles¨D hicieron que Genesis se topase con un obst¨¢culo antes de gestarse. ¡°Me dijo una frase que cambi¨® por completo mi forma de entender el territorio: ¡®En nuestros territorios el ind¨ªgena va a tener ¨²nicamente el poder que el hombre blanco le permita¡¯. Destruy¨® por completo mi proyecto¡±. Es ah¨ª cuando germin¨® Tonatiuh, un proyecto en cuyo proceso se encuentra con diferentes situaciones daban respaldo a la narrativa que buscaba en Genesis.
Fundas de dientes doradas que adornan los dientes de los retratados, s¨ªmbolos en anillos que reflejan el incipiente inter¨¦s de la narcocultura, cortes de pelo a la ¨²ltima moda. Son algunas de las im¨¢genes que marcan el peso de la poblaci¨®n ind¨ªgena en sus fotograf¨ªas y que tambi¨¦n muestran el contraste social cultural. Los paisajes y las fotos a diversos j¨®venes tambi¨¦n muestran la realidad cotidiana de la tecnolog¨ªa, representada tambi¨¦n en drones que toman im¨¢genes de j¨®venes o en ¨¦stos mismos utilizando celulares.
¨DMe preguntaban en una entrevista hace unos d¨ªas: ¡°?T¨² c¨®mo piensas que los chicos del altiplano est¨¢n utilizando la tecnolog¨ªa exactamente?¡±. Le dije: ¡°La utilizan exactamente como los chicos de tu altiplano o de tu ciudad¡±. Hay mucha ignorancia¨D, dice el fot¨®grafo.
Considera que en Guatemala contin¨²a habiendo una ¡°cierta rama del radicalismo ind¨ªgena¡± que cree que la cultura del pa¨ªs debe ser concebida de una forma m¨¢s discreta. ¡°Come on!, estos chicos van a la agencia, los pap¨¢s de estos ni?os van a la agencia y compran una [camioneta opulenta] Range Rover y se la llevan a [la zona de] Quich¨¦, a la monta?a¡±, dice, tratando de dar cuenta de los efectos claros de la globalizaci¨®n en los j¨®venes de todo el mundo.
El fotolibro viene acompa?ado con un texto del poeta guatemalteco Julio Serrano, que adorna y aporta contexto a las im¨¢genes tomadas en una zona que, cuenta, resulta complicada: ¡°Para explicar este territorio es necesario un grado de disociaci¨®n ¨Dun cierto delirio esencial¨D que te permita vivir como en un sue?o despierto. No esperes entenderlo¡±.
¨D?Considera Guatemala un territorio complicado?
¨DTerriblemente complicado. Es complicado hacer fotograf¨ªa en el altiplano guatemalteco, es gente es muy privada y gente a la que le han hecho mucho da?o en los ¨²ltimos 500 a?os. El problema es que el pornoturismo ha jodido a un mont¨®n de gente, man. Tratan a la gente como si fuera Mickey Mouse, man. Esa es mi analog¨ªa. La gente odia que les tomen fotos. Si le agregas el componente local, donde a veces la maya tiene m¨¢s pesos que el Gobierno, donde las cosas se arreglan a latigazos [¡] la distancia entre eso y la muerte es algo que no he querido averiguar. Pero para m¨ª lo m¨¢s complejo es la carga colonialista que tiene un cabr¨®n con c¨¢mara.
Ha viajado y contin¨²a viajando por las monta?as para tomar fotos. Momentos antes de finalizar una conversaci¨®n alargada por las distintas preguntas y respuestas, avisa de uno de esos viajes: ¡°Te tengo que dejar, hermano, me tengo que ir ahorita¡±. En esas salidas, ha vivido el complejo clima de seguridad que asola a la frontera con Chiapas. ¡°Hemos tenido un par de experiencias en las que te topas con narcos. ?C¨®mo le explico yo que lo que estoy haciendo es un trabajo social, que no estoy espiando?¡±, relata.
¨DSerrano dice que es importante una disociaci¨®n que te permita so?ar despierto para comprender el territorio.
¨DTotalmente, man. Si no pudi¨¦semos disociarnos¡ Regres¨¦ del altiplano el martes, estuve 24 horas, y en esas 24 horas vi cosas desgarradoras, gente que vive en una miseria tan grande que parecen animales [¡] Es desgarrador lo que se puede ver aqu¨ª, pero al mismo tiempo ves iglesias espectaculares, ves el lago m¨¢s bello del mundo, las mesetas m¨¢s bellas del mundo.
¨DEso tambi¨¦n muestra en parte el contraste en la zona, ?no?
¨DNo ves pornomiseria en Genesis. Ves cosas que para una mente occidental, porque as¨ª nos criamos, de una manera occidental, dice: ¡°Uy, que sucio esto¡±, ¡°qu¨¦ gente m¨¢s rara¡±.
Brenner realiz¨® todas las im¨¢genes con una c¨¢mara anal¨®gica. Un clic, un solo disparo. Nada digital. ¡°Soy de la ¨²ltima generaci¨®n de fot¨®grafos que aprendi¨® an¨¢logamente y que tuvo que aprender digital porque el mercado nos oblig¨®. Ten¨ªa mucho tiempo de que cuando pensaba en fotograf¨ªa comercial pensaba en digital¡±.
Por aquellos a?os noventa en los que la vida del fot¨®grafo guatemalteco comenz¨® a dar un giro, se hizo un juramento as¨ª mismo: ¡°Nunca iba a tomar fotos de volcanes, r¨ªos o ind¨ªgenas ri¨¦ndose¡±. Todo ha cambiado casi 30 a?os despu¨¦s. ¡°Genesis son: volcanes, r¨ªos y gente ind¨ªgena ri¨¦ndose. Ahora entiendo de d¨®nde soy¡±.
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