La fragilidad de un explosivo
El escritor mexicano Emiliano Monge reflexiona sobre los escritores j¨®venes y sobre la necesidad de leer a la dominicana Rita Indiana para ver c¨®mo es que lo cl¨¢sico puede transmutar en vanguardia
En la ¨²ltima entrega de nuestra newsletter, querido lector, termin¨¦ citando a Brodsky, sin tener claro por qu¨¦, pues en realidad lo que no ten¨ªa claro era por qu¨¦ hab¨ªa vuelto a acordarme de ¨¦l y de esa sentencia que deb¨ª leer hace a?os.
D¨ªas despu¨¦s, por suerte, me acord¨¦ o comprend¨ª, m¨¢s bien, por qu¨¦ me hab¨ªa acordado de la sentencia de Brodsky, que no fue porque me acordara directamente de Brodsky, sino porque Juan Forn ¡ªla lectura de C¨®mo me hice viernes, quiero decir¡ª me record¨® esa sentencia que cit¨¦ y a la que vuelvo.
Y es que Forn escribe, en esa miniatura que ¨¦l mismo subtitul¨® ¡°una autopsia¡± ¡ªno se pod¨ªa ser m¨¢s radical en aquello de los textos que se camuflan¡ª, lo siguiente: ¡°Despu¨¦s viene la vida y entendemos eso que dec¨ªa Jaime Gil de Biedma: que en la juventud lo que m¨¢s le interesa a uno de uno mismo es lo que cree tener de ¨²nico y con el tiempo descubre que lo m¨¢s interesante es lo que tiene de com¨²n con los dem¨¢s¡±. Justo despu¨¦s cita la frase de Brodsky que me record¨® y que yo tambi¨¦n cit¨¦: ¡°La primera etapa de un poeta es aprender a ser ¨¦l mismo, y la segunda es aprender a no serlo¡±.
?A raz¨®n de qu¨¦ todo esto?
Extra?amente, a raz¨®n de Asmodeo, la novela m¨¢s reciente de la escritora dominicana Rita Indiana, novela que, desde mi punto de vista, por la enorme cantidad de riesgos que toma, pero tambi¨¦n por la madurez y la templanza que alcanza, es la mejor de sus novelas, y eso que las anteriores ya me parec¨ªan buen¨ªsimas. Pero, otra vez, ?qu¨¦ tiene esto que ver con lo de Brodsky? Ese no es el asunto. El asunto es qu¨¦ tiene que ver con lo que dice Forn, antes de citar a Brodsky, pues me parece que es con eso con lo que Asmodeo tiene todo que ver, pues en el libro de Indiana parecen estallar un mont¨®n de cosas que, en su escritura, aunque se intu¨ªa algo deslumbrante, hab¨ªan permanecido atrapadas dentro de una cris¨¢lida: ¡°En la juventud lo que m¨¢s le interesa a uno de uno mismo es lo que cree tener de ¨²nico y con el tiempo descubre que lo m¨¢s interesante es lo que tiene de com¨²n con los dem¨¢s¡±.
No quiero que se malentienda. Esa cris¨¢lida, la de la originalidad, no s¨®lo es hermosa sino que es necesaria, como entiende cualquiera que vea volar a una mariposa; el asunto es que, despu¨¦s, al ver ese vuelo, que adem¨¢s guarda en s¨ª mismo la originalidad, uno ve, tambi¨¦n, la libertad que s¨®lo trae consigo la asunci¨®n de que, adem¨¢s de propia, la escritura es com¨²n. Y es que en Asmodeo, la escritura de Rita Indiana, que nunca ha dejado ni dejar¨¢ de retar, descolocar e implicar al lector, exigi¨¦ndole firmar el pacto de la confabulaci¨®n, tanto desde las historias como ¡ªy dir¨ªa, sobre todo¡ª desde el lenguaje, parece encontrar el punto medio que se le escap¨® a Forn: quiz¨¢ no sea el antes ni el despu¨¦s, sino el presente, el instante exacto del ¡°es¡±, el lugar donde confluyen los diversos caudales que alimentan el quehacer de una escritura como la de la dominicana: la salsa y el metal, por ejemplo; la historia y la actualidad, por poner otro ejemplo; la farsa y las penalidades, para seguir con los ejemplos; la radicalidad con la temperanza, para terminar con los ejemplos, aunque ya lo hubiera dicho.
As¨ª pues, al pensar en Forn e Indiana, quiz¨¢, en vez de pensar en aquel subrayado que reci¨¦n traje ac¨¢, despu¨¦s de traer el de Brodsky, quiz¨¢ deb¨ª pensar, mejor, en lo que el argentino escribe un par de p¨¢rrafos despu¨¦s: ¡°Yo creo que los escritores de hoy, en lugar de googlearse en internet, deber¨ªan cada tanto dejar salir de su mazmorra al Joven Poeta Que Fueron. Abrirle el candado, dejarlo corretear un poco entre los muebles, contemplar la suma de defectos que es esa criatura informe que renguea, babea, choca contra todo y no aprende nada de esos golpes, sigue girando en c¨ªrculos con los ojos desorbitados y una energ¨ªa loca que da escalofr¨ªos re risa y sorna y compasi¨®n al escritor, y le sirve para recordar ciertas cosas que necesita recordar, y cuando eso ocurre arrea de nuevo a su mazmorra al Joven Poeta Que Fue y le apaga la luz y vuelve a su silla a escribir como es debido¡±.
Hacer eso u olvidarse de Forn
Quiero decir, para que quede claro, pues, que, en realidad, igual, lo que los j¨®venes escritores de hoy deber¨ªan hacer, en lugar de googlearse en internet o en lugar de dedicarse a cargar contenidos de manera compulsiva o en lugar de hacerle caso a Forn ¡ªaunque no estar¨ªa mal que tambi¨¦n le hicieran caso a ¨¦l y de paso a Brodsky¡ª, es leer y releer a Rita Indiana, para ver c¨®mo es que lo cl¨¢sico puede transmutar en vanguardia y c¨®mo la vanguardia en cl¨¢sico, c¨®mo es que la fragilidad puede transmutar en TNT y c¨®mo el TNT en fragilidad, c¨®mo es que lo humano puede transmutar en demon¨ªaco y c¨®mo lo demon¨ªaco en humano.
Y ya que he escrito la palabra demon¨ªaco, aprovecho para decir, al paso, para que no digan que nunca se hace esto en esta newsletter, de qu¨¦ va la historia que cuenta Asmodeo: un demonio antiguo, harto del ¨²ltimo cuerpo que ocupara, el de un roquero acabado, decide buscar un nuevo hu¨¦sped, sin ser capaz de imaginar que esa b¨²squeda, que le deber¨ªa resultar sencilla, se convertir¨¢ en su propio infierno.
Un infierno terrenal y absurdo del que se sirve Indiana para contarnos, adem¨¢s de las desgracias del demonio Asmodeo, los ¨²ltimos a?os del siglo XX en su pa¨ªs y las diversas formas del hast¨ªo, el sinsentido y absurdo.
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