Harvey Colchado captur¨® terroristas y criminales. Allan¨® la casa de Boluarte en Per¨². Ahora le quieren quitar el grado de coronel

Desde que a mediados de diciembre lo pasaron a retiro con cincuenta a?os cumplidos, el coronel Harvey Colchado (Lima, 1974) pasa sus d¨ªas en una oficina, en alg¨²n rinc¨®n de Lima, saldando cuentas consigo mismo: se encuentra en plena escritura de su primer libro, un relato pormenorizado de la hist¨®rica captura en el 2012 de Florindo Eleuterio Flores Hala, alias Camarada Artemio, el ¨²ltimo gran l¨ªder del narcoterrorismo en el Per¨². Su formaci¨®n, asegura, no le permite estar descansando. Y por eso se ha empecinado en desempolvar sus archivos, plasmar l¨ªneas de tiempo y darle forma a sus memorias en 28 a?os de servicio donde ha perseguido a las distintas caras del crimen. Desde hampones hasta expresidentes.

El nombre de Colchado figura en casos emblem¨¢ticos: form¨® parte del equipo de inteligencia electr¨®nica que liber¨® a 72 rehenes en la residencia del embajador japon¨¦s en Lima en 1997; particip¨® de la frustrada detenci¨®n de Alan Garc¨ªa, quien se suicid¨® al verse manchado en la trama de corrupci¨®n vinculada a Odebrecht; lider¨® el arresto de Pedro Castillo tras su fallido autogolpe; allan¨® al Ministerio P¨²blico, propiciando la debacle de la exfiscal de la Naci¨®n, Patricia Benavides; y en 2024 orden¨® que se tumbara la puerta de una jefa de Estado en ejercicio, la casa de Dina Boluarte, acusada de desbalances patrimoniales y una injustificable colecci¨®n de relojes de alta gama. Adem¨¢s, le segu¨ªa el rastro desde hace meses al hermano de la presidenta, Nicanor Boluarte, investigado por tr¨¢fico de influencias.

¡°Cuando se utilizaban las t¨¦cnicas especiales de investigaci¨®n y las detenciones preliminares para casos de terrorismo, tr¨¢fico il¨ªcito de drogas, y sicariato, las normas eran perfectas. Pero desde que empezamos a investigar la corrupci¨®n en el poder, esas mismas normas pasaron a ser abusivas y draconianas. Y ahora que el pacto entre el Ejecutivo y el Congreso las ha modificado para protegerse, han terminado favoreciendo a las bandas criminales de delitos urbanos¡±, expone el coronel Harvey Colchado ¡ªcamisa blanca, terno, cabello corto¡ª, delante de una pizarra acr¨ªlica, donde ha desmenuzado c¨®mo se origin¨® la ca¨ªda de Artemio, en la denominada operaci¨®n Crep¨²sculo, desde qui¨¦nes eran sus financistas hasta qui¨¦nes se infiltraron en sus huestes.

El exjefe de la Divisi¨®n de Investigaci¨®n de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) denuncia que al poder no le ha bastado con darle de baja, sino que adem¨¢s hay una intenci¨®n de quitarle el grado de coronel, el cual obtuvo en el 2016 tras acreditar que hab¨ªa ejercido un papel clave en las labores de inteligencia del operativo Chav¨ªn de Hu¨¢ntar. Desde que le sigue los pasos al c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo de la presidenta, Colchado se?ala que le han abierto diecisiete investigaciones entre el fuero policial y penal. Por estos d¨ªas en que ya no se debe a su comando, alza la voz para marcar las malas decisiones que han conducido al Per¨² a ubicarse entre los diez pa¨ªses con peor ¨ªndice de criminalidad, seg¨²n la plataforma internacional Numbeo.

Pregunta. Proviene de una familia de polic¨ªas y es el primero que fue oficial. ?Qu¨¦ siente cuando la Polic¨ªa emite un comunicado donde se?ala que est¨¢ desprestigiando a la instituci¨®n con sus declaraciones?

Respuesta. Yo quiero mucho a mi instituci¨®n y estoy agradecido por todo lo que me ha dado. Respeto a mis compa?eros de armas, con quienes he trabajado codo a codo y a todos aquellos quienes a pesar de las carencias log¨ªsticas dignifican esta vocaci¨®n. Lo ¨²nico que he hecho ha sido recalcar que hay generales y coroneles investigados por presuntos actos de corrupci¨®n, a quienes se les imputa haber desmantelado el comando policial de apoyo al Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupci¨®n en el Poder (EFICCOP) para neutralizar las investigaciones contra la presidenta y su hermano Nicanor.

P. La Polic¨ªa insiste en que su pase a retiro no es una represalia por allanar la casa de la presidenta, sino por la famosa torta de su cumplea?os 50, donde aparece un agente tumb¨¢ndose una puerta. Casi la misma escena que vivi¨® Boluarte. ?Cu¨¢l es la historia de este pastel?

R. No lo mand¨¦ a hacer, personal de mi oficina me lo obsequi¨® un d¨ªa antes. Fue una sorpresa. Y la intenci¨®n de quienes mandaron a hacerlo fue que representara lo que sol¨ªamos hacer en la Divisi¨®n de Investigaci¨®n de Delitos de Alta Complejidad. Se hizo con el expresidente Mart¨ªn Vizcarra, con asaltantes, jueces y miembros del Ej¨¦rcito. Siempre cuando no abren la puerta se procede a hacer el descerraje as¨ª. L¨®gicamente si el general Jhonny Veliz Noriega, acusado de ser el brazo protector de una organizaci¨®n criminal, es el responsable de los procesos disciplinarios, me iba a hallar una responsabilidad. Dicen que por mi antig¨¹edad debo dar pase a otros coroneles, cuando todav¨ªa me faltan dos a?os de servicio en este rango y yo todav¨ªa no hab¨ªa postulado a general. A todas luces ha sido un abuso y una venganza.

P. Hay consenso en un gran sector de la poblaci¨®n de que la torta no es un motivo para pasar al retiro a un coronel de su perfil. Pero, ?usted admite por lo menos falta de tino en haber compartido la foto de la torta?

R. Yo no me arrepiento de nada. Seguramente todos podemos mejorar o corregir algo. Pero yo no voy a estar para decir lo hice mal, lo hice bien. No fue una falta. No fue direccionado a ella. Los enemigos lo han interpretado de esa manera porque quer¨ªan encontrar una excusa para sacarme.

P. A lo largo de su carrera lo han responsabilizado del suicidio de Alan Garc¨ªa y de la ca¨ªda de Pedro Castillo. Pero a la vez lo acusan de caviar y de ser un operador pol¨ªtico.

R. Desde peque?o he emulado a Hugo Tello Infante, un polic¨ªa de oro que desbarat¨® muchas bandas e inspir¨® la serie Gamboa. Cuando llegu¨¦ a la Diviac me di cuenta de que los delincuentes m¨¢s peligrosos son los de cuello y corbata, y desde entonces los he golpeado sin miramientos. Me dicen caviar, cuando he detenido a gente de izquierda vinculada al congresista Guillermo Bermejo. Dicen que soy t¨ªtere de Vizcarra (Mart¨ªn), cuando lo allanamos. Tambi¨¦n a Keiko Fujimori. O a la exfiscal de la Naci¨®n, Patricia Benavides, a quien el canal Willax ensalzaba como una hero¨ªna. Nadie es intocable. C¨®mo les jode que un polic¨ªa haga su trabajo y no tenga rabo de paja. Por eso quieren revertir mi imagen, estigmatiz¨¢ndome como si estuviese direccionado a una tienda pol¨ªtica, pero no lo conseguir¨¢n.

P. ?Qu¨¦ ha quedado de la Diviac, la divisi¨®n que usted dirig¨ªa?

R. Han quedado solamente los valientes suboficiales. Porque de los 136 oficiales, 133 han sido removidos a otras unidades que no tienen que ver con su especialidad. Los han colocado en delitos comunes, unidades de tr¨¢nsito. Al capit¨¢n Junior Izquierdo que ha sido capacitado en t¨¦cnicas especiales lo han reasignado como polic¨ªa comunitario y ahora trabaja con juntas vecinales. Est¨¢n maltratando y desaprovechando a nuestros mejores elementos.

P. ?Siente impotencia?

R. Por supuesto. Pensaba responder con trabajos, como el libro que estoy escribiendo sobre la captura del Camarada Artemio, y salir a hablar m¨¢s adelante. Pero me he visto obligado a decirles que no pueden hacer lo que quieren. Es hora que los congresistas tomen la bandera y saquen al ministro del Interior, Juan Jos¨¦ Santiv¨¢?ez, porque est¨¢ minando la seguridad del pa¨ªs. Estoy saliendo a los medios para decirle en su cara lo que es: el presunto integrante de una organizaci¨®n criminal.

P. ?C¨®mo fue aquel d¨ªa en que lo enviaron a cuidar un puente?

R. Se voceaba un paro de transportistas, y la orden era que vigilara un puente en el distrito de La Victoria. Como definitivamente iba a ser muy evidente su intenci¨®n de pisotearme, mandaron a otros tres coroneles. En realidad, est¨¢bamos sobrando. Hab¨ªan varias unidades cerca y no era precisamente un lugar de concentraci¨®n. Como he sido formado con car¨¢cter, cumpl¨ª mi servicio sin quejarme. No me hace menos. En la ¨¦poca del COVID, cuid¨¦ mercados. Como polic¨ªas estamos preparados para todo.

P. ?No fue una humillaci¨®n para usted?

R. Para m¨ª no, pero esa fue su intenci¨®n. Ellos s¨ª lo pensaron porque he sido un jefe con 700 hombres a mi cargo a nivel nacional, con investigaciones que en producci¨®n superaban por el doble a todas las unidades especializadas de la Polic¨ªa, y mi voz en las reuniones ten¨ªa mucho peso porque yo hablaba en base a resultados. Pero no me mell¨®.

P. ?Y las amenazas? El a?o pasado le dejaron en su casa un sobre con tres casquillos de bala.

R. Han dicho que me van a dar donde m¨¢s me duele. En esta guerra psicol¨®gica te atacan por ambos lados. Ya se dieron cuenta que conmigo no van a poder. Estoy hecho a prueba de balas. Es mi modus vivendi, pero chocar con mis seres queridos, eso s¨ª puede mellarme. Mi familia cuenta con medidas de seguridad desde la ¨¦poca de Artemio.

P. Pero ahora que ha pasado a retiro, ?ese resguardo continuar¨¢?

R. La seguridad vence en abril. Voy a pedir que la renueven y esperemos que as¨ª sea. Hace unos a?os fui amenazado de muerte por una banda llamada Los Pulpos. Y justo me mandaron a la ciudad de Chiclayo y me quitaron la seguridad. Tuve que pagar a personal civil para que protegiera a mi familia.

P. Usted ha denunciado que el exabogado de la presidenta, Mateo Casta?eda, le ofreci¨® ascender a general si reglaba al fiscal que ten¨ªa a cargo el caso de Nicanor Boluarte. En sus c¨¢lculos nunca estuvo que lo grabara, ?no?

R. Lo que pasa es que subestiman a la Polic¨ªa. Lo com¨²n, salvo excepciones, es que un agente en actividad casi siempre se someta ante el superior o ante el poder. ?Qui¨¦n es la jefa suprema de la Polic¨ªa y las Fuerzas Armadas? La presidenta. Pero conmigo se equivocaron.

P. ?Qu¨¦ le dir¨ªa a la presidenta Boluarte si la tuviese enfrente?

R. Que el poder es ef¨ªmero, la mentira tiene patas cortas y que al final ella tendr¨¢ rendir cuentas con la justicia.

P. Coronel, ?usted se identifica con el F¨¦nix, no es as¨ª?

R. S¨ª, cada cierto tiempo me toca resurgir. Es el precio de enfrentarte a la corrupci¨®n y el poder. En varios periodos han querido darme de baja, solo que esta vez s¨ª lo lograron. Pero s¨¦ que ser¨¦ repuesto por la v¨ªa judicial. Esperemos con fe que el pr¨®ximo gobierno s¨ª quiera luchar contra la delincuencia en lugar de modificar leyes que han terminado favoreciendo a las organizaciones criminales.