Proyecto Pelusa, el ¨¢lbum de fans de Maradona m¨¢s grande del mundo
Dos argentinos recopilan miles de fotograf¨ªas que la estrella de f¨²tbol se sac¨® con sus admiradores por todo el mundo
?Cu¨¢ntas personas tienen una foto con Maradona? ?Puede haber al menos 16.107, una por cada d¨ªa transcurrido entre que debut¨® en Primera y su muerte? Los argentinos Dami¨¢n Cukiekorn y Sebasti¨¢n Schor, autores de Proyecto Pelusa. La vida del m¨¢s grande a trav¨¦s de los ojos de la gente, est¨¢n convencidos de que es as¨ª, aunque d¨¦cadas atr¨¢s no era com¨²n tener una c¨¢mara a mano. Desde hace casi dos a?os recopilan fotograf¨ªas que Diego Armando Maradona se sac¨® con quienes se lo ped¨ªan. Las publican acompa?adas de la historia que la hizo posible. El conjunto es una biograf¨ªa visual, popular y colaborativa de la mayor estrella del f¨²tbol argentino.
Maradona ten¨ªa 18 a?os, jugaba en Argentinos Juniors y viv¨ªa en el barrio porte?o de La Paternal cuando un lunes de septiembre un adolescente llam¨® a la puerta de su casa. Sali¨® a abrirle en pijama. Era un estudiante que quer¨ªa entrevistarle para un trabajo pr¨¢ctico del primer a?o de secundario. El futbolista lo invit¨® a pasar. ¡°Desde ah¨ª en m¨¢s fueron dos horas de charla, merienda y ¨¦xtasis total. En el medio le hice la entrevista, que al fin y al cabo era la excusa para cumplir mi sue?o. Ese d¨ªa cumpl¨ªa 13 a?os y Diego me regal¨® el mejor cumplea?os de mi vida¡±, recuerda Javier en el libro junto a tres fotograf¨ªas en las que se le ve posando junto a Maradona y con un grabador en mano.
Cuando este fan lo conoci¨® en persona, Argentina acababa de proclamarse campeona juvenil en Jap¨®n. La fama del futbolista comenzaba a crecer y, aunque estaba lej¨ªsimos de ser el ¨ªdolo nacional en el que se convirti¨®, la procesi¨®n de personas en busca de una foto con ¨¦l ya hab¨ªa comenzado.
?Cu¨¢l fue la primera foto que le pidi¨® alguien a Maradona por ser Maradona? Schor cree que es aquella con la que decidieron abrir el libro, tomada en la cancha de Argentinos Juniors en 1973. El peque?o futbolista ten¨ªa en ese momento 12 a?os y jugaba con Los Cebollitas. En noviembre se enfrentaron a un equipo de la localidad cordobesa de Capilla del Monte. ¡°Ese d¨ªa me mandaron a marcarlo bien de cerca todo el partido¡±, record¨® el Colo Maiola al narrar su historia. ¡°Pegado, pegado¡¯, me gritaba mi viejo desde afuera, pero yo no lo pod¨ªa ni agarrar. No le pude sacar ni una pelota en toda la tarde. Me pase¨® por todos lados. Era tremendo c¨®mo se mov¨ªa¡±, contin¨²a su relato. Fue tal el baile que uno de los padres les alent¨® a acercarse a ¨¦l. ¡°S¨¢quense una foto con ese petiso que es un marciano¡±, les dijo. Casi medio siglo despu¨¦s, el Colo conserva con orgullo la imagen de 9x9 en la cancha de La Paternal en la que se le ve flanqueado por Maradona y Claudio Rodr¨ªguez.
¡°En 2010 a Dami¨¢n se le ocurri¨® la idea de que Maradona era la ¨²nica persona de la que se pod¨ªa reconstruir su vida a trav¨¦s de fotos de la gente. Pero en ese momento no hab¨ªa redes, ped¨ªa que se las enviasen a trav¨¦s de email y era dif¨ªcil, el proyecto se diluy¨®¡±, recuerda Schor sobre el origen del proyecto. ?l se sum¨® una d¨¦cada despu¨¦s, cuando en una de las charlas que compartieron durante las caminatas que daban en la pandemia, surgi¨® la idea de reflotarlo.
¡°En ese momento, Diego estaba vivo y hab¨ªa vuelto a dirigir a Argentina. Est¨¢bamos preparando el lanzamiento en Instagram y buscando cu¨¢l era la mejor manera de seguir sumando fotos cuando se muri¨®. Nos preguntamos si segu¨ªamos o no y nos pareci¨® imposible no hacerlo porque fue un golpe muy fuerte. Desde entonces, nos ha llegado una enorme cantidad de fotos y mucho cari?o, mucho ida y vuelta de la gente¡±, se?ala el coautor. El archivo que han reunido hasta ahora cuenta con cerca de 4.000 fotograf¨ªas.
Muchos de quienes les escriben y les comparten esas im¨¢genes que atesoran confiesan la emoci¨®n que sintieron cuando se cumpli¨® su sue?o de conocerlo y lo que signific¨® para cada uno. ¡°Para los hijos de los exiliados, Diego nos dio un sentimiento de pertenencia hermoso. Diego era Argentina, ese lugar del que nuestros padres nos hablaban tan abstractamente¡±, recuerda Ern¨¢n Cirianni, hijo de exiliados argentinos en M¨¦xico. Cirianni, en ese momento un ni?o, se sac¨® una foto con el Diez durante el Mundial, apenas cuatro d¨ªas antes del partido contra Inglaterra en la que marc¨® dos goles que lo convirtieron en leyenda.
Hay fotos con Maradona en concentraciones de la selecci¨®n, en aeropuertos, por la calle, en la playa, en fiestas nocturnas y en cualquier lugar donde alg¨²n fan¨¢tico lo reconociese y se acercase a ¨¦l. De tanto ver im¨¢genes suyas, al primer vistazo los autores ya saben m¨¢s o menos a qu¨¦ ¨¦poca pertenece y de qu¨¦ humor estaba cuando alguien apret¨® el bot¨®n de la c¨¢mara. ¡°Cuando Diego tiene barba suele significar bardo. No s¨®lo bardo de la noche sino que est¨¢ con un nivel de seriedad y de conexi¨®n distinto. Se nota mucho tambi¨¦n en su sonrisa. Te das cuenta de en qu¨¦ fotos est¨¢ posando y en cu¨¢les conecta¡±, asegura Schor.
Lo sabe por experiencia propia. Maradona ten¨ªa barba el d¨ªa en que lo conoci¨®. Era 2010 y en ese momento era el entrenador de la Albiceleste de cara al Mundial de Sud¨¢frica. Schor iba a dirigir una publicidad que se grabar¨ªa en el predio de la Asociaci¨®n del F¨²tbol Argentino en Ezeiza y prepar¨® una camiseta para que se la firmase, pero ese d¨ªa el t¨¦cnico no quer¨ªa saber nada de nada y se lo sac¨® de encima lo m¨¢s r¨¢pido que pudo. Se qued¨® sin aut¨®grafo, pero el encuentro qued¨® inmortalizado. ¡°La foto es del momento exacto en el que me vuelvo hacia la c¨¢mara, completamente cagado a pedos [reprendido]¡±, escribi¨® en el libro. ¡°Te amo, Diego¡±, remata su an¨¦cdota.
Algunas historias parecen pura fantas¨ªa, como la de Roberto, un empleado santafesino que logr¨® colarse en el estadio Azteca sin entrada para ver la final del Mundial y termin¨® llevando a hombros a Maradona en el campo de juego cuando el equipo dio la vuelta ol¨ªmpica. Otras, emocionan. Es el caso de la de Gonzalo. A sus 14 a?os no daba cr¨¦dito a que fuese Maradona quien hab¨ªa cruzado la puerta de su humilde casa en un barrio de Mendoza para sentarse a la mesa con su familia, todos fan¨¢ticos de Maradona. El entonces entrenador de Racing sali¨® de la concentraci¨®n escondido en un ba¨²l para despistar a la prensa e ir a conocerlos. ¡°El asado fue todo risas, fotos y charlas sin parar. Familia, amigos, el carnicero del barrio¡±, recuerda Gonzalo. ¡°Cuando entramos a la habitaci¨®n, se tir¨® a la cama de una y la rompi¨®. Yo ten¨ªa 14 a?os y me fui de mi casa a los 23; en todos estos a?os no permit¨ª que arreglaran. Dej¨¦ los ladrillos de apoyo puestos nueve a?os¡±, cuenta, orgulloso.
Entre todos est¨¢n armando el ¨¢lbum de fotos de los fans de Maradona m¨¢s grande del mundo. Una historia de amor entre el Pelusa y la gente.
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