El 70 aniversario de la muerte de Eva Per¨®n no alcanza para unir al peronismo
El recuerdo de la figura m¨¢s convocante de Argentina evidencia la fractura pol¨ªtica del partido gobernante
El pante¨®n que guarda los restos de Eva Per¨®n en el cementerio de la Recoleta no lleva su nombre. Tallado en el m¨¢rmol negro que lo recubre se lee simplemente ¡°Familia Duarte¡±, su apellido de soltera. Habr¨¢ que prestar atenci¨®n a las placas de bronce para saber que all¨ª est¨¢ su cuerpo. La tumba de la mujer m¨¢s venerada y odiada de Argentina (aunque el paso del tiempo fortaleci¨® la devoci¨®n y debilit¨® el repudio ciego) est¨¢ sobre un pasillo de solo un metro de ancho, oculto a los curiosos. Hoy es m¨¢s una atracci¨®n tur¨ªstica que un centro de peregrinaje de fieles. Este martes, sin embargo, las coronas de flores se amontonaban sobre la reja con candado y la gente se arremolinaba a su alrededor. Se celebraba el 70 aniversario de su muerte, v¨ªctima de un c¨¢ncer cuando solo ten¨ªa 33 a?os. Pero la memoria de Eva poco puede hacer para conjurar las divisiones del peronismo gobernante, fracturado en disputas internas que tiene al pa¨ªs al borde del abismo. Evita une, pero no lo suficiente.
¡°Se siente, se siente, Evita est¨¢ presente¡±. La gente cantaba, se sacaba fotos con los dedos en V ¡ªgesto que identifica al peronismo¡ª, y se sum¨ªa luego en el silencio. La presencia de Eva Per¨®n en el cementerio de la Recoleta es uno de los hechos m¨¢s parad¨®jicos de la historia argentina. Eva Per¨®n, la ¡°abanderada de los humildes¡±, hija ileg¨ªtima de un pol¨ªtico conservador, descansa entre estancieros, h¨¦roes de la independencia, escritores famosos, banqueros y militares golpistas profundamente antiperonistas.
El m¨¢s c¨¦lebre de ellos se llama Pedro Aramburu. En noviembre de 1955, tras el golpe a Juan Domingo Per¨®n, Aramburu se proclam¨® presidente y orden¨® robar de la sede de la Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT) el cuerpo embalsamado de Eva Per¨®n. La intenci¨®n era anular cualquier posibilidad de devoci¨®n y ocultar el cad¨¢ver a los ojos de los peronistas. El cuerpo de Eva termin¨® enterrado con nombre falso en Mil¨¢n, Italia. En 1970, la guerrilla peronista Montoneros secuestr¨® y asesin¨® a Aramburu. Su tumba de m¨¢rmol est¨¢ hoy a menos de 50 metros de la de Eva Per¨®n. ¡°Fue el destino¡±, dice Adriana Komisuk, presidenta del Partido Justicialista en Recoleta, la comuna donde est¨¢ el cementerio. ¡°Eva podr¨ªa decir ¡®miren, ustedes no me quieren, pero descansar, descansamos juntos¡±, reflexiona delante del pante¨®n.
En las paredes de Buenos Aires ya no se lee ¡°Viva el c¨¢ncer¡±, la frase que pintaba el antiperonismo cuando la enfermedad devoraba a la esposa de Per¨®n. Era tanto el odio que las clases acomodadas le ten¨ªan. No le perdonaban que hubiese sido actriz en sus primeros a?os, o que osase pararse en pie de igualdad ante los hombres. Tampoco que vistiese de alta costura, cuando su destino era la ropa barata de tienda. Si acariciaba a un ni?o, era pura demagogia, falsa sensibilidad en una sociedad que estaba muy bien como estaba. Eva Per¨®n sobrevivi¨® a ese escarnio y cambi¨® la historia de Argentina para siempre.
¡°Eva es parte de la cultura pol¨ªtica argentina, lo cual no quiere decir que siga despertando pasiones encontradas¡±, aclara Federico Lorenz, historiador del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas y T¨¦cnicas). ¡°Hay un nivel superficial de desencuentros, que qued¨® evidenciado cuando en los a?os noventa se film¨® el musical Evita de Alan Parker, con Madonna¡±, dice. A¨²n hoy, muchos peronistas no perdonan al presidente Carlos Menem que haya prestado a Madonna el m¨ªtico balc¨®n de la Casa Rosada desde el cual Per¨®n y Eva hablaban a la multitud. ¡°M¨¢s profundamente tenemos lo que signific¨® Evita durante el primer Gobierno de Per¨®n, o durante los setenta. Hoy sigue siendo convocante desde el punto de vista del peronismo porque hay una lucha irresuelta¡±, dice. Esta lucha tiene que ver con los derechos sociales, el feminismo y lo que el partido de Per¨®n entiende por soberan¨ªa econ¨®mica. Tan irresuelto est¨¢ ese debate dentro del partido que este martes los homenajes se multiplicaron sin unidad.
En el cementerio se congregaron peque?as agrupaciones, que pasaron por turnos frente al pante¨®n. Pero tambi¨¦n hubo una marcha de la Juventud Peronista y otro acto protocolar en la CGT. El Partido Justicialista, como se llama formalmente, convoc¨® a un cuarto evento en su sede de Buenos Aires, donde se esperaba la presencia del presidente, Alberto Fern¨¢ndez. ¡°Eva Per¨®n, una pasi¨®n argentina¡±, escribi¨® la vicepresidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, en su cuenta en Twitter. Y acompa?¨® el texto con una imagen del Ministerio de Salud, a metros del Obelisco, donde los rostros troquelados en acero de Eva Per¨®n ocupan nueve pisos de las caras norte y sur del edificio. Hacia el norte, mirando a la Recoleta, el barrio de los ricos, una Eva euf¨®rica da uno de sus tradicionales discursos de denuncia social. Hacia el sur, desde donde partieron los obreros pobres que el 17 de octubre de 1945 llenaron la Plaza de Mayo para pedir por la libertad de Per¨®n, se ve a la ¡°Eva de los humildes¡±, sonriente y con una enorme flor en el pecho.
Esas dos Eva, la que est¨¢ ¡°combatiendo al capital¡± ¡ªcomo dice la marcha peronista¡ª y la que sonr¨ªe al pueblo est¨¢ en la esencia de las disputas que desangran actualmente al partido. Kirchner, y el kirchnerismo, se han apropiado de la Eva combatiente, un icono que choca contra las urgencias de un pa¨ªs endeudado, con inflaci¨®n r¨¦cord y cuatro de cada diez habitantes sumidos en la pobreza. El peronismo tradicional, el de los sindicatos y gobernadores, y tambi¨¦n el del presidente Fern¨¢ndez, debe hacer como nunca antes equilibrio entre esos dos mundos. Est¨¢ luego la Eva de la gente, ¡°esa figura convocante para el movimiento de mujeres, y la eminentemente popular, como s¨ªmbolo de los postergados¡±, dice Lorenz. ¡°Hay adem¨¢s una Evita estatal¡±, agrega, ¡°la de los homenajes, otra que arraiga en las tradiciones orales familiares, otra que se reproduce en remeras [sudaderas] y tambi¨¦n en los mensajes de odio que circulan por WhatsApp. Eso evidencia que es una figura viva, en tanto es resignificada constantemente¡±.
Se puede agregar tambi¨¦n a la Eva que habilit¨® el voto femenino, o la que pasaba horas y horas recibiendo la visita de mujeres y ni?os pobres. Est¨¢ la Eva ¡°descamisada¡±, s¨ªmbolo de los trabajadores, y la ¡°Evita Montonera¡± que en los setenta fue alimento de la lucha armada de las guerrillas peronistas. Y, claro, la que muri¨® el 26 de julio de 1952, con 37 kilos y sostenida por un arn¨¦s para su ¨²ltima presentaci¨®n p¨²blica junto a Per¨®n. ¡°Cumple la Subsecretar¨ªa de Informaciones de la Presidencia de la Naci¨®n el penos¨ªsimo deber de informar al pueblo de la Rep¨²blica que a las 20.25 horas ha fallecido la se?ora Eva Per¨®n, Jefa Espiritual de la Naci¨®n. Los restos de la se?ora Eva Per¨®n ser¨¢n conducidos ma?ana, en horas de la ma?ana, al Ministerio de Trabajo y Previsi¨®n, donde se instalar¨¢ la capilla ardiente¡±, fue el mensaje oficial. Cientos de miles de personas ¡ªalgunos historiadores hablan de hasta dos millones¡ª desfilaron durante dos largas semanas delante del cuerpo embalsamado de Eva. Ya hab¨ªa nacido el mito.
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