La oposici¨®n argentina busca un orden tras el renunciamiento electoral de Macri
Sin la candidatura del expresidente el peronismo en el Gobierno pierde un factor de unidad
La oposici¨®n en Argentina se ordena. La decisi¨®n de Mauricio Macri de no competir en las elecciones de octubre de 2023 ha dado, por fin, alas a aquellos pocos con aspiraciones presidenciales. Dos precandidatos del Pro, el partido fundado por el expresidente, emergen como favoritos: el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodr¨ªguez Larreta, y la exministra de Justicia Patricia Bullrich. Deber¨¢n competir con al menos otros dos aspirantes de los partidos de la alianza opositora que integran, Juntos por el Cambio, la misma que gobern¨® el pa¨ªs hasta 2019. Macri ha dicho que ser¨¢ ¡°neutral¡± en la interna, pero se arrog¨® el derecho de ¡°aconsejar a los votantes¡± si ¡°hay un candidato que garantice m¨¢s un cambio¡±. Los precandidatos entran ahora en la etapa de seducci¨®n de los favores del jefe espiritual del colectivo.
La interna de Juntos por el Cambio no ser¨¢ todo lo civilizada que esperan los argentinos. La causa hay que buscarla en el peronismo. Las posibilidades electorales del Gobierno son tan bajas, producto de la crisis econ¨®mica y las peleas intestinas que lo desangran, que la oposici¨®n est¨¢ convencida de que en las primarias dirime el nombre del futuro presidente argentino. La pelea se definir¨¢ en agosto. De las urnas saldr¨¢n los candidatos que participar¨¢n del sprint final en octubre.
La exministra Bullrich se considera la heredera natural de Macri y sus ideas. El expresidente ha escorado cada vez m¨¢s hacia la derecha una vez que se encontr¨® en el llano, sin las obligaciones de Gobierno. En varias oportunidades dijo que eran ¡°tiempos de coraje, no de moderaci¨®n¡±. Bullrich se presenta como la abanderada de la mano dura, una pol¨ªtica todo terreno que desde el ministerio de Seguridad hizo frente a los piqueteros, mientras se mostraba cada d¨ªa en las redes sociales activa contra el narcotr¨¢fico.
La contracara de Bullrich es Rodr¨ªguez Larreta. Desde la ciudad de Buenos Aires, que hered¨® de Macri, se ofrece como una alternativa de centro, dispuesta a un dialogo que ponga fin a ¡°la grieta pol¨ªtica¡±. Es la imagen p¨²blica de la moderaci¨®n y lleg¨® incluso a abrir Juntos por el Cambio a los sectores del peronismo no kirchnerista. No es ese ¡°el cambio¡± que propone Bullrich ni apoya Macri, m¨¢s propensos a cerrar alianzas con Javier Milei, el libertario de extrema derecha que ya es la tercera fuerza electoral del pa¨ªs. El expresidente y Rodr¨ªguez Larreta tienen adem¨¢s una disputa sin resolver. El alcalde acord¨® con la Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR), el segundo mayor partido de la alianza, sumar a un precandidato de ese partido en la pelea por la jefatura de Gobierno. Macri no quiere saber nada con la idea. La capital es la cuna del Pro y pretende all¨ª a Jorge Macri, su primo.
Una encuesta reciente de la consultora Aresco determin¨® que Bullrich tiene el 14% de los votos en la interna, contra 10,3% de Rodr¨ªguez Larreta. La ecuaci¨®n puede variar si finalmente la exgobernadora de Buenos Aires, Mar¨ªa Eugenia Vidal, que tiene el 7%, se baja de la carrera. Se trata, en el fondo, de una pelea entre halcones y palomas. Que peso tendr¨¢ Macri en esa disputa se ver¨¢ con el tiempo, una vez que empiece la campa?a. El expresidente es el pol¨ªtico con peor imagen despu¨¦s de Cristina Kirchner y cu¨¢nto decidan mostrarlo o esconderlo los precandidatos determinar¨¢ su grado de influencia.
Efectos en el Frente de Todos
El renunciamiento del expresidente despej¨® el horizonte en Juntos por el Cambio, pero sus efectos alcanzaron tambi¨¦n al Frente de Todos, la alianza peronista que est¨¢ en la Casa Rosada. Por motivos opuestos, tanto el kirchnerismo como los sectores que apoyan al presidente, Alberto Fern¨¢ndez, llamaron a imitar a Macri. Los primeros le dicen a Fern¨¢ndez que debe seguir los pasos de su predecesor y renunciar a cualquier aspiraci¨®n reeleccionista. Lo segundos, que quien debe renunciar a una eventual candidatura es Kirchner. En cualquier caso, la pelea oculta que, sin Macri en el ring, el Frente de Todos perdi¨® al cemento que hasta ahora hab¨ªa evitado la fractura definitiva. En lo ¨²nico que Fern¨¢ndez y Kirchner coinciden es en que consideran a Macri la encarnaci¨®n de todos los males de ¡°la derecha y el neoliberalismo¡±.
El peronismo est¨¢ en graves problemas. Mientras Juntos por el Cambio ya tiene al menos dos candidatos con posibilidades, el Frente de Todos es un desorden de nombres que apenas miden en las encuestas. Kirchner ya dijo que no ser¨¢ candidata, Fern¨¢ndez no tiene los votos suficientes para dar pelea y la principal apuesta del Gobierno, el ministro de Econom¨ªa, Sergio Massa, pierde fuelle a medida que sube la inflaci¨®n y cae el peso, crece la pobreza y el Banco Central se seca de reservas. Massa lleg¨® vestido de candidato con la misi¨®n de, al menos, mantener a flote la nave hasta las elecciones de octubre. Pero la peor sequ¨ªa en 60 a?os se interpuso en su camino. Hasta 20.000 millones de d¨®lares se perder¨¢n en exportaciones de granos, una suma que supone la mitad de la deuda que Argentina tiene con el Fondo Monetario Internacional y suficiente para descalabrar cualquier estrategia econ¨®mica.
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