La crisis econ¨®mica en Argentina revive el fantasma de la dolarizaci¨®n
La inflaci¨®n disparada y la falta de d¨®lares alimentan el debate sobre eliminar el peso, una propuesta que seduce a la poblaci¨®n desencantada de la pol¨ªtica
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Las restricciones a las divisas extranjeras y la devaluaci¨®n diaria del peso han elevado el d¨®lar a categor¨ªa de fetiche en Argentina. Los diarios y las televisoras monitorean todas sus cotizaciones minuto a minuto; los cambistas callejeros discriminan billetes por dise?o, color y antig¨¹edad; y tiktokers y youtubers ense?an a limpiarlos con lavandina para mantener el papel en buen estado. La dolarizaci¨®n del ahorro es regla, y se ha extendido ya a la compra de inmuebles, a algunos alquileres y a otras transacciones m¨¢s peque?as. Argentina es un pa¨ªs bimonetario que guarda, si puede, sus d¨®lares bajo el colch¨®n. Pero estas semanas el debate ha ido m¨¢s all¨¢. A seis meses de las elecciones presidenciales, una de las propuestas de campa?a de la ultraderecha alimenta el fuego del descontento: ?podr¨ªa Argentina salir de la crisis si se olvida del peso y dolariza de una vez toda la econom¨ªa?
Javier Milei, el medi¨¢tico diputado libertario que se alza en las encuestas repartiendo tercios con el peronismo gobernante y la derecha moderada, est¨¢ convencido de que s¨ª. Milei ha pasado en menos de tres a?os de los plat¨®s de televisi¨®n a liderar encuestas presidenciales con su estridencia: desde sus llamados a ¡°quemar¡± el Banco Central, o recortar ¡°con motosierra¡± el gasto p¨²blico, a volver a prohibir el aborto o legalizar la venta de ¨®rganos, sus propuestas copan la agenda p¨²blica. En las ¨²ltimas semanas, Argentina se ha dedicado a debatir la viabilidad de una dolarizaci¨®n, a pesar de que el resto del arco pol¨ªtico ha terminado por decantarse en contra y casi el 60% de las personas consultadas por las encuestadoras tampoco est¨¢ de acuerdo.
¡°Argentina no est¨¢ en condiciones de hacer una dolarizaci¨®n. Los ¨²nicos d¨®lares supuestamente disponibles deber¨ªan ser las reservas del Banco Central, donde no hay d¨®lares¡±, explica el economista Juli¨¢n Z¨ªcari. ¡°Intentarlo generar¨ªa una licuaci¨®n salarial y jubilatoria total¡±, agrega. Seg¨²n este economista, autor del libro Crisis econ¨®micas argentinas. De Mitre a Macri, el planteo de la dolarizaci¨®n es una ¡°medida muy radical y desesperada¡± que proviene de ¡°sectores muy fan¨¢ticos que piensan que lo mejor es que explote todo¡±.
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La propuesta con la que Milei se ha paseado por los canales de televisi¨®n tiene como eje eliminar el Banco Central, la privatizaci¨®n de las empresas p¨²blicas y un ajuste fiscal que recorte 13 puntos del PIB. El economista est¨¢ convencido de que una dolarizaci¨®n que no escape al tipo de cambio en el mercado paralelo (469 pesos por d¨®lar esta semana) es posible si se toma la totalidad de activos y pasivos del Banco Central. El resto de los economistas tienen menos esperanzas: los c¨¢lculos en el peronismo, la oposici¨®n m¨¢s moderada y distintas organizaciones independientes, prev¨¦n una hiperinflaci¨®n que disparar¨ªa el precio del d¨®lar hasta los 8.000 pesos.
¡°Las log¨ªstica ser¨ªa muy compleja si un futuro gobierno pretende dolarizar. Para empezar, habr¨ªa que tomar todos los pesos en circulaci¨®n por una cantidad baj¨ªsima de d¨®lares¡±, explica Emiliano Libman, economista e investigador de la organizaci¨®n Fundar. El analista no niega que se podr¨ªa hacer alg¨²n d¨ªa, aunque el ¨²nico ejemplo de su factibilidad toma como antecedente un trauma: en 1990, la inflaci¨®n lleg¨® a 2.314%, el plan de convertibilidad llev¨® a una paridad entre el d¨®lar y 10.000 australes de la ¨¦poca, que para 1992 pasaron a ser un peso convertible que circul¨® a la par con el d¨®lar estadounidense. El Gobierno de Carlos Menem sostuvo el r¨¦gimen de convertibilidad con deuda externa y la privatizaci¨®n de empresas p¨²blicas, aunque empez¨® a hacer agua hacia 1997. La convertibilidad estall¨® finalmente en diciembre de 2001 en la crisis del corralito.
¡°La pregunta sobre la dolarizaci¨®n se habilita porque se toma como opci¨®n ante lo que tenemos los argentinos ahora, que no es nada bueno. Quiz¨¢ hay un poco de irrealidad en pensar que la dolarizaci¨®n es una salida m¨¢gica. Pero es una pol¨ªtica que te deja sin instrumentos en circunstancias externas desfavorables¡±, analiza Libman. ¡°El proceso de ajuste de una econom¨ªa, cuando caen los precios en d¨®lares y no tienes la posibilidad de modificar el tipo de cambio, solo se puede hacer con una recesi¨®n. Y ya nos bancamos una que no alcanz¨® para salvar la convertibilidad¡±.
Z¨ªcari es taxativo. ¡°La dolarizaci¨®n es un delirio que te terminar¨ªa convirtiendo en una colonia de otro pa¨ªs que define tu pol¨ªtica monetaria¡±, afirma sobre depender del d¨®lar estadounidense y de su Reserva Federal, que intenta cubrir su propia crisis bancaria con subidas del tipo de inter¨¦s. ¡°Te quedar¨ªas sin pol¨ªtica cambiaria y con una muy limitada la pol¨ªtica fiscal. Y ni hablar con la posibilidad de tener un proyecto de desarrollo industrial¡±.
El consenso sobre la inviabilidad de una dolarizaci¨®n ha sido casi un¨¢nime, pero su discusi¨®n revela la efectividad que ha tenido la ultraderecha en empezar a definir la agenda de cara a las elecciones. El ejemplo m¨¢s claro se revel¨® el fin de semana pasado. Cristina Kirchner volvi¨® a organizar un mitin en el que sus partidarios esperaban alguna definici¨®n electoral de su parte., pero la vicepresidenta prefiri¨® hacer un repaso hist¨®rico por la crisis de la convertibilidad. No dijo nunca su nombre, pero se subi¨® al ruedo contra el discurso de Javier Milei. ¡°Estamos todos discutiendo lo que fracas¨® hace 20 a?os¡±, acus¨®. ¡°?A qui¨¦n le van a hacer creer los pol¨ªticos hoy, cualquiera sea el origen o la idea, que van a poder controlar a los que hacen poder econ¨®mico concentrado y van a poder solucionar los problemas de los argentinos en este estado de las cosas? Que no me jodan m¨¢s con esas fantas¨ªas¡±.
La fantas¨ªa, en todo caso, ha hecho mella en los argentinos. Sea con el d¨®lar bolsa, el paralelo que se vende en la calle, o la dolarizaci¨®n en alza de algunas transacciones, que van de inmuebles hasta electr¨®nicos usados, el d¨®lar ya es una moneda que regula la vida diaria. ¡°El ahorro en d¨®lares es tan com¨²n como pensar en cu¨¢ntos argentinos pueden ahorrar. O sea, decime cu¨¢ntos argentinos tienen capacidad de ahorro y yo te digo cu¨¢nto es el ahorro en d¨®lares en el pa¨ªs¡±, analiza Libman. ¡°Las condiciones alimentan este debate, pero tambi¨¦n est¨¢n dadas para fortalecer el peso¡±.
¡°No estar¨ªamos inventando la rueda¡±, afirma el investigador, que desde la organizaci¨®n Fundar ha aprovechado el debate para proponer una salida a ese bimonetarismo que recupere la moneda nacional. ¡°Puede tomar d¨¦cadas, pero algunos de nuestros vecinos lo han logrado. Tener una macroeconom¨ªa ordenada, una inflaci¨®n baja y estable, es no financiar los presupuestos con emisi¨®n monetaria todo el tiempo. No abusar de ese instrumento. Es algo que en Argentina no hemos probado todav¨ªa¡±.
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