El peronismo proclama por sorpresa a Sergio Massa como ¡°candidato de unidad¡± en Argentina

Cuando todo parec¨ªa decidido, estall¨® la bomba. El ministro de Econom¨ªa, Sergio Massa, ser¨¢ el candidato presidencial del peronismo en las generales de octubre. No tendr¨¢ rivales en las internas, previstas para agosto, porque tras 24 horas de negociaciones bajaron sus candidaturas Eduardo de Pedro, el elegido por la vicepresidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, y el exgobernador Daniel Scioli, el hombre aupado por el presidente, Alberto Fern¨¢ndez. El jueves, De Pedro se hab¨ªa proclamado precandidato y la cuesti¨®n de la interna del peronismo pareci¨® saldada. Pero hab¨ªa todav¨ªa tiempo para las sorpresas. Massa, que nunca ocult¨® sus aspiraciones presidenciales, y Kirchner se reunieron a puertas cerradas durante la tarde del viernes. Horas despu¨¦s, naci¨® una unidad que parec¨ªa imposible. El golpe de efecto ha sido fenomenal, solo comparable al producido en 2019, cuando Kirchner anunci¨® por Twitter que su candidato para derrotar a Mauricio Macri ser¨ªa Alberto Fern¨¢ndez.

La alianza Uni¨®n por la Patria, heredera del Frente de Todos, dio la noticia en sus redes sociales. ¡°Por responsabilidad institucional, pol¨ªtica y social nuestro espacio ha decido conformar una lista de unidad que nos representar¨¢ en las pr¨®ximas elecciones. Nuestro candidato a presidente ser¨¢ Sergio Massa¡±, dice el comunicado, ¡°y lo acompa?ar¨¢ como candidato a vicepresidente Agust¨ªn Rossi¡±, el actual jefe de ministros, un pol¨ªtico curtido en las peleas intestinas del Congreso que lleva meses haciendo equilibrio entre Fern¨¢ndez y Kirchner.

¡°Reconocemos a los compa?eros Eduardo Wado de Pedro y Daniel Scioli, que apostaron a la unidad del peronismo anteponiendo lo colectivo por sobre lo individual¡±, agrega el texto, en referencia a los dirigentes que cedieron en sus aspiraciones.

La candidatura de Massa es el final de una pel¨ªcula iniciada en agosto de 2022, cuando asumi¨® como ministro de Econom¨ªa. Acababa de renunciar Mart¨ªn Guzm¨¢n, art¨ªfice de un acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que hab¨ªa fracturado a la alianza de Gobierno. El kirchnerismo nunca perdon¨® que Alberto Fern¨¢ndez, su delf¨ªn pol¨ªtico, hubiese firmado un acuerdo que consider¨® una condena para Argentina. Massa lleg¨® para apagar el incendio, la ¨²ltima esperanza del peronismo para mantener a flote la econom¨ªa y mantener viva la llama de una continuidad en el poder. Sus resultados de gesti¨®n fueron pobres: la inflaci¨®n supersa el 114%, la pobreza no ha dejado de crecer y el Banco Central tiene reservas negativas. Pero tiene a cambio la llave de las renegociaciones con el FMI. Si el multilateral no abre, una vez m¨¢s, el grifo del financiamiento, la econom¨ªa argentina se hunde.

Massa prometi¨® que se jugar¨ªa la vida en el cargo, y la apuesta le ha dado frutos. Su carrera pol¨ªtica siempre ha sido as¨ª, al borde del precipicio. En 2008, reemplaz¨® a Alberto Fern¨¢ndez como jefe de Gabinete de Cristina Kirchner. Un a?o despu¨¦s se fue tan mal como su predecesor: harto de los destratos de la presidenta y dispuesto a presentarle batalla en la interna peronista. Fund¨® el Frente Renovador y en 2015 obtuvo el 21% de los votos en las elecciones presidenciales. Durante su campa?a dijo que iba a ¡°meter presa a Cristina¡±. El desapego pol¨ªtico no le impidi¨® acordar nuevamente con su exjefa.

En 2019 declin¨® su candidatura a la presidencia, se sum¨® al Frente de Todos, apoy¨® a Fern¨¢ndez y se convirti¨® en diputado. Qued¨® a cargo de la C¨¢mara Baja y se mantuvo expectante mientras el presidente y su vice se desangraban en peleas intestinas. Massa esper¨® pacientemente su turno, consciente de que era la ¨²ltima oportunidad de un Gobierno empecinado en la autodestrucci¨®n. Cuando el jueves Eduardo de Pedro anunci¨® que ser¨ªa el candidato de Kirchner, todos miraron a Massa. ?Renunciar¨ªa al ministerio de Econom¨ªa en medio de la tormenta? ?Aceptar¨ªa la oferta de ser candidato a senador, un premio menor? El ministro y Kirchner ten¨ªan un as en la manga.

Las reuniones de la tarde ten¨ªan como objetivo convencer a Massa para que aceptase una candidatura a senador. O eso fue al menos lo que sus voceros transmitieron a la prensa argentina, que durante toda la tarde especul¨® con el reparto de cargos que Kirchner ofrecer¨ªa a su exministro como consuelo. Nadie esperaba que de all¨ª saliese una lista de unidad. Eduardo de Pedro es el mimado de la vicepresidente, un hijo de desaparcidos por la dictadura que representa todo lo que el kirchnerismo pretende transmitir como fuerza pol¨ªtica. Massa, en cambio, ser¨¢ un hueso duro para los militantes de paladar negro, que lo consideran demasiado cercano a Estados Unidos y el FMI y, sobre todo, un traidor, pecado que se paga con el destierro pol¨ªtico.

La candidatura de Eduardo de Pedro result¨® finalmente ser un globo de ensayo. No sum¨® el apoyo del peronismo territorial, el de los gobernadores, y dej¨® al kirchnerismo solo en la pelea. Cuando explot¨®, all¨ª estaba Massa, esperando agazapado. Kirchner no tendr¨¢, por primera vez desde 2003, a uno de los suyos en la papeleta presidencial. El candidato a vicepresidente, Agust¨ªn Rossi, la respeta, pero no es de su c¨ªrculo cercano. Kirchner tendr¨¢ ahora que convencer a los suyos de que Massa es el mal menor.

Restar¨¢ saber ahora quien ser¨¢ el sucesor del candidato en el ministerio de Econom¨ªa. Argentina se encuentra en medio de una delicada negociaci¨®n con el FMI y lo m¨¢s probable es que el nombre surja del equipo que por estos d¨ªas mantiene conversaciones en Washington.

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