Una elecci¨®n de tercios y una campa?a lastrada por la crisis y la ultraderecha: claves de las presidenciales en Argentina
La irrupci¨®n de Javier Milei en el panorama electoral abre inc¨®gnitas en unos comicios imprevisibles
Argentina se asoma este domingo a tierra desconocida. Unos 35 millones de personas est¨¢n llamadas a las urnas para elegir presidente tras una campa?a lastrada por la crisis econ¨®mica y la agenda de la ultraderecha. Los argentinos elegir¨¢n entre el ministro de Econom¨ªa de un Gobierno peronista desgastado, Sergio Massa; una exministra de Seguridad conservadora que se impuso en las internas de la derecha tradicional, Patricia Bullrich; y ...
Argentina se asoma este domingo a tierra desconocida. Unos 35 millones de personas est¨¢n llamadas a las urnas para elegir presidente tras una campa?a lastrada por la crisis econ¨®mica y la agenda de la ultraderecha. Los argentinos elegir¨¢n entre el ministro de Econom¨ªa de un Gobierno peronista desgastado, Sergio Massa; una exministra de Seguridad conservadora que se impuso en las internas de la derecha tradicional, Patricia Bullrich; y un ultra, Javier Milei, que ha marcado el paso de la campa?a agitando contra el gasto estatal y los pol¨ªticos tradicionales. Un escenario de tercios, in¨¦dito en 40 a?os de democracia en Argentina, en el que los partidos que han peleado por el control de la pol¨ªtica en lo que va de siglo anhelan ara?ar un segundo puesto para forzar la segunda vuelta el 19 de noviembre.
El escenario est¨¢ abierto. La ultraderecha lidera las encuestas, pero ninguna le da los resultados necesarios para evitar una segunda vuelta: el 45% de los votos o al menos el 40% con un margen de 10 puntos sobre el segundo. Estas son algunas claves antes de las elecciones del domingo 22.
?Qui¨¦nes son los candidatos?
Javier Milei se ha convertido en el rival a vencer. Antiguo asesor econ¨®mico a la sombra de pol¨ªticos y empresarios, tertuliano televisivo que rompi¨® audiencias a los gritos y diputado nacional que llev¨® a la ultraderecha al Congreso hace dos a?os, a Milei lo votaron siete millones de personas en las primarias de agosto [que ten¨ªan por objetivo seleccionar a los candidatos que representar¨ªan a partidos y coaliciones en las elecciones generales] y qued¨® primero con el 29,08% de los votos. Milei rompi¨® esquemas: no solo impuso el debate sobre la dolarizaci¨®n de una econom¨ªa con la inflaci¨®n disparada o la necesidad de un ajuste fiscal sin paliativos; tambi¨¦n llev¨® al pa¨ªs a hablar de liberalizaci¨®n del mercado de armas o la venta de ¨®rganos y ni?os.
Le sigui¨® la alianza de Juntos por el Cambio, que reparti¨® el 28% de los votos entre halcones y palomas. La coalici¨®n de centroderecha que llev¨® a Mauricio Macri a la presidencia entre 2015 y 2019 termin¨® eligiendo a los halcones: Patricia Bullrich, antigua ministra de Macri, se qued¨® con la candidatura, con la mano dura contra la inseguridad como bandera. Como funcionaria encendi¨® pol¨¦micas por la defensa de polic¨ªas acusados de excesos y asesinatos, y como presidenciable promete bajar la edad de imputabilidad, reformar el C¨®digo Penal para incorporar un r¨¦gimen especial de leg¨ªtima defensa para uniformados, y prisiones de m¨¢xima seguridad. Se impuso ante el moderado Horacio Rodr¨ªguez Larreta, alcalde de la ciudad de Buenos Aires y antiguo delf¨ªn de Macri, y el domingo tendr¨¢ el desaf¨ªo de retener sus votos.
El peronismo eligi¨® a su candidato sobre la hora. Sergio Massa, l¨ªder de una de las facciones de la coalici¨®n gobernante, presid¨ªa el Congreso de los Diputados hasta que en julio de 2022 asumi¨® el Ministerio de Econom¨ªa en medio de la crisis. Las facciones del Gobierno peleaban por el acuerdo reci¨¦n firmado con el Fondo Monetario Internacional para refinanciar la deuda, y Massa asumi¨® para guiar los acuerdos y controlar la inflaci¨®n. No lo logr¨®, pero como un pol¨ªtico de carrera con aspiraciones presidenciales desde hace una d¨¦cada, el salto a la primera l¨ªnea le rindi¨®. La inflaci¨®n est¨¢ desatada cerca del 140% y la pobreza arruina al 40% los argentinos, pero sin l¨ªderes fuertes, el peronismo se encolumn¨® a sus espaldas. La coalici¨®n peronista rebautizada como Uni¨®n por la Patria qued¨® tercera en las primarias con el 27,28% de los votos, pero Massa fue el segundo candidato m¨¢s votado detr¨¢s de Milei. Hoy es el que tiene m¨¢s chances de forzar una segunda vuelta.
Detr¨¢s de los tres candidatos fuertes esperan la trotskista Myriam Bregman, aspirante del Frente de Izquierda que recibi¨® el 2,61% de los votos en las primarias, pero espera cautivar al progresismo que no se casa con el pragmatismo de Massa. Otro candidato que espera sorprender es el peronista conservador Juan Schiaretti, gobernador de la provincia de C¨®rdoba, en el centro del pa¨ªs. Voz del federalismo en un panorama pol¨ªtico que mira hacia y desde la capital, Schiaretti se llev¨® el 3,71% de los votos en las primarias.
La crisis econ¨®mica, en el centro de la campa?a
Argentina lleg¨® el mes pasado al 138,3% de inflaci¨®n interanual. El pa¨ªs se ha acostumbrado a que la inflaci¨®n rompa r¨¦cords hist¨®ricos mes a mes, y solo en septiembre los precios aumentaron un 12,7%. El salario m¨ªnimo en Argentina es de 132.000 pesos o unos 380 d¨®lares al cambio oficial, y dos de ellos no alcanzan para cubrir la canasta b¨¢sica familiar. El 40% de los argentinos, unos 18 millones de personas, son pobres a pesar de que la desocupaci¨®n est¨¢ en sus mejores cifras en casi dos d¨¦cadas: solo el 6,2% de los adultos en edad de trabajar no tiene empleo.
Argentina tiene las reservas del Banco Central en rojo, el ingreso de divisas extranjeras desplomado por una sequ¨ªa sin precedentes que ha afectado al sector agroindustrial y una deuda de 44.000 millones de d¨®lares con el FMI que contrajo el Gobierno de Macri en 2018. El peronismo la renegoci¨® a principios del a?o pasado, pero los pagos han sido una carrera cuesta arriba: lleg¨® a cumplir los ¨²ltimos con otros pr¨¦stamos de organismos internacionales o hasta con yuanes chinos. El actual Gobierno peronista tuvo una ¨²ltima negociaci¨®n sobre su calendario de pagos en agosto, y desde entonces ha incorporado a su campa?a electoral las cr¨ªticas abiertas al organismo. El FMI pide ajuste fiscal, y en los ¨²ltimos meses Massa recort¨® subsidios y abri¨® un mercado de cambios especial para decenas de exportaciones con el objetivo de acumular divisas. Pero ninguna de sus medidas pudo evitar una devaluaci¨®n del 18% tras las primarias del 13 de agosto.
Desde el 14 de agosto, la cotizaci¨®n oficial del d¨®lar es de 365 pesos por divisa estadounidense, pero la moneda argentina se deval¨²a al ritmo del mercado ilegal, que desde hace una semana flota cerca de los 1.000 pesos por d¨®lar. El mercado paralelo es el term¨®metro callejero de la econom¨ªa del pa¨ªs: cuando la pol¨ªtica tiembla, los pocos argentinos que pueden ahorrar sacan sus pesos del banco y compran d¨®lares en la calle. Mientras sube la cotizaci¨®n del d¨®lar ilegal, suben los precios del resto de los productos. Y este a?o electoral ha sido largo. El d¨®lar oficial ha doblado su precio desde enero, cuando costaba 185 pesos, pero el ilegal lo triplic¨®. Milei ha prometido dolarizar la econom¨ªa para acabar con la inflaci¨®n, y no esconde su deseo de que el precio del d¨®lar suba al m¨¢ximo antes de su posible Gobierno.
Una discusi¨®n corrida a la derecha
La Constituci¨®n argentina proh¨ªbe sustituir el peso como moneda oficial, pero el pa¨ªs ha discutido durante meses la propuesta de Milei de dolarizar la econom¨ªa. El ultra ha logrado que se debata durante meses sobre la libre portaci¨®n de armas, reabrir la discusi¨®n del aborto legal e incluso sobre la viabilidad de un hipot¨¦tico mercado de ¨®rganos. Su histrionismo ha copado horas de debates televisivos y encendido discusiones sobre temas ins¨®litos en redes sociales, pero su programa ha terminado guiado el debate electoral: desde la necesidad de un ajuste fiscal a la eliminaci¨®n de oficinas estatales, hasta la desfinanciaci¨®n p¨²blica de la educaci¨®n, la salud o la investigaci¨®n cient¨ªfica, sus propuestas han puesto a discutir a los dem¨¢s candidatos.
Milei y el peronismo se han elegido como antagonistas ante una hipot¨¦tica segunda vuelta, pero a quien m¨¢s ha da?ado el ascenso del ultra es a la derecha tradicional. A principios de a?o hab¨ªa pocas dudas en la alianza de Juntos por el Cambio: el regreso a la Casa Rosada de la coalici¨®n de centroderecha que en 2015 hab¨ªa puesto fin a 15 a?os de peronismo parec¨ªa un tr¨¢mite mientras el actual Gobierno patinaba en la crisis. El presidenciable era Horacio Rodr¨ªguez Larreta, el poco carism¨¢tico pero voluntarioso alcalde de Buenos Aires que hab¨ªa sucedido a Macri en ese cargo en 2015 y esperaba hacerlo de nuevo como candidato de su partido.
La sensaci¨®n de victoria asegurada en su coalici¨®n hizo que a Larreta le florecieran competidores. Y el auge de Milei, que sedujo al electorado desencantado metiendo en la misma bolsa de ¡°casta pol¨ªtica¡± tanto al peronismo como a Juntos por el Cambio, le rob¨® votantes por la derecha. Larreta, centrista, abierto al di¨¢logo y con la maquinaria propagand¨ªstica de la ciudad de Buenos Aires a sus ¨®rdenes, pas¨® de ser favorito a perder la interna de su partido contra Patricia Bullrich, a perder el apoyo de Macri y a ara?ar apenas el 12% de los votos en agosto. Bullrich gan¨® adoptando algunos modos de Milei, y volvi¨® a agitar las consignas de ¡°enterrar¡± al peronismo. Milei la trat¨® de su ¡°segunda marca¡±, y para este domingo quedar¨¢ ver si consigue meterse entre los dos favoritos. Lo tiene cuesta arriba.
Una elecci¨®n entre tercios
Desde que Ra¨²l Alfons¨ªn y el Partido Radical inauguraran la democracia que puso fin a la dictadura militar en 1983, las elecciones argentinas se han definido entre dos fuerzas: el peronismo contra el radicalismo, con todas sus encarnaciones, alianzas y la alianza que lo termin¨® engullendo en 2015. El panorama cambi¨® un poco tras las elecciones de 1995, cuando una reforma constitucional acort¨® el plazo presidencial a cuatro a?os y habilit¨® la reelecci¨®n. Desde entonces brotaron terceras fuerzas, pero ninguna hab¨ªa llegado a disputar el poder con los partidos dominantes.
Javier Milei tambi¨¦n rompi¨® ese paradigma. En los meses previos a las primarias, casi todas las encuestas auguraron que mantendr¨ªa el rol de tercera fuerza residual, pero termin¨® imponi¨¦ndose. Su 29,08% fue una victoria ajustada frente al 28% de Juntos por el Cambio y el 27,2% del peronismo. Pero reson¨® como victoria porque hab¨ªa logrado desplazar a la centroderecha que engull¨® al radicalismo y dej¨® al peronismo en un hist¨®rico tercer puesto en la suma de todas las listas. Las encuestas auguran ahora una segunda vuelta entre Javier Milei y Sergio Massa, pero sus desaciertos previos y el resultado apretado de las primarias dejan la trama abierta.
Inc¨®gnita por el ausentismo
La participaci¨®n en las primarias del 13 de agosto fue del 69,6%, uno de los registros m¨¢s bajos en elecciones presidenciales desde 1983. Votar en Argentina es obligatorio, pero el desencanto del electorado tambi¨¦n se ha visto en la abstenci¨®n: poco m¨¢s de siete millones de personas votaron a Milei en agosto, pero m¨¢s de diez millones prefirieron no votar. Argentina vota en primarias desde las elecciones de 2011. Ese a?o apenas hubo variaci¨®n entre la participaci¨®n entre las primarias y las generales, pero las elecciones de 2015 y 2019 vieron a casi un 5% m¨¢s de electores movilizarse en la elecci¨®n definitiva.
Buenos Aires, dos bastiones en juego
Este domingo, los argentinos tambi¨¦n elegir¨¢n al alcalde de la Ciudad Aut¨®noma de Buenos Aires y al gobernador de la provincia que la rodea. El 44% de los 35 millones de argentinos que pueden votar viven entre estas dos demarcaciones: 13 millones votan en la provincia de Buenos Aires, basti¨®n hist¨®rico del peronismo, y 2,5 millones lo hacen en la capital, que desde hace 16 a?os domina el partido del expresidente (y exalcalde) Mauricio Macri. Ambas son la apuesta fuerte de los partidos que las controlan.
La pelea entre Horacio Rodr¨ªguez Larreta y Mauricio Macri tambi¨¦n se libr¨® en la ciudad. Macri, que hab¨ªa elegido a Larreta como su sucesor en la alcald¨ªa, no dej¨® a su delf¨ªn hacer lo mismo y le impuso como sucesor a su primo. La pol¨¦mica escal¨® m¨¢s all¨¢ del nepotismo. Jorge Macri, intendente en licencia de un municipio rico de la provincia de Buenos Aires, no cumpl¨ªa con un requisito elemental para gobernar la ciudad: vivir en ella. La Constituci¨®n de la ciudad exige que los candidatos vivan en Buenos Aires por lo menos los cinco a?os previos a la elecci¨®n, pero Macri primo fue habilitado porque un tribunal tom¨® por buenos los a?os que vivi¨® en la capital durante su juventud. La interpretaci¨®n que hizo la Corte sobre la ¡°anterioridad¡± exigida desat¨® pol¨¦mica, pero Macri sigue siendo favorito. Solo habr¨¢ segunda vuelta si no consigue la mayor¨ªa absoluta, pero incluso con ella parece tener el Gobierno asegurado: las encuestas para el domingo le dan hasta el 47% de los votos con casi 20 puntos de ventaja sobre el peronismo.
La provincia de Buenos Aires, en cambio, tendr¨¢ un gobernador electo este domingo sea cual sea el resultado. Basti¨®n hist¨®rico del peronismo desde el regreso de la democracia con una sola interrupci¨®n, entre 2015-2019, los bonaerenses votaron fielmente en las primarias de agosto. En las presidenciales se impuso con el 32%, pero el actual gobernador, Axel Kicillof, se llev¨® el 36% de los votos. ?Qu¨¦ quiere decir esto? Que incluso algunos votantes que decidieron no votar al peronismo en las presidenciales decidieron apoyar al actual gobernador en la primaria provincial. Antiguo ministro de Econom¨ªa de Cristina Kirchner y una de las caras j¨®venes de un peronismo que necesita renovarse, Kicillof es favorito en las encuestas para este domingo con un 35% de los votos. La elecci¨®n es a todo o nada, y habr¨¢ que ver c¨®mo se configura la oposici¨®n entre el voto a Juntos por el Cambio y al partido de Milei, La Libertad Avanza, que en conjunto superan el 50%. Sea cual sea el resultado nacional, una victoria provincial ser¨¢ important¨ªsima para el peronismo: sea para garantizar cierta gobernabilidad, o para reagruparse y resistir durante los pr¨®ximos cuatro a?os.
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