Sergio Massa, el peronista que sab¨ªa esperar
Al frente de la tercera fuerza de la coalici¨®n del Gobierno, el nuevo ministro de Econom¨ªa de Argentina salta a la primera l¨ªnea del poder tras observar desde el Congreso la pelea fratricida entre el presidente y su vice
Sergio Massa (San Mart¨ªn, 50 a?os) carga sus ¨²ltimas balas. Figura del peronismo desde hace casi dos d¨¦cadas, el hasta este jueves presidente de la C¨¢mara de Diputados en Argentina acaba de asumir como superministro de una nueva cartera que unificar¨¢ Econom¨ªa, Producci¨®n y Agricultura. Exjefe de ministros de Cristina Kirchner, luego su opositor furioso, Massa sabe sobre todo esperar el momento justo. La ¨²ltima vez que lo hizo, en 2019, baj¨® su candidatura presidencial a ¨²ltima hora para apoyar la papeleta de Alberto Fern¨¢ndez y Cristina Kirchner. La ¡°tercera v¨ªa¡± que quiso liderar entre el kirchnerismo y el liberalismo de Mauricio Macri termin¨® siendo tercera pata de la actual coalici¨®n gobernante. Tras casi tres a?os en un cuidado segundo plano, Massa salta ahora a la primera l¨ªnea como quien agarra un hierro caliente. Para un pol¨ªtico profesional que nunca escondi¨® su deseo de ser presidente, la de este jueves ha sido una jugada de alt¨ªsimo riesgo. Tal vez la ¨²ltima de todas.
El nuevo encargado de la econom¨ªa m¨¢s vol¨¢til de Am¨¦rica no es economista. Abogado de formaci¨®n, Massa es, en realidad, un pol¨ªtico de carrera. Militante juvenil de la tecnocracia liberal que naci¨® en los ochenta mientras ca¨ªa la dictadura, entr¨® al peronismo a mediados de los noventa, cuando el partido conservador Uni¨®n del Centro Democr¨¢tico (UCeD¨¦) cerr¨® filas con el neoliberalismo peronista del presidente Carlos Menem. L¨ªder de la militancia juvenil liberal en la periferia bonaerense, termin¨® bajo el manto de la pareja de l¨ªderes sindicales Luis Barrionuevo y Graciela Cama?o en su ciudad natal. Mientras sus padrinos pol¨ªticos sumaban cargos en los albores del 2000, su ascenso en el funcionariato peronista fue imparable.
En 1999, a los 27 a?os, Massa fue elegido diputado provincial en Buenos Aires. Dos a?os m¨¢s tarde, y tras la crisis que vio desfilar a cinco presidentes en 11 d¨ªas en diciembre de 2001, el interino Eduardo Duhalde lo design¨® al frente de la administraci¨®n de la Seguridad Social (ANSES), cargo en el que N¨¦stor Kirchner lo revalid¨® tras ganar las elecciones de 2003 y que ejerci¨® hasta 2007. Como encargado de los subsidios y las asignaciones durante la etapa de bonanza del kirchnerismo, Massa impuls¨® la jubilaci¨®n anticipada para desocupados y consigui¨® aumentos en las pensiones cuando m¨¢s se las necesitaba: tras el estallido de 2001, la desocupaci¨®n en Argentina lleg¨® a superar el 20%.
Fiel a N¨¦stor Kirchner, Massa hab¨ªa renunciado a asumir como diputado nacional tras las elecciones de 2005 para quedarse frente a la ANSES. Solo se anim¨® a dejar el cargo en 2007, cuando gan¨® las elecciones como intendente de Tigre, un municipio de la periferia norte de Buenos Aires levantado sobre los humedales que conectan el R¨ªo de La Plata con el Paran¨¢. Victorioso contra la inseguridad y la desigualdad que en esta zona del pa¨ªs es la frontera entre el barrio cerrado y la barriada sin cloacas ni electricidad, dej¨® el cargo tras un a?o en el poder. Respond¨ªa al llamado de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner.
Presidenta desde que sucedi¨® a su marido en 2007, Fern¨¢ndez de Kirchner lo busc¨® para reemplazar a Alberto Fern¨¢ndez como jefe de Ministros. En 2008, tras m¨¢s de 100 d¨ªas de huelgas en el sector agropecuario por las retenciones en las importaciones que desgastaron al gobierno, Massa volvi¨® a la pol¨ªtica nacional en una decisi¨®n celebrada por el peronismo nacional. Su nombre era garant¨ªa de mesura y consenso, pero el romance dur¨® apenas un a?o.
Como peronista disidente, Massa se convirti¨® en el mayor enemigo de Cristina Kirchner. En 2013, venci¨® al oficialismo en las elecciones para renovar el Congreso y fren¨® una reforma constitucional auspiciada por la presidenta. Para entonces, la militancia juvenil kirchnerista se acordaba de su nombre en cada concentraci¨®n callejera al grito de ¡°traidor¡±. Con la popularidad por los aires, Massa form¨® una alianza de l¨ªderes regionales del peronismo, el Frente Renovador, que durante unos pocos meses de 2015 son¨® como favorita para las presidenciales. Massa, que ten¨ªa entonces 43 a?os, termin¨® tercero detr¨¢s de Daniel Scioli, el candidato elegido para suceder a Kirchner, y el liberal Mauricio Macri, que termin¨® ganando la presidencia por tres puntos en segunda vuelta.
¡°Yo no quiero que gane Daniel Scioli¡±, lleg¨® a decir Massa durante el desempate, bien enterado de que sus m¨¢s de cinco millones de votos (el 21,4% del electorado) lo convert¨ªan en ¨¢rbitro de la elecci¨®n que puso fin a 12 a?os de kirchnerismo. Massa jam¨¢s apoy¨® directamente a Macri, pero el flirteo fue otra oportunidad. En enero de 2016, apenas iniciado el Gobierno macrista, Massa acompa?¨® al nuevo presidente al foro econ¨®mico de Davos, c¨®nclave de la ¨¦lite pol¨ªtica y empresarial al que un mandatario argentino no asist¨ªa desde los inicios del kirchnerismo. Macri lo postul¨® como el nuevo l¨ªder de la oposici¨®n en un mensaje indirecto a Kirchner y Massa jug¨® su carta de constructor de consensos. ¡°Fui para decirle al mundo que empezaba una nueva etapa¡±, cont¨® a este peri¨®dico a?os despu¨¦s. ¡°En el viaje de vuelta, le plante¨¦ al presidente que era el momento de construir un acuerdo econ¨®mico y social. Me dijo: ¡®Gan¨¦ yo, gobierno yo¡¯. Esa soberbia, esa mezquindad, lo ¨²nico que ha hecho es encerrar a la Argentina en esto que nos pasa hoy¡±, cont¨® Massa en esa entrevista de 2019, casi un mes antes de volver a pactar con Cristina Kirchner para enterrar la presidencia de Macri.
El intervalo macrista, con una oposici¨®n a¨²n liderada por Cristina Kirchner, dej¨® a Massa con el anhelo de que su ¡°tercera v¨ªa¡± todav¨ªa tendr¨ªa un futuro en la Casa Rosada. Pero la estrategia sucumbi¨® en 2019, v¨ªctima de la polarizaci¨®n. La mitad del pa¨ªs no soportaba la idea de que Macri tuviese un segundo mandato; la otra mitad tem¨ªa el regreso de Cristina. Massa vio entonces otra oportunidad: abanderarse detr¨¢s de la ira contra el Gobierno liberal y volver con sus diputados al Congreso bajo el paraguas del Frente de Todos, la coalici¨®n peronista que llevaba a Alberto Fern¨¢ndez como candidato a presidente y a Kirchner a la vicepresidencia.
Tras casi tres a?os en el segundo plano de la coalici¨®n, Massa salta ahora a la trinchera del Frente de Todos mientras la olla de presi¨®n de la crisis argentina chasquea en el fuego. La inflaci¨®n anual amenaza en el umbral del 90% para 2022 y el peso se ha desplomado por encima del 40% frente al d¨®lar informal que impone los precios en la calle. El pol¨ªtico con fama de gestor eficaz se pone frente al ministerio m¨¢s convulso. Si sobrevive al cargo, tendr¨¢ una nueva oportunidad en las presidenciales de 2023. Si fracasa, ser¨¢ tambi¨¦n una derrota de todo el Gobierno.
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