Argentina, nada est¨¢ dicho todav¨ªa

En la Argentina, la manzana no cae del ¨¢rbol; asciende a los cielos. Esa fue la sensaci¨®n que compartieron este domingo millones de ciudadanos argentinos. Porque en un pa¨ªs donde la inflaci¨®n es del 140% anual, el 40% de la poblaci¨®n se encuentra por debajo de la l¨ªnea de la pobreza, el d¨®lar trepa a los 1.000 pesos y la econom¨ªa cae 3,3% anual, el candidato oficialista gan¨® la elecci¨®n y qued¨® a un paso de ganar la presidencia. Y sus rivales hicieron hasta lo imposible por ayudarlo, aunque todav¨ªa no est¨¢ todo dicho.

Cuesta creerlo. La combinaci¨®n de esas variables econ¨®micas y sociales ser¨ªa letal para las aspiraciones electorales del candidato oficialista en cualquier pa¨ªs del mundo. Pero no en Argentina, donde el resultado de las urnas resulta a¨²n m¨¢s inveros¨ªmil porque el postulante del Gobierno, Sergio Massa, es el ministro de Econom¨ªa desde hace m¨¢s de un a?o. Deber¨ªa ser, en otras palabras, el funcionario m¨¢s vilipendiado del pa¨ªs. Pero no en la Argentina.

Massa gan¨® por m¨¦ritos propios ¡ªes un tibur¨®n pol¨ªtico que se mueve con much¨ªsima astucia en las aguas m¨¢s profundas¡ª y cont¨® adem¨¢s con dos aliados decisivos para ganar la primera vuelta: Javier Milei y Patricia Bullrich. Ambos boicotearon sus propias aspiraciones de manera tan consistente como met¨®dica. Flojos en los debates presidenciales, envueltos en discusiones innecesarias, dividieron el voto opositor.

?Est¨¢ todo dicho? Claro que no. De aqu¨ª al 19 de noviembre, cuando los argentinos volveremos a las urnas para definir qui¨¦n ingresar¨¢ a la Casa Rosada el 10 diciembre, tanto Massa como Milei se disputar¨¢n al 33% del electorado que no los vot¨®. Ser¨¢n cuatro semanas intensas que incluir¨¢n un debate entre ambos y en las que mucho estar¨¢ en el aire. ?Lograr¨¢ Massa contener el d¨®lar y la inflaci¨®n? ?Podr¨¢ atraer a los votantes m¨¢s progresistas de Juntos por el Cambio y a los de la izquierda? ?Lograr¨¢ Milei aquietar los temores que levanta a su paso por su estabilidad ps¨ªquica, la endeblez de su equipo y mucho m¨¢s? ?Podr¨¢ seducir a los suficientes votantes de Juntos por el Cambio para ganar?

Queda claro, pues, que el futuro de Massa, Milei y, por encima de todo, de la Argentina depender¨¢ en gran medida de aquellos ciudadanos que votaron este domingo a Juntos por el Cambio (alrededor del 23,8%) y en menor medida de los votantes del cordob¨¦s Juan Schiaretti (6,8%) o de la izquierdista Myriam Bregman (2,7%).

Tanto Massa como Milei le dedicaron a ese electorado que les fue renuente largos tramos de los discursos que dieron el domingo por la noche. El oficialista le habl¨® a los indecisos y convoc¨® ¡°a un Gobierno de unidad nacional¡±; el libertario, a aquellos que quieren m¨¢s libertad y dejar atr¨¢s al populismo. ¡°Todos los que queremos un cambio tenemos que trabajar juntos¡±, dijo.

Alg¨²n d¨ªa, adem¨¢s, habr¨¢ tiempo para analizar todo lo que Juntos por el Cambio hizo mal durante el ¨²ltimo a?o. Porque el espacio que aglutina al PRO de Mauricio Macri, Bullrich y Horacio Rodr¨ªguez Larreta, y a la Uni¨®n C¨ªvica Radical, entre otras fuerzas, pas¨® hace un a?o de dar por descontada la victoria a quedar anoche en tercer lugar, golpeado y desnortado. Deber¨¢ esforzarse, y mucho, para que este no sea su final.

Bullrich jam¨¢s logr¨® transmitir un mensaje que atrajera al electorado, al que empez¨® por prometerle apenas que terminar¨ªa con el kirchnerismo y termin¨® como el jam¨®n del s¨¢ndwich, entre Milei, por la derecha, y Massa, por el centro y la izquierda. Y ni siquiera alcanz¨® su prop¨®sito m¨¢s b¨¢sico porque el kirchnerismo retuvo la provincia de Buenos Aires, el distrito m¨¢s populoso y m¨¢s rico del pa¨ªs. El gobernador Axel Kicillof orill¨® el 45% de los votos, con m¨¢s de 18 puntos porcentuales de distancia del rival m¨¢s cercano.

Pero esa es otra historia. Ahora colisionar¨¢n dos visiones muy distintas. Massa, que hab¨ªa quedado tercero en las primarias de agosto, buscar¨¢ mostrarse como un tren cuya pr¨®xima estaci¨®n es la Casa Rosada. Y Milei, que hab¨ªa quedado primero y hasta se ilusionaba con ponerse la banda presidencial sin pasar por una segunda vuelta, buscar¨¢ encarnar a toda la oposici¨®n. Ser¨¢n cuatro semanas de v¨¦rtigo en el pa¨ªs donde la manzana asciende a los cielos.

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