La Plaza de Mayo recibe al presidente Milei al grito de ¡°?Libertad!¡± y ¡°?Motosierra!¡±
El nuevo mandatario de ultraderecha rompe la tradici¨®n de hablar ante el parlamento para darse el primer gran ba?o de masas de su Gobierno. ¡°No hay soluci¨®n alternativa al ajuste¡±, advierte
¡°?Libertad!, ?Libertad!, ?Libertad!¡±, se escuch¨® este domingo a mediod¨ªa en las puertas del Congreso argentino y la Plaza de Mayo. Javier Milei acababa de ser ungido como el octavo presidente electo de una democracia que este domingo cumpl¨ªa 40 a?os, y empez¨® a romper tradiciones minutos despu¨¦s. El ultraderechista recibi¨® el bast¨®n de mando de manos del peronista Alberto Fern¨¢ndez, se neg¨® a hablar frente a los diputados, y sali¨® a una plaza abarrotada para dirigirse a los argentinos.
¡°?Hola a todos!¡±, rugi¨® desde la garganta y la plaza estall¨® en aplausos; ¡°?Nos han arruinado la vida!¡±, exclam¨®, y la gente le contest¨®: ¡°?Ladrones, hijos de puta!¡±; ¡°No hay soluci¨®n alternativa al ajuste¡±, dijo, y augur¨® pobreza, hambre y hasta hiperinflaci¨®n. Los argentinos que fueron a celebrar a su nuevo presidente escucharon el augurio de un tiempo dif¨ªcil en completo silencio.
La plaza del Congreso estaba abarrotada. Hasta all¨ª llegaron adolescentes vestidos de gala que hab¨ªan votado por primera vez con 17 a?os. Una maestra jubilada de una provincia basti¨®n del peronismo, que se quejaba de que su Formosa natal era ¡°la Cuba de Argentina¡±. Un trabajador de seguridad privada sin empleo, que hab¨ªa fabricado una motosierra, s¨ªmbolo del ajuste del presidente, o una madre con su hija quincea?era que ped¨ªa ¡°frenar la inseguridad¡± para que la joven ¡°no abandone el pa¨ªs¡±. Banderas de Israel, de Bolivia, de Paraguay y de Brasil ondeadas por trabajadores y estudiantes. J¨®venes americanos, franceses y brit¨¢nicos, trabajadores n¨®madas o de intercambio estudiantil, con d¨®lares y la curiosidad en llamas. Familias rusas reci¨¦n llegadas, con hijos nacidos en el pa¨ªs y la nacionalidad fresca. Todos habitantes de un pa¨ªs al que el flamante presidente propuso ¡°libertad¡± para ¡°salir de la pobreza¡± y ¡°un Estado que no dirija nuestras vidas¡±.
Bajo un sol de verano intenso, Laureano, Agust¨ªn y Mateo, todos de 17 a?os, llegaron al Congreso sobre las 10 de la ma?ana. Iban de camisa, americana y pantal¨®n pinzado para celebrar la asunci¨®n de su presidente. ¡°Votamos por primera vez este a?o. Yo quer¨ªa a alguien distinto porque con el peronismo o con Mauricio Macri solo tuvimos miserias¡±, resumi¨® el primero. ¡°Milei se est¨¢ haciendo casta, digamos, porque va a pactar con todos¡ pero as¨ª construye la unidad nacional que otros prometieron y no pudieron¡±.
F¨¢tima, maestra jubilada de 63 a?os, afirm¨® que solo vot¨® a Milei para vencer al peronismo en segunda vuelta, que no vino a celebrar a Milei, que estaba ¡°celebrando la fiesta de la democracia¡±. Oriunda de Formosa, una de las tres provincias que mantuvo su voto peronista en las pasadas elecciones, afirm¨® que celebraba ¡°el fin de la corrupci¨®n¡±. ¡°Mi provincia es la Cuba argentina¡±, dijo, ¡°all¨¢ la mayor¨ªa somos pobres y los pocos ricos son muy ricos¡±.
Del otro lado de la Avenida de Mayo, cientos de seguidores que esperaban a Milei frente al palacio de Gobierno escuchaban en las pantallas gigantes al presidente. Se refugiaban bajo la sombra de los ¨¢rboles. Escuchaban en silencio al mandatario, que dec¨ªa que la ¡°herencia¡± que recibe del Gobierno saliente no puede ser ¡°peor¡± y enumeraba los problemas macroecon¨®micos que lastrar¨¢n a su Administraci¨®n: emisi¨®n descontrolada, d¨¦ficit fiscal, control de cambios, altas tasas de inter¨¦s, bajo nivel de actividad, alta inflaci¨®n¡ ¡°No hay alternativa al shock y al ajuste¡±, zanj¨®, y por si hab¨ªan quedado dudas del mensaje que quer¨ªa transmitir, aclar¨®: ¡°No hay plata¡±.
Silvina Di Vito, de 47 a?os, era una de las que lo escuchaba en la sombra. Esta acompa?ante terap¨¦utica dej¨® la escuela a los 12 a?os y trabaj¨® desde entonces sin parar, cont¨®. ¡°No le tengo miedo al ajuste porque viv¨ª ajustada toda mi vida. A m¨ª no me van a quitar nada. Al contrario: me da esperanzas de vivir mejor¡±, explic¨®. Despu¨¦s, cuando Milei empez¨® a recitar, como suele hacer, esa definici¨®n del liberalismo que dice que es ¡°el respeto irrestricto del proyecto de vida del pr¨®jimo, basado en el principio de no agresi¨®n, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad¡¡±, Di Vito sinti¨® euforia, esperanza, emoci¨®n: ¡°Es lindo ser parte de esto¡±.
Milei termin¨® su discurso y se subi¨® a un descapotable con su hermana peque?a, Karina Milei, su estratega y mayor compa?¨ªa a la que apoda El Jefe. Recorrieron juntos los dos kil¨®metros hasta la Casa Rosada, la sede del Ejecutivo, donde Milei se reunir¨ªa horas despu¨¦s con los l¨ªderes extranjeros que llegaron a Buenos Aires a saludarlo: el ucraniano Volod¨ªmir Zelenski, el chileno Gabriel Boric, el paraguayo Santiago Pe?a o el rey Felipe VI de Espa?a. Tambi¨¦n lo arroparon sus compa?eros de la ultraderecha mundial: el h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n, el brasile?o Jair Bolsonaro y el espa?ol Santiago Abascal, de Vox.
Pegados a las vallas lo esperaban, todav¨ªa en silencio, sus seguidores. No hab¨ªa bombos ni trompetas. El nuevo mandatario pas¨® delante de ellos y sus seguidores se encendieron al grito de ¡°?Argentina, Argentina!¡±. Milei accedi¨® a la Casa Rosada por primera vez como presidente. Desde un costado, uno de sus seguidores esperaba todav¨ªa m¨¢s de ese momento hist¨®rico: ¡°?Va a salir al balc¨®n, no? Como Per¨®n¡±.
Sali¨® dos horas despu¨¦s. Desde el balc¨®n m¨¢s famoso del pa¨ªs, exclam¨® el grito que lo llev¨® de an¨®nimo a presidente de la naci¨®n en ocho a?os: ¡°?Viva la libertad, carajo!¡±.
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