A un a?o de ganar en Qatar, Argentina conmemora la fiesta colectiva m¨¢s grande de su historia
Millones de personas se lanzaron a las calles de Buenos Aires el 20 de diciembre del a?o pasado para celebrar la tercera estrella. El aniversario coincide con la primera protesta contra Milei
La Argentina actual, con m¨¢s del 40% de su poblaci¨®n por debajo de la l¨ªnea de la pobreza, una inflaci¨®n anual que en 2023 superar¨¢ el 170% y con la presidencia reci¨¦n estrenada del ultraderechista Javier Milei, tiene mayores necesidades y urgencias que recurrir a las efem¨¦rides, esa rama del ¨¢rbol de la nostalgia. Pero hay una excepci¨®n: que el aniversario implique el recordatorio de los d¨ªas m¨¢s felices del pa¨ªs en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Si la naci¨®n futbolera, o sea una porci¨®n grande de la sociedad, celebr¨® este lunes el primer a?o de la final del Mundial Qatar 2022 ¡ªlos canales deportivos retransmitieron el partido contra Francia en el que la ¡°Albiceleste¡± gan¨® su tercera Copa del Mundo y los jugadores, con Lionel Messi a la cabeza, escribieron posteos evocatorios en sus redes sociales¡ª, la conmemoraci¨®n de este mi¨¦rcoles ser¨¢ por el primer aniversario de un suceso aun m¨¢s extraordinario.
El 20 de diciembre de 2022, dos d¨ªas despu¨¦s de que Messi entrara en Doha al pante¨®n de semidioses argentinos, una multitud imposible de calcular pero estimada en cinco millones de personas se lanz¨® a las calles de Buenos Aires y su periferia para intentar ver, aunque sea a la distancia, al ¨®mnibus descapotable en el que los campeones se desplazaban tras su regreso al pa¨ªs. En la Argentina no se recuerdan congregaciones similares, al menos para festejar un triunfo deportivo, eso que en el significado de Am¨¦rica Latina se acerca mucho a una reivindicaci¨®n nacional. El 20 de diciembre podr¨ªa pasar a ser una fecha declarada ¡°D¨ªa del hincha argentino¡± si en los pr¨®ximos meses prospera una reciente idea de la Asociaci¨®n del F¨²tbol Argentino (AFA). La moci¨®n ya fue presentada en el Congreso nacional ¡ªcada club festeja su propio ¡°D¨ªa del hincha¡±¡ª y espera tratamiento.
Aquella explosi¨®n de endorfinas colectivas act¨²a, adem¨¢s, como una burbuja de felicidad en un pa¨ªs con los pelos de punta. El primer aniversario de la movilizaci¨®n m¨¢s festiva, este mi¨¦rcoles, tendr¨¢ un contraste enorme en las calles. Esta vez, las movilizaciones sobre el asfalto c¨¦ntrico de Buenos Aires no ser¨¢n de festejos sino de protestas. ¡°El 20 de diciembre comienza la lucha contra el ajuste de la motosierra contra el hambre¡±, advirtieron dirigentes piqueteros, sindicales y de Derechos Humanos que marchar¨¢n hoy en contra de las flamantes medidas econ¨®micas de Milei, el presidente que enfrentar¨¢ su primer desaf¨ªo callejero. La tensi¨®n es tal que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunci¨® un protocolo que proh¨ªbe los cortes de calles que coarten la libre circulaci¨®n.
Si hace un a?o la Plaza de Mayo, uno de los centros de reuni¨®n ic¨®nicos de los argentinos frente a la Casa Rosada, se colm¨® de hinchas que esperaron ¡ªen vano¡ª la llegada de los campeones del mundo, para este mi¨¦rcoles se esperan miles de personas en el mismo lugar. La fecha parece se?alada en rojo para grabar la historia reciente del pa¨ªs.
Otro 20 de diciembre, pero de 2001, la represi¨®n policial y el asesinato de decenas de manifestantes en el resto del centro porte?o marcaron con sangre el final de la presidencia de Fernando De la R¨²a, que escap¨® de la Casa de Gobierno en helic¨®ptero. En 2022, en cambio, los helic¨®pteros que volaron por encima de la multitud celebratoria transportaban a los futbolistas que no hab¨ªan podido llegar por tierra a la Plaza de Mayo ni al Obelisco porque les resultaba imposible. Con las calles copadas por los hinchas, la soluci¨®n fue que la selecci¨®n dejara el ¨®mnibus y ensayara una vuelta ol¨ªmpica por aire.
La relaci¨®n entre Argentina y el f¨²tbol es umbilical desde comienzos del siglo XX pero nunca hab¨ªa tenido ¡ªni posiblemente tendr¨¢¡ª un d¨ªa tan excepcional como hoy hace un a?o. Si la ¡°Albiceleste¡± lleva cosidas tres estrellas en su camiseta, las Copas del Mundo son una competencia cuatrienual y los estadios se convirtieron en escenarios cada vez m¨¢s exclusivos, el 20 de diciembre de 2022 marc¨® el regreso del f¨²tbol a la calle, al llano, sin divisiones econ¨®micas, sociales ni pol¨ªticas: los jugadores y los hinchas unidos al final de un Mundial que pareci¨® haber tenido dos sedes, jugado en Qatar y vivido en Argentina.
Tras el primer t¨ªtulo de la Albiceleste en el Mundial 1978, organizado en una Argentina en dictadura, la segunda estrella lleg¨® en 1986. Al d¨ªa siguiente de que Diego Maradona levantara la Copa en M¨¦xico, una multitud se agolp¨® para recibir a los campeones en el aeropuerto de Ezeiza, a 30 kil¨®metros de Buenos Aires. El ¨®mnibus que deb¨ªa trasladar a los jugadores hacia la Plaza de Mayo y la Casa Rosada, en donde el presidente Ra¨²l Alfons¨ªn los esperaba, demor¨® siete horas para cumplir un trayecto que suele hacerse en 40 minutos. Incluso, ante la aglomeraci¨®n popular, el veh¨ªculo debi¨® cambiar de ruta y avanz¨® por un camino alternativo, pero finalmente lleg¨® a su destino. En 2022 no hubo forma.
El valor deportivo de las tres estrellas es el mismo pero un c¨²mulo de factores se alinearon para que la de 2022 haya convergido en la mayor comuni¨®n entre jugadores e hinchas. Un f¨²tbol menos masculino que en las d¨¦cadas anteriores ¡ªtodav¨ªa machista, pero con m¨¢s participaci¨®n de mujeres y de ni?os que entonces¡ª, un Mundial con temperaturas calurosas que invitaban a salir a la calle ¡ªuna atipicidad para los pa¨ªses del hemisferio sur¡ª, una generaci¨®n de j¨®venes que al fin consagr¨® a los h¨¦roes de su tiempo, la canonizaci¨®n de Messi, los dispositivos electr¨®nicos que ayudaron a contagiar la alegr¨ªa y desperdigarla por todo el pa¨ªs con la multiplicaci¨®n de virales y de memes y, por supuesto, la necesidad de festejar de un pa¨ªs en crisis. La Copa Am¨¦rica ganada en Brasil en 2021 ya hab¨ªa actuado como un final simb¨®lico para una pandemia larga y dolorosa: el primer t¨ªtulo de Argentina en 28 a?os, tras la Copa Am¨¦rica 1993, inaugur¨® una relaci¨®n qu¨ªmica entre los ¡°pibes¡± y la selecci¨®n de Lionel Scaloni.
El 20 de diciembre de 2022, Messi festej¨® arriba del ¨®mnibus como cualquier otro muchacho argentino: con una jarra de Fernet y gaseosa cola, una mezcla de mediana graduaci¨®n alcoh¨®lica muy habitual en el pa¨ªs. M¨¢s vasos de champagne, vino y cerveza se pasaron de mano en mano entre el resto de los jugadores y el cuerpo t¨¦cnico, mientras los hinchas m¨¢s cercanos al aeropuerto ten¨ªan la suerte de llegar al pie o al costado del transporte.
A paso de tortuga, la selecci¨®n avanz¨® un pu?ado de kil¨®metros por la autopista Ricchieri, en territorio de la provincia de Buenos Aires y, apenas antes de entrar a la Capital Federal, se desvi¨® hacia una dependencia estatal en donde hab¨ªa helic¨®pteros. Sin protector solar, y despu¨¦s de varias horas de lenta procesi¨®n, los jugadores ya ten¨ªan su piel enrojecida y quedaba claro que no podr¨ªan seguir avanzando. Incluso su seguridad peligraba: un par de muchachos ¡ªan¨®nimos, de los que nunca se supo el nombre¡ª se lanzaron desde un puente hasta el techo del colectivo.
Los millones de argentinos que esperaban en la Plaza de Mayo, el Obelisco y la ruta que se supon¨ªa que tomar¨ªa el ¨®mnibus ya no podr¨ªan ver a Messi y los suyos, pero nada opac¨® una fecha convertida en un par¨¦ntesis de felicidad a resguardo de la crisis, tambi¨¦n en su primer aniversario.
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