H¨¦ctor Olivera: ¡°?C¨®mo era posible que se hubiera fusilado a troche y moche y no hubiera trascendido?¡±
A 50 a?os del estreno de ¡®La Patagonia rebelde¡¯, un hito para el cine argentino, el director rememora la gestaci¨®n de su pel¨ªcula y la lucha que libr¨® para poder exhibirla
¡°Tal vez puedan decir que fui un militar sanguinario, pero jam¨¢s podr¨¢n decir que fui un militar desobediente¡±, dice el personaje interpretado por H¨¦ctor Alterio en La Patagonia rebelde, el oficial que comand¨® el fusilamiento de un millar de trabajadores en huelga. Estrenada en 1974, la pel¨ªcula celebra este a?o su 50? aniversario y esa l¨ªnea pronunciada por Alterio hoy se percibe como una inquietante premonici¨®n del terrorismo de Estado que entonces se preparaba para asolar Argentina durante la dictadura militar (1976-1983). H¨¦ctor Olivera (Buenos Aires, 1931), el director de la pel¨ªcula, recuerda cada detalle de la filmaci¨®n, de la lucha que implic¨® poder exhibir la obra en un pa¨ªs convulsionado, de la censura que la obtur¨® durante una d¨¦cada, hasta que fue reivindicada tras la restauraci¨®n de la democracia, hasta convertirse en una pieza clave para el cine argentino. ¡°?C¨®mo era posible que se hubiera fusilado a troche y moche a obreros rurales y que no hubiera trascendido?¡±, cuenta que se pregunt¨® cuando conoci¨® los hechos ocurridos en la provincia de Santa Cruz.
Memorioso y locuaz a los 93 a?os, risue?o pese los problemas de vista que lo contrar¨ªan, Olivera habla c¨®modamente instalado en un sill¨®n de su departamento, en el barrio porte?o de Palermo. Lo rodean sus libros, sus cuadros, sus premios, entre ellos el Oso de Plata que el Festival de Cine de Berl¨ªn le dedic¨®, tambi¨¦n hace medio siglo, a La Patagonia rebelde. A esas distinciones sumar¨¢ el t¨ªtulo de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, que recibir¨¢ en el marco del Festival Internacional de Cine de la UBA, homenaje a una trayectoria que incluye 23 pel¨ªculas dirigidas, entre ellas No habr¨¢ m¨¢s penas ni olvidos (1983) y La noche de los l¨¢pices (1986).
Pregunta: ?Cu¨¢ndo supo que el cine era su vocaci¨®n?
Respuesta: A los 15 a?os, un d¨ªa que no hab¨ªa clases en el Liceo Militar, mi mam¨¢, que era vestuarista, me llev¨® a una filmaci¨®n. Fuimos a los estudios Baires, estaban filmando una pel¨ªcula sobre [Franz] Schubert, ambientada en la Viena del 1800. Cuando se abre el port¨®n, veo toda esa magia: carpinteros levantando el decorado, iluminadores, actores con sus ropajes de ¨¦poca, la utiler¨ªa... Y de repente se escucha un grito desde la otra punta del estudio: ¡°?silencio, vamos a filmar!¡± De inmediato se hace silencio. ¡°?Luz!¡±, dice el director y las luces se encienden, y la magia es mayor. ¡°?C¨¢mara, anda!¡±, dice el cameraman. Entra el pizarrero y despu¨¦s los actores hacen su escena. Yo estaba embelesado y cuando salgo del estudio, digo: quiero estar ah¨ª adentro. Tuve la gran suerte de tener una pasi¨®n, una vocaci¨®n temprana, con mucha ansiedad por aprender.
A los 17 a?os Olivera ya estaba trabajando como pizarrero, despu¨¦s fue ayudante y asistente de direcci¨®n. ¡°Eran todas pel¨ªculas en blanco y negro¡±, recuerda. A trav¨¦s de su madre, conoci¨® al director Fernando Ayala (1920-1997), con quien tejer¨ªa una larga relaci¨®n afectiva, art¨ªstica y empresaria. Juntos, en 1956 crearon la productora Aries, un hito en la historia del cine argentino. Dos a?os despu¨¦s, estrenaban su primera pel¨ªcula El jefe, dirigida por Ayala y producida por Olivera, basada en un relato de David Vi?as (1927-2011). ¡°Con David nos hicimos muy amigos. ?l era comunista abiertamente y jam¨¢s hizo nada propio de un burgu¨¦s. Fernando Ayala era un burgu¨¦s en todo sentido y yo estaba aprendiendo a serlo¡±, sonr¨ªe Olivera.
P: En Aries conviv¨ªan pel¨ªculas claramente comerciales con otras de mayor compromiso art¨ªstico, ?c¨®mo lo conciliaban?
R: Despu¨¦s de El jefe siguieron El candidato, Paula cautiva, Primero yo, Con gusto a rabia, con Alfredo Alc¨®n y Mirta Legrand... Eran pel¨ªculas que gustaban, pero no ten¨ªan el ¨¦xito suficiente para cubrir costos. Nos est¨¢bamos endeudando, r¨¢pidamente eso se convirti¨® en una bola de nieve de intereses... Un d¨ªa por la calle Chile vi un cartelito que dec¨ªa ¡°hotel alojamiento¡±. Daniel Tinayre hab¨ªa hecho La cigarra no es un bicho y hab¨ªa sido un ¨¦xito colosal, no por la trama sino porque todo ocurr¨ªa en h?tel muebl¨¦, como se dec¨ªa en esa ¨¦poca, un ¡°telo¡±. Le dije a Fernando Ayala, que era un director de clase: mirate al espejo y decile a tu imagen ¡°yo a vos no te conozco¡±. A tus familiares, amigos y sobre todo a los cr¨ªticos no los escuches, porque vas a hacer la pel¨ªcula reidera m¨¢s fuerte del cine argentino: Hotel alojamiento. Se estren¨® en 1966 y estuvo 22 semanas en cartel, fue un ¨¦xito total. A partir de ah¨ª naci¨® una Aries que nos ense?¨® algo: no pod¨¦s hacer solo lo que a vos se te da la gana, tambi¨¦n ten¨¦s que hacer un poco de lo que se le da la gana al p¨²blico.
La principal consecuencia de ese aprendizaje fueron los 36 largometrajes que produjeron para los c¨®micos Alberto Olmedo y Jorge Porcel. ¡°Fue una fuente de ingresos extraordinaria¡±, dice.
Despu¨¦s de estrenarse como director con Psexoan¨¢lisis (1968), despu¨¦s de dar un paso adelante con Las venganzas de Beto S¨¢nchez (1973), Olivera se embarcar¨ªa en su sexta pel¨ªcula, una obra primordial para el cine pol¨ªtico del pa¨ªs: La Patagonia rebelde, la historia real de la lucha de trabajadores rurales de Santa Cruz por sus salarios y sus condiciones de trabajo, entre 1920 y 1922, que termin¨® con m¨¢s de un millar de obreros asesinados por el Ej¨¦rcito.
P: ?C¨®mo surgi¨® su inter¨¦s por esos hechos?
R: Cuando le¨ª Los vengadores de la Patagonia tr¨¢gica, el libro de Osvaldo Bayer (1927-2018). Yo me consideraba una persona conocedora de historia, ?c¨®mo era posible que se hubiera fusilado a troche y moche a obreros rurales y que no hubiera trascendido? En ese momento hab¨ªan pasado 50 a?os de los hechos y no se sab¨ªa nada de eso p¨²blicamente. Basados en el libro, hicimos el guion con Bayer, Ayala y tambi¨¦n particip¨® aportando ideas David Vi?as.
La pel¨ªcula ¡ªque tendr¨ªa como protagonistas a H¨¦ctor Alterio, Federico Luppi, Jos¨¦ Pepe Soriano y Luis Brandoni, entre otros¡ª se gest¨® en 1973, durante la ¡°primavera camporista¡±, el per¨ªodo democr¨¢tico que tuvo a H¨¦ctor C¨¢mpora como presidente tras siete a?os de dictadura, y se rod¨® ya con Juan Per¨®n en la Casa Rosada, de regreso al pa¨ªs despu¨¦s de 18 a?os de proscripci¨®n.
P: ?C¨®mo fue el rodaje en Santa Cruz?
R: Hubo alg¨²n problemita interno pero fuera de eso, sali¨® muy bien. Fuimos a Santa Cruz en enero del 74, y tardamos unas cuatro semanas en filmar lo que quer¨ªamos, en la extensi¨®n del ferrocarril que sale de Puerto Deseado hacia la Cordillera. En la estaci¨®n de Jaramillo filmamos el enfrentamiento a tiros entre militares y obreros. Tambi¨¦n filmamos en R¨ªo Gallegos, en R¨ªo Turbio. Cuando volv¨ª a Buenos Aires para seguir filmando, en los primeros d¨ªas de febrero, mis socios me dijeron que ten¨ªa que terminar cuanto antes: se nos muere Per¨®n y sin Per¨®n la pel¨ªcula no sale. Les dije que no pod¨ªa acelerar la filmaci¨®n, pero me compromet¨ª a empezar a editar. As¨ª que la pel¨ªcula se filmaba de d¨ªa y se editaba de noche. La termin¨¦ a fines de marzo, con la lengua afuera.
P: ?Los tr¨¢mites para poder exhibir la pel¨ªcula fueron problem¨¢ticos desde el primer momento?
R: La presentamos en el Instituto de Cinematograf¨ªa y, a los dos d¨ªas, el comandante del Ej¨¦rcito, general Leandro Anaya [cuyo t¨ªo, Elbio Anaya, hab¨ªa participado de la represi¨®n a los obreros patag¨®nicos] mand¨® una intimaci¨®n diciendo que la pel¨ªcula no se pod¨ªa calificar y, si no ten¨ªa calificaci¨®n, ning¨²n cine la pod¨ªa exhibir. Pasamos dos meses terribles Ayala y yo haciendo todo lo posible para que se levantara esa prohibici¨®n. Me fui a Nueva York con una copia, para mostr¨¢rsela al secretario de Prensa de la Naci¨®n, Emilio Abras, que estaba all¨¢. Y, adem¨¢s, para poner a salvo un rollo, porque no sab¨ªamos qu¨¦ pod¨ªa pasar ac¨¢... Pero no consegu¨ªamos nada. Terminamos el mes de mayo frustrados. Hasta que el 1? de junio el director del Ente de Calificaci¨®n Cinematogr¨¢fica me dice que la pel¨ªcula est¨¢ autorizada. ?C¨®mo? ¡°Est¨¢ autorizada, no jodan m¨¢s y anuncien el estreno.¡±
P: ?C¨®mo lo consiguieron?
R: Muchos a?os despu¨¦s nos enteramos qu¨¦ hab¨ªa pasado. Uno de los m¨¦dicos que hac¨ªan guardia en la residencia presidencial de Olivos cont¨® que una tarde Per¨®n le pidi¨® que lo acompa?ara a ver una pel¨ªcula. Y vieron La Patagonia rebelde. En varios momentos de la proyecci¨®n, cont¨® el m¨¦dico, Per¨®n dec¨ªa ¡°fue as¨ª, fue as¨ª¡±. Cuando salieron de la sala, Per¨®n lo tom¨® del brazo y le coment¨® que la pel¨ªcula estaba muy bien, pero que no se pod¨ªa estrenar, no se pod¨ªa dar esa imagen del Ej¨¦rcito. Pero unos d¨ªas despu¨¦s cambi¨® de idea. ?Qu¨¦ hab¨ªa pasado? El general Anaya hab¨ªa declarado que ¡°la tropa ej¨¦rcito est¨¢ sometida solamente a los mandos naturales¡±. A Per¨®n le molest¨® mucho esa frase y lo llam¨® al secretario de Prensa: ¡°?C¨®mo se llama esa pel¨ªcula que lo jodi¨® a Anaya? ?Que se d¨¦ en todas las salas del pa¨ªs!¡±, le dijo.
La Patagonia rebelde se estren¨® el 14 de junio de 1974 y dos semanas m¨¢s tarde mor¨ªa Per¨®n. ¡°Tuvo ¨¦xito y buena cr¨ªtica, pero no tuvo abundancia de p¨²blico, en parte porque hab¨ªa versiones de que iban a poner bombas en los cines¡±, dice Olivera. La pel¨ªcula pudo proyectarse durante unos tres meses hasta que fue censurada. El contexto pol¨ªtico y social era opresivo, el preludio de una nueva dictadura. Ese mismo a?o, la organizaci¨®n parapolicial anticomunista Triple A dirigi¨® una amenaza a la Asociaci¨®n Argentina de Actores, apuntando a numerosas personas del mundo del cine y el teatro. Muchos tuvieron que exiliarse, como Bayer; otros se quedaron en el pa¨ªs, Olivera entre ellos.
P: ?La censura fue una reacci¨®n por la imagen del Ej¨¦rcito que daba la pel¨ªcula o por la rebeli¨®n de los trabajadores?
R: El problema era que los malos de la pel¨ªcula eran los milicos y los buenos eran los obreros. ?D¨®nde se ha visto? Eso no pod¨ªa ser, siempre los militares ten¨ªan que ser los buenos. En esa ¨¦poca si aparec¨ªa un polic¨ªa que era coimero, ten¨ªa que estar de civil. Ni hablar si era un oficial del Ej¨¦rcito argentino. Los uniformes no se manchaban. En esos a?os, los militares eran muy respetado. Despu¨¦s vinieron las cagadas y eso se acab¨®.
P: ?El final de la pel¨ªcula iba a ser otro? Osvaldo Bayer cont¨® que iba a ser una escena con las prostitutas que se niegan a recibir a los militares fusiladores (el hecho conocido como ¡°la rebeli¨®n de San Juli¨¢n¡±). Pero usted ha se?alado que no hubo censura, sino una discusi¨®n interna sobre cu¨¢l deb¨ªa ser el final.
R: Bayer quer¨ªa que ese fuera el final. Pero yo, que algo de militar tengo, soy cabo, no estaba de acuerdo. Si hab¨ªa algo que pod¨ªa indignar desde el teniente general Mongo hasta el soldado Porongo, era que las putas echaran a la calle a oficiales y soldados del Ej¨¦rcito argentino. Hab¨ªa que ser un loco, como era Bayer [r¨ªe], para terminar la pel¨ªcula con eso. La escena final fue la m¨¢s pura verdad, los estancieros brindando y cant¨¢ndole ¡°For he¡¯s a jolly good fellow¡± al teniente coronel que dirigi¨® los fusilamientos. Incluso en una toma aparecemos Bayer y yo cantando.
P: Pero, en la cronolog¨ªa del relato, el final es la primera escena de la pel¨ªcula, cuando un anarquista mata al teniente coronel. ?Por qu¨¦ puso esa escena al principio?
R: Porque eso ocurre tiempo despu¨¦s. Si ese hubiera sido el final, habr¨ªa que haber hecho una transici¨®n desde el momento en que vos sent¨ªs, como espectador, que se acab¨® la historia despu¨¦s de los fusilamientos. Y eso es mortal, narrativamente hablando.
P: En la pel¨ªcula, los obreros mueren defendiendo sus ideales ¡°libertarios¡±. ?Qu¨¦ opina del uso de esa misma palabra que hoy hacen el presidente Javier Milei y sus seguidores para caracterizar a sus ideas de ultraderecha?
R: El libertario Milei no tiene nada que ver con los libertarios hist¨®ricos, que estaban relacionados con la anarqu¨ªa. Bayer estar¨ªa ofendid¨ªsimo.
P: ?Qu¨¦ postura tiene sobre el desfinanciamiento y la quita de apoyo estatal que est¨¢ sufriendo el cine argentino?
R: Es una locura. Pero el solo hecho de que en los a?os anteriores de gobierno kirchnerista se hayan hecho m¨¢s de 200 pel¨ªculas, creo, de las cuales solamente 90 superaron los 1.000 espectadores, me parece terrible. Estoy de acuerdo con esperar un poco a que se nivele la econom¨ªa para que vuelva a funcionar un est¨ªmulo al cine argentino. Pero la actual administraci¨®n del INCAA [Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales] me parece inconcebible.
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