La Corte Suprema de Argentina, un poder en ebullici¨®n
La elecci¨®n traum¨¢tica de un nuevo presidente y una renuncia inesperada ponen al m¨¢ximo tribunal del pa¨ªs sudamericano en el ojo de las disputas pol¨ªticas
Argentina tiene un problema con su Corte Suprema. El m¨¢ximo tribunal del pa¨ªs y cabeza de uno de los tres poderes del Estado, junto al Ejecutivo y el Legislativo, est¨¢ preso de las disputas fratricidas de sus integrantes, la sucesi¨®n conflictiva de su presidencia y una renuncia imprevista que la dej¨® con solo cuatro de sus cinco integrantes. La Corte arrastra d¨¦cadas de descr¨¦dito. De la ¡°mayor¨ªa autom¨¢tica¡± de los a?os noventa, cuando los fallos se redactaban a gusto del Gobierno de entonces, pas¨® por una reforma auspiciosa durante el kirchnerismo a principios de 2000; pero el ruido pol¨ªtico ha vuelto a lastrar su reputaci¨®n.
La conformaci¨®n de la Corte es un tema de extrema sensibilidad en Argentina, porque all¨ª terminan, tarde o temprano, los casos de corrupci¨®n de altos cargos y otros funcionarios. Por eso los pol¨ªticos toman nota de las divisiones internas. El 23 de septiembre pasado, el tribunal fue noticia por una apurada y desprolija sucesi¨®n en la presidencia. Ese d¨ªa, el juez Horacio Rosatti reemplaz¨® a Carlos Rosenkrantz con tres votos: el de su predecesor, el de otro juez - Juan Carlos Maqueda-, y el suyo propio. Los otros dos magistrados que integran el tribunal, Ricardo Lorenzetti y Elena Higthon de Nolasco, marcaron su desacuerdo ausent¨¢ndose de la votaci¨®n. No se hab¨ªa resuelto a¨²n la crisis de sucesi¨®n cuando Higthon de Nolasco renunci¨® sin previo aviso y dej¨® a la Corte con cuatro integrantes. El caso de la ¨²nica mujer del tribunal era particular: hab¨ªa sobrepasado los 75 a?os que la Constituci¨®n pone como l¨ªmite a los supremos y se manten¨ªa en su puesto gracias a un permiso especial.
Cuando Highton de Nolasco hizo las maletas, el diario Clar¨ªn, el de mayor tirada de Argentina, titul¨® en portada que el Gobierno hab¨ªa perdido ¡°su ¨²nico voto en la Corte¡±. El presidente, Alberto Fern¨¢ndez, pregunt¨® entonces con iron¨ªa de quienes eran ¡°los cuatro votos restantes¡± en una instituci¨®n que, se supone, debe ser independiente de la pol¨ªtica. Lorenzetti, aliado de Highton de Nolasco y presidente de la Corte entre 2007 y 2018, dio una serie de entrevistas donde no ocultaba la magnitud de la crisis: denunci¨® que el Tribunal era presa ¡°de trascendidos¡± internos. Es decir, que si lo normal es que los jueces ¡°hablen por sus fallos¡±, las filtraciones desde dentro del propio tribunal era ¡°un problema que genera confusi¨®n¡± en la sociedad. Lorenzetti no habla solo por hablar: hace dos semanas intent¨® recuperar la presidencia que, seg¨²n su lectura, le fue arrebata hace tres a?os por el Gobierno de Mauricio Macri. Cuando fue evidente que no podr¨ªa bloquear a Rosatti, simplemente no vot¨®.
¡°La Corte est¨¢ fracturada¡±, advierte el constitucionalista Andr¨¦s Gil Dom¨ªnguez, ¡°y eso puede afectar a su funcionamiento o volverlo m¨¢s complejo¡±. ¡°Esta Corte es muy maleable¡±, suma un juez federal que prefiere no dar su nombre, ¡°lo ha venido siendo hasta ahora. Rosenkrantz es claramente opositor [al kirchnerismo], los dem¨¢s no¡±. Marcelo Galle, presidente de la Asociaci¨®n de Magistrados, prefiere hablar de ¡°diferencias¡± m¨¢s que de ¡°fractura¡±. ¡°En un cuerpo colegiado hay diversidad de opiniones y sus integrantes tienen posturas y las defienden¡±, dice.
La historia de la Corte argentina desde el regreso a la democracia en 1983 es de una tensi¨®n permanente entre independencia y sometimiento al poder pol¨ªtico. El presidente Carlos Menem ampli¨® en los a?os noventa el n¨²mero de jueces de cinco a nueve y form¨® lo que, en sorna, se llam¨® ¡°la mayor¨ªa autom¨¢tica¡± de cinco contra cuatro. En 2002, con el pa¨ªs inmerso en la m¨¢s grave crisis econ¨®mica de su historia, el Congreso avanz¨® con un proceso de juicio pol¨ªtico contra seis de los nueve integrantes de aquel tribunal rendido a Menem. Un a?o despu¨¦s, el presidente N¨¦stor Kirchner estableci¨® por ley un sistema de elecci¨®n de jueces m¨¢s participativo y transparente. En 2006, el n¨²mero se redujo por ley otra vez a cinco supremos. Sin embargo, los vicios volvieron y las tensiones entre jueces y poder pol¨ªtico est¨¢n otra vez a flor de piel.
A las peleas internas y las ambiciones dentro del Tribunal, se suma ahora la necesidad de elegir un sucesor para Highton de Nolasco. El Gobierno est¨¢ a un mes y medio de unas cruciales elecciones Legislativas donde puede perder el control del Senado. La inminencia de una derrota ha tensado la cuerda en la coalici¨®n peronista gobernante. No es momento para acuerdos. ¡°Dentro de la discrecionalidad que corresponde al Presidente, todos inferimos que pareciera que va a ser una mujer¡±, dice Galle desde la Asociaci¨®n de Magistrados. Hay consenso, no obstante, de que el nuevo nombre demorar¨¢ en aparecer. Gil Dom¨ªnguez dice que ¡°con la fractura pol¨ªtica que hay es dif¨ªcil pensar en un reemplazo a corto plazo¡±. ¡°O encuentran un candidato de mucho consenso o quiz¨¢s est¨¢ la opci¨®n de ampliar la Corte¡±, argumenta.
La ampliaci¨®n del n¨²mero de supremos es combustible de largas disputas. Argentina ya tuvo una Corte de nueve, otra de siete y la actual de cinco. ¡°La de siete miembros funcion¨® muy bien, con cinco tambi¨¦n. El menemismo la ampli¨® a nueve y no tenemos un buen recuerdo porque fue la Corte de la mayor¨ªa autom¨¢tica, fue un esc¨¢ndalo¡±, recuerda el constitucionalista Jorge Vanosi. ¡°Es la Corte m¨¢s chica de Am¨¦rica Latina junto con la de Uruguay. Hay factores relacionados con la pluralidad ideol¨®gica, la diversidad de g¨¦nero, que la ampliaci¨®n permitir¨ªa solucionar¡±, opina Gil Dom¨ªnguez.
La vicepresidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner defiende la idea de ampliar el n¨²mero de integrantes de la Corte, a la que considera enemiga del Gobierno. En una carta que public¨® d¨ªas despu¨¦s de la derrota oficialista en las elecciones primarias de septiembre pasado, acus¨® a los jueces del tribunal de ¡°condicionar o extorsionar¡± al Ejecutivo para complicar la gesti¨®n econ¨®mica y de dirigir una persecuci¨®n judicial contra dirigentes del oficialismo. La Corte tiene en estos momentos en agenda el an¨¢lisis de 17 apelaciones presentadas por Fern¨¢ndez de Kirchner en tres causas por presunta corrupci¨®n. Los cambios en la Corte, con todo, est¨¢n condicionados por el Congreso, donde el Gobierno no tiene los votos necesarios para avanzar. Los cambios que ans¨ªa la vicepresidenta tendr¨¢n que esperar.
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