Juan Carlos Maqueda, exjuez de la Corte: ¡°Hay un camino hacia el autoritarismo que al Gobierno argentino no le molesta transitar¡±
Jubilado en diciembre despu¨¦s de 22 a?os como ministro en el m¨¢ximo tribunal de Argentina, Maqueda advierte sobre el deterioro institucional que percibe desde la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada


Juan Carlos Maqueda (C¨®rdoba, 75 a?os) se jubil¨® en diciembre pasado luego de 22 a?os como ministro de la Corte Suprema de Argentina. De posiciones liberales, lleg¨® al m¨¢ximo tribunal desde la pol¨ªtica, propuesto por el expresidente peronista Eduardo Duhalde en los estertores de la crisis del corralito. Mientras estuvo en su cargo, no dio entrevistas. Ahora, libre de responsabilidades institucionales, se ha convertido en una voz de peso en una Argentina que, denuncia, tiene un Gobierno, el de Javier Milei, que ¡°est¨¢ jugando al l¨ªmite de la constitucionalidad¡±.

Maqueda recibe a EL PA?S en su piso de Buenos Aires, ubicado a pocas calles del palacio que es sede de la Canciller¨ªa, en el barrio de Retiro. Duda si debe o no ponerse el saco y la corbata, el ¡°uniforme¡± que usa desde hace m¨¢s de 50 a?os, primero como abogado y luego como convencional constituyente, diputado y presidente provisional del Senado. Aclara que se ha autoimpuesto no opinar sobre sus excompa?eros de la Corte ¡°o sobre quienes tienen la intenci¨®n de entrar a ella¡±. Su jubilaci¨®n abri¨® una nueva vacante en el tribunal, que ya funcionaba con cuatro de sus cinco miembros desde 2021, cuando dej¨® su cargo la ¨²nica mujer, Elena Highton de Nolasco. El jueves, los ministros rechazaron por cuestiones formales la asunci¨®n de Ariel Lijo, uno de los dos candidatos que Milei hab¨ªa nombrado por decreto amparado en que el Senado estaba en receso y no pod¨ªa tratar sus pliegos.
Pregunta. La Corte rechaz¨® la licencia como juez de primera instancia que hab¨ªa pedido Lijo y asest¨® un duro golpe al Gobierno. ?Qu¨¦ opina de ese fallo?
Respuesta. El fallo sigui¨® la doctrina tradicional de la Corte. Un juez no puede ser nombrado en dos cargos de juez distintos, sino que tiene que renunciar a uno de ellos. Son doctrinas que vienen de las d¨¦cadas del sesenta y setenta del siglo pasado. Cuando se acepta un cargo en comisi¨®n, se est¨¢ renunciando al cargo anterior. Esto se la ve¨ªa venir Lijo.
P. El Gobierno no lo ten¨ªa tan claro, porque pareci¨® sorprendido¡
R. El Gobierno est¨¢ jugando al fleje, como dir¨ªan en el tenis; est¨¢ jugando al l¨ªmite de la constitucionalidad. La designaci¨®n en comisi¨®n de un juez de la Corte tres d¨ªas antes de que comience el periodo ordinario de sesiones [el 1 de marzo] es una provocaci¨®n al Congreso en general y a la C¨¢mara de senadores en particular. Si hubiera esperado tres d¨ªas, los pliegos se hubiesen tratado como ya se ven¨ªan tratando.
P. ?Por qu¨¦ la Casa Rosada insiste en que es constitucional?
R. La Constituci¨®n, en el art¨ªculo 99 inciso 19, establece un mecanismo de excepci¨®n, no el natural, que permite al presidente nombrar por decreto cargos que necesitan de la aprobaci¨®n del Senado cuando no se est¨¢ en periodo de sesiones ordinarias. Lo introdujo [el presidente Domingo Faustino] Sarmiento en 1860 y en aquella ¨¦poca las sesiones iban del 1 de mayo al 30 de septiembre. Los diputados y senadores tardaban semanas en llegar a Buenos Aires y los nombramientos por decreto eran un mecanismo l¨®gico. Por eso se us¨® en todo el siglo XIX, pero ya en 1910 dej¨® de usarse para jueces de la Corte.
P. El Gobierno de Macri nombr¨® por decreto a dos jueces de la Corte apenas asumi¨®, en 2015¡
R. Fue totalmente distinto. El decreto de Macri dec¨ªa en el art¨ªculo uno que se los designaba en comisi¨®n, y en el dos mandaba los pliegos al Senado. Cuando hubo una reacci¨®n popular, los mismos interesados, que en este caso eran [Horacio] Rosatti y [Carlos] Rosenkrantz, se presentaron ante el Senado. Este Gobierno no tuvo esa intenci¨®n, tuvo otra que es bastante chocante y despreciativa de los otros poderes del Estado. El inciso 19 es casi de car¨¢cter hist¨®rico, no es aplicable, lo usa el Gobierno tra¨ªdo de los pelos. La elecci¨®n de un juez de la Corte es un tema complejo que necesita de la participaci¨®n del Ejecutivo, que propone el nombre, y el Legislativo, que lo aprueba o lo rechaza. Al hacerlo por un simple decreto, el presidente lo convierte en un acto simple que responde a su voluntad. Esto, obviamente, trae muchas consecuencias.
P. ?Como cu¨¢les?
R. Afecta a la calidad institucional. Hablamos tambi¨¦n de un exceso de decretos de necesidad y urgencia. Hoy sabemos que el presidente va a dictar un decreto cuando venga un acuerdo con el Fondo Monetario, cuando la Constituci¨®n atribuye esa facultad al Congreso.
P. El argumento del Gobierno es que como no tiene mayor¨ªas en el Congreso est¨¢ paralizado¡
R. Ese no fue el argumento que tuvo el convencional constituyente para poner los decretos de necesidad y urgencia. Tambi¨¦n vemos una exageraci¨®n en el uso de los vetos, o una exageraci¨®n que no hemos visto en los 40 a?os de democracia con respecto a gobernar sin presupuesto, algo que est¨¢ en contra de la Constituci¨®n. Y ya van dos a?os. El a?o pasado se soport¨® porque el Gobierno reci¨¦n iniciaba, pero ?qu¨¦ justificativo hay para este a?o?
P. ?Qu¨¦ ve detr¨¢s de eso?
R. Que hay un camino hacia el autoritarismo que al Gobierno argentino no le molesta transitar. Todav¨ªa no se han despertado las conciencias de la situaci¨®n que est¨¢ viviendo el mundo, que es de desprecio hacia las instituciones. El ejemplo m¨¢s claro es Donald Trump en Estados Unidos. Son caracter¨ªsticas antidemocr¨¢ticas, antirrepublicanas, en contra del consenso y de la separaci¨®n de poderes. Se usa la v¨ªa democr¨¢tica para llegar al poder y cuando se est¨¢ en el poder se empieza el camino del autoritarismo.
P. Si la Corte es un cortafuego de estos excesos que describe, ?por qu¨¦ no fall¨® el a?o pasado sobre la constitucionalidad o no del decreto de desregulaci¨®n del Estado que firm¨® Milei apenas empez¨® su mandato?
R. Ese decreto tuvo en un a?o un fallo en contra de primera instancia y otro de segunda instancia. Lleg¨® a la Corte y la Corte lo est¨¢ estudiando desde el a?o pasado. Ser¨ªa excepcional que las tres instancias se cumplan en un a?o.

P. ?Habr¨¢ entonces un fallo?
R. No todav¨ªa, pero habr¨¢. Es un tema que le va a corresponder a mis colegas y no quiero adelantar criterios, aunque los tenga.
P. ?Qu¨¦ puede hacer la gente para detener este deterioro institucional que denuncia?
R. Votar este a?o en las elecciones legislativas.
P. Pero las encuestas acompa?an al Gobierno¡
R. Lo atribuyo a que el Gobierno anterior fue desastroso; y a que la gente cansada de fracasos y con los efectos de la pandemia encima se quiso alejar de quienes pensaban de esa forma.
P. Ha sido ministro de la Corte desde Duhalde, en 2002, hasta Milei. ?C¨®mo ha sido su experiencia con los distintos gobiernos?
R. Con Duhalde y con N¨¦stor Kirchner no tuvimos ning¨²n problema. Los problemas empezaron con Cristina Kirchner, donde tuvimos presiones muy fuertes. Eso termin¨® con un proyecto de ley que cambiaba el sistema de elecci¨®n del Consejo de la Magistratura [el organismo de control de los magistrados]. Pretend¨ªan que los candidatos fuesen a las listas partidarias, eliminando la independencia en la elecci¨®n. En la ¨¦poca de Macri hubo presiones, pero no de la misma intensidad. El peor per¨ªodo fue el de Alberto Fern¨¢ndez, porque estuvimos un a?o entero, todo 2022, con un juicio pol¨ªtico abierto sobre la Corte.
P. ?Cu¨¢l fue el argumento de ese juicio pol¨ªtico?
R. Fundamentalmente, fallos durante la pandemia que autorizaron a la ciudad de Buenos Aires a abrir las escuelas, en contra del pensamiento del Gobierno nacional.
P. ?C¨®mo se viven esas presiones desde dentro de la Corte?
R. Son momentos dif¨ªciles, con presiones de todo tipo.
P. ?Con Milei tambi¨¦n las tienen?
R. No directamente, pero est¨¢ todo esto que acabamos de describir, que son cuestiones m¨¢s estructurales que afectan a la calidad institucional de la democracia argentina.
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