Richard Wagner, un dios sin ocaso
De la historia a la filosof¨ªa, pasando por la cultura popular, el compositor alem¨¢n domina las novedades editoriales de m¨²sica cl¨¢sica
La clave para comprender a Richard Wagner (Leipzig, 1813-Venecia, 1883) radica en que nunca fue simplemente un compositor. Su influencia excedi¨® pronto la esfera musical e irradi¨® m¨¢s all¨¢ que ning¨²n otro m¨²sico hacia otras artes coet¨¢neas y posteriores, como la poes¨ªa, la novela, la pintura, el teatro, la danza, la arquitectura o el cine. Incluso alcanz¨® la pol¨ªtica y la esfera popular. Su obra sirvi¨® tanto de mascar¨®n proletario de los bolcheviques en Rusia como de hilo musical para el nazismo en Alemania, aunque tambi¨¦n haya sido inspiraci¨®n ¨¦pica de sagas tan conocidas como El se?or de los anillos, Star Wars y Juego de tronos. Todo ello conforma el punto de partida del reciente ensayo de Alex Ross titulado Wagnerism: Art and Politics in the Shadow of Music (¡±Wagnerismo. Arte y pol¨ªtica a la sombra de la m¨²sica¡±), que Seix Barral publicar¨¢ el a?o pr¨®ximo en traducci¨®n de Luis Gago. Una voluminosa monograf¨ªa sobre la recepci¨®n de Wagner (¡°acerca de la influencia de un m¨²sico en los no m¨²sicos¡±, precisa Ross) que sigue la estela narrativa de El ruido eterno, su exitosa invitaci¨®n, de 2007, para escuchar la m¨²sica del siglo XX al calor de sus m¨²ltiples influencias. El nuevo libro no elude ning¨²n perfil de este ¡°leviat¨¢n del fin de si¨¨cle¡± que es Wagner. Y arranca con un preludio titulado Muerte en Venecia, una trepidante e ilustrativa cr¨®nica de su inesperado fallecimiento en Ca¡¯ Vendramin Calergi, en febrero de 1883, donde ahonda tambi¨¦n en la conmoci¨®n y los homenajes. Fue el momento en que sus seguidores, los wagnerianos, derivaron en s¨ªntoma cultural: el wagnerismo.
Pero su inmensa recepci¨®n fue alimentada por su condici¨®n de artista intelectual y multiforme. Wagner fue un dramaturgo que escribi¨® los libretos de todas sus ¨®peras. Y en esa labor desmantel¨® la tradicional periodicidad po¨¦tica, por medio del uso de la aliteraci¨®n. No s¨®lo evit¨® las limitaciones asociadas con las arias y conjuntos de la ¨®pera rom¨¢ntica, en favor de un drama musical, sino que las apoy¨® con motivos conductores (Leitmotive) asociados a ideas, situaciones o personajes que se alteran y desarrollan a lo largo de la acci¨®n. Teoriz¨® sobre todo ello y acu?¨® conceptos bien conocidos como Gesamtkunstwerk u obra de arte total. Adem¨¢s, como director teatral reformul¨® la escena y cre¨® en el Festival de Bayreuth una forma de experimentar la ¨®pera en oscuridad que se adelant¨® al advenimiento del cine, al igual que desarroll¨® la figura del actual director de orquesta. Tambi¨¦n favoreci¨®, con sus escritos, a la ideolog¨ªa antisemita y particip¨® en las discusiones pol¨ªticas y filos¨®ficas de su tiempo. Precisamente, la conjunci¨®n entre filosof¨ªa y m¨²sica ha atra¨ªdo a varios pensadores hacia los dramas musicales de Wagner. Y, entre ellos, destaca el fil¨®sofo brit¨¢nico Roger Scruton, que falleci¨® en enero pasado, a los 75 a?os, tras completar una trilog¨ªa de estudios sobre sus dramas musicales.
En Death-Devoted Heart: Sex and the Sacred in Wagner¡¯s Tristan und Isolde (¡±Coraz¨®n devoto de la muerte: el sexo y lo sagrado en ¡®Trist¨¢n e Isolda¡¯ de Wagner¡±), de 2004, trata de la naturaleza del amor er¨®tico y del anhelo de redenci¨®n en esa ¨®pera. Pero sorprende su defensa del estudio de la m¨²sica para comprender el drama. El libro combina el pensamiento de Wagner con una detallada gu¨ªa intelectual y musical sobre Trist¨¢n e Isolda. Y son los cap¨ªtulos centrados en la explicaci¨®n de la trama y su tratamiento musical donde el estudio resulta m¨¢s atractivo. Scruton comenta la m¨²sica de Wagner a trav¨¦s de leitmotive que compila al final como ap¨¦ndice. Una destreza que se comprende leyendo su libro de conversaciones con Mark Dooley (Bloomsbury, 2016), donde aclara que su pasi¨®n por Wagner surgi¨® en la Universidad de Cambridge como alumno del fil¨®sofo wagneriano Michael Tanner. Adem¨¢s, conviene recordar que Scruton lleg¨® a escribir y estrenar dos ¨®peras: The Minister (1994) y Violet (2005).
Wagnerism: Art and Politics in the Shadow of Music
784 p¨¢ginas. 17,37 euros.
Death-Devoted Heart. Sex and the Sacred in Wagner¡¯s Tristan and Isolde
248 p¨¢ginas. 32,67 euros
El anillo de la verdad. La sabidur¨ªa de ¡®El anillo del nibelungo¡¯, de Richard Wagner
173 p¨¢ginas. 18,50 euros.
Wagner¡¯s Parsifal: The Music of Redemption?
208 p¨¢ginas. 11,61 euros
The Cambridge Companion to Wagner¡¯s Der Ring des Nibelungen?
410 p¨¢ginas. 23,66 euros
Las otras dos monograf¨ªas mantienen el mismo esquema donde destacan los comentarios musicales a partir de leitmotive de El anillo del nibelungo (2016) y Parsifal (2020). La m¨¢s reciente, Wagner¡¯s Parsifal: The Music of Redemption (¡°Parsifal¡¯ de Wagner: la m¨²sica de la redenci¨®n¡±), es un estudio p¨®stumo de la ¨²ltima ¨®pera de Wagner que apareci¨® en mayo. Es tambi¨¦n el menos interesante de los tres. Scruton despliega su ex¨¦gesis para responder a cuestiones deliberadamente ambiguas en la obra de Wagner como la famosa invocaci¨®n final: ¡°Erl?sung dem Erl?ser!¡± (¡±?Redenci¨®n al redentor!¡±). Mucho m¨¢s atractivo es El anillo de la verdad. La sabidur¨ªa de ¡®El anillo del nibelungo¡¯, de Richard Wagner, publicada en espa?ol por Acantilado, en noviembre de 2019, en una traducci¨®n de Juan Lucas. Scruton redacta aqu¨ª una de las mejores explicaciones musicales del pr¨®logo y las tres jornadas de esta partitura superlativa, cuyo libreto y composici¨®n ocuparon a Wagner desde 1848 hasta 1876. Pero tambi¨¦n analiza con lucidez todo su trasfondo filos¨®fico de Feuerbach a Schopenhauer. Con esa aparente simetr¨ªa argumental que tiene la tetralog¨ªa, desde Alberich renunciando al amor por el poder, al inicio de El oro del Rin, hasta Brunilda renunciando al poder en favor del amor, en su famosa inmolaci¨®n que cierra El ocaso de los dioses.
Pero los estudios de Scruton resultan anticuados para el lector actual. El fil¨®sofo ingl¨¦s reniega de la historia interpretativa de las ¨®peras de Wagner. No duda en tildar de ¡°satirizar el texto¡± a cualquier propuesta esc¨¦nica que no ejecute con precisi¨®n las acotaciones esc¨¦nicas marcadas en el libreto. Y arremete contra una famosa producci¨®n del Festival de Bayreuth en cada monograf¨ªa: el Tristan de Wieland Wagner (1962), el Anillo de Patrice Ch¨¦reau (1976) y el Parsifal de Stefan Herheim (2008). Se trata de una discusi¨®n zanjada, en 1971, por Carl Dahlhaus, al final de su excelente monograf¨ªa Richard Wagners Musikdramen (Reclam), donde sostiene que las acotaciones esc¨¦nicas de Wagner no forman parte de sus dramas al mismo nivel que las notas musicales o el texto, y que la categor¨ªa central en la teor¨ªa est¨¦tica wagneriana del drama musical es la ¡°realizaci¨®n¡± (Verwirklichung).
Por esa raz¨®n, Alex Ross reconoce en el posludio de su libro que tan s¨®lo se enamor¨® de Wagner cuando pudo ver sus ¨®peras en el teatro. Y lo mismo leemos como ¡°pensamientos finales¡± en el reciente The Cambridge Companion to Wagner¡¯s Der Ring des Nibelungen, de Mark Berry y Nicholas Vazsonyi: ¡°Siempre que puedan, intenten ver una realizaci¨®n del Anillo. Incluso las malas producciones y representaciones contribuir¨¢n a su comprensi¨®n de la obra¡±. En febrero tendremos Siegfried, la segunda jornada del Anillo, en el Teatro Real. No duden en asistir, pues Wagner es teatro musical con may¨²sculas.
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