La victoria moral de las series espa?olas
La santa trinidad formada por ¡®Patria¡¯, ¡®Veneno¡¯ y ¡®Antidisturbios¡¯ refleja tres maneras distintas de entender el potencial del medio televisivo, del clasicismo can¨®nico a la innovaci¨®n tem¨¢tica y formal
La televisi¨®n nos iba a salvar. Todo el mundo estaba en casa. Las series de 2020 ya estaban rodadas y listas para estrenarse (?estrenos en 2020!). Hab¨ªa tiempo, hab¨ªa ganas. Era cuesti¨®n de sentarse y dejarse llevar por la magia de la evasi¨®n. Lo que pas¨® fue, como todo este a?o, algo diferente: hubo estrenos excelentes, pero todo sigui¨® igual.
El consenso de que este ha sido el mejor a?o para la ficci¨®n espa?ola es inapelable, paquid¨¦rmico, casi sovi¨¦tico. Solo lo ha superado la discrepancia acerca de qu¨¦ serie se lleva la palma sobre todas las dem¨¢s. Hay una santa trinidad de la excelencia, compuesta por Veneno, Patria y Antidisturbios, tres t¨ªtulos provenientes de tres casas distintas (Atresmedia, HBO Espa?a y Movistar) y que, adem¨¢s, muestran tres formas diferentes de entender el potencial de la televisi¨®n, del clasicismo can¨®nico de Patria a la innovaci¨®n de fondo y forma de Veneno.
La variedad que ofrecen es tan rica e intrigante que la lucha por aureolar una por encima de las otras resulta absurda y, qu¨¦ nos pens¨¢bamos, inevitable. S¨ª hay una ganadora moral: Veneno ha sido aclamada en su estreno en Estados Unidos como nunca se ha aclamado una ficci¨®n espa?ola (el destino que muchos le auguraban a Patria, que en su lugar ha tenido buenos ecos en Francia). Los popes del colectivo LGTBIQ, del teniente general de la cultura drag RuPaul para abajo, la han aplaudido y le han regalado la etiqueta m¨¢s valiosa de la televisi¨®n estadounidense: Prestige TV. The New Yorker, la biblia de lo highbrow, la considera una de las series del a?o; Vulture, la de lo lowbrow, tambi¨¦n. El triunfo espa?ol de 2020 es Veneno.
Fuera de Espa?a se encuentra lo contrario a una santa trinidad: hay una multitud de series por las que nadie ha mostrado particular devoci¨®n. Incluso en un a?o que ostenta el r¨¦cord de personas echadas en el sof¨¢, sin gran cosa que hacer o pensar, m¨¢s all¨¢ de desear el fin de la cuarentena, no ha habido un gran t¨ªtulo capaz de unificar a millones de espectadores, o de conectar de manera fulminante con el momento actual. S¨ª ha sido el auge de la comfort TV, la televisi¨®n como consuelo, de esconderse de la realidad en Friends o en The Office o cualquier malo conocido que sabemos que nos mejora el ¨¢nimo. Los devotos de las series siguen disfrutando de las novedades, pero la televisi¨®n ha desaparecido de las portadas de los peri¨®dicos, donde en su d¨ªa s¨ª se habl¨® de Juego de tronos o Mad Men. El dominio que el medio lleg¨® a tener en la conversaci¨®n cultural ha empezado a difuminarse este a?o.
?Qu¨¦ alivio debe ofrecer la televisi¨®n, con su disposici¨®n hacia lo inmediato y lo ef¨ªmero, en un mundo en pandemia? ?Llevar a sus series la realidad de las mascarillas y los respiradores y el gel hidroalcoh¨®lico y convertir as¨ª el virus en algo inescapable? ?O meter a sus personajes en un mundo paralelo sin coronavirus y arriesgarse a alienar a los espectadores? Las mejores series del a?o hablaban de los problemas de un mundo sin virus, ya fuera directamente (Podr¨ªa destruirte, Yo nunca, Normal People) o por alusiones (Mrs America, The Great y La conjura contra Am¨¦rica tienen ambientaciones hist¨®ricas y preocupaciones actuales). Ha habido intentos de hablar del virus (Hecho en casa en Netflix, Relatos confinados en Amazon) que han pasado sin pena ni gloria. ?Se podr¨¢ contar algo tan ¨¦pico y personal como esta pandemia en televisi¨®n? 2021 dir¨¢.
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