Siempre con el viento de cara
La exposici¨®n ¡®Ara mateix¡¯ confirma que la muestra colctiva es el formato por excelencia para ensayar un di¨¢logo fruct¨ªfero con el futuro
Hacer una exposici¨®n colectiva seguramente sea lo m¨¢s dif¨ªcil y, a la vez, lo m¨¢s gratificante de una experiencia curatorial. Las hay de muchos tipos y la complejidad oscila tambi¨¦n seg¨²n los proyectos. Est¨¢n las revisiones de colecciones p¨²blicas, mediante ejes conceptuales o de ¨¦poca. Las tres exposiciones del CA2M (M¨®stoles), por ejemplo, o la actual revisi¨®n de los fondos de Artium, en Vitoria. Nunca son relatos cerrados, sino todo lo contrario: un libro abierto a m¨²ltiples lecturas. He ah¨ª su conflicto y sus posibilidades.
Tambi¨¦n est¨¢n las miradas personales a colecciones privadas, v¨¦ase la que le dedica ahora La Panera (Lleida) a las l¨ªneas rojas de la colecci¨®n de Tatxo Benet, o el di¨¢logo entre las colecciones del IVAM y del MAXXI de Roma que ahora acoge el museo valenciano. Hay exposiciones de tesis, que parten de un asunto concreto y abren una investigaci¨®n exhaustiva (Invitadas, en el Museo del Prado), y exposiciones tem¨¢ticas que componen un determinado mapa de artistas (So lazy, en CaixaForum Barcelona, un elogio a la pereza). Las hay generacionales, que hablan de sinton¨ªas geogr¨¢ficas. He ah¨ª los artistas andaluces de Entre las formas que van hacia la sierpe y las formas que buscan el cristal, en el CAAC de Sevilla, o los madrile?os de Cay¨® la casa, trep¨® la dama, en la Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid. Y colectivas que tratan de dibujar una escena concreta y que funcionan casi como radiograf¨ªas. Bajo la superficie se llama la que ahora acoge el Conde Duque mirando a Madrid. Y luego est¨¢n las exposiciones ¡°de tono¡±, las que funcionan como sism¨®grafos del presente, las que les toman el pulso a lo art¨ªstico con la misma certeza como quien mira al futuro y las que divisan una gran masa com¨²n m¨¢s all¨¢ de un artista concreto.
Por esa senda virtuosa circula Ara mateix (Ahora mismo) en Arts Santa M¨°nica. Sus comisarias, Chus Mart¨ªnez y Rosa Lle¨®, dicen que, m¨¢s que de lo local (tema bastante trillado en Barcelona), la muestra habla de cercan¨ªa, de la necesidad de acercarse a los artistas y establecer conversaciones con ellos, tambi¨¦n abiertas, como esta exposici¨®n. Enmarcada dentro del Festival LOOP y de una pandemia que no solo ha recortado el tiempo, vemos el sello de ambas comisarias, generosas en el trabajo con los artistas, especialmente atentas a formatos que no son los convencionales. Ambas formaron equipo cuando Arco decidi¨® mirar al Futuro en 2018 con un entusiasmo cr¨ªtico que se cuela en el subt¨ªtulo ¡ªTodo est¨¢ por hacer y todo es posible¡ª, y que a su vez acompa?a una de las m¨¢ximas m¨¢s conocidas de Miquel Mart¨ª i Pol, que da nombre a uno de sus poemas y a la exposici¨®n. Publicado en 1981 en El ¨¢mbito de todos los ¨¢mbitos (?acaso no es eso la cultura?), retrata con exactitud el momento pol¨ªtico y social que todav¨ªa hoy vivimos, adem¨¢s de recordarnos la conquista temporal desde el fin del franquismo.
Seguramente lo m¨¢s dif¨ªcil de la muestra es c¨®mo entender lo pol¨ªtico desde formas no ortodoxas, no ideol¨®gicas. Y he ah¨ª su virtud. A ello contribuyen los 15 artistas aqu¨ª reunidos que, de un modo u otro, contribuyen a pensar de una forma m¨¢s libre y rigurosa otras formas posibles de lo pol¨ªtico, de lo social y de lo est¨¦tico. Fito Conesa y su Helicon, por ejemplo, invocando el apocalipsis. He ah¨ª su banda musical de viento-metal (instrumentos usados para fanfarrias militares en la Europa del Este) tocando una melod¨ªa imposible para que comience el fin del mundo y, con ¨¦l, la renovaci¨®n. Catarsis que Tere Recarens traslada a Watere, una de sus obras m¨¢s conocidas: un baile improvisado bajo el agua de una boca de incendios estropeada en Nueva York. De Irene Sol¨¤ vemos una de sus primeras obras, Melic, donde reflexiona sobre el cuerpo como casa, y los ¨²ltimos meses han dado fruto a las telas que cuelgan del hueco de la escalera de acceso a la sala, una instalaci¨®n de Gema Polanco, Una cicatriz es m¨¢s fuerte que la piel, donde pueden leerse las frases que intercambi¨® con sus amigas durante el confinamiento y remiten, justamente, a la importancia de los afectos y del amor. Una exposici¨®n que, m¨¢s que a la experiencia, invoca el pensamiento. ¡°Asentar los pies en el suelo y proclamarnos¡±, dec¨ªa el poeta.
¡®Ara mateix. Tot est¨¤ per fer i tot ¨¦s possible¡¯. Arts Santa M¨°nica. Barcelona. Hasta el 27 de enero de 2021.
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